jueves, 19 de noviembre de 2009

2012 (2009), de Roland Emmerich


Después de los desastres de Independence day y El día de mañana, Roland Emmerich, autor de este engendro, debería cambiar un poco de rollito ¿no? Qué obsesión tiene el tío con el Apocalipsis y la destrucción del mundo y arrasar la Casa Blanca con lo primero que tiene a mano, ya sea una nave espacial de malos humos o un portaaviones que anda por allí. Es que, de verdad, ya cansa. Y más si el fulanito se tira dos horas y media para contarnos la huida de unas personas que huyen y que además están huyendo. ¿Hacia dónde? Hacia un nuevo amanecer, claro.
Además es que no tiene vergüenza porque primero el genio alemán de este director se decanta un poco por la teoría de la salvación de las élites que tan brillantemente y de forma tan humorística nos retrataba Stanley Kubrick con la inolvidable ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú. Lo que pasa es que, claro, lo que allí resultaba divertido, aquí se convierte en patético. Luego, no contento con el tema, nos hundimos estrepitosamente en los efectos especiales que ya se apuntaban en Cuando los mundos chocan, de Rudolph Maté sólo que lo que allí era clímax, aquí se transforma en repetición saciante de lo mismo una y otra vez. Y al final, para darle un poquito de catástrofe al asunto porque no ha sido suficiente, se decanta por La aventura del Poseidón, de Ronald Neame, más que nada en aras del sacrificio heroico y demás zarandajas. Para rematar el caos, navegamos hacia la utopía. Los gobiernos acceden a salvar a unos pocos para no parecer tan crueles (eso no se lo cree ni el Roland harto de Schnapps) y como espuma del tsunami, la respuesta del nuevo Edén se encuentra en África. Ahí queda eso. Y el teutón se ha quedado más a gusto que Pilón tragándose media docena de hamburguesas (que, por otro lado, no olvidemos que proceden de Alemania).
Durante la travesía, por supuesto, hay que romperlo todo a lo bestia. De cine, poco. De espectáculo, cataclismos a mansalva. Agujeros en la tierra, movimientos de placas tectónicas, olas gigantes, sentimentalismo facilón, mezquindad humana (que eso sí que es una catástrofe), volcanes por doquier. Y encima, el perrito que es horrible y que es la causa por la que alguien se juega la vida esperando que corra, etcétera, etcétera, se llama César. Como le coja al Emmerich le voy a poner el Roland de corbata.
Eso sí, como la destrucción es total, el godo se arriesga a decir que el nuevo orden mundial residirá en los hombres de ciencia y no en el dinero, que es lo que ha imperado en la época que nos ha tocado vivir. Y para eso construimos unas cuantas arcas de Noé (como se lo digo, aunque no me crean), metemos unas cuantas parejitas de animales dentro y que la Madre Naturaleza se encargue de hacer una selección por su cuenta y riesgo cuando el hombre, seamos sinceros, no merece segundas oportunidades.
El argumento es la verdadera utopía en esta película. Tope de infografía a raudales pero ¿saben qué? Cuando llevamos una hora y diez minutos de película, uno ya está hasta el píloro de ver cómo se destruye todo y hasta incluso desea que le cuenten una historia. No sé, aunque sea pequeñita, aunque ello signifique que haya algo de interpretación en todo este reparto de campanillas que se mueve a lo largo y ancho de la película. Ahora bien, si dejo que se ahogue el disfraz de crítico tengo que decir que el público se lo pasa en grande con tantas cosas rotas (signo inequívoco del instinto depredador que nos domina). Pero lo cierto es que no hay nada que destacar en algo que es tan rutinario como previsible, tan mediocre como grandioso y tan malo como aburrido. Así que nada, prepárense para el enésimo fin del mundo. Si es así como va a ocurrir, yo me dejo engullir por una de esas olas gigantescas del tamaño del Himalaya y que vaya otro desgraciado a ver el tostón apocalíptico de turno.

22 comentarios:

dexter dijo...

Bueno pues parece que esta vez y sin que sirva de precedente soy yo el que no ha visto la peli y al que le va a tocar cargar con el transversal que está semana por cierto es fácil. Que eso de las catástrofes apocalípticas y los días del fin del mundo no lo ha inventado Emmerich ni mucho menos y es tan viejo como el cine mismo.. Unas veces la destrucción del planeta ha venido por fenómenos naturales y las más de ellas a causa de invasiones de seres venidos de otros mundos y galaxias. Si se me permite pulpo como animal de compañía incluiré también estas úlitimas en el tranversal. Y no me remontaré a los pioneros que seguro tienen alguna de esas fijo. Pero ya en la década de los 30 el mismísimo Orson Welles se encargó de ponérnoslos de corbata anunciando una hipotética invasión alienígena en el mítico programa radiofónico La guerra de los mundos. Aquello debió ser espectacular y fue naturalmente trasladado al cine en dos ocasiones, una en los años cincuenta y otra ya en los dosmiles en lo que pasa por ser una de las propuestas más flojas del mago Spielberg.
La guerra fría en la que estuvieron inmersas las dos grandes potencias terrícolas fue el contexto ideal que dio lugar a la proliferación de este tipo de producciones – vía serie B mayormente- en el Hollywood de los 40 y 50. Producciones que por supuesto se prestaban a una segunda lectura en clave política. A destacar al respecto títulos como Ultimatum a la tierra de Robert Wise – en realidad Klatu no venía a invadir la Tierra pero como todo nos lo tomamos a la tremenda pues…- o La invasión de los ladrones de cuerpos de Don Siegel. La primera conoció una reciente versión que más vale olvidar con Keanu Reeves de protagonista, aunque en descargo de sus responsables hay que decir que acertaron de pleno con el casting. El bello Keanu es tan inexpresivo y tan incapaz de producir emoción alguna que se diría todo de latón y que su interior se compone de tuercas y arandelas en lugar de vísceras. Por su parte, la peli de Siegel ha dado lugar a 2 versiones posteriores, una en los 70 y otra hace cuatro días con Nicole Kidman y Daniel Craig en los papeles principales. En fin, para quitarnos el mal sabor de boca recordemos al estrafalario Dr Strangelove de Mr. Kubrick que ya el solito constituía toda una amenaza interplanetaria o las cutre pelis de Ed Wood, convertido años más tarde en director de culto por obra y gracia de Tim Burton.

dexter dijo...

Los 70 ofrecen un panorama totalmente distinto y nos sitúan en un nuevo escenario. El batacazo norteamericano en Vietnam pulula en el ambiente y se deja sentir también en las salas de cine. Las películas de catastrofes se ponen de moda y pierden el carácter “entrañable” de tiempos pasados. Un Charlton Heston pre Asociación Nacional del Rifle se erige en en el gran protagonista de este tipo de películas durante la época. Años después de haber visto como una raza a todas luces superior intelectualmente al hombre dejaba nuestro mundo hecho unos zorros en El planeta de los simios, Heston se convertirá en El último hombre vivo en un angustioso clásico de la ciencia ficción. Y aún después liderará el reparto de Cuando el destino nos alcance, otra fábula apocalíptica que permanece oculta en mi memoria dentro de una nebulosa e imagino que vista hoy podría aportarme sorprendentes lecturas.
En los 80, los brockers y los yuppies andaban tan ocupados en averiguar donde invertir sus ahorros y sus dineros que no tenían ni tiempo para pensar en el fin del mundo, así que no hay mucho material reseñable al respecto. En la década siguiente irrumpe este tal Emmerich con Independe Day, una peli técnicamente irreprochable pero que artísticamente deja bastante que desear. Lo de Bill Pulman como presidente de los USA liderando la flota y la artillería pesada contra el invasor es de traca. Por si la cosa no tuviera bastante de choteo por si misma, Tim Burton firmó un poco más tarde esa parodia llamada Mars Attack que ciertamente no ha de contemplarse entre los trabajos más afortunados de su filmografía
Y llegamos al siglo XXI donde el cine sigue ensañándose en mostrarnos una hipotética aniquilación del planeta. Lo ha hecho hasta Pixar en su Wall-E, una fantasía animada que en mi humilde opinión fue en su momento pelín sobrevalorada y que desde luego permanece a años luz de otros prodigios de la factoria de Lasseter como Toy Story o Los Increibles. Lo hizo también el mexicano Alfonso Cuarón en Hijos de los hombres, una de las películas más duras que servidor ha podido contemplar en los últimos tiempos y tal vez en su vida. Y por supuesto, ahí sigue Emmerich, que antes de este 2.012 se despachó a gusto con Soy leyenda, un remake bastante inenarrable de la citada El último hombre vivo. Algo más apañada resultaba ser El día de mañana, aunque lo del viaje a pata de Dennis Quaid de Wasington a Nueva York con unas raquetas en los pies es pa nota. Y ojos que la amenaza alienígena sigue ahí, la lagarta Diana y sus compinches de V ya están al acecho.

Anónimo dijo...

Pues ya me dirás qué hago yo ahora.. porque pensaba verla este finde. Ya me imaginé que irían los tiros tuyos por donde han ido después de leerte el otro día. Encima a car tampoco le ha gustado..En cualquier caso, te he leído con la sonrisa puesta. Ya sabes que siempre me ha gustado tu vena humorística.

Un beso con la cabeza muy gacha..

César Bardés dijo...

El programa radiofónico (del cual tengo una transcripción por escrito) es, desde luego, una auténtica maravilla por su originalidad y su capacidad para sorprender. No me extraña que, en aquella época, hubiera gente que pensara que eran víctimas de una invasión alienígena. En cuanto a la propuesta de Spielberg no me parece ni bien, ni mal, la veo y lo paso bien. No me aburre (ésta sí) y además tiene algunos planos que son la leche en verso.
De las que nombras de Heston, tanto "El último hombre vivo", de Boris Sagal (un director que murió destrozado por las aspas de un helicóptero) como "Cuando el destino nos alcance", de Richard Fleischer son fábulas apocalípticas que nos hacen pensar, y mucho, sobre lo cerca que podemos andar del fin del mundo, cosa que ésta no consigue por mucho que nos empeñemos. "Mars Attacks" no está mal si la afrontamos desde su irreverencia. Y, desde luego, para nada estoy de acuerdo contigo en que "Wall-E" esté sobrevalorada. Me parece una obra maestra del arte de los dibujos animados. "Soy leyenda", corrígeme si me equivoco, pero no es de Roland Emmerich. Lo que sí es de este tipo es "Godzilla" que también rompía con un montón de cosas (lo que le gusta a este fulano las olas gigantes, madre mía). Nunca ha tenido mucha personalidad como director. Incluso cuando hizo una cosita pequeña y sin muchas ambiciones llamada "El secreto de Joey" se limitaba a copiar un poco el esquema de "E.T." con mucha menos imaginación.
Hay que recordar que un fin del mundo realista y muy estimable es el que sale también en "La hora final", de Stanley Kramer, con Gregory Peck, Ava Gardner y Fred Astaire en los principales papeles.
En cuanto a ver qué es lo que haces el fin de semana, ve a verla. Yo hice la prueba del culo a la hora y media de película. Es muy fácil. Consiste en preguntar al culo si le está gustando la película. A mí el culo me contestó con un gemido de dolor, lo cual quiere decir que se aburría como un culo en un aparcamiento de bicicletas. El caso es que la gente en el cine (que en mi caso estaba lleno), estaba totalmente absorbida por la película en cuestión. Yo es que en cuanto se pasan más de una hora rompiendo cosas me entra complejo de trapero y quiero recoger los trozos.
Sólo una cosa merece la pena en la película y es la muy, muy breve aparición de George Segal que, en apenas unos segundos, dice más con su actuación que el pobre John Cusack corriendo de aquí para allá (y eso que John Cusack es un actor que me gusta). Lo demás, un destrozo. En todos los sentidos. Luego vienen los listos de turno a decir que precisamente eso es lo que quiere la película y blablabla y yo digo que no hay nada que decir cuando una película no dice nada, sólo discute contigo y se dedica a romper los platos. Este es el cine hacia el que vamos. Todo muy visual. Muy poco que contar.

Anónimo dijo...

Perdón, se me olvidó firmar. Pues nada, ya le preguntaré a mi culo.

Gema

César Bardés dijo...

Me parto. Esa frase así suelta me parece mejor que toda la película.

dexter dijo...

Yo qué te voy a corregir, anda, haz que una plaga bíblica caíga sobre mí, que Soy Leyenda no es de Emmerich, joer qué fallo.

César Bardés dijo...

Pues fíjate que ya me habías hecho dudar porque si no es de Emmerich es de otro, y no recuerdo el nombre de ese otro para nada. En fin, no te preocupes. Hace algunos años yo me había empeñado en que "Historias de la radio" la había dirigido Berlanga y me caí con todo el equipo porque es de Sáenz de Heredia. Demasiados datos que almacenar.

dexter dijo...

Te refieres a esa película que plagió Woody Allen? Frank Lawrence se llamaba el notas en cuestión, un figura vaya.

Anónimo dijo...

Suavecito me ha parecido incluso, Wins. Que sepas que lo del Arca de Noe es casi obsesión, que su primera peli (que no he tenido el disgusto de ver) se llamaba “El principio del Arca de Noé” sobre un astronauta que controlaba el clima del planeta en una estación espacial...Que me aspen si eso no es una “filia”.
No estoy de acuerdo contigo, sin embargo, con que el público se lo pase en grande con tantas cosas rotas. No en la sesión que yo estuve, pues todos (o casi) salíamos echando pestes del truño y los más conciliadores solo acertaban a decir,” hombre algunos efectos estaban muy bien”...pero incluso los más optimistas no dudaban en sugerir que lo del simbolismo haciendo que el portaviones John Fitzgerald Kennedy destroce la Casa Blanca era un exceso.
Cierto que George Segal en tres apariciones anecdóticas daba más cine que nuestro admirado Cusack en toda la peli, pero es que al bueno de John estos papeles le van como el culo, o peor aun, como el culo de Wins tras hora y media de ver una peli de Emerich.

En cuanto al transversal, espectacular como no podía ser menos, que si vamos a hacer sucumbir la humanidad que al menos quedemos deslumbrados. En realidad, siempre contamos la misma historia pero siempre damos resquicio a la esperanza, (religiosos que somos). Siempre queda un resquicio, “los elegidos” que salvan su vida pese a lo que pese para volver a comenzar de cero. No habéis comentado ni “Deep Impact porque finalmente las muertes no superaron los 20 millones de personas, aunque entre ellos estuviera el mismísimo Massimillian Schell, pero destrucciones hubo. Ni “Armageddon” que, comparada con “2012”, es una de las mejores películas de la historia.

Ahora voy a contar una cosa de la peli así que si vais a verla y no queréis enteraros no leáis. Una de las cosas y de los efectos dramáticos más ridículos y menos convincentes de esta peli ( y cuidado que tiene varios ) es el momento cumbre. Cusack después de salvar la vida de todos los del arca en una autentica misión suicida no aparece. Todos contenemos la respiración, no le hemos visto morir, es el prota, pero....no sale a la superficie...finalmente parece que ha muerto por la salvación de todos nosotros ( el nuevo Cristo )...más la cámara sigue mostrando el agujero por donde debió salir, los personajes también empiezan a asumir el triste final...de repente....una luz, siiiiiii está ahí...¡¡¡vive!!!....y de pronto todo el mundo (todos, incluso gente que no tiene ni idea de nada de lo que ha pasado) se abrazan alborozados como si hubieran conseguido el gol del triunfo en un Mundial, no se abrazaron cuando vieron que se salvaban, ni cuando finalmente se cerraron unas compuertas que hacían peligrar su existencia...no, la alegría se desborda cuando ven que un pobre tipo al que no conocen de nada emerge del agua salvando su vida. Es tan rematadamente absurdo y efectista.
Sólo conozco una película, de catástrofes también, en la que el protagonista desaparece y aunque todos le esperan nunca reaparece, asumiendo sin mostrarlo una muerte segura, un sacrificio, tal vez redentor por haber sido infiel...el tipo era Charlton Heston ( ¿quien si no?
), la peli “Terremoto”.

De Roland Emerich, me parece un punto interesante aunque luego divaga demasiado, “Stargate”. Y “Godzilla” se salva porque al menos le pone un punto de humor, como de no tomarse demasiado en serio, un punto cachondo que tienen los personajes humanos, Broderick, Reno, Pitillo y por supuesto Hank Azaria. Sobre “El día de mañana” lo mejor que se puede decir es que me aburrí mucho menos que con esta.

Lo que no aburre es este blog, nunca.
Abrazos, Carpet.

César Bardés dijo...

Bueno, no fue un plagio, no seamos malos. El mismo Allen reconoció que vio "Historias de la radio" en un cine-club de Nueva York y quiso homenajear ese comienzo con su "Días de radio".
En mi sesión, Carpet...¿te creerás que hubo aplausos? Y que conste que no era a la hora palomitera de las cuatro y media, no. Era a las diez y cuarto de la noche. Es verdad, por otra parte, que "Stargate" es lo más interesante de una filmografía que se antoja menos que mediocre. En cuanto a "Armagedón"...bueno, yo tengo la teoría de que esa película ha cambiado el curso de la historia del cine porque fue una de las primeras en demostrar cómo se puede hacer un verdadero éxito de una auténtica mierda pinchada en pingües palos.
En cuanto al cine de catástrofes siempre he tenido y siempre tendré una favorita, que aún con sus incoherencias y sus absurdos desarrollos, me sigue pareciendo una gozada verla y es "El coloso en llamas". McQueen y Newman, Astaire y Holden. Igualito que Cusack y Platt, que el impresentable de Chiwetel Ejiofor y Amanda Peet, que Danny Glover (más perdido que un elefante en un portaaviones) y Thandie Newton. Es que la paridad es muy importante en estos tiempos que corren.
Al menos me he reído un rato haciendo la crítica, lo cual, de vez en cuando, es un ejercicio de sanidad crítica.
Este blog es la leche, sí, pero no por el titular, sino por la gente que comenta, que cada vez aportan más ideas.

dexter dijo...

Pues hablando de aportar ideas, me gustaría matizar algo en torno a mi opinión sobre Wall-E. Tal vez, empleé mal el término sobrevalorado, que sí que es verdad que tiende a utilizarse de forma gratuita. Verás, yo esta peli la vi acompañado de mi sobrino de 6 años. El niño, claro, no se enteró de nada,continuamente me estaba haciendo preguntas acerca de lo que veía en pantalla, La película le desconcertó y le aburrió profundamente, y sospecho que me arrastró en su desconcierto y aburrimiento. Sospecho también que quizá tendría que volver a verla a solas para valorarla (sin el sobre delante) en su justa medida.

Anónimo dijo...

A ver, Dex, no te justifiques...hay películas que llegan al corazón y otras que le pasan raspando. Algunas como "2012" sólo se sienten en el culo cual hemorroide.
Es evidente que "Wall-E" llego a la piedra que Mr. Wolf luce entre sus aurículas y ventrículos, pero no fue así en nuestro caso. Podemos valorar sus virtudes, una gran magnitud de ellas, pero en cuanto a la maquina del sistole y el diastole, un leve rasguño. En mi caso, la que si lo atravesó fue "Up", en especial esos 20 primeros minutos maravillosos.
Volveremos a ver "Wall-E" y cada vez la apreciaremos más, pero el daño ya está hecho, o mejor dicho...no lo hizo.
Hay muchas pelis así, películas que has aprendido a apreciar al cabo del tiempo pero que no ocupan un lugar preferente en tus principales porque no lograron llegarte a la fibra en el momento adecuado...En mi caso, por poner un ejemplo, "Million Dollar Baby" me parece una maravilla pero sólo objetivamente, desde el punto de vista subjetivo no termina de encandilarme.

Abrazos, Carpet.

César Bardés dijo...

Pongamos los puntos sobre las íes. Es cierto y os doy totalmente la razón en que "Wall-E" no es una película que haya gustado a todos los niños. Muchos otros me han dicho lo mismo. Consideran que es una "película aburrida" y "muy poco divertida". Por otro lado, también es cierto que yo fui a verla con mi hijo de siete años, por entonces tenía seis, y que le parece la mejor película de dibujos animados que ha visto nunca. Es más, tengo que reconocer para mi eterna vergüenza de que él ha hecho que me fije en detalles en los que yo, como adulto, no había reparado. Ayer mismo (sondeando Reyes), le dije que si le había gustado "Up" y me dijo que mucho, que estaba seguro que iba a ganar el Oscar porque no había visto nada mejor este año. Por seguir hablando, le dije que si le gustaba más "Wall-E" o "Up" y él dejó de cenar un momento, se quedó mirando el plato y me dijo:
- Sinceramente, creo que "Up" es muy buena, pero "Wall-E" está un poquitíntíntín por encima.
Debo decir, por otro lado, que no es que le esté educando muy especialmente en esto del cine. Hemos estado todos con gripe esta semana y hemos visto pelis para aburrir. El miércoles me sorprendió diciendo:
- Papá, ponme "Los siete magníficos". Creo que si tuviera que vender todas las películas sólo para tener esa, lo haría, porque me parece la mejor película que he visto nunca.
Quizá es que a los niños de hoy les pones "Los siete magníficos" y les parece algo muy anticuado, muy poco realista, algo que no va con la marcha de sus tiempos aunque no sepan expresarlo. "Wall-E" es un compendio de películas de ciencia-ficción juntadas con ingenio y con un anti-héroe que es pura chatarra. ¿Dónde están los príncipes azules?

dexter dijo...

Uff, mi sobrino que es de la quinta de tu chaval no sabe ni lo que son los Oscars, pero bueno, supongo que es lo que tiene ser hijo de un crítico de cine, será algo de genes o yo que sé. El caso es que yo con mi sobri tengo especial cuidado en seleccionarle pelis no sea que luego sea peor el remedio que la enfermedad. Con esto te quiero decir que me sentiría especialmente oruglloso de meterle al chaval el gusanillo del cine, ya ves tú, vanidoso que es uno. De entrada, me llena de orgullo y satisfaccion que me pida constantemente ver ET o de haberle visto emocionarse con el final de Capitanes intrépidos.

César Bardés dijo...

"Papá, no me pongas "E.T." por favor, que cuando la nave se aleja y arranca y deja la estela del arco iris y se mezcla todo con la música esa tan bonita que suena y con las sonrisas y lágrimas de los que se quedan abajo, es que no puedo aguantarlo, me emociono, me pongo a llorar y me voy a la habitación porque vais a creer que soy una niña"
Mi hijo, dixit. Así, entre nosotros, yo también me pongo a llorar en esa escena, aunque lucho como un loco para que no se me vean las lágrimas y se me forma un nudo en la garganta y no puedo hablar y...en fin, críos.

dexter dijo...

Tal vez, habría que empezar por transmitirles lo bonito que es llorar en el cine y que lo de llorar tampoco es patrimonio exclusivo de las niñas. Un tema interesante este sin duda (y eso que partimos de 2012, fijate tu). El caso es que como te digo yo cuido con mimo la "educación cinematográfica" de este chico, no es cuestión de dar un mal paso y que no haya posiblidad de marcha atrás.

César Bardés dijo...

Totalmente de acuerdo. Pero también hay que iniciarles, y veo que tu lo estás haciendo, en las bondades del cine clásico porque tienen tendencia a considerarlo antiguo, a algo que no va con ellos en una era de colores. Mi hijo está empezando a disfrutar al igual que empecé yo, es decir, por el "western". Es un fan acérrimo no sólo de "Los siete magníficos", sino de "Winchester 73", o de "Río Bravo", o de "El Dorado" (lo pasa en grande con Mitchum). El otro día pasó la prueba de "La gran evasión" y se quedó pasmado viéndola enterita. "El signo del Zorro", "Scaramouche" (divertidísima, según él), "El capitán Blood", "Robin de los Bosques" e, incluso, tiene devoción por "Master and Commander" que ya es una película que me parece un poco por encima de lo que debería ver pero la aprecia mucho por el ecologismo del Doctor Maturin. Hay que tocar todos los palos, pero tenerlos todos bien afinados. Me sé de una madre cuya hija es compañera de su cole, que no tiene ningún reparo en ponerles "Excalibur", con todas sus brutalidades y lo justifica diciendo que eso es historia y que la historia no se debe esconder. Yo me encojo de hombros, naturalmente y le doy la razón pero imagínate en qué dirección van los hijos.

Anónimo dijo...

Aysss, que envidia que me dais, tan instructivos que os veo.
Yo también intento que mis hijos le cojan gusto a esto del cine, que a ver pelis ya lo tienen...pero el resultado es dispar.
De entrada, aunque lo he intentado en varias ocasiones el western les produce rechazo, ni "Los 7 magnificos", ni "Silverado" que son de las más facilitas llenas de acción y eso...Ven un caballo y un sombrero vaquero y se les pasan las ganas de ´prestar atención.
He conseguido que el crío se entusiasme con Chaplin, los cortos de cine cómico, al menos, pero a su hermana le repelen.
A ella le enganchan las historias sentimentales, y está obnubilada por "E.T", por "Peter Pan., la gran aventura" y sobre todo por "Quedate a mi lado".
A él le he llegado por la vía del cine de acción, Star warses, Indianas, y pelis de Marvel. A ella por "Los Goonies", "Regresos al futuro" y cualquier peli en la que un perro o gato hable.

Cinéfilos? tal vez no, pero.... cest la vie.

Carpet.

César Bardés dijo...

Bueno, cada uno se las apaña como puede y no cabe duda de que los niños tienen su propio carácter y desarrollan su propia personalidad aunque contengan rasgos nuestros. Los cortos de Chaplin también es un buen comienzo, qué duda cabe. A mí hijo le gusta Chaplin pero se tira más a por Buster Keaton, se descojona con "Las siete ocasiones", hay que entrarles por donde se dejen. Y que sean cinéfilos o no...francamente, da igual no? Lo que queremos es que sean buenas personas.

Anónimo dijo...

La vi. Mi culo dijo que es una peli de risa, con mucho efecto especial..y poco más. Lo que ya no entendió tanto es como de un tema, más o menos serio, se puede hacer una peli de risa. Soltó alguna carcajada que otra y ya está. Ah, también me dijo que le pareció larga..
Hacía mucho que no veía una peli de esas que al malo le ponen voz de eso, de malo malísimo.

Gema

César Bardés dijo...

Ahí puede que esté la piedra filosofal de la película, en enfocarla como una comedia, como un montón de gente intentando salvarse de algo que es imposible y que es risible.
En cuanto a la voz del malo, supongo que te refieres a la voz del ruso, que menuda voz le ponen. Lo que pasa es que el doblaje en general es de traca, bueno, en consonancia con la comedia, claro. Que conste que no es que esté haciendo risa de tu comentario, sino que me parece una extraordinaria manera de enfocar una película que puede que sí se haya hecho con el fin de hacer reír.
Buen culo, Gema, mucho sentido del humor.