jueves, 7 de enero de 2010

LA CARRERA DEL SIGLO (1965), de Blake Edwards

Un buen día, a Blake Edwards se le ocurrió dejar de hacer tragedias como Días de vino y rosas o experimentos en el terror como Chantaje contra una mujer y decidió pasarse al terreno de la comedia gruesa, de diversión punteada de parodia, de visualidad inmaculada y de ridículas arrogancias disfrazadas de héroe. En este caso, cogió una serie tan celebrada de dibujos animados como los Autos locos de Hannah-Barbera y los convirtió en figuras de carne y hueso, con todos sus defectos y sus expresiones caricaturescas con ligeras variaciones de concepción aunque no de intención.
Así pues tenemos al mejor Pedro Bello que podemos imaginar en los ojos hechizantes y sonrisa refulgente de Tony Curtis. Un héroe ideal. Un piloto consumado. El tipo que es principio y fin de toda aventura y que, además, nos deja un regusto a parodia creada desde la misma visión interior de un ridículo sonrojante. El mérito de Tony Curtis reside precisamente en eso. En crear un personaje a partir de las esquirlas de una parodia de sí mismo. El resultado, como no podía ser otro, es ideal, un derrape.
Por otro lado, poniendo el toque de belleza femenina tenemos una Penélope L´Amour que está algo alejada del dibujo en el que se inspira pero que transpira encanto, desvalimiento aunque es una mujer de armas tomar, suerte femenina y galanteo inspirado con el único tipo que hace que se le resquebrajen las ruedas. Esa chica es Natalie Wood, claro. Y entre adelantamiento y aceleración, se nos encaja la mandíbula en una sonrisa de ojos que también saben reírse de sí mismos en un interminable viaje hacia la conquista del hombre amado. Heroína para el héroe. Volante para el coche. Pedro y Penélope.
Sin embargo, allí donde rugen los motores tenemos a un Pierre Nodoyuna (aquí transformado en el Profesor Fate o, más claramente, en el Profesor Destino) que asume los rasgos y la maldad intrínseca que posee Jack Lemmon. Como no podía ser de otra forma, se nos sirve en forma de fino bigotito y de continuo despropósito como un diabólico competidor que sólo persigue el triunfo como forma de acabar con la fealdad que le produce la belleza inmaculada. Eso sí, Blake Edwards tiene la delicadeza también de mostrarnos el lado más cómico y Lemmon se desdobla en otro papel que manda reír sólo cuando él ríe. Y reímos sin permiso, claro.
Y así vamos cubriendo etapas en una carrera que se convierte en una alocada competición que dirimirá quién está más chalado y se da el morrazo apropiado con unos cacharros que se mueven por milagro. La meta es la risa. La risa que, en un momento dado, brota ya con vida propia porque, en el fondo de tanta velocidad, subyace la certeza de que somos todos unos personajes muy ridículos si los dibujos animados pudieran vernos a través de la pantalla cual espectadores emocionados. Ríanse, ríanse...ahora sí...ahora no...ahora sí...ahora no...

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay amigo, que me has dado donde más me duele. Hay dos películas que me hacen reir siempre que las veo, nunca puedo resistirme a la carcajada, son risas con aroma a infancia pues ambas vienen de comedías que vi cuando aun jugaba al gua.
Una de ellas es un ejercicio ágil y trepidante de una carrera atravesando el país (EEUU, claro está) en pos de un tesoro escondido bajo la gran W, era Stanley Kramer con su "El mundo está loco. loco. loco" y sus 10 minutos finales frente a los que no puedo reprimir las carcajadas.
La otra es esta "Carrera del siglo" que me convierte en el mismísimo Joker durante hora y media, incapaz de borrar de mi cara la media luna de la sonrisa, salvo en ocasiones, muchas, para abrir las fauces y lanzar grandes risotadas.
Hay dos comentarios que debo hacer ante tu magnífico post. Has hablado de Pedro Bello, Penelope L´amour (yo creí que era Glamur, en los dibus) y de Pier Nodoyuna...fantásticos los tres, pero no quería yo dejar pasar al otro gran protagonista de la función, porque del mismo modo que en los dibujos animados Nodoyuna nos hacía gracia potenciado por la colaboración inestimable de su fiel y cínico amigo, el perro Patán, en la película de Edwards el compañero se personaliza y toma vida gracias al estupendo Peter Falk, que dota a su personaje de un punto menos ácido, más servil, pero más popular, un fiel escudero emulo de Sancho Panza, junto al reverso del Quijote, más presto a facer entuertos que a desfacerlos. El otro comentario es al hilo del ritmo, punto y ambientación de la película, muy próximo al cine cómico de los antaños años del cine mudo, innumerables gags de la peli son revisiones de aquellas pequeñas joyas que cuando chico nos entregaban entre programa y programa en la TVE ( ahora que finalmente no hay descansos publicitarios en la tele pública, no estaría de más repescar aquellos cortos hilarantes para llenar la parrilla y no estirar o repetir los programas de forma innecesaria), las caídas de culo, los golpes desafortunados, son mucho más abundantes que los chistes verbales y la batalla de tartas es una gozada en la mejor tradición de los cortos de Chaplin, divertidísima. Muchos hablan maravillas del Edwards de “El guateque”, pero tal vez sean risas más limpias, ingenuas e infantiles, perdonen que les diga pero mi preferida seguirá siendo “La carrera del siglo”
Abrazos y gracias por los recuerdos que me has traído con este post, Carpet.

César Bardés dijo...

Tengo que reconocer que yo también río mucho cada vez que veo esta pequeña joya del "slapstick" y que tienes mucha razón al destacar a Peter Falk como el equivalente humano a "Patán". También es cierto que el humor de "El guateque" es más fino (muy en la línea de Jacques Tati) y que aquí estamos ante una revisitación del cine mudo, de la torta y de la risotada gamberra. Yo, te confieso, ya cuando aparece Tony Curtis y le brilla la sonrisa...ya me han ganado...ahí empieza mi debacle carcajeante. Termino con el rey que también interpreta Lemmon y con su carcajada que, a su vez, me hace carcajear...bueno, que me lío. Que es una comedia muy sana y muy divertida y muy rápida a pesar de su duración. Preparados, listos...

Scarlett dijo...

¿Tú también jugabas al gua?

Scarlett dijo...

Yo tampoco entiendo a los que se aburren escribiendo de cine.... y siguen escribiendo.
Y desaparecen. Y se despiden precipitadamente ¿para crear misterio?. Y se inventan otra sección aún más tediosa que las anteriores. Y vuelven aún más aburridos que lo eran el mes anterior.
¡¡¡Pero si es tan fácil como.....DEJAR DE ESCRIBIR!!!.
Ni siquiera tienen un compromiso firmado, como tú o como yo lo tuve, con un medio de comunicación. Es tan fácil como dejar de mantener un blog aburrido y que aburre, en el que un grupo de personas -sólo por devolver el favor- le dicen lo buenísimo que es. Y ¡sólo por devolver el favor!, claro está. El mundo de los blogers funciona así, y si el tipo y los colaboradores que se busca para que le hagan publicidad (ahora metidos en un cajón), van por ahí, de blog en blog, diciendo lo maravillosa que es la gente y lo bien que escribe (sea quien sea y escriba lo que escriba); normal es que esa gente, como un boomerang, se tengan que pasar por el blog del aburrimiento para devolver el cumplido.

Un blog que no aporta nada, además. Que reseña los clásicos de puta pena, y que carece de criterio en "cine moderno"

Algo se me escapa. Posiblemente que esa pantomima llamada blog de cine no sea más que una lanzadera para conocer a tías y poder echar algún ciber-polvo.
Porque otra cosa...

(Ya me conoces, César, ¡¡¡tengo que escribir esto en algún sitio!!!. Yo no sé a quiénes te refieres tú, pero tu comentario me ha venido a "güevo" para expresar lo que pienso. No me borres... plis).

César Bardés dijo...

Bueno, yo lo decía en un sentido muy amplio pero entiendo lo que quieres decir y ya sabes que estoy de acuerdo contigo aunque eso conlleve una falta de personalidad insultante como parece ser que tengo. En cualquier caso, como dice un buen amigo mío: "Cada uno sabe el tiesto donde mea" y a mí lo que hagan los demás me da exactamente igual mientras no invadan mis libertades, mis derechos y mis presunciones de ser una persona normal. ¿Que quieren escribir aburriéndose? Que lo hagan. ¿Que quieren ligar valiéndose de unos supuestos conocimientos cinematográficos? Adelante. ¿Que quieren dar a entender que saben más que Miguel Marías en una noche de euforia? Cojonudo. ¿Que su aspiración es ser reverenciado porque, evidentemente en su casita tienen algún defecto de afecto? Están en su derecho. Me da exactamente igual. Allá ellos y sus acciones. Son perfectamente libres de hacerlo mientras no invadan mi espacio vital con tal de parecer más, mejores y más largos de cerebro en una clara metáfora sexual. Dejo el comentario porque no he borrado ni uno solo en todo el blog salvo un par que pusieron de publicidad. Éste es un espacio libre, sin previa moderación y, para bien o para mal, me siento muy orgulloso de ello. Incluso existe el derecho de réplica.
En cuanto al mundo de los bloggers, pues vuelvo a repetirlo. Me he declarado fuera de ese pretendido juego de "yo te visito, te digo lo bonito que es tu blog y tu vienes al mío y me dices lo mismo". El que quiera dejar un comentario aquí tiene para mí el triple de valor que si fuera uno por devolver el favor porque así estoy más seguro de lo que escribo, y si lo hago bien (que lo hago9 y si lo hago mal (que también lo hago).
Sin personalidad, ninguna.

M.I. dijo...

No, hombreeee, derecho de réplica dices...
En sus maravillosos mundos de Yupi, repletos de hipocresía, de COBARDÍA, de maldad y de una supuesta dignidad que es la que yo utilizo para limpiarme el culo, replicar a este tipo de comentarios es "rebajarse". Todavía no entienden que han creado un infra-nivel del que no saben salir, del que no saldrán nunca. Y sí, mala que soy, porque me estoy refiriendo de lleno al terreno personal.

A mí, ¿qué quieres que te diga?
-Como criticadora de películas (cuando yo criticaba), me molestaba muchísimo hacer un máster de la película a tratar (pocos datos había de dicha película que yo desconociera) y un esfuerzo tremendo por analizar la cinta con la mayor objetividad posible; para luego que te venga un tío diciendo algo así como: "falla el guión, falla el diseño de producción, falla el montaje, falla el casting". Te lo suelta, se queda tan fresco, cuelgan mi crítica junto a la suya... Llámame pretenciosa (que lo seré), pero me niego a compartir espacio con un tío que dice estas cosas sin más. Por eso abandoné cierto portal de cine. Considero que era una falta de respeto a mi trabajo (que sería mejor o peor, regular o malísimo, pero que está hecho con seriedad).

-Como lectora y como estudiosa de los clásicos... a mí sus comentarios me aportan una mierda. Nunca me ha dicho algo que no supiera. Y que no se te ocurra preguntarle nada....que te salía con la escopeta cargá, hasta que me eliminó (como no podía ser de otra manera) por ser una de esas personas (yo) que no interesan. Lógico y normal.

César Bardés dijo...

Sí, hombre, sí, aquí tiene derecho de réplica hasta el enano mudito, creo que es un derecho inalienable del individuo, al fin y al cabo porque siempre, por muy listos que nos creamos, habrá alguien más listo todavía.
Por otro lado, si quieren crear sus mundos de Yupi, allá ellos mismos consigo mismos, mismamente Dios mediante. Mientras sus mundos no choquen con el mío que es pequeñito y soso (soso, sin sal). Por otro lado, ya sabes que yo rechacé escribir en esa página porque no había filtro previo y puede escribir cualquiera que se presente y eso no es más que un montón de opiniones de unos cuantos "fricríticos" que escriben ahí, como puede hacerlo cualquiera, y luego presumen de que escriben en esa página como si fueran corresponsales de guerra. Muy pocas "opiniones" me han interesado de ahí y no veo visos de cambio. Como tú bien dices, la categoría de tu trabajo también se mide por con quién cruzas tus plumas. Yo estoy muy orgulloso de que cierto personaje se haya ofrecido a cruzar su pluma conmigo y no voy por ahí presumiendo, ni tirando plumas a mi paso. Se sabrá en su momento, como es lógico.
Por otro lado, como estudioso de clásicos, hay que saber bastante y tener una idea aproximada de muchas cosas para poder escribir con propiedad sobre ellos. Yo ni pincho, ni corto, las mismas letras descubren lo que vale una frase. Las mías, son sosas. Las de los demás, allá ellos y sus circunstancias.

M.I. dijo...

Pues sí. Tienes toda la razón.
Además, ya no es posible chocar. Vamos en paralelo.
Tú, a años luz de todos nosotros. Tu último despegue es inalcanzable. En realidad, siempre fuiste inalcanzable, sólo que yo siempre lo supe, y él todavía no.

Yo, estoy retirada, en el exilio de la maternidad, que creo que dura para siempre.

Ellos, ni lo sé, ni me importa.

Anónimo dijo...

Mmmm...como mola, "La carrera del siglo"....vosotros pedro Bello y Penelope L´amour (¿o era Glamour?) y él (quien quiera que sea) Pier Nodoyuna, maquiavélico y tristemente perdedor irremediable frente al bien representado por la pareja perfecta...En fin vosotros a vuestro mundo, yo no se de que habláis, pero me mola más cuando lo haces de cine...

Carpet.

César Bardés dijo...

Pero si estamos hablando de cine, Carpet. Es "Chantaje en Broadway" sólo que en versión más cañí. Y soltar sapos y culebras es algo que me parece perfectamente normal siempre que no haya una censura que me haga quedar a mí como el tipo más guay, más fantástico y más chupasobacos del mundo. Ni ella es Penélope L´amour, ni yo Pedro Bello ni él Pierre Nodoyuna. En todo caso yo soy el tipo falto de personalidad y los sapos y culebras salen de otras partes por Dios sabe qué razón. Y como soy falto de personalidad pues dejo aquí el temita y pasamos a hablar de cine de verdad. Ah, por cierto, igual que existe el derecho de réplica para cualquiera, también está el mío y además utilizo mi espacio y no el de otros ni el de los demás para dar una imagen de elegancia. En cuanto al cine, lo último que he aprendido es a aceptar con sencillez las cosas que te sucedan, así que las acepto y me voy de donde no soy bien recibido. Jeroglíficos Bardés a su disposición.

Anónimo dijo...

Jajaja...bien está lo que bien acaba...y acepto el tirón de orejas. Esta es tu casa y no soy quien para decir si se te están ensuciando las estanterías...Sapos y culebras no sueles llevar, o no te hacía yo de llevarlas, vamos...pero si es así y como dije en otro sitio, tal vez sea mejor echarlos no sea que te ulceren.

Hablemos pues de cine que aunque se me dan bien los jeroglificos no siempre levo a mano la piedra roseta y algunos se me resisten

Abrazos de cara a la pared, castigao con orejas de burro y arrepentido, Carpet.

César Bardés dijo...

De vez en cuando, las estanterías se llenan de polvo aunque suelo tener la casa bastante limpia. Los sapos y culebras por aquí no aparecen a no ser que me los echen previamente sin ton ni son y hay algunos expertos en eso que son capaces de hasta escribir a mi periódico adjuntando un par de articulos suyos con tal de que comparen con los míos y a ver si le cogen a él y me echan a mí. Incluso ha llegado a ofrecerse gratis y, aún así, ha sido rechazado. Bueno, nada de esto es verdad. Sale en "Un gran reportaje", de Lewis Milestone, de 1931, primera de las versiones que se hicieron de "Primera plana". Cine, sólo cine.

M.I. dijo...

Gran película "Un Gran Reportaje". Gran director el artesano.

César Bardés dijo...

Bueno, tenía de todo. Lo cierto es que comenzó con las cosas a su favor para convertirse en un autor porque hizo dos grandes películas con "Un gran reportaje" y, sobre todo, "Sin novedad en el frente" pero recordemos que "Rebelión a bordo" fue un desastre porque no hizo más que ceder a los caprichos de estrella de Brando al sustituir al director previsto que era Carol Reed. De una promesa se convirtió en un "apaga-fuegos". Pero de lo que no cabe duda es que hizo una gran película con "Un gran reportaje" y se le ha negado el respeto por esta versión porque todo el mundo se ha centrado en "Luna nueva" o "Primera plana" porque nombre como Hawks y Wilder estaban asociados a ellas y la versión de Milestone puede estar casi, casi a su altura. La que no vale nada es la tontería que hizo Ted Kotcheff con el título de "Interferencias" (qué a propósito, por cierto) con Kathleen Turner y Burt Reynolds. Buena película "Un gran reportaje", sí señor.

M.I. dijo...

Ahí te esperaba yo, jajajaja, en lo del apaga-fuegos. Lo bueno de parecer "tan seria" es que pocas veces se me capta la ironía. Yo tampoco entiendo ese afán de algún friki por ensalzar a Milestone, a quien no considero más que un artesano modesto. Una buena película no justifica una carrera... pudo ser casualidad.

César Bardés dijo...

Pues no, Milestone no era un autor por mucho que nos repitamos "era un autor, era un autor". Tenía de autor lo que yo de novicio. Y por supuesto que una buena película no justifica una carrera. El ejemplo más reciente lo podemos tener en Danny Boyle, ensalzado hasta límites insospechados por "Slumdog millionaire" cuando su película realmente buena es "Tumba abierta" pero...ten éxito con una "frikada" como "Trainspotting" y verás el cielo abierto.