Desde la noche que, sobre mí, se cierne,
Negra, como su insondable abismo,
Agradezco a los dioses, si existen,
Por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia,
Nadie me vio llorar, ni pestañear.
Bajo los golpes del destino,
Mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira,
Yacen los horrores de la sombra,
Pero la amenaza de los años
Me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
Cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino.
Soy el capitán de mi alma.
Desde la noche que, sobre mí, se cierne puedo vislumbrar un nuevo amanecer en el que todos podamos vibrar por un esfuerzo común. No importarán las necesidades inmediatas puesto que lo primero es lograr que un blanco no vuelva la cabeza por desconfiar de un negro. Y que un negro no desee vengarse por tantas lágrimas que África ya ha derramado. La separación social entre hermanos de una misma nación por una cuestión de raza debe ser derrotada por mi alma invicta. No soy ningún Dios, sino un hombre que agradece a todos los que trabajan por hacer de cada día, un país un poco mejor, un país sin rechazos, un país que tiene la obligación de perdonar, de olvidar y de mirar hacia delante, todos juntos, a una misma ilusión.
Caído en las garras de la circunstancia, mi mundo se redujo a cuatro paredes muy estrechas, al incesante picar en las piedras con dureza de diamante, a levantar la mirada para soñar que, un día, en manos del tiempo, alguien podrá hacer que los colores que deseemos ver sean los mismos, que el entusiasmo sea un solo grito, como un coro de voces negras y blancas que celebran una victoria que durante tantos años se nos ha negado. Así el mundo, tal vez, mire y se pueda dar cuenta de que somos un pueblo con dignidad y convicción. No se trata del juego, no se trata de la duda, se trata de la gente. Mi gente. Toda mi gente. Y eso he de lograrlo antes de que los años me encuentren y sea un espejismo para los que una vez fueron ejemplos de valentía.
No importa cuán estrecho sea el camino, tendré que ir por senderos de reconciliación, de memoria borrada, de humanidad sentida cuyo centro y origen deberá partir de mí. Habrá que acercar los ídolos al pueblo que sufre porque sufrirán menos y los ídolos estarán más altos en la admiración de los que se llaman personas. La fuerza siempre estará en la unión y no en fomentar el odio que se ha colado durante tanto tiempo entre los barrotes de mi celda intentando que el olvido me tape con una manta, tratando de asesinar una rebelión que nunca quise desde el desprecio sino desde la amistad que, desde el primer instante, tendré que demostrar.
Soy el amo de mi destino, porque de mi resistencia, vendrá la paz y el estrechamiento de manos, el alarido común ante la injusticia, el sueño de los apartados y la tranquilidad de los privilegiados. De mi destino y mis decisiones, dependerá el júbilo y la tristeza, la alegría y la violencia, la evasión o victoria, la historia del triunfo y la anécdota del perder. Mi destino tendrá que ser contado porque de la cárcel, pasé a ser presidente. Y no fui perfecto porque hay muchos problemas que dejé sin resolver como los pobres, la delincuencia, las casas o el trabajo. Al menos, ese destino que ha estado en suspenso durante veintisiete años, fue el detonante que, sin rabia, convirtió a los enemigos en compañeros, a un equipo de exclusivos en una escuadra de iguales, a una esperanza en un futuro posible, a Sudáfrica en un hogar sin barrotes en las ventanas.
Soy el capitán de mi alma...
Agradezco a los dioses, si existen,
Por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia,
Nadie me vio llorar, ni pestañear.
Bajo los golpes del destino,
Mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira,
Yacen los horrores de la sombra,
Pero la amenaza de los años
Me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
Cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino.
Soy el capitán de mi alma.
Desde la noche que, sobre mí, se cierne puedo vislumbrar un nuevo amanecer en el que todos podamos vibrar por un esfuerzo común. No importarán las necesidades inmediatas puesto que lo primero es lograr que un blanco no vuelva la cabeza por desconfiar de un negro. Y que un negro no desee vengarse por tantas lágrimas que África ya ha derramado. La separación social entre hermanos de una misma nación por una cuestión de raza debe ser derrotada por mi alma invicta. No soy ningún Dios, sino un hombre que agradece a todos los que trabajan por hacer de cada día, un país un poco mejor, un país sin rechazos, un país que tiene la obligación de perdonar, de olvidar y de mirar hacia delante, todos juntos, a una misma ilusión.
Caído en las garras de la circunstancia, mi mundo se redujo a cuatro paredes muy estrechas, al incesante picar en las piedras con dureza de diamante, a levantar la mirada para soñar que, un día, en manos del tiempo, alguien podrá hacer que los colores que deseemos ver sean los mismos, que el entusiasmo sea un solo grito, como un coro de voces negras y blancas que celebran una victoria que durante tantos años se nos ha negado. Así el mundo, tal vez, mire y se pueda dar cuenta de que somos un pueblo con dignidad y convicción. No se trata del juego, no se trata de la duda, se trata de la gente. Mi gente. Toda mi gente. Y eso he de lograrlo antes de que los años me encuentren y sea un espejismo para los que una vez fueron ejemplos de valentía.
No importa cuán estrecho sea el camino, tendré que ir por senderos de reconciliación, de memoria borrada, de humanidad sentida cuyo centro y origen deberá partir de mí. Habrá que acercar los ídolos al pueblo que sufre porque sufrirán menos y los ídolos estarán más altos en la admiración de los que se llaman personas. La fuerza siempre estará en la unión y no en fomentar el odio que se ha colado durante tanto tiempo entre los barrotes de mi celda intentando que el olvido me tape con una manta, tratando de asesinar una rebelión que nunca quise desde el desprecio sino desde la amistad que, desde el primer instante, tendré que demostrar.
Soy el amo de mi destino, porque de mi resistencia, vendrá la paz y el estrechamiento de manos, el alarido común ante la injusticia, el sueño de los apartados y la tranquilidad de los privilegiados. De mi destino y mis decisiones, dependerá el júbilo y la tristeza, la alegría y la violencia, la evasión o victoria, la historia del triunfo y la anécdota del perder. Mi destino tendrá que ser contado porque de la cárcel, pasé a ser presidente. Y no fui perfecto porque hay muchos problemas que dejé sin resolver como los pobres, la delincuencia, las casas o el trabajo. Al menos, ese destino que ha estado en suspenso durante veintisiete años, fue el detonante que, sin rabia, convirtió a los enemigos en compañeros, a un equipo de exclusivos en una escuadra de iguales, a una esperanza en un futuro posible, a Sudáfrica en un hogar sin barrotes en las ventanas.
Soy el capitán de mi alma...
50 comentarios:
Emocionante. Todavía no la he visto pero no tardaré...
Espero que te emocione tanto como a mí aunque ya he oído voces diciendo que de eso nada. Algo tan respetable como las lágrimas que no dudé en derramar, como tantas otras veces, dentro de una sala de cine. Bienvenido a estos lares hechos de celuloide y sueños.
Yo soy
(ay, qué lástima con que "yo soy", si yo estoy en el exilio... Empezaré de nuevo:)
Yo era de las que tomaban notas a pie de pantalla de cine para confeccionar la posterior crítica. A veces, salía del cine con la crítica ya hecha (ya ves tú de qué me valían las notas de producción: de ná.)
El caso es que cuantas y cuantas veces salí del cine con las notas empapadas en lágrimas. Luego, me reponía e intentaba anteponer la objetividad, motivo que justifica mi insensibilidad, jajajaja.
Que Wilder que es Dios me perdone, pero el director no es santo de mi devoción.
El director no es santo de tu devoción porque no te gustan las reglas del cine clásico y te cuesta entrar en ellas, salvo Mankiewicz y algún otro. Es lógico. Para mí, por otro lado, es una gozada poder ver aún algo de intención de clasicismo en el cine moderno.
¿Qué?
Jajajajaja, luego dice que lo ataco yo.
Me tacha de anti-reglas-clásicas, de no saber entrar en ellas, y remata con un "es lógico".
Más te vale ir explicando eso con claridad, Sr. Bardés.
Por cierto, en el "algún otro" añade a Huston.
Enhorabuena, Wins, me has emocionado mucho con tu post, desde luego, y me duele decirlo, créeme, mucho más que Eastwood con su película. Todavía sigo dandole vueltas al porqué una historia que es pura emoción y en la que además están detrás un actor y un director supoerlativos no ha logrado traspasarme el alma. Qué ha podido fallar. Tal vez que las esperanzas depositadas en Eastwood tras el conmovedor relato de John Carlin eran demasiado altas. Quizá por el tono ligeramente hagiográfico que adopta a veces el director para retratar a su homenajeado. Sin duda, Clint le tiene respeto a la figura de Mandela y a los valores que encana y más que Clint Morgan Freeman verdadero alma mater de este proyecto. El actor realiza un trabajo notable, aunque a veces me da la sensación de estar viendo de estar viendo a Morgan Freeman y no a Mandela. Una película muy valiosa por lo que representa y por el oficio que destila, y desde luego una injusticia que no esté entre las diez finalistas a los Oscars (acaso ha de estar mejor la tontería esa de la Bullock) Otra cosa es que a nivel emocional la cosa te llegue más o menos, entramos en terrenos muy personales e incontrolabes. Ya sabes que el propio Eastwood decía en una pelicula que los gustos son como los culos, que cada uno tiene el suyo y se piensa que es el único que huele bien, pues lo mismo se puede aplicar a las emociones y a los sentimientos. En cualquier caso doy gracias a Dios y a Eastwood porque la película haya conseguido inspirar en alguien palabras tan bonitas como las tuyas.
Yo no digo que no sepas entrar en las reglas clásicas, sino que entras mucho mejor en el cine contemporáneo que en el clásico y es lógico que minusvalores la obra de un tipo que hace cine en la mejor tradición. Por cierto, qué acertada has estado con lo de Huston. No sabes cuán hustoniana es esta película. Es más hustoniana que fordiana que es a lo que nos tiene acostumbrados el director.
En cuanto al análisis serio, Dex, yo sé que no lo parece pero sí que hay análisis en toda esa emoción vertida en el artículo. Puede que no llegue o no sepa expresarme con claridad porque es una película que supo emocionarme desde el minuto uno al último. Por otro lado, creo que tiene secuencias maravillosas como la visita a la cárcel de Robben Island por parte de Pienaar (que no está en el libro de John Carlin que, creo, has leído y que es una secuencia puramente de director) y la introducción del niño que rechaza la camiseta y al final, poco a poco, se acerca al coche de los policías para escuchar el partido porque no tiene otro medio de saber cómo quedan. A mí me parece espléndida esa idea porque simboliza una unión que, de otro modo, sería imposible y, de hecho, al principio del partido los policías rechazan al niño para luego acabar como acaban.
Por otro lado, tampoco creo que dé una imagen hagiográfica de Mandela puesto que en el libro, magnífico por cierto, el propio presidente reconoce el fracaso que tuvo como padre y como esposo (apuntado en la conversación con su hija que, en ningún momento, simpatiza con su padre aunque sí con su causa). También en el libro se apunta que Mandela no fue el presidente ideal y que dejó muchos problemas sin resolver (también apuntado en la conversación en el coche con la secretaria) y que dejó muchísimas asignaturas pendientes porque lo que más le preocupaba era la fractura social del país. ¿Que es previsible? Por supuesto que lo es. Es historia. Yo ya sabía cómo terminaba la película. ¿Que es oportunista? Yo no la veo oportunista teniendo en cuenta que el rugby a los americanos les da exactamente igual, más o menos como a nosotros y, es más, creo que el rugby para nada es el móvil de la historia. El móvil, dentro de mi visión, es el retrato de un hombre que, más que un político, fue un estadista que, a mi entender, es un escalón un poco más alto.
Con todo ello, sigo diciendo que estoy seguro de que los problemas sociales de Sudáfrica no se resolvieron con un mundial de rugby y que, aún hoy, se nota esa desigualdad social. No es menos cierto (y siguiendo con el libro de Carlin) que el equipo de rugby de Sudáfrica realizó aquel mundial con todos sus miembros de raza blanca menos uno. Hoy, vigentes campeones del mundo porque volvieron a serlo en 2007, son mitad y mitad, haciendo válido un principio que, además, entrando ya en temas más difíciles, aboga por borrar la memoria histórica, apuntado en el artículo. También me parece un acierto la historia paralela de los guardaespaldas y de cómo se enteran también del fracaso familiar del presidente.
¿Sabes lo que creo? Creo que si esta película la hubiese dirigido cualquier otro, todos diríamos que es emocionante, que es necesaria, que está muy vigente, que es...(rellene con la palabra que crea conveniente). En todo caso, creo que la intención de Eastwood también se dirige al alejamiento del "panem et circenses" que otros tan bien saben aplicar para hacer del deporte un instrumento para cosas muy diferentes que para lograr la paz de un país que, en aquellos momentos, era muy frágil.
En fin, igual que Eastwood decía aquello de que las opiniones tal tal (una frase que nunca me han gustado porque con ella se puede justificar cualquier cosa), también podríamos decir que para gustos, colores (y con esta también podemos justificar lo que nos sale del pie). Si me pongo riguroso, te diré cuál es el mayor defecto de la película. Ese dibujo temible que hace de los contrarios, los "All Blacks" de Nueva Zelanda, con esas caras de malos que tienen y que hacen que desees que ganen los "bokkas". Si nos ponemos rigurosos, también podríamos decir lo extraordinariamente bien que maneja la cámara lenta combinada con el sonido para describir no un acto de heroísmo, sino de fuerza y resistencia, de lucha, de no rendirse, lo cual no tiene nada que ver con el heroísmo sino con la propia condición del hombre y que muy raras veces demuestra. Son capitanes del alma de un país que se desangra por el odio.
En cualquier caso, gracias por decir que mi artículo está por encima de lo que Eastwood ha intentado. Yo sé que no es así.
Por cierto, una cosa que se me ha olvidado apuntar y que a Eastwood se le pasó meter en la película para ser aún "más fácil". Nelson Mandela fue el padrino del primer hijo de François Pienaar. Y al segundo, lo llama "Gore" que, en Afrikaans parece ser que significa "Valiente". Eso hubiera sido un final mucho más oportunista ¿no?
Bueno, yo no te he dicho que tu artículo esté por encima de la peli de Eastwood, ojo al matiz, te he dicho que lo siento más cercano. Y en parte te envidio por que la pelicula te haya conmovido, cosa que conmigo no ha hecho y que hayas sabido argumentar tan esplendidamente los motivos de esa emoción, probablemente yo no podría. No te puedo decir que se hubiera dicho de esta película de haber sido dirigida por otro, seguramente hubiera habido división de opiniones como en todo. Entiendo también que Eastwood es un maestro de vocación clásica y como tal le permitimos ciertos recursos que no les pasaríamos a otros, pero , ojo, también el tío maneja esos recursos como nadie (la escena del niño y los policias que mencionas podría haber resultado grotesca de haber sido rodada por cualquier otro) Yo no te voy a eso, te voy a que con toda la carga emocional que tiene la historia pues me gana en momentos muy puntuales y contados. Uno de ellos es el de la visita a la cárcel que nombras y otro tiene como protagonista a Eunice, la criada negra de los Piennar, en el que creo que es su único diálogo en el film.
Tienes razón. Lo que has dicho es que ha inspirado palabras que te son más emocionantes que la película en sí. En cualquier caso, yo sé que no es así. Cierto que la escena del niño y los policías podría haber sido grotesca, pero él lo hace fácil (creo que es uno de sus grandes secretos), no busca la ampulosidad y, poco a poco, te va introduciendo en lo que él quiere lanzar como mensaje. Bien es cierto que también es un momento muy emocionante el de la criada, así como el de llevar la entrada para ella porque Pienaar piensa que debe estar allí, como sus padres.
En cualquier caso, yo comprendo con toda facilidad que sea una película que emociona a algunos, emo a otros y ociona al resto, creo que me explico con claridad. En todo caso, tu argumentación también es muy válida y, como tal, la acepto y la respeto.
Vaya por delante mi absoluta admiración a la capacidad como "hombre que cuenta cosas" de Clint Eastwood, un cineasta que siempre ha logrado atraparme con sus discursos narrativos.
Eastwood (como ya he comentado en este blog) es un director democrático, puesto que siempre ofrece algo al que se sienta en una butaca, sea cinéfilo o no.
Su capacidad para contentar por igual a crítica y público (siempre cito en estos casos a John Sturges o Tarantino) es algo que solo está en manos de unos pocos privilegiados. Y tanto el que va a entretenerse, como el que espera "algo mas" rara vez no sale complacido de su trabajo.
Invictus me parece una buena película, pero nada mas. Desde mi respetuoso punto de vista, creo que es un film que juega con la cancha a favor desde el momento de su génesis. Ya que la épica deportiva, y el conocimiento previo de lo que aconteció por parte del espectador, hace que todo el argumento se torne hacia lo que finalmente se acaba viendo.
Si a esto le sumamos un entorno donde las desigualdades e injusticias han estado muy presentes.. tenemos un entorno ideal donde desarrollar un film.
La balanza se inclina del lado del optimismo y la esperanza, y eso.. puede ser un hándicap enorme cuando se trata de hacer una película que incluya temáticas deportivas.
(parte primera del comentario)
La primera mitad de la película (y partes del núcleo de la misma) es sin duda lo mas interesante desde mi punto de vista, y donde se refleja realmente el mar donde Eastwood suele moverse mejor y mas audazmente. Las intenciones y tiros iniciales del film van bien encaminados con grandes momentos interpretativos de Freeman, aderezados con buenas secuencias (la de la llegada al edificio presidencial ante el abandono de los empleados del anterior gobierno... de lo mejor)y escenas donde la música Eastwodiana (exactamente igualita a la de momentos de Gran Torino) rodea estados de ánimo (Mandela firmando un documento en su despacho; Pienaar visitando el recinto carcelario donde vivió el presidente) son escenas donde alguien que vaya buscando claves del autor en este film se verá saciado y complacido.
Un inicio prometedor que se va des-hilachando con el paso de los minutos, para entrar en el terreno del descontrol narrativo.
A mi personalmente el último tercio es lo que me sobra. La parte épica de la película (propia de películas como Rocky o Evasión o victoria) donde la formalidad visual del tópico deportivo (viva la cámara lenta del último balón pateado) prima en detrimento del desarrollo y desenlace de algunas historias que quedan desilachadas...
off topic - y que me extraña que Eastwood haya dejado escapar desaprovechando elementos enriquecedores de guión (la línea de autobus que no funciona..., los problemas de salud de Mandela por la saturación del trabajo (secuencia que como viente, se va)..., el debate político reflejado en la familia de Pienaar..)--
A pesar de la calidad de algunas imágenes que demuestran que técnicamente el americano es un excelente realizador (la cámara desde abajo recogiendo las melés, o los preciosos planos estáticos donde se recoge un graderío entero con todos los movimientos colectivos de público) creo que Eastwood se pierde, con un metraje de mas de 15 minutos donde no se ve absolutamente nada que aporte a la historia (salvo la excelente secuencia entrecortada del niño con los policías). Con tópicos como los discursos varoniles y de sentido épico, el contínuo vaiven del videomarcador o la típica cámara lenta con el balón final...
El mundo de la épica deportiva es un terreno fanganoso por el riesgo que se corre. Buenos directores como Huston (Evasión o Victoria) o George Roy Hill (El castañazo)salieron airosos y vaya por delante que considero que Eastwood también lo ha conseguido(creo que es buena película).
Pero mientras que los anteriores directores mencionados consiguieron meterme en filmes que llevaban el tema deportivo narrativamente equilibrado desde principio a fin, en un mismo discurso. En esta película tengo la sensación de ver dos cosas mezcladas de manera desigual.
Quizá por eso, esa parte (la deportiva, que es la que en teoría debe conseguirlo) no me terminó de llegar. No me tocó del todo la consabida patata que tenemos todos en el pecho, para quedarme con momentos del primer tramo del film. Y con la sensación de que hay muchos momentos e historias bien tiradas de inicio y tremendamente desaprovechadas.
Desde mi punto de vista, sigo esperando por Eastwood. Un director que ya ha pasado a la historia, que está entre los grandes, que sé de sobra que me volverá a tocar por dentro pero que desde Cartas desde Iwo Jima no me ha vuelto a conquistar ni a jugar con mis entrañas.
Un abrazo afectuoso.
Bueno, Chus, he de decir que tus argumentos están impecablemente desarrollados que es lo que más enriquece la visión cinematográfica de algo. Por otro lado, podríamos tachar de mucho más oportunista y desde una perspectiva bastante más torpe "Grita libertad", de Richard Attenborough que se aprovechaba de la polémica de la época con el tema del "apartheid". Yo no creo que el conocimiento previo por parte del espectador sea un hándicap para la película. Me apasiona su desarrollo, me importa un bledo cómo acaba porque ya sé cómo acaba. No estamos ante Quentin Tarantino que manipula la historia a su antojo (un recurso cinematográficamente aceptado y que no discuto). Estamos ante Clint Eastwood, un pintor del alma humana, como definió no sé quién por ahí. Yo creo que define el alma de Mandela sin necesidad de recurrir al tan manido "biopic" y centrándose tan sólo en un segmento que narra la soldadura de una unión que era extraordinariamente difícil. Tampoco creo que la balanza se incline al lado del optimismo y de la esperanza, sino del lado de la lucha. Luego, por supuesto, se puede argumentar que la lucha es un símbolo de esperanza, pero creo que a Eastwood le interesa el momento y no el futuro de un país, que ya digo, no ha resuelto sus problemas especiales y no lo hizo, ni mucho menos, a través de un mundial. Mandela, simplemente, estableció un nexo de unión.
La música Eastwoodiana suena exactamente igual a la de "Gran Torino", evidentemente, porque la ha hecho Kyle Eastwood, hijo del director y compañero suyo en la, para mí muy olvidable, "El aventurero de la medianoche". En cuanto a la épica, ahí sí que no puedo estar de acuerdo ni tenuemente.
Resulta que cuando Eastwood se nos pone íntimo, no nos convence. Cuando se nos pone épico, tampoco. Entonces no será tan buen director. Creo que, efectivamente, tiene muchos puntos de contacto con "Evasión o victoria" y el lector avezado lo habrá notado en el artículo del que soy autor. Pero, insisto, creo que a Eastwood no le interesa el heroísmo, sino el esfuerzo. No le interesa el medio, sino el resultado. El héroe, el verdadero héroe, para él, no es Pienaar y los suyos. Es Nelson Mandela. Es más, fui acompañado al cine y para nada fue necesario explicar las reglas de rugby a mi acompañante, deporte del cual no tenía ni idea, para que se emocionara del todo, tanto o más que yo. Y te lo digo desde la perspectiva de alguien que, hace muchos años, incluso jugó un poco al rugby porque fui corpulento y demás historias. El debate político en la familia de Pienaar creo que no se resuelve a propósito para hacer más evidente la comunión que sí siente la madre en cuanto que el padre no siente tanto esa necesidad porque es el depositario de los comentarios más hirientes contra el Presidente. Y un partido no va a cambiar el pensamiento. No quiero ni pensar lo que diríamos si Eastwood hubiese caído en la trampa de hacer cambiar al personaje de pensamiento por la simple asistencia a una final. Razón, en parte, te doy con los problemas de salud de Mandela, aunque aparecen en el libro, y que le llevaron a abandonar la Presidencia en el 98 (perdón si me equivoco por un año arriba o abajo). No tienen salida argumental salvo la de la secuencia en que Mandela se queda absorto en la semifinal de los "All Blacks" y la Secretaria se niega a discutir con él de trabajo mientras tanto. Pero es verdad que tuvo problemas de salud. Y, sinceramente, a mí la parte deportiva es que me da exactamente igual. Me importa el resultado al que lleva esa parte deportiva. Si caemos en la trampa nos encontraremos con la típica película de "partido que parece imposible de ganar y que tenemos que ganar para solaz y sosiego de nuestro pueblo". En resumen, yo no veo tanto descontrol narrativo en un tipo cuya veteranía me hace pensar que sabe perfectamente lo que quiere. Otra cosa es que el tema, evidentemente, puede que nos toque muy de lejos y a unas personas llegue y a otras, no, como es muy lógico.
Estupenda aportación, Chus. Muchísimas gracias.
Solo por acotar en lo que a mi opinión se refiere. A mi si que me convence el Eastwood íntimo. Ese que es capaz de meterse dentro de uno a base de pinceladas en el alma (excelente metáfora).
Precisamente, a mi lo que me gusta de Invictus es como empieza a manejar el pincel a la hora de mostrar intenciones al inicio de la historia, a la hora de dejar caer gotitas de pintura de guión, que se ven venir... y que luego (desde mi punto de vista) no remata.
Estoy 100% de acuerdo que en este film lo que prima por encima de todo es la idea de esfuerzo colectivo por encima de otras cosas y la importancia de la persona de Mandela. El personaje de Freeman lo deja claro en varias escenas interesantes con debates con miembros de su familia y miembros de gobierno.
Pero para nada deja de un lado la épica. El heroísmo forma parte importante de esos 15-20 minutos finales de metraje rugbyniano que a mi modo de ver sobran por completo en la historia.
Y no porque no deba aparecer la gesta.. pero creo que ser tan formal a modo de un realizador deportivo (cámara lenta con montaje de rostro del pateador, rostro de los compañeros mientras el balón va por el aire... búsqueda del mejor plano para enseñar melés, charlas varoniles para remontar la prórroga, idas y venidas de planos con el videomarcador...etc)
Ese regodeo en la épica y dinámica de los partidos... no me cuadra en este film.
Y menos cuando creo que hay elementos de guión que no se cierran y se quedan en el aire.
No se, igual soy yo y la imagen que tengo del cine de Eastwood (de su cine mas reciente). Pero percibo una dualidad narrativa en el film.
Percibo un Invictus que tiene una adición de retransmisión deportiva en sus últimos 20 minutos, que no creo necesario en la formalidad anteriormente necesaria.
Eso si, como digo.. la película me parece un Eastwood que ofrece buena parte de gotas de calidad del director. Y con eso ya me doy por pagado.
Pero espero mas del americano, espero otra película "redonda" porque se que tiene calidad de sobra para hacerlo.
Y la primera mitad de Invictus da muestras de ello.
Un auténtico placer poder contrastar opiniones.
Saludos
Yo creo precisamente que las charlas "varoniles" para remontar la prórroga son muy flojas. A mí, personalmente, como ex-jugador no me hubiesen motivado especialmente. Yo creo, por otro lado, que su planificación siempre es muy clásico y por eso no me chirría el inserto de caras mientras se marca el tanto, cosa que creo obligada hacer en cámara lenta por una sencilla razón. Si lo hicieran a velocidad normal, no se vería el balón ni el tanto porque es imposible hasta verlo en televisión. Bien es cierto que sí que hay un cierto regodeo en la dinámica de los partidos (aunque menos que la que exhibe, por ejemplo, John Huston en "Evasión o victoria") pero por lo que tiene de choque físico. Precisamente, esos planos tomados desde abajo, en el mismo centro de la melé, con los hombros crujiendo y los gemidos del esfuerzo me parecen de lo mejorcito porque es precisamente así como es. Y Eastwood tiene que hacer ese plano porque si lo hace por encima o de un lado, tampoco se ve nada, como nunca se ha visto en televisión. Es más creo que hay una mayor recreación en ese tipo de planos que en el del tanto que les dio la victoria en sí. Es por todo eso que yo creo que la intención de Eastwood es contraponer la supuesta épica de un partido con la verdadera épica que supone dejar que un niño negro escuche un partido desde la radio de un coche de la policía. Ésa, para mí, es la verdadera épica y yo creo que Eastwood sabe perfectamente que la escena central de la película es la de la cárcel, esa escena de la cual parten todos los guiones en espiral, como diría William Goldman.
En cualquier caso, esto sí que amplía miradas. Y reconozco que yo puedo ser uno de esos que se van más al plano de detalle que al plano general pero quizá en los planos de detalle es donde mejor se definen los maestros.
El placer es mío, Chus. Maravillosa acotación la tuya y, como siempre, impecablemente argumentada.
Decir que tal o cual director (en este caso, Clint) te gusta porque "te emociona", me parece, con todos mis respetos, una tontería de la magnitud que tendría la frase "me gusta Vicente Aranda porque me pone cachondo".
¿Qué queréis que os diga?
Si un director te gusta en base a un planteamiento sólido, por ejemplo, su clasicismo, no se puede llegar al punto en el que se le pone a caldo.
No sé si me explico.
Llegados al punto "no me emociona, luego no me gusta la película", denota unos paupérrimos conocimientos de un director.
Por otra parte, si se llega a la conclusión de que ésta es una buena película, ¿qué más se le puede pedir? ¡si se ha dicho lo mejor que se puede decir de ella!
A mí no me gusta, no por sus planteamientos clásicos, sino porque siempre le he considerado un tío de los que no dan puntada sin hilo. No veo el tipo de director que se embarcaría en cualquier proyecto. Por el contrario, sí que sabe elegir muy bien los guiones y hasta el reparto. Como ejecutor de dichos guiones (muy bien elegidos) es impecable, con ese saber clásico y todo lo que queráis, pero sí es ese otro aspecto el que yo le reprocho.
Justo es decir también que estos argumentos se me vienen abajo cuando se embarca en Banderas de Nuestros Padres, un proyecto tan atractivo como temerario (estamos desmitificando lo indesmitificable), pero incluso aquí tiene el respaldo que tiene. No es su forma de dirigir la que me disguste (impecable, por cierto), no es su capacidad de emocionar o no la que me atraiga o me repele... es esa tendencia de tío listo, de saber elegir, de no saltar sin red.
Pues yo veo muy lícito que alguien diga que le gusta el cine de Vicente Aranda porque le pone cachondo. Ahora bien, una peli porno también te puede poner cachondo. Lo de emocionar y traspasar el alma no está al alcance de cualquiera. Esa es la diferencia.
Te podría poner mil ejemplos pero me viene a la cabeza uno que he citado mucho aquí. A mí Blade Runner no me entra ni con calzador, reconozco que es una peli muy bien hecha, tecnicamente perfecta, con una estética propia y con todos los requisitos para ser lo que es. Pero a mí no me llega ¿qué quieres que te diga?
Bien, tengo que decir que también es impecable tu argumentación para decir por qué no te gusta Eastwood. Aunque también hay que reconocer que depende del punto de vista por el que se mire. Eastwood no comienza a dirigir con la que, para mí, es su primera película notable, "El jinete pálido" sino bastante años antes. Sino que empieza con una película que pareció prometer y se quedó en un mero ejercicio para un novato y que es "Escalofrío en la noche". Siguió otra película, con más de un punto de contacto con "El jinete pálido", que fue "Infierno de cobardes", donde se ve que aún no maneja los recursos narrativos con soltura, ahí sí se le ve indeciso e, incluso, con una formalidad muy chapucera. Luego hace una historia de amor muy fallida con William Holden y Genevieve Bujold, muy aburrida y carente de interés que es "Primavera en otoño". Luego una película de aventuras muy rutinaria, de montañas y hielo con intriga de por medio que se llamó "Licencia para matar". Luego se empezó a ver algo del director que sería después en "El fuera de la ley" pero era presa de un guión muy visto, demasiado visto. Más tarde hizo una solemne tontería, sin ningún valor, con una incoherencia que casi daba vergüenza y que se llamó "Ruta suicida". Aburrió soberanamente con "Bronco Billy" en una incursión en el mundo del circo tan previsible como mala. Luego hizo "Firefox", una película de aventuras, también muy rutinaria, muy vulgar. Luego hizo "El aventurero de la medianoche" con su hijo Kyle. Algunos la ven como obra maestra y a mí me parece un pestiño de cuidado. Más tarde, visita el universo de Harry Callahan con "Impacto súbito" y le sale una película que no es la peor de la serie pero, ni mucho menos, es la mejor. Y luego, ya hace "El jinete pálido", encadena con la horrible "El sargento de hierro" y se la juega bien jugada con "Bird" (vete tú ahora a cualquiera a proponerle que haga una película de tres horas sobre la vida de un música de jazz como Charlie Parker, a ver qué te dicen. Eso de saltar sin red, no siempre lo ha hecho).
Nadie se acuerdo, por otro parte, de que justo antes de "Sin perdón", hizo una película supercomercial (sospecho que para cubrirse las espaldas) y sin ningún valor que se llamaba "El principiante".
Y que "Bird", "Sin perdón", "Cazador blanco, corazón negro" (una tremenda y maravillosa disección de la personalidad de Huston) también fue un buen salto sin red. Que ha habido proyectos en los que ha arriesgado poco? Sin duda. Yo creo que en "Un mundo perfecto" copia la fórmula de "Thelma y Louise" cambiando de sexo. Creo que "Space cowboys" es una fiesta de amigos, más que una película, aunque quizás contiene su mejor plano y una primera hora excepcional. No me canso de reivindicar una película como "Poder absoluto" donde cambia de arriba a abajo la estructura de la novela en la que se basa y vuelve a saltar sin red, aunque eso sí, con un guionista de quitarse el sombrero. "Los puentes de Madison" no me parece una película redonda, pero sin duda es una película hermosa. "Medianoche en el jardín del bien y del mal" es una película que no hubiese hecho ni John Ford borracho de whisky. "Mystic river" es una obra maestra del nivel de "Sin perdón" y una película dificilísima. "Million dollar baby" (de verdad, una película sobre boxeo femenino...te parece que es un salto con red?) y escrita por el, entonces, principiante Paul Haggis me parece excepcional. Y hacer las dos visiones de una batalla por parte de los dos contendientes me parece una pirueta maravillosa y si "Cartas desde Iwo Jima" es grande, me lo parece porque "Banderas de nuestros padres" también lo es a su manera. Y es muy arriesgada, más que nada porque si se la pega con la primera, condiciona bastante el éxito de la segunda. "El intercambio" es una película que no me gustaría volver a ver aunque tiene muchos valores contenidos. "Gran Torino" me parece maravillosa y la mejor película que se estrenó en el 2009 (ojo, un viejo es el protagonista en un barrio que, debido a la inmigración, se ha convertido en marginal...no es un tema muy comercial y, es más...de alguna manera "Up" tiene algo de "Gran Torino). Y si bien es cierto que admito que "Invictus" está un poco más abajo que el resto de sus obras maestras, me parece una película extraordinaria, impecablemente rodada, sutilmente trazada y en la que, como siempre, Eastwood quiere sugerir en lugar de mostrar. Hace trabajar al público. Para mí, eso es de agradecer en un cineasta que no ha renunciado a hacer un cine denonadamente anticuado porque ya nadie quiere, o nadie es capaz, de hacerlo. Ese es su auténtico salto sin red.
Yo estoy con Dexter en que una película puede argumentarse que es buena en base a su emoción. Casualmente, el otro día volví a ver "Ray", de Taylor Hackford. Aún y todo con esa increíble interpretación que tiene de Jamie Foxx, que parece la reencarnación de Ray Charles, no es una buena película precisamente porque no tiene ninguna emoción. Tienes a uno de los iconos musicales del siglo XX, a uno de los mejores intérpretes del jazz, soul, rhythm and blues del mundo. Y no eres capaz de emocionar ni un sólo minuto de la película. Entonces, lo siento, no has hecho una buena película. Distinto es si haces, por ejemplo, "El coloso en llamas" y tu emoción se basa en la tensión que genera en la aventura, que sí que la hay a pesar de que se usan recursos mil veces utilizados en las películas de catástrofes, pero hay tensión. Entonces, a pesar de su más que evidente comercialidad, John Guillermin hizo una buena película. Lo que pasa es que muchas veces es difícil ir contracorriente cuando todos los demás dicen lo contrario y cuando, por ejemplo, lo comercial parece estar reñido con la calidad. Billy Wilder, Alfred Hitchcock y Stanley Kubrick eran harto comerciales, no le quitaban ojo a la taquilla, y sin embargo, hacían mucha, mucha calidad. La emoción también es un argumento, claro que sí.
Se me olvidó comentar que "Deuda de sangre" aunque es una película que, por trama y desarrollo, es claramente modesta, está dirigida con una corrección excepcional. Y a los que no les convence Eastwood desde que hizo "Sin perdón", que los hay, cosa que no entiendo porque entonces reducen la filmografía del maestro, sospecho a dos películas buenas y, aún así, dicen que ha sido la leche y tal, no os preocupéis, creo que la compañía de seguros sólo se arriesga una vez más con él con un "thriller" que se va a llamar "Hereafter", con Matt Damon de protagonista, así que ya os podréis ver libres del clasicismo y de los saltos con red asegurada por parte de un director autosuficiente.
Pues sí, sí que era impecable mi argumentación, que te ha faltado tiempo para desmantelarlo, jajajaja.
Saltar sin red es lo que hace Huston en su primera película, que es tomar un guión literario que nunca ha funcionado en cine y convertirlo en obra maestra, dando lugar incluso a un nuevo género cinematográfico. Eso es saltar sin red. Y ya por esos entonces, el tío sabe que la clave de una buena película está en un buen guión, oh, genio de genios!!!!.
No le veo esa capacidad de salto a Eastwood, será -posiblemente- por mi tendencia a querer comparar el antes y el ahora, sabiendo que eso no es posible. Ahí sí que está mi punto débil, el que hace que entre tan mal en la disección del cine clásio. Sólo que eso sólo lo sabemos usted y yo, jajajaja.
Mira, otro acercamiento con Huston, Eastwood también hace pelis a modo "fiesta de amigos", como La burla del Diablo.
Por otra parte, lícito es todo, o casi todo. Lo que veo un grave error es querer juzgar a un director en base a una sola premisa. Así pasa lo que pasa, que cuando no se cumple esa premisa, ya no nos gusta la película de ese director al que tanto solíamos amar.
Bloque de hielo no soy. Otra cosa es que me -intencionadamente- elija otros derroteros para analizar lo que veo. Pero te aseguro que bloque de hielo no soy, que la famosa chica del millón de dólares me puso mala, que estuve dos meses pensando cada mañana: Pero, y cómo se confía de esa manera...pero si sabía que la otra era una fiera, ay, pobrecica!!!. Que el boxeo es como la vida, que no se puede bajar nunca la guardia.
Cuando yo digo que una argumentación es impecable es que, de alguna manera, esa argumentación aporta algo a mí visión. En este caso tu has sabido aportar el por qué puede no gustarte este director y lo has basado en razones que hacen que pueda ver un poco a través de tus ojos. Lo que no aporta nada es aquel otro que está más errado que un mono en una joyería diciendo cosas sin fundamento y sin base salvo en los gustos personales y que ha intentando razonar a través de argumentos críticos. Es decir, es como si tratas de pelas una pera con un tenedor. No convence y, es más, no consigues pelar la pera ni a golpes.
Por otro lado eso no quiere decir que yo esté de acuerdo con esa argumentación, a veces incluso tengo la mía propia y en la que creo firmemente porque está muy pensada. Tampoco invalida el hecho de que, al exponer yo mi argumentación, intente hacer que los demás vean con mis ojos. A unos les parecerá convincente. A otros les parecerá una tontería. A los más les parecerá intrascendente. A mí me sirve. Igual que se me sirven las de los demás.
De acuerdo con que un buen guión es la base de una buena película. Pero no nos confundamos. Puedes tener un guión buenísimo y salirte una castaña, ejemplos hay para aburrir. Eastwood, además, respeta escrupulosamente el guión, no es partidario de meter muchas fantasías directoriales pero lo realiza siempre bajo la mirada del plano preciso, de la premisa de el ritmo necesario, nunca se precipita y eso hace que, en las escenas clave, puede que te llegue a impactar más.
Sin duda, la emoción es un elemento clave en el cine "bueno" de Eastwood (pero, ojo, que también lo es en el de Spielberg y aquí todos callaos como muertos) pero tiene muchos elementos comunes en su filmografía. Me atrevería a decir la, a veces tan denostada manía que tiene de introducir las tormentosas relaciones de padres e hijos. O en la manía de presentar todo un "backstory" con apenas unos trazos para que el trabajo del espectador sea absolutamente cómplice de la historia que quiere contar. Su cine oscila entre Huston y Ford y Huston sabía lo del guión por una sencilla razón, porque él era guionista. Al igual que lo era Wilder. Entre otras cosas, aunque fue vendida como tal, "Million dollar baby" tampoco es una pelicula que hable del boxeo, como ésta tampoco habla del rugby. El sentimiento de pérdida es algo muy común en el cine de Eastwood y creo que ahí está el tema central de gran parte de su cine, lo cual, por otra parte, lo convierte en autor. Un autor con reglas reconocibles. Incluso pongamos por cierto que él sólo trabaja con guiones de acero. ¿No es arriesgado, en los tiempos que corren, dirigir como él lo hace? Mueve la cámara lo justo. Es austero hasta decir basta. Trata con un extraordinario mimo a los intérpretes. Recordemos que Gene Hackman, Sean Penn, Tim Robbins, Hillary Swank y Morgan Freeman tienen Oscars por su intervención en las películas de Eastwood y que podemos encontrar sublimes actuaciones de Kevin Bacon, John Cusack, Kevin Spacey, Lady Chablis, Laura Linney, Ken Watanabe, Ryan Philippe o Forest Whitaker, algunos incluso no son nombres de primera fila (como no lo era Bogart en "El halcón maltés" a pesar de los esfuerzos de Huston por contar con George Raft, en lo que estaba claramente equivocado). Me reafirmo en que tus argumentaciones son muy sólidas y que también ensanchan miradas, que yo creo que es de lo que se trata en este blog.
En lo que yo me quería reafirmar es que, si de crítica hablamos, el sentido crítico tiene que estar por encima de los gustos (que creo que por ahí andan tus tiros). Es decir, tu no puedes criticar una película y argumentar con tus gustos, no es válido. Tampoco puede gustarte una película y argumentar con razones críticas. Tampoco es válido. Es válido por supuesto tener gusto, todo el mundo lo tiene, y opinión la puede dar todo el mundo. Sentido crítico está por encima del gusto, es el ojo del que tiene que saber argumentar con criterios puramente artísticos (y la emoción es uno de esos criterios). ¿Cuántas veces hemos salido de un cine y hemos dicho la famosa frase "no me ha gustado aunque reconozco que es una buena película"? O viceversa. ¿Cuántas veces hemos salido y hemos dicho "es una americanada, pero me lo he pasado genial"?. Eso es porque el sentido crítico está por encima del gusto.
Cuando Dexter afirma que Blade Runner no le entra ni con calzador, estoy seguro de que no está diciendo expresamente que "Blade Runner" es una mala película. Si él tiene ojo, reconocerá que es buena, sólo que la forma de contarlo o lo que tiene que contar le ha interesado más bien poco. Es más, estoy seguro de que si tiene que escribir sobre ello, sacará su sentido crítico y no su gusto personal y mal haría si lo hiciera de otra forma. Sentir el cine no es nada malo. Lo que es malo, creo yo, es no sentirlo y pretender que sí.
Por supuestísimo que los gustos personales no valen para hacer una crítica, eso está fuera de toda duda. Buscar la objetividad es muchísimo más difícil que dejarte emocionar, hasta el punto de que yo nunca podré hacer una crítica de una película de gente como Almodóvar, por ejemplo, porque reconozco que no tengo objetividad con él, y que mi argumentación no sería válida.
Yo no hablo de eso exactamente.
Yo digo que en esa búsqueda de la objetividad es un error querer juzgar a un director en base a una sola premisa, sea la que sea, que no estoy menospreciando a quienes se dejan emocionar. ¡ojo!.
Yo he salido mil veces llorando de una sala de cine, pero, ¿Me vale esa sensación para hacer una CRÍTICA DE CINE? Nooooooo, todo lo contrario, eso me impide ver!!!.
Bogart no es que no fuera una figura de primera, es que estaba con el despido firmado.
Y, por supuesto que un buen guión puede deserrollarse en una mala película, pero ésa no es la premisa clásica. La regla clásica es: no puede haber una buena película si no hay un buen guión, y eso es más verdad que la luz que alumbra.
Y sí, claro que sí, RIESGO y con mayúsculas es la forma de dirigir en una época en la que estamos acostumbrados al vértigo por el vértigo, peroooooo, sigo pensando que este hombre (ya consagrado) es muy listo, y sabe elegir muy bien. Ése es mi reproche.
Lo digo de otra manera.
Si te declaras fan de un director es porque muchas cosas ves en él que te encandilan. Es IMPOSIBLE que ese director pierda toda su esencia en ninguna película.
Luego..... poner a caldo fino una de sus películas, siendo tan fan de su cine, sinceramente, no lo entiendo.
O no eras tan fan y te has dejado llevar por lo que se dice de él, o poco sabes de cine. O, como tú dices, eres un mono en una relojería.
O.... para muchos es más fácil escribir de cine clásico porque hay más tajo de donde copiar.
Y que no se meta nadie con Ridley Scott ¡habráse visto, insensatos!
Bien algo parecido a lo que te pasa a ti con Almodóvar es lo que me pasa a mí con Eastwood. Más que nada porque muchos lazos personales están ligados con películas de este director. Lo que no entiendo es que formules como reproche su ojo para elegir. Eso es de tío listo y admirable, creo yo. Es evidente que Eastwood nunca hará una película de Ken Loach porque sabe que es un tema que ni le interesa ni le va a ir bien.
En cuanto a tu segundo comentario, tan bien puede ser que el autoengaño sea un bonito instrumento para argumentar cosas que no tienen ninguna base histórico. Es como si yo digo que con el cine de Eastwood ganan los demócratas sabiendo que el tipo es, simplemente, un republicano que renegó de la Administración Bush, más o menos.
¡Que venga el Tío La Vara! ¡Sus voy a crujir vivivivivoooos!
Pero yo prefiero otro tipo de director. Un director más todoterreno, que sí que lo que hace lo hace muy bien, pero le admiraría con un saltito sin red, que no le he visto aún.
Hazme caso, que para algunos es más fácil escribir -reseñar- de cine clásico, que hay más donde copiar.
Y ahí le das pero bien. Si amas el cine, respétalo. Si te aburres escribiendo, no escribas. Si te lleva un tiempo que no tienes, dedícate a otra cosa.
¿Toca esta semana la peli de Aranda?
Tienes mucha razón, Wins, pero yo también percibo cierto pudor por parte de algunos críticos a la hora de reconocer que algo, oficialmente reconocido como el cópon de la baraja, no les ha gustado y viceversa, escudándose en argumentos analíticos(el gag de Faemino y Cansado que siempre cito y en el que sale un tio con una cartulina cubriendole los ojos y dice" hola soy crítico de cine y me gustan las películas que le gustan a la gente"´). Eso me parece peligroso. Máxime cuando entre otras cosas tenéis la enorme responsabilidad de atraer a la gente al cine y hacer que pasemos por caja, o de marcar tendencias por así decirlo. Si yo escribiese una crítica sobre Blade Runner me remitiría a todo aquello que te acabo de decir y que pone a la película donde está pero no me cabe la menor duda de que en mis palabras se vislumbraría que la película no me ha llegado. Y luego cada cual que actuase en consecuencia. Mal haría si no hicieses otra cosa. Sí, definitavemnte sí creo que la emoción y la sensibilidad son elementos claves para enjuiciar y valorar una película.
Jope, como mola este blog, donde se lee y se habla tanto y tan bien de cine. No he visto la peli, pero como el debate se ha ampliado, me permito hacer un comentarito.
Yo no soy de críticas, no me gustan los críticos, en general, ni los de cine, ni los literarios, ni los teatrales. Me gustan los que me hablan de lo que les conmueve y porqué. Me gusta este blog por como cuentas las películas, Wins, no incidiendo sobre los aspectos técnicos más que lo justo y dando prioridad a lo que anímicamente te han causado. Y además, y este es uno de tus mayores logros, dándole importancia a las palabras y a como decirlas.
Una película es una forma de contar una historia, para ti también es importante contar lo que te ha sugerido la película.
Estoy con Dex, en que las emociones son claves a la hora de enjuiciar una película y así es como debiera de ser. Como dice Dex, la mayoría de los críticos juegan con conceptos incomprensibles (ver las críticas de Fotogramas) para decir cosas buenas de una película que la moda pone como genial o para elevar a la categoría de imprescindible el último estreno de un film iraní. No quiero eso, prefiero al tipo que me cuenta como y porque lloró con Mandela-Freeman, incluso si cuando yo veo la película no me transmite la misma emoción.
En cuanto a lo de saltar sin red o el buen ojo a la hora de elegir historias, creo que son críticas provocadas más por las emociones que por la razón. “Sin perdón” es un salto sin red, pues es un western en un momento en que el género era abominado. “Los puentes …” es una película romántica para un tipo caracterizado por hacer films de machotes. “Medianoche…” es una novela inmensa que cuando Clint decide adaptar al cine muchos productores y guionistas consideran una idea descabellada e imposible de reducir a una largometraje habitual. La larga filmografía de Eastwood muestra muchas decisiones de cierta valentía. Y ha viajado por varios géneros que si no lo convierten en todo terreno si prueban bastantes de sus méritos. Por otro reprochar su buen ojo me parece cuando menos contradictorio.
Si tengo que llevarte la contraria, Wolf, en lo referente a “Un mundo perfecto” que si “Thelma y Louise” me parece una buena película, la de Eastwood no sólo no me parece la misma con cambios de sexo, sino que me parece muy diferente en concepción, sentido, profundidad y mensaje. De hecho creo que lo único que las asemeja, es que es una road movie y en que la policia persigue a los protas y al final les pilla. Para mi “Un mundo perfecto” es una joya muy poco apreciada y además tuvo el mérito de presentar al héroe americano del momento (guardaespaldas de la Houston y todo) de asesino sin corazón (otro doble mortal).
Abrazos, Carpet.
Jo, cuántas cosas por contestar, se me amontonan. Un saltito sin red en un director clásico es bastante difícil salvo que estemos hablando de algún auténtico genio. ¿Te imaginas a John Ford haciendo un musical? ¿O a ALfred Hitchcock haciendo un western? ¿O incluso a Billy Wilder haciendo una película épica? Creo que cada uno de ellos se dedicaba a lo que mejor sabía hacer. Huston quizá era más todoterreno porque la obsesión por los perdedores permiten más variaciones. Lo que quedó claro, en cualquier caso, es que HUston no sabía dirigir un musical ("Annie" es un fiasco total en todos los sentidos) pero tenía mucha más mano cuando se trataba de una adaptación literaria o cuando se internaba en los terrenos del cine negro o de aventuras. No podemos criticarles porque no hagan un salto sin red. Todo lo contrario, creo que eran tan buenos porque sabían muy bien lo que querían. Y sí, esta semana toca Aranda aunque me vais a permitir que pase de él. Ya hace tiempo que Aranda dejó de interesarme.
Dexter, podríamos decir que ese sentido crítico que tiene que estar por encima del gusto tiene que estar matizado necesariamente por la emoción. Es decir, para mí, la emoción marca el estilo de cada uno de nosotros. Te aseguro que es muy aburrido escribir sin emoción y aún lo es más leerlo. Entre otras cosas porque caeríamos en la crítica perfectamente estructurada que se haría siempre de la misma forma: "plano cenital, genial, plano contrapicado, poco afortunado. Interpretaciones, bien. Ambientación, curiosa. Secuencia panorámica de dimensiones magistrales" y demás expresiones al uso que haría que todo fuera tremendamente rutinario. Y precisamente cuando tienes que mantener un nivel de lectores porque tienes que escribir con una cierta periodicidad semanal, te puedes permitir todo, salvo ser aburrido, previsible y rutinario porque el resultado es que te dejan de leer. Y si te dejan de leer, te aseguro que te echan.
Carpet, dices cosas muy curiosas. Entras en mi estilo y tengo que darte la razón en cuanto a cómo estructuro los textos pero voy a matizar algo: Cuando uno escribe para un medio tiene que tener muy claro quién es el que te va a leer. Los críticos de "Fotogramas" se supone que escriben para una revista especializada en cine, con lo que su crítica caerá siempre hacia la habilidad narrativa, hacia la técnica o hacia la masturbación cameral. Si escribes para un periódico, tienes que tener muy claro que caerá en manos que lo único que quieren que les digas es si la película merece la pena o no, y la transmisión de la emoción que te ha causado es un medio para hacerles saber hasta dónde cala la película. Luego, como tu bien dices, puede que a ellos les haga llorar o salgan indiferentes (la jugada no deja de ser arriesgada porque si salen indiferentes muchas veces, inevitablemente, dejarán de leerte y si dejan de leerte, lo vuelvo a decir, te echan). Un periódico puede caer en cualquier mano, no tiene por qué ser ni siquiera una persona especialmente interesada en cine, puede serlo por supuesto, puede que le guste el cine de lejos, o de muy cerca. Incluso puede que lo que le guste de verdad es Jesús Mariñas. Y eso no lo olvido cuando me pongo delante de las teclas. También sabéis que me pongo muy duro cuando hace falta (o cuando creo que hace falta), irónico, sarcástico, poético o pelmazo. En cuanto a "Un mundo perfecto", en ningún momento he dicho que sea una mala película pero sí te puedo decir que dije a la salida del cine "Thelma y Louise cambian de sexo" y por allí debía estar el entonces crítico de ABC porque lo puso de titular. No cabe duda de que Eastwood hace de la historia un relato muy particular y se la juega poniendo a Costner de personaje con aristas cortantes. Nunca es posible encontrar a un crítico con el que estás de acuerdo al 100%, pero lo importante es no parecer un mono de joyería dando razones absurdamente estúpidas y en eso, hasta ahora, no he caído (lo cual no quiere decir que cualquier día me visite el alemán y empiece a decir cosas sin ningún sentido y a justificarlas con argumentos de circo). También es verdad que muchos se escudan en el argumento técnico y, es más, otros lo hacen disfrazando la crítica de resumen de la película. Hace mucho tiempo aprendí de manos de un maestro que si lees una crítica que te comienza a resumir la película...deja de leer, ese tipo no tiene nada que ofrecerte. Es más, este mismo reproche me lo hizo alguien hace bien poco con motivo de la publicación en este blog de "Up in the air" donde sí me atreví a situar un poco la película para que tuviera algo de sentido todo lo que quería transmitir. Asumo que puede que sea un artículo flojo para algunos. Para mí, no lo es. Es aceptable, como cualquier otro. Sé cuándo hay artículos que no dan de sí todo lo que pueden y sé también cuáles son los baúles del tesoro pero eso, claro, no os lo voy a decir. Qué interesante debate ¿comprendéis ahora por qué me dicen que los comentarios de la gente que me visita habitualmente son tan válidos?
"la emoción y la sensibilidad son elementos claves para enjuiciar y valorar una película".
Puede que lo sean en según qué película, pero, desde luego, nunca serán los únicos. Pobre visión querer enjuiciar y valorar una película en base a una sola premisa.
Y recalco lo de "según qué película", dado que -para mí- cada película es un mundo diferente que, en mil ocasiones, se ha de abordar de manera distinta. No hay reglas fijas porque, de haberlas, no escribiríamos críticas de cine, sino plantillas.
Nadie ha dicho que sea el único elemento en base al cual se deba juzgar una película, pero sí que es un elemento clave. Siempre recordaré cuando, siendo casi un niño, leí una crítica del venerado Alfonso Sánchez sobre "Barry Lyndon", de Kubrick en la que decía textualmente: "Tengo que señalar que, hoy, ya me puedo morir con toda tranquilidad porque he sido tan afortunado que he visto una película como "Barry Lyndon". Recuerdo, con sonrisa, cómo me maldije porque yo entonces no tenía edad para ir a verla pues aún imperaba la prohibición "para mayores de 18 años" y cómo mis padres sí fueron y regresaron en estado casi hipnótico y mi hermano también fue y volvió diciendo que era una de las películas más increíbles que había visto. Reparé el daño tiempo después, claro. En cualquier caso, ahí tienes la demostración de que la emoción sí es un elemento clave, aunque no el único, con el que se debe juzgar una película. Quizá algún día ponga por aquí tres o cuatro cositas que me sé sobre la crítica y la forma de su elaboración. De momento, dejo aquí diez reglas que dejó escritas Julio Diamante:
1.- Amar el cine
2.- Conocer los problemas del cine
3.- Enmarcar los problemas del cine dentro de la cultura
4.- Escribir aceptablemente
5.- Conocer el film del que se habla
6.- Ser riguroso.
7.- Ser generoso.
8.- Ser objetivo. No tener como única medida el gusto propio.
9.- Tener personalidad propia. No copiar lo dicho por el vecino.
10.- Ser modesto.
Estos mandamientos se resumen en que la tarea del crítico, nunca es fácil.
Yo no cumplo todos esos mandamientos, lo sé, lo asumo. Pero hay que reconocer que algunos no cumplen ni uno.
Y hay otra cosa que no es menos cierta, César, y es que la gente que escribe para Fotogramas tiene la limitación que le imponen los patrocinadores, distribuidores, productores... que pagan la publicidad de la revista. Una limitación que quienes hemos escrito en un diario provincial no tenemos. Y esto es muy importante, la libertad de escribir lo que quieras y como quieras, sin más limitación que la del espacio.
Por otra parte, "llegar al lector" no parte de una fórmula específica, y eso lo sabemos los dos por nuestra experiencia. Yo, por ejemplo, empiezo escribiendo en una paginita sin importancia para, al poco tiempo, tener una página entera, a todo color y con referencias en la portada del periódico. Tener una página así le cuesta un pastón al diario, por lo que, de no funcionar mis artículos, eso nunca se habría producido. Y yo no voy por la senda de la emotividad, sin embargo funcionan mis escritos.
¿Por qué? Quién sabe si por generar polémica. No lo sé. Fueron sonadas las cartas de la Iglesia Evangélica de Albacete (poniéndome a parir, claro) o las que empiezan a mandar al director con motivo de la publicación de Salvador.
El caso es que este periódico se convierte en un referente, y que la gente habla de los artículos en las colas de los cines. La cosa funciona y muy bien, de no ser así, el periódico no se gasta ni un céntimo en esas páginas semanales que yo firmo.
Pero resulta que, cuando yo me voy, por motivos absolutamente personales (a mí no me echaron), toma el relevo un señor con un estilo radicalmente diferente -que eres tú- y la página sigue funcionando, hasta el punto de que despiden a media plantilla (por la crisis) y a ti te mantienen.
Esto me lleva a pensar que la gente que regenta el periódico tonta no es. Que sabía muy bien a quién estaba llamando y quiénes no le interesan.
Pero insisto en que "fórmula mágica" para que te lean no hay. Fíjate en Carpet diciendo que mis críticas dan vergüenza ajena, y fíjate en el respeto (que tú lo sabes) que me tienen los directivos del diario.
Considero importantísimos todos esos puntos, y sólo incumplo el 10, jajajaja.
No, en serio, me parece imprescindible el número 5, y añadiría "conocer también a los responsables de ese filme".
"Nadie ha dicho, nadie ha dicho"....
Lo digo yo, César, y lo llevo diciendo todo el debate:
"Si sólo analizas algo en base a una sola premisa, cuando falla esa premisa, estás perdido".
Si me gusta Clint porque me emociona, y no me emociona... ¿Ya no me gusta? Pues eso es que no he hecho bien los deberes.
Pero que esto es una opinión mía, que no tiene por qué estar nadie de acuerdo.
¿Me entiendes? como dice vuestra paisana, la Esteban.
Una de las primeras obligaciones del crítico es asumir que, igual que llegas a muchas gente, puedes no llegar a otras. Eso sin menoscabar el prestigio profesional que cualquiera puede tener. Las críticas hay que aceptarlas por la sencilla razón de que escribes en un medio público y estás expuesto a ellas y sería muy demagógico sólo aceptar los elogios (que, como bien sabes, me creo bien pocos) y rechazar las críticas. Se aceptan igual. Otra cosa es que estén dichas con mala leche y demás y ahí ya no entro porque no es asunto mío.
Con lo de los crítios de "Fotogramas", tienes toda la razón. Están condicionados por los anunciantes y sólo denigran a las películas que no se anuncian en sus páginas, con las otras buscan cualquier justificación para resaltar alguno de sus valores.
Sigo diciendo que la emoción no es el único baremo para juzgar una película. Yo creo que en tus críticas, por lo general, sí hay algo de emoción. Al fin y al cabo ¿la admiración por una técnica no lleva implícita una carga de emoción? Yo me emociono con la técnica de Ford, o de Hitchcock, o de Kubrick. Y, por supuesto, hay casos contrarios. Hay un director, de nombre Ken Russell, que hizo varias películas que podrían no haber estado mal, pero su estilo es tan desquiciante, tan de tarado que las convierte en malas. "Un viaje alucinante al fondo de la mente", por ejemplo, era una película de la que se podría haber sacado mucho jugo y, sin embargo, él la convierte en un muestrario de angulaciones imposibles y rayadas sin sentido, como es habitual en él salvo en una película titulada "El novio". Por supuesto que si Eastwood no te emociona eso no quiere decir que no te guste. Es más, te diré algo, el estilo de Eastwood, que es de una sobriedad casi austera, es determinante a la hora de contar la historia porque, como bien se ha apuntado por aquí, si esa misma historia la hubiera hecho, por ejemplo, Michael Bay estaríamos ante algo grotesco. ¿Eso no conlleva emoción? Joder, claro que sí. Para mí, el simple hecho de decir en una frase "el estilo elegante de fulanito de tal" ya es una frase que lleva implícita la emoción. Y la primera regla de Julio Diamante es "Amar el cine". "Amar el cine". Es decir, emocionarte con el cine. ¿No tiene razón? Yo creo que mucha. Yo sigo diciendo que, de sus reglas, no cumplo unas cuantas, aunque también cumplo otras. Sin embargo, no soy yo quien debo juzgar si las cumplo o no, sino los que me prestan sus ojos durante unos instantes para leer lo que he escrito.
Totalmente de acuerdo con usted.
Aprovecho el debate para darte las gracias públicamente, porque hay un antes y un después en mí gracias a ti.
Gracias a las leches que me has dado, y a las críticas feroces que me has hecho, claro...jajajaja.
No, en serio, GRACIAS por dejar que me equivocara, por tu ALTRUISMO, por hacerme mirar en la dirección adecuada, por valorar siempre mis opiniones, por ser tan duro a veces, y sobre todo por haber creído siempre en mí.
PD.- El viaje alucinante al.... incumple una de mis máximas: equilibrio entre guión y técnica.
No tienes que darme las gracias de nada. Cada uno tiene su propio estilo y lo expresa de la forma que cree más correcta. También ser generoso es una condición para ser crítico de cine, entre otras cosas, porque ser generoso te hace estar más en contacto con la gente y con lo que se espera de ti. Perdón por las faltas de coherencia que se aprecian en algunas de las frases pero es que voy a toda prisa y a veces sale la barbaridad.
Nunca he entendido, bien es cierto, esa competencia absolutamente insana que hay entre algunos críticos o entre algunos que "se creen" críticos. Yo no trato de convencer a nadie siempre que nos movamos dentro de los parámetros del rigor y de la seriedad (esto no quiere decir que he desterrado mi sentido del humor). Alguien me dijo una vez que lo que yo hago es dar una serie de pistas para descifrar lo que el responsable de la película ha querido decir y creo que se aproxima bastante a la verdad. Y la actitud es de invitar a seguirlas pero si te rechazan la invitación, pues adelante, seguro que por la red o por cualquier otro medio encontrarás a otro que comulgue con tu forma y tu visión que puede que sea diametralmente opuesta a la mía. Eso sí, yo tendré derecho siempre a contestar. Tú has tenido siempre ese derecho y yo te he dicho las cosas como yo las veía. ¿Acaso hay algo más bonito que eso dentro de este mundillo? Para mí ya es suficiente recompensa el haber contrapuesto puntos de visto y haber argumentado con cierta razón. Lo dicho, no me tienes por qué dar las gracias.
A ver, aclaro un par de cosas.
He comentado el estilo crítica Fotogramas porque hay mucho lenguaje críptico (con p) en esa forma de escribir. Se dicen muchas frases a veces incomprensibles para mi, simple mortal y no especialista, en sus críticas y a mi me gusta más el que me habla de las emociones que transmiten las películas. Yo soy así de simplón y recuerdo que los profesores que más mne gustaban no eran los que más dominaban la materia ( para mi todos eran más sabios que yo ) sino aquellos que hacían que me emocionase y aunque pueda parecer absurdo yo me llegué a emocionar con cosas tan dispares e improbables como las Matemáticas, la Historia de España o la Economia de la Empresa.
Habláis de objetividad y yo la presupongo cuando se va a ver una película, una vez vista espero que me hagan llegar sus impresiones y las emociones que les generó y no que las rechacen ylas valoren desde un punto de vista academicista. A mi me gusta más así.
En cuanto a Fotogramas es mi revista de cabecera desde hace más de 25 años (juer pues si que son) y sé, se nota, que las mayoriasde las críticas tienen las limitaciones propias de la esclavitud a la pela y alos anuinciantes. No me refería a la calificación de las películas sino a su forma.
Un ejemplo, yo no soy muy aficionado a los toros ( algo pero lo justito) sin embargo las críticas de Joaquin Vidal eran lo primero que leía en "El país". La forma de contar y transmitir era más importante que el hecho contado. salvando las distancias, tal vez no tan grandes, este blog me transmite un placer similar.
(No recuerdo haber dicho nunca nada sobre vergüenzas ajenas, pero ytal vez lo hice).
Abrazos, Carpet.
Yo te he entendido desde el principio, Carpet, lo que pasa es que a veces el rumbo de la conversación toma otros derroteros aunque tenga "Fotogramas" como elemento común. Es más yo estoy bastante de acuerdo contigo. Y es más, no sé hasta qué punto es interesante la "angulación transversal de un plano de marcados tintes realistas" como argumento para realizar un artículo sobre cualquier película. Tampoco dudo de que habrá gente que le maraville ese plano. La diferencia estriba en que ese plano, si no es lo que pide la narración, es un plano que tendrá todo el mérito técnico del mundo, pero conseguirá transmitir muy poco. Orson Welles decía que se ponía muy triste cuando leía críticas así porque eso quería decir que la gente estaba más pendiente de cómo ponía la cámara que de la historia que quería contar que, para él, era lo más importante.
Totalmente aclarado, y pido disculpas por desviarme. Gracias.
No hay problema, ni motivo para la disculpa, es sólo que creí que no se me entendió.
Un abrazo y un placer. Carpet.
Otro abrazo y, en todo caso, el placer es mío por todos los comentarios que vertís en este blog que, sin duda, no merece tanto.
Yo también te he entendido, lo que pasa es que -al hilo de los críticos de Fotogramas- quise indicar que esta gente tiene una limitación importante, que no tenemos -por suerte- los demás a la hora de poder escribir.
Y decirlo lo dijiste. La frase exacta fue: "Tus críticas dan vergüenza ajena". Y yo tan conteta, porque pensaba: Carpet no sólo me lee, sino que le emociono.
Pues fíjate lo que puede pensar cualquier director si, además de tener en cuenta su historia, destacas cómo ha sabido plasmarla técnicamente. Que la crítica no es cuestión de una sola cosa, ni puede girar nunca en base a un solo argumento....
Bien indicado y creo que lo de la emoción está suficientemente aclarado.
Ayer la volví a ver, y me gustó mas que cuando se estrenó.
No se por qué, creo que estamos ante una cinta que con el tiempo crecerá.
Y cuando el bueno de Eastwood nos deje... mas.
Abrazos Victoriosos.
Es lo que tiene ver al último de los clásicos, que sus películas ganan con el tiempo. Bien es verdad que muchos, en su día, pusieron a caldo esta película y que, poco a poco, se va haciendo un hueco,el que siempre le ha correspondido. Eastwood ya no dirigirá más y yo ya le echo de menos.
Abrazos reivindicativos.
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