viernes, 18 de marzo de 2011

MISTER ARKADIN (1955), de Orson Welles

Un hombre inmensamente rico no recuerda su pasado. Sólo tiene conciencia de que, en determinado momento, deambulaba por las calles sin un dólar en bolsillo y que ni siquiera sabía su nombre. Para seguir adelante, tuvo que inventarse uno: Gregory Arkadin. A partir de ahí, comenzó a amasar su fortuna. Para rellenar ese enorme agujero en su memoria contrata a un jugador de ventaja, un buscavidas, para que indague en ese pasado y encuentre algún rastro de lo que fue. En medio de un universo goyesco terriblemente salpicado de verdades escondidas, de gritos de horror y de pura corrupción, el detective del pretérito va juntando las piezas del rompecabezas sin saber que todo es una diabólica trampa.
Un escorpión, una vez, le dijo a una rana si le podía ayudar a atravesar un charco. La rana respondió:
-. Claro que puedo. Pero no lo haré. ¿Crees que no sé que mientras estés subido a mí lomo me picarás y moriré?
El escorpión con una media sonrisa le dijo:
-. Eso es absurdo. Si en medio de la charca te pico, entonces tu te hundirás y yo me ahogaré contigo.
Convencida, la rana permitió que el escorpión se subiera a su lomo y cuando iban por el medio de la travesía, el escorpión picó a la rana inyectándola su mortal veneno. Mientras se hundía, la rana gritaba:
-. ¿Por qué lo has hecho? ¿Por qué?
A lo que el escorpión, encogiéndose de hombros, contestó:
-. No puedo evitarlo. Es mi propia naturaleza.
La inocencia del poder es pura especulación para satisfacer la ansiedad cuasi erótica de decidir sobre la vida y la muerte. Lo que es la búsqueda del pasado puede ser sólo el intento de cerrar todas las puertas que te unen con lo que, de verdad, quieres olvidar. Y mientras se va asfaltando el camino tendrás la excusa perfecta para que otro sea el culpable. En el viaje, no podrás evitar el encuentro con la señora acomodada, con el domador de pulgas, con el anticuario ridículo que intentará quitarte hasta la camisa deletreando palabras, con el pobre de solemnidad, enfermo de tisis y arrinconado en el frío mientras rumia la cobardía de no querer enfrentarse con el poder aplastante, con el amor de una hija, con una fiesta de máscaras diseñadas por el propio Goya y con un avión que se mantiene en el aire…sin nadie dentro…
Y todo porque al buscar el pasado el único amor que te importa puede renegar de ti…
Película de ilimitados problemas de producción, Mister Arkadin, de Orson Welles fue la primera intentona española del gran maestro con un argumento extraordinario que haría palidecer de envidia a cualquier guionista de relumbrón que intenta colocar alguna historia en el cine de hoy. Para ello, Welles contó con Paola Mori, su pareja de entonces, Robert Arden, Akim Tamiroff, Mischa Auer, un impagable, y nunca mejor dicho, Michael Redgrave, Amparo Rivelles, Irene López de Heredia…y un celuloide hecho de retales que, aún así, desvelan el genio de un hombre que no renunció nunca a hacer cine a pesar de que el destino quiso que olvidara la manera de hacerlo para que nosotros padeciéramos una amnesia que nadie, salvo él, supo rellenar con la maestría por encima, muy por encima, de los medios.

9 comentarios:

dexter dijo...

Recuerdo que pillé esta película hace un par de años y que comencé a verla pero no logré terminarla. La verdad que me aburría un poco y muchas cosas no las entendía de puro absurdo que me parecían. También es cierto que era de noche y quizá estaba cansado. Es curioso pero eso también me paso con otra película del último Welles "Fraude" que tampoco pude terminar. No sé si debería dar a ambas una segunda oportunidad.

César Bardés dijo...

Yo te recomendaría que sí que dieras, al menos, una segunda oportunidad a "Fraude", que es una película sobre el engaño, una vuelta de tuerca más sobre las apariencias y una exhibición de técnica documental y de hacer creer a la gente lo que quiera.
En el caso de "Mister Arkadin"...comprendo que te aburra. Welles quería que el espectador estuviese atento a todo lo que te contaba y es una película en la que, además, hablan muchísimo. Es otra exhibición, pero esta vez de inteligencia. No hay nada absurdo en la historia, pero para comprenderla del todo hay que verla hasta el final. Si a esto se añade las infinitas trabas que tuvo para poder acabarla, creo que llega a tener un doble mérito. El rodaje se prolongó durante varios años porque los que aportaban el dinero cogían y se lo retiraban. Rodaba a retales, cuando podía, modificaba el guión sobre la marcha según la disponibilidad de los actores y, sin embargo, fíjate en el reparto. Maravilloso Michael Redgrave, amenazante Peter Van Eyck, divertido Mischa Auer como domador de pulgas, muy sexy Patricia Medina, a la sazón esposa de Joseph Cotten. A Welles no le puedes descartar a la primera, creo yo. Era un hombre que pedía más visionados siempre...¿o acaso "El proceso" guarda dentro de sí una profunda lógica? La respuesta es que sí pero hay que verla con tranquilidad y con la mente muy despejada. Es un consejo de la dirección general de seguridad: Si duermes, no veas cine.

dexter dijo...

Bueno a eso también se le puede dar la vuelta "si ves cine, no te duermas" más bien. En cualquier caso te agradezco tu papel medio familia Telerín medio dirección general de seguridad (aunque eso da mucho yuyu, tú). Quizá aburrir no sea el término exacto sino que me pilló con la guardia baja. Y claro encima si hablaban mucho...
Yo el exhibicionismo y virtuosismo de Welles siempre lo he visto inteligente, y no te digo que a veces no me cargue tanta erudición. "El proceso" son palabras mayores, ésa recuerdo que también la vi a altas horas (debe haber algo en mi subconsciente que relaciona los términos "Welles" y "madrugada"- en los míticos tiempos de la tele de Pilar Miró y recuerdo que no me dormí, más bien me fui a la cama hipnotizado. Gracias por tus consejos, again.

César Bardés dijo...

Nada, no hay nada que agradecer. Lo de la Dirección General de Seguridad es algo que se me quedó en mi más tierna infancia porque salía un anuncio de la seguridad en las carreteras y demás y siempre terminaban con la frase: "Es un consejo de la Dirección General de Seguridad". Hombre, lo de "si ves cine, no te duermas", lo veo más restrictivo. Comprendo que haya películas que sean somníferos perfectos (aunque rara vez han hecho efecto en mí). Y no creas que mis consejos están dictados desde un pedestal ¿eh? Que no, que no, que me parece muy bien que te aburra, o que te maraville, que yo soy uno más en el proceloso mar de la red y ya está. Las gracias en todo caso a ti por hacer públicas tus experiencias (no sexuales) con Welles.

Carpet dijo...

Dormir y cine....mmmm, que interesante.
Daría para un transversal porque el cine es una fábrica de sueños, dicen, y a veces, como señala Dex, de ronquidos...que levante la mano el que no se ha dormido nunca viendo una película, incluso siendo buena ( yo tampoco he visto "Mr Arkadin" pero ganas no me faltan ).
Sin embargo, el cine no sólo ha creado sueños sino que los ha utilizado en múltiples películas, alguna vez de forma obvia y reiterativa con el/la protagonista sufriendo un terrible momento angustioso que creemos real para resultar que despierta sobresaltado y sudoroso/a de lo que era una infernal pesadilla. Y si alguien ha sabido utilizar ese recurso con cierta gracia ese fue Wes Craven en la primera de sus “Pesadilla en Elm Street”, un peliculón a la vista de sus secuelas.
Otro uno de los sueños es para mostrarnos los recuerdos que atormentan al personaje principal y que son la causa de sus angustias, quizá una de las mejores muestras es el de un director recurrente en estos transversales, Alfred Hitchcock y su “Recuerda” con los sueños de Peck diseñados por el mismísimo Dalí.
Sueños premonitorios podemos encontrar en Bergman y sus “Fresas Salvajes”, en “El gabinete del Dr. Caligari”…Hay películas sobre alteraciones del sueño como la narcolepsia en “Mi Idaho privado” o la española “Insomnio”. Hay películas basadas en las ensoñaciones de su director desde la maravillosa “Los sueños de Akira Kurosawa” hasta la empanada mental de Lynch en “Mullholland Drive”. Hay otras con los personajes a medio camino entre la realidad y el sueño como “Donnie Darko”.
Hay incluso alguna en la que algunos personajes entran en los sueños de otro como en el “Origen” de Nolan. Y hay alguna peli en la que gran parte del relato no es más que el sueño profundo e inducido dl protagonista como es el caso de “Abre los ojos”. También se podría señalar la transformación de Spencer Tracy en “Dr. Jeckyll y Mr Hyde” que tiene lugar mientras el bueno de Spencer sueña una muy erótica escena conduciendo un carruaje tirado por las muy sensuales Ingrid Bergman y Lana Turner.
Podéis seguir soñando o tendremos que acudir ya a los “Despertares”

Abrazos

César Bardés dijo...

Ufff...los sueños en la fábrica de sueños. Daría no para un transversal sino para toda una enciclopedia.
Tenemos también "Insomnio", pero ésta de Christopher Nolan, una de sus mejores películas y más olvidadas con Al Pacino perdiendo la cabeza intentando perseguir a Robin Williams y no pudiendo conciliar el sueño. Hitchcock utilizó los sueños como elementos recurrente en un buen puñado de películas suyas, desde "Vértigo" hasta "Marnie". Un sueño premonitorio es el tormento del piloto que tiene que llevar a cabo la masacre de "Punto límite", de Sidney Lumet. Los sueños son punto y aparte en los deseos de los protagonistas de "Bienvenido Míster Marshall", de nuestro querido Berlanga. Y el sueño es lo que devuelve a la edad adulta a Cary Grant y a Eginger Rogers en "Me siento rejuvenecer". E incluso los sueños parecen un mensaje del otro lado de la vida en "Campo de sueños", de Phil Alden Robinson en la última y maravillosa aparición de Burt Lancaster en el cine. No podría haber mejor despedida para él.
Dejo en vuestro tejado la pelota para que le déis con el sueño de una noche de verano, cuya mejor versión se llevó al cine en 1935 por el gran Max Rheinhardt.

Carpet_wally dijo...

Qué buena me parece "Campo de sueños" y que poco reconocida, tal vez por demasiado americana y por el rechazo general que despertaba Kevin Costner.

Si señor, por habr en el cine hay hasta "Cazadores de sueños" de la que sólo mencionaré el título y ya casi me da vergüenza.
Hay otro tipo de motivo recurrente en el cine que tiene que ver con el dormir, el de aquel que despierta sin recordar nada y es acusado de asesinato, quizá una de las más relevantes sería el film de Lumet con Jane Fonda y Jeff Bridgess "A la mañana siguiente".

Hay también quien conecta a traves del sueño con un terrible y psicopata asesino como le ocurre a Jeff Goldblum en la no despreciable casi serie B "El asesino del mas allá". Por cierto este muchacho tambien paso por "El sueño del mono loco"

Y dormir no se dormiría mucho, pero no importaría pasar mucho tiempo en "El sueño eterno".

Algunos eran seres terrorificos casi vampíricos en una peli ochentera de cierto exito llamada "Sonambulos".

Soñad....Soñadores.

dexter dijo...

Jo, vaya trasversal, quizá el más extenso que hayamos tratado por aquí. Yo cuando hablastéis de Hitch recordé la mítica frase "Anoche soñé que volvía a Manderlay" de una peli que no va de sueños pero que ciertamente es de ensueño. No podemos olvidar películas que son en si misma un sueño como "El mago de Oz" o "Alicia en el país de las maravillas", incluida la de Tim Burton aunque aquello era más bien una pesadilla justamente como aquella antes de navidad que él mismo produjo.
Woody Allen tenía "Sueños de seductor" en una película que no dirigió él pero casi que como que si lo hubiera hecho. El elemento onírico está muy presente en la obra del neoyorkino, no en vano hemos acabado todos conociendo al hombre de sus sueños.

César Bardés dijo...

No cabe duda de que Allen hace del sueño casi su motivo central en una película como "Desmontando a Harry" e, incluso, como excusa para no practicar sexo como es debido en "Annie Hall". El sueño es justo el lugar de donde provienen los impostores de "La invasión de los ladrones de cuerpos" y el momento en que usurpan el lugar del sustituido. "Drácula" era un tipo incapaz de dormir por las noches porque estaba en los brazos de Morfeo muchas horas de luz. "Barton Fink" despertaba una mañana con un cadáver al lado por culpa de un vecino ciertamente psicopático y gordo como John Goodman. El insomnio era una de las razones de la rayadura dura de Travis Bickle en "Taxi driver" y también las cosas pintorescas que le ocurrían al propio Jeff Goldblum en esa rareza estupenda de John Landis que se llamó "Cuando llega la noche" con Michelle Pfeiffer como la chica de sus no sueños. Una de las secuencias oníricas más alargadas de la historia del cine es la de una de las joyas iniciáticas del cine negro titulada "El desconocido del tercer piso" con un inquietante Peter Lorre que parece que lleva el asesinato escrito en la cara. El sueño es el final dulce que se prepara a los ancianos de "Cuando el destino nos alcance", de Richard Fleischer y forman parte de los sueños de ambición del protagonista de "Trono de sangre" porque también lo son de "Macbeth". Ay, Calderón, cuánto sabías.