viernes, 13 de mayo de 2011

EL SICARIO DE DIOS (2011), de Scott Stewart

Debido a un problema con la operativa de blogger, este artículo ha sido borrado después de haberse publicado ayer, jueves 12 de mayo. Lamentablemente, también se han borrado los comentarios existentes de los cuales no guardo copia. En todo caso, lo vuelvo a reproducir para quien pueda estar interesado y, a continuación, pongo el artículo que debería haber sido publicado esta mañana. Disculpas sin culpa.

A veces, la curiosidad del crítico es malsana y, no sin cierta vergüenza, tengo que confesar que yo la padezco en grado sumo. En cuanto supe que esta película estaba pergeñada por el mismo director que hizo Legión, los colmillos comenzaron a segregar baba, los ojillos se me poblaron de venas rojas y los dedos no cesaron de ejercitarse con extraños movimientos, como si quisieran dar con fuerza en las teclas que ahora mismo aplasto.
Y no me equivoqué. El tipo se llama Scott Stewart para quien no se acuerde de su nombre. Con dos narices bien plantadas a este señor no se le ocurre otra cosa que coger el argumento de Centauros del desierto, de John Ford y salpicarlo con ocurrencias propias de Hasta que llegó su hora, de Sergio Leone y cambiar a los protagonistas de esas películas por sacerdotes que tienen que enfrentarse a una temible bandada de vampiros que no tienen ojos y que están liderados por un fulanito que se parece sospechosamente a Clint Eastwood.
Bueno, vale, estos argumentos para poner a caer de un burro una película son propios de crítico. Pero esperen y verán. El caso es que se nos pone en antecedentes con una película de dibujos animados y nos damos cuenta de que estos sacerdotes, que por si las moscas llevan tatuada una cruz en medio de toda la cara, son guerreros samuráis que dan unos saltos y hacen unas cabriolas que ríanse ustedes de Bruce Lee hasta el forro de heroína. Suben y bajan como ascensores. Eso sí, como efecto dramático hay que hacer que trepen por unas escaleras para ver si la jeta que sale es la del sotanas o la de un vampiro de boca feísima y de ojos...¿dónde narices tendrán los ojos estas bestias? Ah, ya, si tampoco tienen narices.
Hala, ya va mejorando un poco. El protagonista, claro, es Paul Bettany y yo no sé lo que estará pensando este chico para aceptar los papeles que hace pero me temo que tiene que cambiar de agente o debe dejar de leer los guiones bajo los efectos de un psicotrópico de incienso. Pero démosle un pase. El pobre hace lo que puede y la capucha de frailecillo le sienta de maravilla. La cosa es que detrás tiene a un jovencito que es muy voluntarioso y muy guapo y hace el papel descarado de Jeffrey Hunter en la obra maestra de John Ford pero...ahí va, si resulta que es un personaje que no hace absolutamente nada en toda la película. Es un inútil, un Luke Skywalker cualquiera que sólo tiene una idea y que dispara con la puntería de la espalda donde pierde su honroso nombre. Y actúa menos que una piedra. Ah, ya sé dónde le he visto. Es el chavalito por el que Christina Aguilera pierde la chaveta en esa otra obra maestra del género musical que es Burlesque y responde al improbable nombre de Cam Gigandet.
Fallos de dirección clamorosos, secuencias de acción inanes, absolutas pérdidas de norte, una metáfora de la fe que es inquebrantable en Dios pero no en la Iglesia con una explicación de aquí te pillo y aquí te mato y nunca mejor dicho, Brad Dourif y Christopher Plummer saliendo por ahí y sin saber muy bien qué hacer, Vicky Martín Berro...digo, Maggie Q tirándole los tejos al cura y liderando con él esta especie de cruzada, paseitos repetitivos con unas motos de velocidad supina que llegan a cansar a Dani Pedrosa, el malo andando cual Frankenstein por encima de los vagones de un tren temible pero que debe de conducir Moore Ciélago... Todo es despropósito en esta película que arranca de un cómic y se convierte en una sensación de culpabilidad alarmante, muy parecida a la del temblor de un mordisco al ver que te has gastado el dinero en lo más atontado del mundo. Por cierto, hablando de atontados. La sala estaba llena y la edad media en sesión de noche debía de rondar los 17 añitos. A mi izquierda, Spiderman. A mi derecha, Batman. Delante, la Mujer Nerviosilla. Yo, entre tanto superhéroe no se si llegué a desear que me arrancaran los ojos para  convertirme en vampiro allí mismo.

4 comentarios:

Carpet dijo...

A veces, uno ve una película y le entusiasma, y rápidamente acude al blog de referencia con la esperanza de que sus amigos, con los que comparte afición y cuya opinión tanto respeta y le interesa, hayan visto el mismo film y puedan intercambiar vivencias y placeres.
El sábado un amigo me ofreció llevar a los crios a ver "El sicario del mal", le di un esquinazo de última hora y mientras él los acompañaba en la delirante aventura vampírica, yo me aventuraba, acompañado por mi chica y la suya, en una medianoche parisina de la mano del maestro Allen.
He llegado aquí con la esperanza de que hubierais disfrutado lo que yo y pudieramos ahora repetir las sonrisas, recordar las delicias e incluso ver algún defecto...No se así, me toca esperar...Estoy impaciente.


Ah...y sobre "El sicario...." sólo decir que mi amigo y los chicos salieron espantados, aburridos y lamentando el gasto inutil de la entrada. Lo único que no entiendo es que un actor del nivel de Bettany siga metiendose en estos fregados...

Abrazos.

César Bardés dijo...

No te preocupes, Carpet. "Medianoche en París", sí, pero no antes del jueves porque, como ya comenté en alguna ocasión, no puedo poner el artículo aquí si antes no ha salido en el periódico. Así que el jueves te espero para intercambiar, opiniones, pareceres y sensaciónes mientras oíamos las campanadas a medianoche.
En cuanto a "El sicario de Dios", sigo preguntándome qué hace Bettany protagonizando "Legión" y "El sicario de Dios" y ofreciendo un papel secundario de cierta importancia en "The tourist". Ya digo que este chico necesita una revisión en los altos.
Nos vemos en el Café de la Paix, donde los nazis se sentaban en la terraza a tomar "schnapps".

dexter dijo...

Yo también espero poder formar parte de la tertulia literario-cinéfila del jueves. Pero antes tengo que pasar por taquilla y ver ese, emocionante, capítulo 2: él adoraba París.

Que ganassss, por Dior..

César Bardés dijo...

Aquí te esperaremos, Dex, degustando una crépe. Por Christian.