martes, 13 de enero de 2015

MIKE NICHOLS: CINCO REGLAS SENCILLAS



Regla número uno:
La aplicación cuidadosa del miedo es una forma importante de comunicación.

Y él la puso en práctica. Es algo que aprendió en el mundo del teatro. Al fin y al cabo, Mike Nichols fue emigrante (nació en Alemania y salió del país con sus padres en 1939 para afincarse en Estados Unidos), fue universitario, fue cómico, fue director teatral y, finalmente, se convirtió en director cinematográfico. Y en estas dos últimas facetas aplicó una seriedad que no era propia de su personalidad. Se estrena con la adaptación de un éxito de la escena de Edward Albee como fue ¿Quién teme a Virginia Woolf? y dicen las malas lenguas que trabajar con Elizabeth Taylor y con Richard Burton en una radiografía de un matrimonio que solo se ama a través de la humillación es una prueba que doctora en miedo. Así que su mal carácter, salpicado de buen humor muy a menudo, fue algo que todos sabían. Él lo sabía. Si inspiraba algo de temor, los actores estarían muy alerta. No en vano prohibió a Jack Nicholson fumar marihuana durante el rodaje de Conocimiento carnal porque sabía que el actor se relajaría. Y él no quería actores relajados, quería vigilantes de la condición humana. Tanto es así que no dudó en descartar a Robert Redford para su segunda película, El graduado, porque, sinceramente, ese tipo no había sido conquistado por ninguna mujer. Así que mejor coger a Dustin Hoffman y hacer una nueva estrella.

Regla número dos:
Cualquier cosa por la que vale la pena luchar implicar pelear sucio.

Y ahí estuvo él, no dudando en poner zancadillas a todo el que se le ponía por delante con tal de poder dirigir un guión por el que todo el mundo suspiraba como Trampa 22, basada en una novela de enorme éxito de Joseph Heller. Una alegoría antimilitarista que salió algo jeroglífica pero, en el camino, Nichols tumbó a candidatos como Orson Welles, Stanley Kubrick y Richard Lester. Quizá es que había que dirigir a mucho actor y eso Nichols lo sabía hacer muy bien. Alan Arkin hizo uno de sus mejores protagonistas pero todo lo que quería decir la historia se quedó en el cerebro de Nichols. Una trampa por la que peleó sucio porque urgió a su amigo Martin Ransohoff para que comprara los derechos de la novela antes que Welles. La oportunidad se escapaba y, en compensación, ofreció un papel al actor y director. Welles, como siempre, tuvo que poner buena cara y sentirse agradecido.

Regla número tres:
No hay nada que sustituya una buena preparación.

Eso lo supo con sus tres fracasos siguientes. Con Conocimiento carnal pinchó en hueso porque todo se centró en el supuesto escándalo de la trama. La vida sexual de un joven como Jack Nicholson pasando por las camas de Candice Bergen, de Ann Margret o de Rita Moreno atrajo a unos pocos pero no a los suficientes. Luego se embarcó en el desastre de Dos pillos y una herencia, una película que tenía todo para triunfar y protagonizada por sus amigos Warren Beatty y Jack Nicholson y que no fueron a ver más que ellos y sus esposas. Y para completar, El día del delfín, con George C. Scott hablando con unos delfines que sabían inglés…no, no estoy borracho. Incluso hablaban un poco. El caso es que Nichols se dio cuenta de que no estaba preparando bien las cosas y puso pies en polvorosa con destino a Broadway. Allí podía trabajar un poco al margen y no estar tan pendiente de otras cosas. Ocho años sin Nichols. Estaba preparándose.

Regla número cuatro:
Si te parece que eres mejor en algo al resto del mundo…es que no conoces al resto del mundo.

Eso es lo que aprendió en su retiro. Y volvió para hacer de Meryl Streep una lesbiana que denunciaba las condiciones de inseguridad de la central nuclear donde trabajaba en Silkwood, repite con ella y con Nicholson en la radiografía del matrimonio entre el periodista Carl Bernstein y la directora y guionista Nora Ephron en Se acabó el pastel y vuelve a errar en el blanco. Se atreve con el maravilloso libreto teatral de Neil Simon en Desventuras de un recluta inocente y obtiene un fracaso inmerecido en una comedia muy divertida. Y luego, prueba de nuevo el éxito con Armas de mujer una película mítica para los años ochenta…solo que ha envejecido mal, se ha quedado antigua, la ven solo los nostálgicos y tampoco es para tanto.

Regla número cinco:
Los amigos van y vienen pero los enemigos son siempre los que se convierten en los jefes del estudio.

Hablaba claro, de eso no cabe duda. Lo puso bien claro en ese acercamiento a la mítica figura de la Princesa Leia-Carrie Fisher en Postales desde el filo, con una excepcional Meryl Streep al frente. Pone de manifiesto su irregularidad cuando dirige una fábula moral floja y simplona como es A propósito de Henry. Vuelve con Jack Nicholson para hacer Lobo con algunos momentos excelentes y otros bastante flojos. Todos los homosexuales del mundo se desternillan vivos con Una jaula de grillos con un estupendo Robin Williams, con la mejor interpretación de Nathan Lane en toda su carrera cinematográfica y con la osadía de vestir de drag queen a Gene Hackman. Hace la discutible Primary Colors donde Emma Thompson retrata a la perfección la forma de pensar, de caminar y de comportarse de Hillary Clinton. Y, al final, se despide a lo grande con la adaptación de la obra Closer con un enorme Clive Owen y esa maravilla que todavía no ha sido suficientemente apreciada que es La guerra de Charlie Wilson con un Tom Hanks adecuado, una Julia Roberts muy cómoda y un tremendo Philip Seymour Hoffman.


Ése era Mike Nichols. Un tipo que tenía esas cinco reglas para moverse por el mundo del cine. Creo que, al final, consiguió graduarse a pesar de que tuvo asignaturas que no consiguió aprobar. Tenía talento…solo que lo sacaba de vez en cuando. En otras ocasiones, se lo dejaba a los pies de un escenario. Ahora se ha ido y, la verdad, ya ni siquiera tenemos ese talento esporádico. Solo sus películas y sus reglas. ¿Es poco?

3 comentarios:

dexterzgz dijo...

Pues sí que hizo cosas este hombre... Y variadas. A destacar la puesta en escena, teatral pero que en general no resulta para nada pesada, y la dirección de actores. Sacó lo mejor de los mejores: Meryl, Nicholson, Dustin, la Taylor, Burton... A mí hay películas que nombras como flojas que no me parecen ni tan mal como "Se acabó el pastel" con una pareja irrepetible- es cuando yo empiezo a cambiar de opinión sobre Meryl. "Armas de mujer" se quedó vieja porque quizá nació vieja (era divertida pero era muy de los 80). No ocurre lo mismo a mi entender con "Conocimiento carnal" que descubrí hace poco y me parece que queda como un testimonio sociológico de la época bastante válido y que posteriormente una especie de conveniente puesta al día en la infravalorada "Closer". Leí que después de "La guerra de Charlie Wilson" se rumoreaba que iba a dirigir un remake de "El infierno del odio" de Kurosawa que francamente no sé que tal hubiera quedado.

Abrazos graduados

CARPET_WALLY dijo...

A mi tampoco me parece mala, ni mucho menos, "Se acabó el pastel", lo que pasa es que coincide en el tiempo, más o menos, con otras películas de encuentro y desencuentros entre parejas que tuvieron mucha más pegada "Cuando harry encontró a Sally" o "Enamorarse".
El problema de "Armas de mujer" es que cuenta una realidad que, al menos en parte, ya no tiene sentido. Era en plena expansión alboral de las mujeres, en EEUU empezaban a ocupar puestos de valía y ya se empezaban a acostumbrar a buscarse la vida, las habichuelas y a poner zancadillas y codos por su parcela de poder...en España eso lleva mucho menos tiempo, pero fue una reivindicación femenina muy notable y de hecho el éxito fue mayoritariamente entre las chicas de ayer. Y era vieja, sobre todo en estética, el vestuario de Melanie era para asesinarla.
En serio creeis que "Closer" está infravalorada, yo creía que era al reves. Yo la vi porque todos los que la vieron me decían que era superlabomba, y a mi me dejó bastante frio, no logré entrar casi en ningún momento y eso que el elenco me parecía genial, pero ni Natalie en plan stripper me sacó de mi sopor...tendré que revisarla.

Abrazos pastelosos

César Bardés dijo...

Yo creo que, en general, Mike Nichols era un buen director que no destacaba precisamente por su regularidad. Lo mismo te hacía una película que quedaba bien como que a la siguiente te dejaba con una sensación de flojera narrativa, como que no había contado nada que era bastante decepcionante.
Habláis ambos de "Se acabó el pastel" y sigo diciendo que me parece una película bastante regular. No me creo la historia de amor (de hecho, cada vez que se han juntado Jack y Meryl no me he creído esa pareja nunca, lo contrario de lo que le pasa a Meryl con Bob) y no deja de ser algo bastante sabido. Una pareja, se llevan bien, conectan mucho intelectualmente porque ambos pertenecen a la élite y eso no les salva porque, en realidad, tienen muy poco en común. Nada nuevo ni nada que no hayamos visto en otras historias de amor de corte parecido con final amargo.
En cuanto a "Closer", ahí sí que soy un poco más de la opinión de Carpet. Hubo gente que la llenó de elogios cuando a mí me parece que es una película que está bien y punto. Eso sí, me hace ver al gran actor que hay en Clive Owen (el mejor de todos los que componen el reparto) y que tanto se está desperdiciando con productos demasiado comerciales. Sigo...es cierto que, en su momento, hubo gente que la puso como que era la pera limonera y a mí me parece que es una historia que está bien, dirigida con mucho oficio de forma eficiente pero algo rutinaria por parte de Nichols. Me gusta mucho, mucho más "La guerra de Charlie Wilson" que sí me parece que es una historia que cogió con ganas y que tiene un tono de comedia "realista" que no se acaba de creer todo lo que ocurre. Para mí, una estupenda despedida.
Abrazos cerrados.