viernes, 5 de diciembre de 2008

ÁNGELES SIN PARAÍSO (1963), de John Cassavettes


Adentrarse en los pasillos del laberinto de una mente que prefirió mantenerse en la ingenuidad puede ser una labor demasiado ardua para las personas que sienten y piensan como nosotros y, en medio de esos jeroglíficos de pensamiento e inocencia, puede que una mujer encuentre el rumbo y el destino de un cariño que tenía guardado para casos de extrema necesidad. Al principio, su comportamiento zozobrará mientras se escora entre la tiza de lo correcto y la pizarra del deber pero, poco a poco, como quien modela una serie de obras de arte, encontrará el sentido a todo ello, dará vida a quienes la necesitan, a quienes en su sonrisa sin día encuentran en ella el brillo de las estrellas. Todo ello ocurrirá bajo la mirada del sabio y veterano director del colegio que tiene la certeza de que aquel lugar de confusión, de ingenuidad, de inocencia retenida, de clamor de cariño, de dificultades agrandadas, es el campo por donde vuelan todos los ángeles que, en algún lugar de su nacimiento, se quedaron sin paraíso.
John Cassavettes, excelente actor al que recordamos por sus papeles en, por ejemplo, Código del hampa, de Don Siegel; o Doce del patíbulo, de Robert Aldrich y que luego se pasó a la dirección con una serie de títulos que destacaron por una simpleza sobresaliente y digna del mejor de los estudios (he admirado mucho sus obras "Opening night" y "Una mujer bajo la influencia"), siempre aborreció esta película que dirigió bajo órdenes muy estrictas del productor Stanley Kramer. Él quería hacer un drama sobre el problema psíquico de unos niños que necesitaban una guía para acceder a un mundo de adultos que levantaba un muro de incomprensión. Kramer, por su lado, pretendió concienciar al público del problema de la minusvalía psíquica infantil y de las maneras de abordarla para intentar hacer llegar un puñado de felicidad a unos niños que ni siquiera sabían qué significaba esa palabra. En cualquier caso, la película es estremecedora, inolvidable, valiente, un drama real (los niños no son actores, se interpretan a ellos mismos) y tiene un enorme valor en cuanto a su mensaje de paciencia que, casi nunca, es sinónimo de comprensión. En esta ocasión, ambos conceptos caminan unidos de la mano…de la mano de un niño que sólo desea dártela.
El tesoro que nos regalaron con esta historia nunca ha sido suficientemente reconocido y rara vez ha sido abordado de nuevo, entre otras cosas porque la película es de una honestidad sobrecogedora, no nos ahorra todo aquello que no queremos ver, no nos salva de mirar, hace que veamos que siempre hay un niño esperando, que todos nosotros también estamos esperando y que las emociones son las mismas porque la mente las procesa igual, no importa si somos ángeles o humanos. Quizá, para algunos, sea incluso una película muy dura de ver pero, al terminar, nos daremos cuenta de ciertos valores que teníamos un poco olvidados, recuperaremos rincones de humanidad que permanecían hibernados solamente porque nos hacía demasiado daño tenerlos presente. Es una película imprescindible, una joya del sentimiento. ¿Vamos a negarnos eso a nosotros mismos? No lo hagan, se negarán el paraíso.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta cuando recuperas películas que, al menos yo, tenía algo olvidada. Y ésta es una de ellas. Qué gran película por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. Es muy dura en algunas escenas, pero la realidad de lo que quiere mostrar esa escena hace necesaria la dureza. Niños que sólo necesitan cariño, comprensión y sentir que hay alguien que no gira la cabeza cuando los tienen delante, sino que los miran a los ojos. Yo sé, por cercanía familiar, lo que esos niños son capaces de dar a cambio de muy poco. Y qué grande está la Garland en esta peli. Con esa amargura que tenía su rostro en la madurez. Al menos así la veía yo al final de su carrera. Coincido contigo en lo buen actor que era John Cassavettes. Casi siempre le he visto en papeles secundarios. Lo mismo que su mujer, Gena Rowland. Me encanta esta actriz.
Por supuesto, una vez más, me ha emocionado la sensibilidad con la que has descrito esta película y el mundo de unos niños que sólo necesitan amor.
Gema

César Bardés dijo...

Esta película siempre me ha acompañado, de alguna manera. Me quedé impresionado con ella la primera vez que la vi. Y la verdad es que nunca ha abordado el cine la misma temática desde esta óptica. Es cierto que Judy Garland estaba ya con un pie en el estribo pero había llegado, desde "Ha nacido una estrella", a una madurez interpretativa extraordinaria. En cuanto a Cassavettes siempre fue un hombre que quiso más dirigir que interpretar y al final consiguió una obra singular, muy excepcional, y que ha sembrado también en su hijo Nick. Siempre que recuerdo esta película, me dan ganas de llorar.
Gracias.

Anónimo dijo...

Fijándome en el cartel que has puesto, por cierto precioso, he visto que también sale en la peli Gena Rowland. Me ha hecho gracia porque la he nombrado en el otro comentario y yo no recordaba que saliera. Se me ha olvidado comentar que me encanta el blanco y negro de esta peli.Creo que en color habría perdido mucho. Hay películas, como mi querida Casablanca, en las que el blanco y negro son casi como un personaje más. Pienso que ésta es una de ellas.
Gema

César Bardés dijo...

Sale, ya siendo pareja de Cassavettes, aunque por aquel entonces no era ni mucho menos una estrella, casi estaba empezando. Sólo es hasta unos seis o siete años después cuando se empieza a ver el inmenso talento dramático de esta actriz cuando el propio Cassavettes la empieza a dirigir en "Faces", "Minnie y Moskowitz" y, sobre todo, "Opening night" y "Una mujer bajo la influencia". A partir de ahí se hizo un gran nombre como la gran dama que es.
En cuanto a la fotografía, es con blancos y negros muy contrastados y el operador de cámara era Joseph LaShelle, todo un experto al que se le deben las fotografías tanto en blanco y negro como en color de películas como "Laura", "El pecado de Cluny Brown", "Marty" (una película fotográficamente muy próxima a ésta) o "El largo y cálido verano", "El apartamento", "Irma la dulce", "Siete mujeres" o "La jauría humana". Todo un experto en dar una especial textura a las imágenes ya fueran en color o en blanco y negro. Muy acertada en tu comentario.

Anónimo dijo...

Pues no he visto, creo, ninguna de las pelis que nombras en las que sale Gena Rowland. Yo la recuerdo en Gloria, Algo de que hablar(ésta sé que es de esas pelis catalogadas de sobremesa pero es que a mí me encanta), El diario de Noa, Jugando al corazón y alguna más que ahora mismo no recuerdo. Así que me apunto las que tu has nombrado. Sobre todo" Una mujer bajo la influencia". Soy mucho de dejarme llevar por los títulos y éste, me gusta.
Has nombrado Marty. Esta peli me la descubrió otro cinéfilo. Muy buena.
El hombre de Alcatraz también es de esas pelis en las que el blanco y negro es imprescindible.
Gema

César Bardés dijo...

Por supuesto, "Gloria" es una estupenda película, también dirigida por Cassavettes y lamentablemente reversionada por Sharon Stone (aún hay algunos hondos sabios que defienden esta versión de la Stone simplemente porque la dirige Sidney Lumet, que debe ser una especie de Dios para los mediocres).
Por otro lado, es cierto que hay película cuyo blanco y negro es especial, como tu bien dices, es un personaje más de la película. "El hombre de Alcatraz", por supuesto es una de ellas. A mí también me pasa con "Matar a un ruiseñor", por ejemplo, o con "Siete días de mayo", o con "El buscavidas", maravillosa lección de billar e interpretación de Paul Newman. Fue un blanco y negro que se impuso allá por la segunda mitad de los cincuenta y siguió dando guerra hasta mediados de los sesenta hasta que el colorismo preciosista de algunas películas (y con esto, ni mucho menos, quiero decir que fueran malas) fue desplazando ese blanco y negro que yo diría que era casi documentalista. "Una mujer bajo la influencia" es una estupenda película y una de las mejores interpretaciones femeninas de todos los tiempos pero no te esperes nada habitual, más bien lo contrario. Es una película difícil y no es digerible para todos pero me alegro de haberte descubierto un título que te atraiga.