jueves, 18 de diciembre de 2008

ULTIMÁTUM A LA TIERRA (2008), de Scott Derrickson


Ya comienza a ser cansino el que por estas páginas se asomen las letras del típico crítico sabihondo diciendo siempre que lo que se hizo antes ha sido mejor, pero es que a las mentes privilegiadas del cine, con esto de las crisis, lo único que se les ocurre es hacer nuevas versiones de películas que ya en su momento rozaron la obra maestra y lo que rozan peligrosamente es el ridículo.
Y el caso es que el cambio de motivo central para la visita de un extraterrestre (seamos sinceros, Ultimátum a la Tierra, versión del 51, nunca fue una película de ciencia-ficción sino un aviso muy serio sobre las tensiones casi insoportables que soportaba el mundo como consecuencia de la traidora y siniestra Guerra Fría) poniendo a Klaatu, el susodicho, como guardián ecológico del universo y arribando con el fin de acabar con el ser humano, la especie menos razonable del cosmos, porque si éste muere, la Tierra sobrevive, no deja de ser una buena idea. Lo que pasa es que, como siempre, lo que se quiere hacer no es una película que se convierta en una seria advertencia y un drama de tintes psicológico-científicos sino una bobada de muchos efectos especiales metidos con calzador, eso sí, muy espectaculares, para que la gente se quede boquiabierta y el guión se desfleque de manera vergonzante igual que la alfombra del recibidor de nuestra suegra.
Para empezar, lo de Jennifer Connelly como Doctora en Astrobiología (por cierto, que levanten el dedo los Astrobiólogos que tenemos en España) y Catedrática de Universidad y una de las mayores eminencias científicas del mundo con apenas 38 años que tiene la chica…no se lo cree ni el potito cuando ha bebido una copa de más. Sí, lo sé hay que meter a la piba de turno para que ponga el contrapunto de la belleza para una historia de amor que, simplemente, no existe. Siguiendo con defectos, un tipo del espacio, que también es menos razonable que un yoyo, llega con un poder extraordinario y una amenaza que dejaría con los pelos de punta al más pintado y no le dejan hablar en una conferencia de líderes mundiales que se celebra allí al lado. Eso sí, como premio de consolación allá que va la Secretaria de Defensa para hablar en nombre del Presidente de los Estados Unidos (una antipática y poco rigurosa Kathy Bates) que, por cierto, cuando las cosas pintan oscuras, se coge al Vicepresidente y se esconde (esto no es una crítica, es absolutamente cierto y muy realista). Luego, el extraterrestre lleva a la chica y a su ahijado a un sitio en medio del campo, en la misma orilla de un pantano. Un lugar más desolado que mi calva de medio pelo y resulta que, como por casualidad, aparece por allí un policía. Más tarde, van a ver a todo un Premio Nobel, interpretado por John Cleese que me gusta más cuando se pone gracioso, y, de repente por allí asoman los hocicos de los helicópteros del ejército…y nadie cae ni por casualidad que la casa del Premio Nobel está allí y que por algo el trío protagonista se ha dejado caer por aquella casa. Por último, resulta que el inmenso robot (de acuerdo, de acuerdo, en la versión antigua da risa pero sospecho que, ya por entonces, eso al director Robert Wise le traía sin ningún cuidado) al estilo de una película de serie Z de los años cincuenta, se deshace en bichitos que arrasan todo a su paso. Sí, sí, han leído bien. El robot. Y, por último, en medio de la nube de bichitos, el extraterrestre conmina a la chica a refugiarse debajo de un puente porque no les va a dar tiempo a llegar al platillo volante (que más bien parece un globo) y cuando a él le da la gana, sale y llega. Como ven, todo muy lógico, bien trenzado, currado hasta el máximo y tan creíble que hasta dan ganas de llorar.
¿Virtudes? Un momento que piense…Ah, sí, los efectos especiales. Cómo molan. Los bichitos esos es que lo deshacen todo. Y esa obsesión de Scott Derrickson, el director (que hizo una obra tan sólo aceptable aunque admirada por los grandes cerebros como fue El exorcismo de Emily Rose) por coger los andares de Keanu Reeves a cámara lenta no acabo yo de pillarlo muy bien. John Ford decía: “¿Saben ustedes lo que es el cine? El cine son los andares de Henry Fonda”. Siguiendo la frase podríamos decir que los andares de Keanu Reeves son tan impersonales que hasta el que se suscribe anda mejor aunque sea un poco más bajito. Sí, a mucha honra ¿y qué?
La pobre Connelly, la verdad, hace lo que puede con ese papel que le ha tocado. Llora muy bien e intenta por todos los medios dar un poco de dramatismo a ese personaje que uno no se cree ni en sus peores tardes de credulidad, pero eso no compensa un disparate que sólo se ha hecho con el fin de que veamos un montón desordenado de cosas (cogieron el guión de la versión del 51, han metido todos los elementos en la coctelera y luego lo vertieron todo descolocando el orden pero haciendo lo mismo) aderezado con efectos digitales a todo plan que, sinceramente, no necesitaban. Un producto más de aborregamiento fácil y consumo rápido. Esperemos que los extraterrestres de verdad sean mejores y un poco más expresivos porque aquí el único que se expresa es el robot con su ojo rojo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues ya ve Mr. Wins, como deciamos ayer.. A mí lo que más me preocupa de estas películejas es el poco respeto, cuando no el desprecio absoluto, hacia los clásicos que las inspiraron. Que los jovenzanos que alucinan hoy en día con tanto efecto digital y tal, te cogen la película de Wise y dicen que vaya caca de la vaca - ¡ pero si hasta Star Wars les parece una reliquia ¡- Y un respeto, hombre. Que el Ultimatum de Wise no sería concebida como una peli de ciencia ficción pero de rebote ha logrado convertirse en una de las obras fundacionales del género.
Anímese, Mr Wins, y no se corte todavía las venas, que la semana que viene le toca Clint Eastwood.

César Bardés dijo...

Bueno, los jovenzanos de hoy en día, de cine, más bien poco. Sólo hace falta acariciar un poco el ambiente y verás cómo el blanco y negro para ellos es sinónimo de "rollo", de "antiguo" y de "cine de viejos". Y desde luego, la versión de Wise sería calificada por ellos como una auténtica mierda, más que nada porque es una generación educada en lo visual y la versión de Wise tiene mucho que rascar y, desde luego, que pensar. Si hasta el diseño del personaje de Klaatu es una auténtica delicia. Aquí ni diseño ni nada, hale, vamos a explotar, a destrozar, a aniquilar que esto es lo que les deja a los jovenzanos con la boca abierta, con esa expresión de inteligencia que se les queda a veces.
Y sí, tengo mis esperanzas puestas en las dos que el señor Eastwood va a estrenar esta temporada. Estoy seguro que, a poco que haga nada, le da cien mil vueltas al mejor de estos tipos. Hasta ahora, y sin ánimo de ser el típico crítico sabihondo, lo mejor de la temporada es "Quemar después de leer", pero de lejos.
Gracias, Dexter, nos veremos en mi platillo volante, de esos que realmente parecen un platillo de loza volante.

Anónimo dijo...

Bueno los jovenzanos de hoy día serám los Dexter y los Wins del día de mañana, no desesperemos. Incluso serán los Carpet de final de siglo.
Como dice Wins, estámos ante una generación educada en lo visual y obviamente lo que no responde a ese esquema generalista es rechazado. Pensémos en los que disfrutaban del cubismo y aborrecían de impresionistas, barrocos o neorealistas; en los escritoresdel 98 reopudiando a los romanticos o los novelistas de la postguerra echando pestes de Rubén Dario.
En definitiva, cada época tiene sus iconos, sus gustos y sus despóticos movimientos., pero finalmente triunfa la cordura y los sensibles seguiran disfrutando de las grandes obras fuera cual fuere el formato.
En realidad este consumo masivo de vaciedades es como leer novelas de Marcial Lafuente Estefania en vez de Galdós, Thomas Mann, la poesía de Gongora o el teatro de william Shakespeare.
En realidad lo de la crítica de estas películas no tiene mucho sentido salvo que fueran sorprendentes por positivas. No imagino yo a un crítico literario comentando la última de Corin Tellado en España o Barbara Carland en el resto del globo. El que lee esas novelas no busca la excelencia, ni la imaginación, ni las sobervias narraciones, busca pasar el tiempo y recibe lo que merece.
Hay algunos, muchos, que buscamos más y cierto es que recibimos poco, pero eso nos lo hace disfrutar más, tal vez.

No defiendo estas películas, no vayáis a creer. No me importa la vacuidad de la mayoria del cine actual aunque me moleste, más grave me parece lo de los remakes-copias malas. Lo que podrían ser revisiones de temas clásicos ( tipo El burlador de Sevilla-Don Juan Tenorio ), se queda en un burdo plagio actualizando el lenguaje, utilizando rotuladores de colores y recortando los parrafos largos para no cansar al lector.
Más no debemos desfallecer, "Centauros del Desierto" prevalecerá, del mismo modo que nadíe recuerda Psycho y se sigue adorando Psicosis.

Abrazos. Carpet

César Bardés dijo...

Es diferente si hablamos de la creación de una cultura y para dar notoriedad a ésta, se critica a cualquier otra. Eso forma parte del juego cultural histórico. Los surrealistas aborrecían los convencionalismos y sin embargo lograron crear una corriente cultural propia. Salvo algunas raras excepciones, los jovenzanos de hoy en día no van a crear ninguna corriente cultural de ningún tipo aunque, eso sí, nos lo disfrazarán de hallazgo inaudito y no dudo de que en próximos años se hable de la "generación del 2000" como si fueran la leche en verso aunque, en realidad, no lo fueran. Por supuesto, no estoy despreciando a nadie, pero tendrías que ver en algunos colegios cómo vas a hablar de cine y no puedes poner nada en blanco y negro porque pierdes a la audiencia. Eso es cine "de sus padres" y el cine de ahora, será el cine que recordarán cuando tengan taytantos, igual que hacemos tu y yo cuando recordamos las películas que hemos visto cuando teníamos la edad del pavo. Sí, lo confieso, yo vi "La mujer de rojo", pero también fui a ver "Toro salvaje". Ponles "Toro salvaje" a cualquier niño mayor de 12 años y te dirá que, primero, no entiende nada, segundo, que vaya barullo, tercero, que vaya rollo, cuarto, ya sólo la primera imagen en blanco y negro, cámara lenta y "Cavallaria Rusticana" de fondo hará que pierdan totalmente su interés.
Por supuesto, estoy contigo en que las críticas de estas películas no tienen mucho sentido...pero ¿hay mucho más donde elegir? Si es así, dímelo y no perderé el tiempo viendo películas pensadas para cerebros tan pequeñitos que incluso se van contentos del cine. Al fin y al cabo, tanto derecho tienen ellos de pensar que el blanco y negro es una antigualla y un rollo, como yo de creer que ese cine lo hizo un señor de tres años, con un guionista que aún mamaba de la teta y que lo hizo para gente de su edad mental, claro.
Evidentemente, el que busca esas novelas recibe lo que se merece pero en el caso literario no hay esa extraña consideración de "elitismo" si tú en una conversación de bar sueltas que no hay película como "Sed de mal" y que, por mucho que se esfuerce un director como Michael Bay, eso no es cine. Te miran raro y la conversación pasa al fútbol inmediatamente. Y, sinceramente, yo no disfruto con el nivel de hoy en día. En los años ochenta, he tenido hasta tres y cuatro películas en cola para ir a ver cada semana. Ahora si tengo una, puedo darme con un canto en los dientes, y si voy de todas formas es porque estoy obligado a hacerlo. En cuanto a lo que prevalecerá...sigo dudando de la capacidad de prevalencia de unos títulos que para los cinéfilos de hoy son absolutos desconocidos. Sin ir más lejos, un día regresé pronto de trabajar y me encontré haciendo zapping con la tele. En el concurso "Pasapalabra" se presentó una chica que se definió como auténtica cinéfila y lo demostró con las preguntas que le hicieron sobre Brad Pitt. Cuando llegó el rosco, hubo una pregunta que fue: "Con la U, apellido de la actriz que compartió cartel con Bibi Anderssen en la película "Persona". Por supuesto, no dijo Penélope Uz, pero no tuvo ni puñetera idea de lo que le estaban hablando. Personas con estudios, supuestamente cultas, con critério y demás me dicen sin ruborizarse que una película como "Hard Candy" es la mejor película que han visto nunca aunque yo, por supuesto, no puedo decir que "Espartaco" es trescientas veces mejor que "300" (lo cual ya serían 90000) porque te miran con cara de póquer e insinuan que lo que me gusta es el cine que sólo gusta a unos pocos. Cada vez estoy más de acuerdo con las teorías filosóficas de Postman que decían algo así como que, en el futuro, la cultura será sólo patrimonio de unos pocos, pero esos pocos cultos sólo podrán entenderse entre ellos porque los demás serán incapaces de seguirles y formarán una élite, sí, pero totalmente marginada. Una especie de "ghetto" cultural muy cerrado. Sólo tienes que pasarte por cualquier foro de "pretendidos cinéfilos críticos" y verás cómo hay una especie de tendencia a criticar e, incluso despreciar, obras como "Sed de mal", "Psicosis" o todo el cine de Stanley Kubrick pero, eso sí, les encantan "algunos aspectos del cine actual". Y eso no ocurre ni en un foro, ni en dos, ni en tres, sino en cientos. Para que luego venga el listillo de turno, ponga tres cosas inteligentes y enseguida se le señale con el dedo diciendo que es un...pedante o un engreído o cualquier lindeza de ese tipo. Y no me estoy refiriendo a mí, puesto que yo no escribo en más foros que en éste, dado que mi opinión cada vez interesa menos aunque tenga unas páginas dedicadas a mí en algún periódico perdido de esos en los que Dexter tendría que trabajar. Tenemos lo que nos merecemos, sí, al fin y al cabo, el cine sirve lo que el público demanda. Y lo mismo ocurrió con Corín Tellado y Marcial Lafuente, aunque luego recordemos a Thomas Mann. Pero, ¿de verdad crees que aquellos que leían a Corín Tellado, acabaron agarrando un libro de Thomas Mann? Eso son puras excepciones. Y lo dejo ya porque soy un elitista de cojones y un pedante de agárrate y no te menees.
Gracias por dar un punto de vista en un debate tan estéril.

Anónimo dijo...

Bueno, he de ponerme al día y tengo poco tiempo. Una, aunque sea amita de casa, también tiene derecho a disponer de los famosos días "moscosos" o de asuntos propios y eso es lo que he hecho últimamente aunque el motivo haya sido de fuerza mayor. Iré leyendo poco a poco artículos atrasados. Pero hoy no puedo dejar de expresar en éste mi opinión. Recuerdo muy vagamente la peli "Ultimatum a la tierra", pero sé que la vi. Creo recordar que coincidía en el tiempo con una serie que ponían en la tv cuando era una cría que me gustaba mucho. No recierdo el título pero iba también de extraterrestres y esas cosas. Por supuesto no pienso ver la actual. En cuanto al debate que llevais, quiero romnper una lanza a favor de los jovenzanos de ahora. Una de mis hijas me ha salido cinéfila, y os aseguro que disfruta viendo conmigo alguna de las pelis clásicas en blanco y negro. No voy a enumerar todas las que he visto con ella porque esto se haría muy largo, pero de verdad que le encantan. POr otra parte, esta misma hija mía es fan de " Crepúsculo". Está con el tercer tomo de la novela y por supuesto irá a ver la peli. Cosa que no me parece nada mal. El caso es que lea y que vea cine. En cuanto a la literatura... confieso que siendo una niña me leía muchas de aquellas revistitas de Corin Tellado. Recuerdo que la chica que limpiaba en casa de mi abuela se las compraba y siempre me iba a su habitación a leerlas con ella. Oye, y era la mar de feliz. Es que yo de cría ya era una cursi romanticona. Luego he seguido leyendo muchísimo. También confierso que no he leído a Thomas Man, pero nunca, en ninguna etapa de mi vida he dejado de leer. Hace poco, viendo aquel programa que comenté de Sanchez Dragó, tanto él como Garci confesaron que de crios se leyeron toda la colección de Luisa María Linares y Concha Linares Becerra. No veas la alegría que me llevé, más que nada porque yo también me las leí todas y no veas lo que se burlaban mis hermanos de mi. Qué largo se ha hecho ésto, lo siento. Sólo decir que quiero pensar que sí habrán jovenzanos a los que les guste el buen cine clásico. Pocos, pero seguro que los hay. Con lo cual tengo la esperanza de que se siga hablando siempre, en muchas generaciones venideras, del maravilloso cine en blanco y negro. Mi hija seguro que lo hará.
Besos
Gema

César Bardés dijo...

Yo no digo que no vaya a haber jovenzanos que les guste el cine clásico. Ahí tienes también el ejemplo de mi retoño que ha visto "2001" y que le ha gustado y lo que es aún peor, le ha dado su propio entendimiento, que era precisamente lo que Kubrick buscaba. Hoy en día, y no quiero citaros nombres, anda que no hay gente por ahí que dice que odia a muerte "2001" porque tal y cual y la razón de fondo es que no la entiende. Y, por supuesto, el caso es que lea y que vea cine aunque "Crepúsculo" sea un caso más del cine de hoy. Yo, de niño, también lei a los Cinco y a los Siete Secretos y confieso, no sin vergüenza, que sí he leído a Thomas Mann, incluso hasta me he detenido a analizar su declaración ante el Comité de Actividades Antiamericanas, lo cual no dice nada en mi favor. Tampoco dudo de que en generaciones venideras se hable del cine en blanco y negro. De lo que dudo es que, generalizando, eso sea la tónica dominante. Los clásicos dentro de veinte años serán "Crepúsculo", "300" y "The spirit", que aún no he visto pero que sigue la estela del cómic, un medio que atrae muchísimo más que el cine puro y duro y por eso el cine copia del cómic. Y si les hablas de John Ford, no dudes que te dirán que hizo un buen coche. Y si no, al tiempo. Y más que nada porque esto no es que sea flor de un día, sino que lo llevamos arrastrando ya varios años y eso deja marca y huella para un futuro hecho de cine video-clip.
Un beso, gracias por intervenir y se te echaba de menos por aquí.

Anónimo dijo...

Sé que no será la tónica dominante, sólo aspiro a que al menos haya una minoría que, como a tu hijo y a mi hija les guste el buen cine y sigan hablando y disfrutando de él. Los libros de Los cinco no me llamaban mucho. Y por supuesto que no debes avergonzarte por haber leído a Thomas Mann, todo lo contrario. No había ironía cuando dije que yo no lo había leído. Y quiero seguir pensando que lo que será flor de un día son éxitos actuales como 300 o cualquiera de las que nombras. Déjame seguir confiando en que siempre se hable de lo maravilloso que era el cine de Ford. Por lo demás, he disfrutado una vez más de tu ironía al contar de qué va esta peli. Seguro que mucho más que si la hubiera visto. Gracias por decir que se me echaba de menos, pero ya sabes que soy como El Almendro, siempre vuelvo a casa.
Gema

César Bardés dijo...

Sé que no había ironía en tu comentario sobre Thomas Mann. La ironía estaba en el mío pues, a veces, el mundo está tan al revés que parece que te tienes que avergonzar por haber leído a ese autor o por haber visto aquella película. Yo espero con verdadera impaciencia que, en años venideros, aún haya gente que se entusiasme hablando del buen cine, del único buen cine y que, entre ellos, estén tu hija y mi hijo. Ojalá se siga diciendo que el cine de Ford era maravilloso (y aún así, volvemos a lo mismo, seguimos oyendo una y otra vez que Ford era un machista, un racista, un belicista y un cabrón, afirmaciones que sólo pueden ser dichas por personas que no han visto más que tres o cuatro películas del gran maestro y que no han profundizado en la obra de un enorme artista). Lo espero con verdadera impaciencia, de verdad.
Una vez más, sabes captar mi ironía en un artículo, hay mucha en éste y parece que pasa un poco desapercibida. Y gracias por decir que siempre vuelves a casa, es uno de los comentarios más bonitos que he tenido el placer de leer.