miércoles, 14 de octubre de 2009

CENTAUROS DEL DESIERTO (1956), de John Ford


Martha acaricia el capote de quien fue el hombre de su vida y que se fue en busca de una guerra para olvidar que, una vez más, había perdido. Un pastor guerrero ve a través del asa de una taza de café algo que prefiere guardar en el silencio antes que saber en el conocimiento de algo demasiado íntimo. Un soldado sudista derrotado vuelve a casa después de atracar un par de bancos y saca a relucir unas cuantas monedas recién acuñadas, demasiado brillantes para no ser dinero maldito. Una condecoración al valor servirá como insignia de un reconocimiento que hay que enterrar bajo el manto de un odio que va creciendo, como el deseo de una venganza que oculta todo el cariño que murió en una humareda, asesinado por un ataque a traición. Y es entonces, cuando el olor a carne quemada se adentra en la nariz hasta la saturación, cuando nacen los centauros del desierto, jinetes que, de tanto cabalgar, hacen que se confunda la figura humana y sea un elemento más de un paisaje para una quimera, de un panorama para una búsqueda que ya no es medio, sino que es razón. Para arrojar algo de sentido a una vida que, de tanto perder, comenzó a odiar y, por eso mismo, a olvidar todo lo que más ama.
Al final, el cariño volverá de repente, sin avisar, como un latigazo repentino en medio de la obsesión de matar a lo que se quiere. Y alguien se quedará ahí afuera, alejado de la familia, del calor de un hogar que, simplemente, nunca le ha pertenecido porque no ha sido parte de él. La vida, de alguna manera, termina cuando se encuentra lo que se busca y nuestros ojos son parte de la oscuridad porque hay mucho más dentro de sus rincones que bajo la luz ardiente del sol cansado.
Hay veces que el cine es tan grande, tan potente, tan impresionante y tan profundo que no importa cuántas palabras se escriban porque es imposible de abarcar en toda su dimensión. John Ford quiso hablarnos del amor que todos tenemos dentro y que no es posible olvidar porque forma parte de nosotros mismos. El odio puede ser reemplazado por la más devastadora de las soledades pero es sólo un sentimiento que es prisionero del tiempo. El amor es lo que se entremezcla con las arenas del desierto y nos hace creer que merece la pena entregar una vida a la búsqueda incesante de algo que se esconde y se escapa, que puede estar en un lugar y, al instante siguiente, moverse hacia el lado contrario. Y Ford nos regaló la sugerencia como instrumento, el hogar como único sitio donde nuestros huesos deberían descansar o la seguridad de saber que alguien pensará en nosotros. John Ford, aquel poeta que hacía películas del Oeste, nos recitó versos de épica y romanticismo, de bonhomía y penumbra, de ardiente sol y maldad salvaje. Y, además de unos centauros del desierto, supo describir cuál era el sentido de las auténticas obras maestras.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Puede que sea esta una de las películas que más veces he visto. La priemra vez era demasiado cría para saber apreciar todo lo que contiene. Era una peli más del Oeste. A medida que fui creciendo, fue creciendo también mi admiración por ella. Y esta admiración fue creciendo también gracias a los ojos de gente como tú que me enseñasteis a saber exprimirle todo el jugo que lleva dentro. Pero ya ves, hoy con tu comentario me has enseñado cosas nuevas sobre ella. Cosas en las que a lo mejor todavía no había reparado. Y he terminado de leer esta entrada con un nudo en la garganta.
Hay un personaje en esta peli que s, sin ser de los principales, para mi tiene un encanto muy especial. El señor de la mecedora. Es que ahora mismo no recuerdo su nombre en la peli. Su felicidad es su mecedora, ver pasar la vida meciéndose en ella. Me encanta.

Gema

César Bardés dijo...

El personaje que dices es Mose Harper, interpretado por Hank Worden con una enorme gracia. Todo lo que se diga de "Centauros del desierto" es poco y, nuevamente, tengo la impresión de que me quedo muy corto. John Ford, en cualquier caso y lo pongo como anécdota para los muy cinéfilos, introduce un personaje que les da una pista para encontrar a Cicatriz a los buscadores. Es un mejicano de buena posición y que se hace llamar Emilio Gabriel Fernández Figueroa, lo que supone un homenaje clarísimo a las figuras de Emilio Fernández, director mejicano de enorme fama y el famoso Mapache del "Grupo salvaje", de Sam Peckinpah, que fue asistente de dirección para Ford en "El fugitivo" y también a Gabriel Figueroa, maestro de la luz y la fotografía que trabajó como director de fotografía en la misma película y que, además, es la película que siempre señaló Ford como su favorita.
Gracias por ensalzar tanto un artículo y decir que es capaz de poner un nudo en tu garganta.

dexter dijo...

A mí me ha pasado un poco lo mismo que a Gemma. Reconozco que cuando la vi por primera vez, estando por la adolescencia o alrededores, me pareció una película muy lirica y muy poetica se me hizo algo pesada. E inmediatamente me alineé en la corriente de detractores por sistema de Ford más que nada por snobismo o eso creo yo con la perspectiva de los años. Yo y mis estúpidos prejucios. He de reconocer que la película que me enganchó definitivamente a Ford fue Liberty Valance y quizá por eso le tenga más cariño. Pero tanto una como otra son palabras mayores. Lamento decirte que por una vez, Wins, te has quedado corto en tu comentario. Centauros es lo que has dicho tú y más.

César Bardés dijo...

Sin duda que es mucho más. Hay películas que tan sólo se pueden acariciar cuando intentas poner un puñado de sensaciones que te producen en palabras. Y, sin duda, "Centauros del desierto" es un poema en imágenes, al igual que lo es "El hombre que mató a Liberty Valance" o también "El gran combate" por mucho que algunos intenten tildarla de fracasada y estúpida. También me ocurre con "Siete mujeres", posiblemente la película más feminista de la historia del cine. Los clichés con Ford no dan nunca buenos resultados porque creo que era un hombre que, dabajo de su capa de irlandés terco, huidizo con la cultura y seco con los que le rodeaban, había un enorme corazón humanista y democrático. Todo un cineasta.

Anónimo dijo...

Cierto es que "Centauros...." es mucho más, sentarse a ver "Centauros..." es como ver las Piramides de Egipto, es observar un monumento, es grande, es impresionante, es inexplicable,...es un enigma saber como se colocaron aquellas piedras y para qué, es un enigma comprender como se puede decir tanto con sólo el encuadre de una mirada, de un gesto fútil, de un suspiro...

Aun así, yo también tengo un aprecio especuial por "Liberty Valance", que también disfruté en la adolescencia y me llegó mucho más que otros western. En parte te enseña como funciona de verdad el mundo.
Y ya puestos a alabar a Ford, tanto o más que sus western yo adoro "las uvas de la ira" y sobre todo "El hombre tranquilo" ( otra que juega en ota liga).

Carpet.

Anónimo dijo...

Liberty Valance para mí es una de las historias de amor, amistad y renuncia más bonitas que se han filmado nunca. Tiene monentos tan especiales,detalles que hablan tanto sin necesidad de palabras..
Y El hombre tranquilo.. otra de mis películas, con ese color tan especial. Esa historia contada por otro, podría resultar machista. Contada por Ford es una delicia. Es un maravilloso duelo de amor, de temperamento, de fuerza. De ganadores sin perdedores.
Qué bien se pasa hablando de buen cine, de películas bonitas. Verdad?

Mose Harper, ese era el nombre. Gracias.

César Bardés dijo...

Yo creo que es que Ford era un galáctico de verdad. Cuánta razón tenéis con "Las uvas de la ira", o "El hombre tranquilo"...¿añadimos "Qué verde era mi valle"? Ford era capaz de emocionarte porque ha sido uno de los pocos cineastas que han conseguido transmitir las sensaciones de los personajes al público, era un profundo conocedor del alma humana y de lo que late en cada uno de nosotros. Al hilo de lo que me preguntabas en la entrada de "Grand Canyon", Carpet...las películas que juegan en otra liga son aquellas que no puedo abarcar con unas cuantas líneas. "El padrino 1 y 2", por ejemplo. O "Centauros del desierto". O "Grand Canyon". O "Lawrence de Arabia"...es que las listas...esas listas torturantes...quiero decirte muchas más y al momento se me ocurren otros dos o tres títulos más...y...no, no, tengo que dejarlo...

Anónimo dijo...

Eso es, y de nuevo perdón, las películas que no eres capaz de abarcar, esa sería una buena definición. Puedes conocer todo desde el punto de vista tecnico, artistico, emocional, puedes hablar de ellas durante horas y sientes que no eres capaz de transmitir ni la mitad de lo que te hacen sentir...Hay muchas películas de esas, gracias a Dios y a Billy Wilder entre otros, no quisiera tener que elegir ni siquiera 1013.
Y "Apocalipse Now" y, quitemonos las máscaras..."7 novias para 7 hermanos" y...

Carpet.

dexter dijo...

Sí, claro, Car, sé a lo que te refieres. Es a ese tipo de películas que sin ser consideradas "oficialmente" grandes películas de la Historia del Cine si que ocupan un lugar muy especial en nuestro corazón. Yo citaría ademas de la que citaste anteriormente - Diarios- otras como Lo que queda del dia, La rosa purpura del Cairo - no me parece la mejor película de Woody pero si la mas bonita, entiendaseme el matiz- Adios muchachos, Un lugar en el mundo...

César Bardés dijo...

"Apocalypse now", por supuesto, también es una película a la que vuelvo, al menos, una vez al año. En cuanto a las que dices tu, Dex, pues claro que "Ádiós, muchachos", o también "Lo que queda del día" que, para mí, tiene la mejor escena de amor sin beso que he visto y es la de cuando Emma Thompson pilla a Anthony Hopkins leyendo un libro y se lo arrebata para ver qué lee y él tiene una cara como de "no quiero que leas en mi interior, pero léeme, no dejes de leerme, no dejes de intentar estar dentro de mí...puro gozo y dolor, pura cortesía despedazada, puro amor escondido".

Cocomesas dijo...

Perdonad que os señale....en ésa lista de las 5 joyas de John Ford, faltan La Legión Invencible, obra maestra y El Sargento Negro, ése juicio....las esposas de los juristas...jeje, qué grato poder comentar de pelis bonitas, Ésto sí es vida!😉😍

Cocomesas dijo...

Jaja

Cocomesas dijo...

Qué bonito escribes niño

César Bardés dijo...

¿Qué película de John Ford merecería no destacarse? Por supuesto que sí. Esas películas son maravillosas, como también lo es "Las uvas de la ira", o "Siete mujeres", o "Dos cabalgan juntos", o "El último hurra", o "Pasión de los fuertes", o "¡Qué verde era mi valle!" o "La diligencia"....era un tipo que, casi sin querer, llegaba a donde quería y como quería.
Gracias por vuestras palabras.