viernes, 11 de febrero de 2011

THE FIGHTER (2010), de David O. Russell

El camino del éxito no suele estar empedrado con adoquines de talento sino con alquitranes de trabajo y en una familia donde todos quieren meter mano a la bolsa suelen caer golpes directos a la mandíbula como martillazos de advertencia. Lo cierto es que, en una historia cercada por las cuerdas de un cuadrilátero, la superación aparece descrita como la frescura de un pensamiento demasiado cegado por los cariños que no hacen más que ejercer de pesado saco en la espalda del que recibe los puñetazos.
Y es que, en muchas ocasiones, quien tiene la capacidad de trabajo, de insistir y de llegar un poco más allá, no tiene el talento necesario, y a quien le sobra talento le falta el equilibrio indispensable para hacerse compañero habitual del éxito. Sólo cuando todos reman en la misma dirección, es cuando llega la cumbre y ganar no es sólo mérito de quien pone la cara, sino, también, de quien la sostiene.
Con estos mimbres, el director David O. Russell, que hace unos años hizo una versión inconfesa y mucho más seria de Los violentos de Kelly con el título de Tres reyes, golpea con guantes enfundados para realizar una historia que quiere ser trascendente pero que es un buen cúmulo de tópicos sobre el mundo del boxeo y sobre las circunstancias personales que rodean a un bienintencionado púgil. Para ello, bien es verdad, que tiene un grave problema con el protagonista, Mark Wahlberg, porque el chico se mueve como si fuera un pato mareado y en las secuencias de combate, acude con urgencia al plano medio en el noventa por ciento de los casos. Eso sí, el tipo está en forma, no hay quien lo dude. Como maniobra de distracción pide a Christian Bale que actúe como si fuera Al Pacino y la verdad es que lo imita perfectamente pero como no lo es, llega un momento en que uno se cansa de tanto gesto inesperado y de salidas de tono sorpresivas. La que está absolutamente excepcional es Amy Adams, que lidia con un papel complejo intentando dar una imagen natural de sí misma y creando un personaje de cierta lucidez e innegable carisma.
Así pues, Russell no tiene ningún reparo en incluir la famosa táctica que Muhammad Alí empleó contra George Foreman en Kinshasa y que se halla suficientemente descrita tanto en Cuando éramos campeones y en Alí, de Michael Mann; o insertar planos a cámara lenta a modo de los soberbios retratos de dolor y violencia que Martín Scorsese supo transmitir en Toro salvaje y, sin ningún reparo, riza el rizo con el trazo de una familia y el retrato de un contrincante en el combate decisivo que se parece muy sospechosamente a Million dollar baby, de Clint Eastwood. Y engañando, engañando, le sale una película que no tiene nada de nueva, con todos los elementos más clásicos del subgénero sólo que con algo de planificación nerviosa y como intentando contar algo realmente importante cuando no es más que algo meramente anecdótico.
Después de ponernos el protector bucal y de pasarnos una esponja empapada por la frente, despejamos un poco la mirada y sabemos que el relato está fuera de combate a poco que propinemos algunos directos de análisis serios, un par de fintas con el cuerpo y un pensamiento centrado. Éste es el plan para ganar. El cuerpo a cuerpo quizá nos empape el torso de sudor y unas gotas de sangre caerán de la ceja abierta pero no hay nada que no se haya visto ya. Es como una cuenta hasta diez repetida hasta la saciedad porque es previsible en todo momento. Se entra, se ve, arriba, abajo, arriba, abajo, y se sale con la sensación de que se va a olvidar en apenas dos días y apenas porque la pegada no es demasiado fuerte y todo esto necesita unas cuantas horas más de gimnasio en el ordenador del guionista. Tanto es así que también contiene algún giro que no tiene ninguna explicación. Qué más da. Es fuera de combate y sin tongo.

8 comentarios:

dexter dijo...

No me gustó nada, pero nada esta película, es más te diré que salí más cabreado que de la del montañero en la que por lo menos me eché unas risas. Por muchos hechos reales en que esté basada la cosa me parece todo falso y artificial lo que le pasa a esta familia y no me interesa nada su historia. Además yo creo que es una peli vacilante que no sabe muy bien que contar, empieza centrándose en el personaje de Whalberg pero (se ve que vieron que el hombre no daba para más) termina focalizando todo el peso en Bale (que este sí es actor, a ver si le dan el Oscar)
Y siendo una peli de personajes la verdad es que me pusieron todos bastante de los nervios. Al Bale este yo de siempre le he tenido algo de ojeriza pero aquí me supera totalmente. Sobreactuado, no sobreactuadísisisisiimo. Quién sabe, este hombre se somatiza tanto en los personajes que interpreta que lo mismo se enganchó al crack durante el rodaje.
Y Walberg, no es que sobreactúe, no, es que el pobrecico ni actúa.
Eso sí, el chaval está en forma ( y qué forma, ayss que me pierdo) y luce palmito que para eso es el productor.
Con la que me llevé una tremenda decepción fue con Melissa Leo. Esta mujer a mí me encandiló en Frozen River, una peliculita de hace unos años con la que fue nominada al Oscar y en la que daba todo un recital. Aquí esta gritona, madraza e insoportable. Y las hijas, por Dios, menudas chonis, si parecen sacadas de una peli de Bigas Luna.
Amy Adams es la única que mantiene un poco el tipo. Pero no me gusta cómo acaba su personaje, plegándose totalmente y diciendo "sí, bwana", dándole la razón al conservador mensaje de la cinta "la familia unida jamás será vencida". Que hasta cierto punto, oiga, a mí desde luego me sale un hijo como el Bale y una de dos: o lo meto al Proyecto Hombre o me lo cargo yo mismo a hostias.
Y hablando de hostias, puede que esta sea la peli de boxeo con las peores escenas de boxeo de la Historia del Cine (y aquí incluyo Yo hice a Roque III). Que sosería, qué poca variedad, todo planos frontales de cintura para arriba. Y ese formato de retransmisión televisiva, boh, nada, nada.

César Bardés dijo...

Tu también caíste en lo de los planos de los combates ¿eh? Es increíble cómo nos meten conejo por liebre por la sencilla razón de que Wahlberg no se mueve absolutamente nada, parece que tenga algún problema de movilidad o algo porque ya llevo varias películas dándome cuenta de ello. En cuanto a Bale, llega a ser irritante que le hayan dado el Globo de oro y hayan ignorado a Rush, pero, desde luego, a mí me parece que imita descaradamente a Al Pacino y al famoso "gesto inesperado", de sonrisa absolutamente antinatural, no sé, es como si este chico hubiera sido aleccionado con un "haz lo que quieras que no te voy a pedir que lo repitas". En cuanto al mensaje de la familia que permence unida...pues sí, es que no sólo es ultraconservador, es que es ultrasimplón, como si no hubieran querido dar nada especial a la película cuando podía haber sido algo diferente. Yo no lo calificaría como la película con los peores planos de boxeo de la historia del cine (ahí creo que la campeona de largo y además absolutamente increíble es "Campeón", de Franco Zeffirelli, que debió de creer que un cambate de boxeo es como tocar un violín o algo así, qué mal realizado estaba aquello) pero sí que es deliberadamente tramposa con esos medios planos y acudiendo al viejo truco de la retransmisión televisiva para dar un sentido narrativo al poco boxeo que se ve, porque se nota demasiado que no, que ahí no ha habido mucho curro.
Para olvidar, y básicamente, estamos de acuerdo, para variar, que últimamente estamos muy de acuerdo tú y yo ¿eh?

dexter dijo...

Como que si fueramos púgiles acabarían diciendonos eso de "que se besen, que se besen"
Por cierto que hace poco nos quejábamos que era poco creíble que Guy Pearce hiciese de hermano mayor de Colin Firth pero lo de Whalberg (40) y Bale (36) es de verbena.

César Bardés dijo...

Eh, eh, permanezcamos en un "clinch" y ya vamos bien, jejeje. Bueno, lo que dices de Bale y Wahlberg es para nota de feria en tablón de cárcel, en efecto. Lo de Melissa Leo, es que es un retrato tan estúpido y tan maniqueísta que ni siquiera me ha parecido digno de mención. Y qué acertado has estado con las "Chonis". Es increíble, hasta hay una medio subnormal descarada y da la idea de ir a por Amy Adams y las otras, como borregas, dicen "sí, sí, sí, cómo mola". Me quedé estupefacto aunque bien es verdad que esa excusa da lugar a uno de los momentos más álgidos de la interpretación de Amy Adams que no sé por qué queda tan diluida hacia el final cuando es el mejor personaje de lejos. Eso es fallo de director, sin duda, que prefiere dar protagonismo a la hermandad entre Bale y Wahlberg, que es de traca.

Carpet dijo...

A mi Bale me repele desde "El imperio del sol", no sólo eso sino que me disgustan casi todas las películas en las que aparece, con dos excepciones "Rebeldes del swing", (raro que soy, porque todos las que la vieron conmigo dijeron que era horrorosa y a mi me gustó) y "El truco final" porque me molaba el tema de Nikola Tesla y sus inventos con usos casi paranormales. (friki que soy también).

En cuanto a Whalberg...ejem.

Y de boxeo también recuerdo con horror a Mickey Rourke en un cuadrilatero...ah calla, que no era una peli que es cuando dijo que era boxeador...También dijo que era actor, fijate tu que tipo más caprichoso.

Abrazos.

César Bardés dijo...

Tengo que reconocer que a mí "El imperio del sol" es una película que no me gustó demasiado. Siempre recuerdo mucho más ahí a John Malkovich que al niño. En cuanto a "Rebeldes del swing", pues estuvo muy bien, ahí con el Doctor Wilson bailando jazz. La verdad es que era una historia que merecía algo más de producción y me encantó la aparición estelar de Kenneth Branagh como ese nazi que intenta embaucar a todos los jóvenes de la forma más ladina posible. En cuanto a "El truco final", la verdad, ni fu, ni fa. Yo creo que el problema de este chico es que quiere ser un actor de enorme prestigio y lo basa todo en una entrega excesiva, en pasarse de rosca como norma y se va a estrellar, sospecho. Tenía también una aparición estupenda en el "Enrique V" de Branagh, donde hacía gala de un exquisito inglés neutro y donde daba la talla como escudero.
De todas formas, sí que había una película de Rourke haciendo de boxeador...¿cuál era? ¿"Homeboy"? Es que siempre la confundo con otra porque pertenece a su etapa más oscura. A mí nunca me gustó Mickey Rourke, siempre me ha parecido que había mucho de falso debajo de él y sigo diciendo que su mejor papel es el de "Manhattan Sur". Qué cosas más raras. Y el tío quería ganar un Oscar el año pasado...

Carpet dijo...

Tampoco estaba mal en "El corazón del angel" aunque ahí la aparición estelar de un tal Loui Cipher apagara al resto del reparto.

Por cierto este muchacho también pudo haber estado en el transversal de movimientos limitados que mantuvo secuestrado al bueno de Anthony Hopkins y su familia en la bastante mala "27 horas desesperadas". Es un polifacético este Mickey.

Abrazos.

César Bardés dijo...

Ay, es que ahí ya me has tocado en lo más hondo. "37 horas desesperadas", de Michael Cimino, que aunque psé, se podía aguantar...es que lo siento, pero tengo que decirlo, palidece hasta límites de taco con la versión de William Wyler "Horas desesperadas" con Fredric March y Humphrey Bogart. Es que se queda totalmente ensombrecida, empequeñecida y, claro, ya no la recuerda nadie porque la otra es tan grande, es tan estupenda que la apaga y la deja desesperándose a ella sola.
En cuanto a "El corazón del ángel"...sí, es que Louis Cypher le comía el huevo duro a Harry Angel. Eso hay que reconocerlo. Y encima creo que se pasó todo el rodaje diciéndole a Robert de Niro:
- No eres tan buen actor como te crees. Aquí el único que es actor en toda la película soy yo.
Creo que de Niro es que se quedaba con esa cara que tiene tan a menudo de "¿de qué me está hablando este fulanito que ha hecho la peliculita esta con Kim Basinger y hasta la Basinger dijo que con el único que le había dado asco hacer escenas de sexo había sido con él por lo mal que olía?". Eso, que el chico quería ser actor y lo quiso hacer por comparación. Una gran carrera la de Rourke. Ah, y no olvidemos ese raterillo que fabrica la bomba en "Fuego en el cuerpo", que sale un minutillo y, claro, como hace de marginal y eso, se le da la mar de bien.