jueves, 16 de junio de 2011

HANNA (2010), de Joe Wright

Cuando se quiere hacer de cada plano una obra maestra, lo único que se saca en claro es a algún maestro en hacer obras planas. Eso es lo que le pasa a Joe Wright y a cierto sector de la profesión crítica que se empeña en enaltecerlo hasta la saciedad cuando es el típico directorcillo de tres al cuarto que cree realmente que es un genio. Y lo manifiesta a través de todo un repertorio de planos inapropiados, acompañados de tramas que parecen sacadas del cerebro de un enfermo mental.
En esta ocasión, el fulanito en cuestión trata de contarnos un cuento con su papá bueno, con su cestita a casa de la abuelita y con su bruja mala, malísima en un fondo supuestamente adulto y que se mueve por los secretos y las iras de espías y programas secretos de formación y de alteración química. El peligro cuando se trata de mezclar dos ambientes tan diversos es que, haciendo un alarde de listeza, el jefe de todo el tinglado decide a su conveniencia cuándo acudir al mundo de los niños y cuándo tocar los palos de adulto. El resultado es la obra de un esquizofrénico paranoide.
Para empezar habría que destacar la delirante y alucinada banda sonora de Chemical Brothers que está insertada como si fuera la leche en verso y con rima asonante cuando es ruido y tontería. Para seguir, la historia no tiene ningún sentido, como si no hiciera falta. No se saben ni los motivos, ni las finalidades y se arregla todo con un “los niños crecen”. Para continuar habría que contar los planos que saca el tal Wright (elevado casi a la santidad por una tontada del tamaño de Expiación y perdonado por esa otra cosa sin sentido ni efecto que fue El solista) de la pobre Saoirse Ronan corriendo. Cómo le debe gustar que la chica se pegue unas palizas de aquí te espero con ese estilo atlético a lo Carl Lewis en rubio y con melena. Para terminar, el asunto en cuestión está tan lleno de metáforas supuestamente geniales que descifrarlas resulta un juego de niños con pim, pam, pum. Verbigracia: una chica es educada por su señor papá a defenderse que ríanse ustedes de la frontera de Israel, y lo hace para que la joven no sienta ni compasión, ni pena, ni sentimiento alguno. Para favorecer éste extremo, prohíbe tajantemente cualquier lujo o avance tecnológico al alcance de la susodicha, es decir, ella va a tener que enfrentarse a toda una red de espías internacionales sin saber lo que es una televisión o una melodía musical. Eso sí, se pone delante de un ordenador y en dos patadas sabe buscar en Google la información relativa a su padre que, pásmense, es un ultramegasuper agente secreto. Como los archivos de los servicios de inteligencia se guarden así, estamos apañados. Moraleja: los padres de esta época insana que vivimos estamos educando a nuestros hijos como seres competitivos y eficaces pero carentes de corazón que, al fin y al cabo, es la sal de la vida y la razón de existir. Prodigioso.
En cuanto al reparto, parece que Eric Bana no se cree demasiado eso de ser padre de una niña asesina despiadada. Saoirse Ronan pone ese rostro mágico que tiene pero debe de haber sido víctima de algún conjuro para evitar que actúe. Cate Blanchett se hace con el papel más jugoso, que es el de la bruja mala, y aún así tiene menos interés que los trajes de Armani que lleva. Y Tom Hollander (el excelente ministro bocazas e inútil de In the loop) es de traca alemana, es decir, eine petarden. Y de lo que no cabe duda es que es sorprendente ver a Olivia Williams metida en todo este despropósito cuando es una de las actrices más magnéticas, solventes e inquietantes de los últimos tiempos.
Así que si quieren ver el cuento de Jaimita Bond y la bruja mala, malísima, malona, por favor, no vayan a ver esta película. Verán mucha más acción con sentido viendo crecer el níspero del tiesto de la terraza. Lo mismo de ahí sale una hormiguita trabajadora y comienza a practicar un combate de kung-fu tomado en plano circular con la salamanquesa que intenta comérsela. Así no saldrán del cine con tan mal café.

12 comentarios:

Carpet dijo...

De lo leido, felicitarte por el punto de humor que consigue que no se te vaya la sonrisa mientras piensas en el desaguisado de Wright y sumarme a tu mirada positiva hacía Olivia Williams, una belleza serena que esconde una más que interesante actriz, lo malo es que corre el riesgo de perderse en personajes secundarios sin que nadie le de un papel con verdadero jugo.
Lo poco que aparece donde lo hace ilumina, pongamos por ejemplo "El sexto sentido" o "Peter Pan, la gran aventura".

Abrazos...pasaremos de "Hanna" y nos iremos a ver a Sparrow.

dexter dijo...

Yo Hanna si no viene con sus hermanas nada. A mi Olivia, como dije ya en su momento, me atrapó en "An education", sale cinco minutos, pero menudo personaje. Y en "El escritor es de lo mejor de la peli.

Yo sí no te importa en vez de ponerme a ver hormigas hacer kun fu en las macetas del vecino me iré al cine a ver osos kunfuneando.

César Bardés dijo...

Muchas gracias por el comentario, Carpet. La verdad es que Olivia Williams, mujer de rara belleza y de mucho talento, se está perdiendo incomprensiblemente en cosas sin mucho sentido y me temo que vamos a tener un ejemplo más de lo que es una actriz desaprovechada. Harás bien de pasar de la niñata ésta e irte a ver a Sparrow. Yo, emulando a Dex, me iré a ver a un oso panda haciendo kung-fu para solaz y sosiego de mi niño aunque por razones profesionales que colgaré convenientemente la semana que viene, iré a ver qué se cuenta Ricardo Darín.

Carpet dijo...

Una cosa, por jugar un poco.

Esta niña tenía papá, pero no mamá.

Y el otro día pillé a destiempo, al final vamos, un especial en la radio sobre madres en el cine y me dije: ¡¡qué buen transversal¡¡.

En la radio comentaban que los directores más obsesionados con las madres han sido: Hitch (siempre él), por señalar alguna la magnífica Jessica Tandy de "Los pajaros" o la mamá de Norman Bates en "Psicosis"; y Almodovar con esa altiva Marisa Paredes de "Tacones Lejanos" o la supuesta fantasma de "Todo sobre mi madre".

Esos son grandes referentes, pero no podemos olvidar a Ma Joad de "Las uvas de la ira" : No nos pueden borrar del mapa, nosotros somos la gente, seguiremos existiendo...

A Nicole Kidman en "Los otros", una madre especial entre las paredes del dolor y el miedo.

La madre de "Mujercitas", omnipotente frente a un padre casi inexistente.

La madre de "Carrie" en el más puro estilo Hitch, asusta tanto o más que los telequineticos poderes de la Spaceck.

Dicen que madre no hay más que una, pero en el cine hay miles.

Abrazos.

dexter dijo...

Ummm, Carpet, creo que te pillé el gazapo. La supuesta fantasma de peli de Almodóvar era la de "Volver" y no la de "Todo sobre mi madre".

Mi madre, sí que salen madres, sí. Yo por limitar más el tema hablaré de madres a punto de serlo, como Mia Farrow en "Rose Maríe´s Baby" o Julianne Moore en "Nueve meses" o Liz Taylor en "El padre ya es abuelo" o Marisa Tomei en la recienemente citada "The paper". Por haber, hay hasta madres que ni conocen a su retoño, como Mira Sorvino en "Poderosa Afrodita".

César Bardés dijo...

Ay, madres. Cuántas ha habido en el cine, madre mía. Ya que habláis de Hitchcock a mí siempre me ha dado mucho miedo la Madame Konstantin, madre de Alexander Sebastian de "Encadenados". También recuerdo a la madre de Gregory Peck en "Y llegó el día de la venganza", que no quiere ver a su hijo porque sabe que le van a matar. La madre de "Descalzos por el parque" con toda su mala leche implícita (inolvidable Mildred Natwick). La madre de Michael Corleone, seguro de vida para Fredo y valerosa como la que más en la pobreza en las dos primeras partes de "El padrino". La madre del rijoso farmacéutico que habla a través de carraspeos en "El pecado de Cluny Brown". La madre aún más cruel que su desequilibrado hijo en "Al rojo vivo". La madre ausente y fuerte, verdadero corazón de una familia que se ha dispersado en "Los cuatro hijos de Katie Elder". La madre soltera que tanto me arrebata el corazón en la "Vida íntima de Julia Norris" bajo los rasgos de Olivia de Havilland. La madre que renuncia a su hijo con tal de qúe posea una fortuna en su mayoría de edad en "Ciudadano Kane". La madre a la que el hijo no le deja ser feliz en "El cuarto mandamiento". La madre que huye de sus responsabilidades en "Los cuatrocientos golpes". Madres, madres, madres....
Por cierto, qué finos os habéis vueltos con los gazapos...¿Es una trampa para listillos?

Carpet dijo...

En realidad mi gazapo se escapó, no fue puesto a proposito, pero Dex estuvo rápido y lo pilló antes de que hiciera cualquier estropicio.

Bueno pues si seguimos con las madres, y habiendo mencionado a Olivia Williams, habríaq ue considerarla a ella como la madre de Wendy, John y Michael que se asoma a la ventana abierta esperando el momento en que sus hijos regresen de NuncaJamas, una mujer con un beso especial en la mejilla en "Peter Pan , la gran aventura".
Y sin alejarnos mucho del niño maravilloso, Kate Winslet era la madre de Fredy Highmore y el resto de los niños Daves, que inspiraron a Barrie/Depp para que creara A Peter y el resto de los niños perdidos en "Descubriendo Nuca Jamas".
Hay una madre comprensiva y tierna como pocas, dos composiciones de un papel muy similar, Kate Hepburn en "En el estanque dorado" intentando suavizar las tensas relaciones entre papa Fonda y su hija Jane; y algo similar en "Adivina quien viene esta noche" poniendo una lucidez especial en el choqe que supone para Tracy que su preciosa hijita se case con un negrata.

Pero es que la Hepburn es mucha Hepburn y nada más espectacular que esa madre traicionera, rencorosa, inteligente y ambiciosa de "El león en Invierno".

Hay otra madre también muy notable, esa bella señora que se liga al novio de su hija, Anne Bancroft es Miss Robinson en "El graduado".

Madres que han sufrido el peor de los horrores para una madre, (no sé quien fue el sádico que escribió ese guión), como Meryl Streep en "La decisión de Sophie".

Hay tantas....

César Bardés dijo...

Es que este transversal, por su contenido, podría dar lugar a una enciclopedia entera del cine. Madre traumatizada la tenemos en "El otro", de Robert Mulligan. Madre temerosa en busca de una felicidad en el silencio, la podemos ver en "La noche de los gigantes". Madre luchadora y posesiva hasta el ahogo, la maravillosa Thelma Ritter en "El hombre de Alcatraz". Madre ridícula aprovechando el tirón es la pobre Estelle Getty en "Alto o mi madre dispara". Madre sumergida en la locura por la muerte de un hijo del que estaba enamorada es Kate, una vez más, en "De repente el último verano". Madre rodeada de hijos con padre rodeado de hijos es Lucille Ball en "Tuyos, míos, nuestros". Madre cachonda y descreída es la estupenda Joyce Royce en "Con la muerte en los talones", apenas cinco años mayor que Cary Grant. Madre con hijo perdido y que acepta cualquier otro por la presión es la Angelina Jolie en "El intercambio". Madre valerosa más allá de las lágrimas es Claudette Colbert en "Regresaron tres". "Madre (el drama padre)", es uno de los mejores montajes teatrales que he visto en mi vida, dirigido por Sergi Belbel con un texto descacharrante de Enrique Jardiel Poncela. Madre, qué dulce fue siempre tu regazo...

dexter dijo...

Dioss, Bardés, parece que estás rezando el rosario. Eso también me recuerda que hay otro tipo de madres que esperan nuestra cita. Como Maggie en "Sister Act" o Ann en "Agnes de Dios" o María Luisa en "Canción de cuna" o Julieta en "Entre tinieblas". Curioso el caso de Deborah que fue madre ("Narciso negro") y hermana ("Solo Dios lo sabe") y el de Julie que dejó de ser hermana para convertirse en madre, laica en este caso ("Sonrisas y lágrimas")

Y sin abandonar los buenos hábitos, me despido con abrazos varios.

César Bardés dijo...

O la hermana que dejó de ser hermana y seguro que intentó ser madre en "Historia de una monja", con Audrey Hepburn dando un par de lecciones de cómo actuar. O esas madres odiosas y torturantes en ese suplicio que fue "Las hermanas de la Magdalena". O Rosalind Russell odiosamente dulce en "Dominique". De estas hay menos, pero tienen un no sé qué que me las hace interesantes...
Abrazos costumbristas.

Carpet dijo...

Bueno y hay algunas madres con acento cañí dignas de ser señaladas fuera del tópico Almodovar:

La madre que enseña a todos lo que es convivencia, esperanza y humilde generosidad en "Solas" con una gran Maria Galiana.

La madre política que acoge sin preguntas a la nuera prodiga, Pilar Bardem en "Nadie hablará de nosotros cuando hayamos muerto".

La madre angustiada de una urbanización de lujo absolutamente desierta, incomprendida por sus hijos y su marido, Ariadna Gil en "Ausentes".

La madre coraje que se deja el espinazo y los sueños, envilecida por la sumisión al señorito, Terele Pavez en "Los santos inocentes".

La madre centenaria que aglutina para la ocasión a toda su familia y allegados, un los amigos de Peter con metaforas hispanas de la transición y el tardofranquismo, Rafaela Aparicio en "Mamá cumple cien años".

La madre tiránica, violenta y celosa que acumula rabia contra el ligue de su hijo y contra todo, Lola Gaos en "Furtivos".

Madre mia, que desmadre...si que da para una enciclopedia, si.

César Bardés dijo...

La madre posesiva que no deja vivir a su hijo aprovechándose de su enfermedad en "El aire de un crimen", de Antonio Isasi Isasmendi, con Rafaela Aparicio de nuevo. La madre sufriente y silenciosa de "Surcos". La madre ausente, que deja un camino libre que no se ve en "La tía Tula", de Picazo. La madre que le parió a Joe Wright y, por ende, la mejor de todas, la que nos parió a nosotros.