miércoles, 29 de junio de 2011

LA CONSPIRACIÓN (1975), de Ralph Nelson

Quizá ésta sea una película que en su día abrió una brecha en el pensar adormilado de medio mundo. De alguna manera hizo que todos nos diéramos cuenta del terrible problema que pervivía en Sudáfrica con su racismo ultrajante en una tierra que pertenece, por sí misma, a la oscuridad de unos hermanos que sólo tienen con nosotros la diferencia de color. Para ello qué mejor que contar con Sidney Poitier y con Michael Caine para describirnos una huida verdadera dentro de una conspiración pensada para acabar con el liderazgo de quien amenaza el poder establecido. Por el camino se encontrarán el asfalto negro y la selva blanca, el hocico negro de la muerte y el blanco amanecer de la salvación, la acogedora negrura de la noche y el delator amanecer blanquecino…Todo ello son piezas de un rompecabezas para hacer que un día, un día que al fin llegó, pudiéramos gritar libertad.
Ralph Nelson es un director de trayectoria ciertamente irregular. Combinó títulos que causaron una cierta sorpresa en su día, como la chocante Los lirios del valle, otra vez con Sidney Poitier en estado de gracia, o como una pequeña y excepcional obra de título desconocido para la gran mayoría como es Los pasos del destino, con Glenn Ford y Rod Taylor, con películas de sensiblería pegajosa como la muy mediocre Charly, que le valió el Oscar a Cliff Robertson o la muy polémica y de tintes paródicos y desmitificadores Soldado azul, con Peter Strauss y Candice Bergen. En esta ocasión quiso huir de lo fácil que era mostrar a dos personas atormentadas, separadas por el color de su piel y unidas por la razón de su huida (algo que ya hizo Stanley Kramer en Fugitivos, con Sidney Poitier y Tony Curtis), o de la falsa sensiblería de la conciencia de un problema latente y que comenzaba a ser una preocupación en estado embrionario para elegir un tono algo irónico e incluso desenfadado dentro de un fondo que no tiene nada de ironía y mucho menos de desenfado. El resultado es un rato entretenido, de camino fácil y ligero, algo frívolo en ocasiones, pero que, en su día (no olvidemos que la película es de 1975) constituyó un primer aldabonazo por parte del cine para llamar la atención sobre la política del “apartheid” y del racismo imperante en un país que pertenece a la misma Tierra.
En cualquier caso, aunque aquél problema ya está tan resuelto como el tiempo quiera gracias a unos cuantos corazones libres, no deja de ser una caza del hombre que se disfraza de “thriller” honorable en el que también destaca ese actor llamado Nicol Williamson y que casi nadie conoce aunque se le recuerdan memorables interpretaciones como el Pequeño Juan de Robin y Marian, de Richard Lester y la estupenda Elemental, doctor Freud, de Herbert Ross, dando vida al inefable detective Sherlock Holmes.
Acomódense bien. El viaje es largo y la rutina está rota. Pongan el tono del color adecuado en el televisor y sean tan grandes como una idea que, por una vez, triunfó. Creer que las cosas pueden ser verdad a veces son sueños regalados en la tierra. Buena suerte.

5 comentarios:

dexter dijo...

Es curioso, pero este fin de semana he estado echándole el ojo a una peli de Nelson que llevaba tiempo esperando turno y que responde al nombre de "Una tumba al amanecer". Muy entretenida, por cierto, y eso que Heston no está entre mis favoritos, y no le veo a veces en el papel. Me convencen más Schell y Leslie Nielsen en un personaje muy diferente al que nos acostumbró al final de su carrera.

Esta me la apunto. La pareja protagonista me gusta y el tema también. Por cierto que me ha venido a la cabeza "Invictus" y el poema "soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma" y que me sorprendió ver recitado en otra peli que revisé hace poquito, "El día de los tramposos".

César Bardés dijo...

Sí, "Una tumba al amanecer" está bien y estoy totalmente de acuerdo que su mayor fallo es su protagonista. No recordaba yo eso de "El día de los tramposos" pero eso no pasa de esta noche para revisarla y ver en qué momento se produce el recitado de ese poema. Ese es uno de esos datos que sólo pueden ser para auténticos cinéfilos. En cuanto a "La conspiración", bueno, está bien sin llegar a ser una obra maestra. En todo caso, sorprende un poco porque tiene un sentido del humor muy curioso y está apoyado en esa pareja blanco-negro que deben huir por las circunstancias. Está, en todo caso, muy entretenida.

César Bardés dijo...

Pues tienes toda la razón, Dex. Lo revisé tanto en versión original como en versión traducida. Si se ve en traducida, la traducción es tan mala que apenas se le reconoce. Si se ve en versión original, la dicción es tan mala (por supuesto, siguiendo indicaciones de Mankiewicz) que apenas se le reconoce. Pero está muy bien su utilización con una intención totalmente diferente, en tono solemne y ridículo. Gracias por el dato, va al archivo de curiosidades cinéfilas sólo para expertos.

dexter dijo...

Yo la vi doblada y la interpretación es tan afectada -a drede- que de veras cuesta reconocerla. Curiosa anécdota. Guárdala como un tesoro,Bardés,y cuidado con las serpientes.

César Bardés dijo...

Pues sí, la guardo como un tesoro. Igual que aquella otra que, en su día, me dio Carpet cuando yo, dándomelas de chulito, le dije que "La huella" era la única película con todo su reparto nominado a la historia del cine y él me contestó que había una que se llamaba "Give´em hell, Harry" que también era el caso porque sólo tenía a un único intérprete, James Whitmore, que fue nominado. Con mi agradecimiento, Dex. Estas cosas siempre son útiles. Estaré antento a las serpientes, como Indy.