jueves, 3 de noviembre de 2011

LAS AVENTURAS DE TINTÍN: EL SECRETO DEL UNICORNIO (2011), de Steven Spielberg

Abro uno de los libros de la colección de Tintín, uno cualquiera, al azar. Me tumbo en la cama y paseo por sus viñetas con el placer del joven que descubre por primera vez los personajes que pueblan todas sus aventuras. Pero parece que algo cambia esta vez. Esos zapatos...parece que están dibujados con un cierto relieve. Ese mechoncito característico del protagonista se mece ante las carreras de su propietario. Canastos...si hasta oigo ladrar a Milú.
Y así, poco a poco, el pequeño periodista especializado en resolver endiablados entuertos cobra vida. Haddock blasfema llamando “macacos mutantes” a los malvados asesinos que intentan mezclar la sangre de los protagonistas con el agua del mar. Tintín corre y pelea, Hernández y Fernández ponen a prueba su inutilidad aunque aparezca algún rasgo que otro de cierta competencia. La aventura comienza con un enigma y sigue por los trepidantes escalones de lo inesperado. Al fondo parece que un viejo conocido de látigo y sombrero ha sido reformulado para dar paso a un muchacho intrépido que forma un equipo imbatible con un viejo capitán algo borracho. Y Spielberg da en el blanco con el ritmo, con la imparable inverosimilitud de todo el argumento, con el dibujo de los personajes y con las inconfundibles notas de John Williams poniendo una línea de genialidad a todo este descubrimiento.
La cruz del águila tiene una sombra muy alargada y asistimos a duelos anticipados por mástiles que se empeñan en enredarse en el fragor de la batalla, a salidas ingeniosas que parecen meras entelequias, a espectaculares secuencias de agua y moto, a persecuciones incansables y alucinaciones desérticas. Con una hábil y trabajada mezcla de El secreto del unicornio, de El tesoro de Rackham el Rojo y de El cangrejo de las pinzas de oro, Spielberg ha sabido transportarnos al universo de Tintín sin perder ni un ápice de la personalidad de sus aventuras poniéndonos cara a cara con el riesgo y el misterio. Para quien no conozca las historias del inefable protagonista, será todo un viaje. Para quien haya leído, como yo, sus libros del primero al último, aguarda un buen puñado de sorpresas amén de un espectáculo vibrante y convincente.
Mientras sigo en la cama, leyendo el libro e imaginando cómo sería una película con este material, los ojos no se me cierran, estoy atrapado en el color y la fascinación de una intriga que me lleva a lógicas y desesperaciones, a júbilos y zozobras. De una espada, sale un rostro. De una mano, unas dunas. De un mar encrespado, un charco poblado de pisadas. Inteligente en la planificación, precisa en la realización, bella en la composición y trabajada en la presentación, somos sombras en un mundo sin héroes y, por momentos, parece que Tintín, desde su realidad, nos mira compadeciendo nuestras tristes vidas que no encuentran más tesoros que los respiros que da la desolación. Aquí, señores, en las páginas de este libro, hay entretenimiento del puro y del bueno, sin realismos efectistas, sin colores tenues y sin apagadas hipocresías. Lo que se ve, es lo que siente y lo que se siente es una invitación con letra de gala para asistir a la fantasía.
Yo aún diría más...la épica parece cobrar vida a pesar de la falsedad de los métodos utilizados para poner en pie toda la incoherencia que importa tanto como un sombrero hongo debajo de una chilaba. El rato se pasa en grande. El tiempo, por una vez, se alía con el espectador. A veces incluso parece que Steven Spielberg se ejercita con habilidad para robar la cartera con un montón de minutos dentro y poner una estupenda sensación de disfrute en los ojos del lector. Yo aún diría más. A pesar de ser dibujos animados con técnicas cibernéticas, esto es cine sin deber nada al cómic más que unos cuantos trazos en forma de personajes y unos argumentos bien urdidos. Y cierro el libro diciendo que yo aún diría más. ¿Dónde está...ejem...la segunda entrega de estas aventuras?

18 comentarios:

Carpet dijo...

Pues es cierto todo lo que has contado y sin embargo....
Si hay mucho ritmo, mucha aventura,...no obstante...
Claro, la recreación de los personajes es fantástica, el tebeo en movimiento y no parecen dibujos...o si, pero menos...y aun así...

Me parece como ya he dicho en otro sitio simplemente espectacular, lo malo es que me parece exactamente eso, simplemente espectacular. Es un espectáculo brutal, un prodigio técnico para conseguir que el tebeo cobre vida y nos parezca real, tiene dos o tres escenas fantásticas (el duelo de grúas, la persecución en sidecar (¿un recuerdo a los Jones?), la batalla en el mar).

No obstante hay cosas que me dejan algo frio, el recuerdo de Indiana es alargado y el Dr. Jones me parecía más interesante, soy tintinofilo hasta cierto punto, lector compulsivo de los comics de Hergé pero no coleccionista curioso ni erudito, y reconozco trasladados a la pantalla los personajes del comic, pero no tanto su ritmo. No sé definir bien la causa de mi disgusto, pero creo que el error es precisamente el exceso de ritmo. Sucede mucho y todo muy deprisa, la lectura daba más pausa a la acción y las imágenes cuentan todo el rato sin dar sosiego.
De hecho, las escenas de acción pura son demasiado precipitadas para mi gusto, un poco al modo de las pelis actuales donde te cuesta reconocer la lucha, no se coreografía sino que se insertan con un montaje infernal dieciséis millones de golpes por minuto para que todo parezca superadrenalítico…Spielberg recurre a eso no pocas veces en esta película y para mi gusto es un lastre y no un acierto.
¿Merece la pena verla?, sin duda, pero yo la recomendaría más como prodigio técnico que como película.
Un abrazo.

César Bardés dijo...

Pues fíjate que yo soy muy picajoso en todo lo referente a no ver nada. Me gusta enterarme de lo que pasa y cómo pasa y, en esta ocasión, no me ha parecido que se menee la cámara para retratar la acción. Tal vez, en mi descargo, habría que decir que me negué a verla en 3D y que la vi en formato normal, lo cual me proporcionó, muy seguramente, un disfrute extra. Seguramente la moto es un recuerdo a los Jones (a los Jones que Spielberg sí estaba de acuerdo en hacer). Tintín es verdad que tiene algo más de explicativo pero creo que, precisamente, como historia para las nuevas generaciones no es nada atractivo. A destacar la fusión de imágenes que ya destaco en el artículo. La cara de Haddock reflejándose en la espada del Caballero de Hadoque. El barco en el charco que van a pisar Hernández y Fernández e, incluso, el fantástico detalle del mechón de Tintín asomando cual aleta de criatura blanca de dientes muy afilados en otra película del bueno de Steven. Todo está contado, narrativamente, con todos los imposibles que tienen, está dentro de la lógica intrínseca de las viñetas de Hergé y Spielberg, claramente, apuesta por la fórmula de Hitchcock en "Con la muerte en los talones". Te hace pasar un gran rato y a Estambul con la lógica.
Aunque, claro, tal vez también es que nos hemos hecho demasiado mayores. Cuando se estrenó "En busca del arca perdida" recuerdo que mis padres fueron a verla y, aún siendo espectadores avezados, salieron diciendo que "era una película muy poco realista"...Ahora nos toca a nosotros.
Yo espero mucho de esta trilogía. Esperemos que Peter Jackson no meta mucho la mano que entonces se convertirá en algo inacabable.

dexter dijo...

Todavía no he podido ver la película y ganas no me faltan, así que a ver si hago un hueco este finde y os cuento. Por supuesto me cuidaré mucho de evitar las gafitas, de todas formas no creo que sea ese el problema de vuestra diferencia de apreciación. En contra un poco de lo que dice Bardés, me niego como espectador de cine a aceptar que he crecido. Puede parecer una perogrullada, pero para mí los que crecen son los demás, los que hacen las pelis. Me explico. No hablo de "Tintín" qye ya digo que no he visto. Me remito a una película reciente que es "Super 8" y que todo el mundo comentó en su día lo del homenaje a las pelis de los 80, los Goonies y todo eso. Evidentemente eso es cierto y la presencia de Spielberg como productor de la cinta lo corrobora. Pero creo que pese a todo, pese a que la peli está tratada como una peli de los ochenta hasta el más mínimo detalle, fotografía, estética, yo creo que es una película con una sensiblidad para el público actual. J.J. Abrahams la cuenta para los adolescentes de hoy y eso también se nota en más de un detalle. Por eso, no me cuaja la peli, no logra transportarme a los 80 tal y como era su objetivo, yo creo.

Sospecho que eso no me va a pasar con Tintín, y eso es ya crearme uns expectativas. Así que me callo.

Carpet dijo...

Bien, acepto lo de las gafas ( yo si la vi en 3D, más espectacular si cabe) y que eso pudiera distorsionar lo visto.
Hay muchos momentos homenaje, varios a Hitch ("El hombre que sabía demasiado", por ejemplo), incluso la lucha de gruas puede recordar a espadas laser de otro film de aventuras. Hay un detalle en el dibujo maravilloso y la recreación de la plaza de Montmartre es absolutamente increible.
No tengo problema con la inverosimilitud, de hecho disfruté de lo lindo con "Cowboys contra alienigenas", las películas de aventuras son lo que son y no puedes pedir peras al olmo, o juegas o te quedas fuera.
Mi problema con esta peli es que yo queria jugar y no encontraba la forma de entrar.
Pero en todo caso, dejemos que Dex se sumerja en las imagenes y la historia y retomemos mas adelante la dicotomia.

En cuanto a "Super 8", el problema es que si recogia la ambientación, si se buscaba la atmosfera, si recogia la idea de las pelis de los 80, lo malo es que estaba todo diseñado, todo milimetrado, nada respondia (o lo hacía parecer) a la chispa, a la ocurrencia, a la propia aventura.

Cuando recuerdo películas como "Los Goonies", "ET", "Gremlims", etc., Pienso en películas cuya acción venía determinada por la sorpresa, con una sensación de imporvisación, como que lo siguiente no estaba calculado sino que ocurría de repente y eso producía una reacción a los personajes pero una también reubicación como espectador. La historia jugaba con el/los protagonistas, pero tu también andabas sacudido por las emociones.
En "super 8" sin embargo, todo es frio, todo calculado. sabes casi cada momento lo que ocurrirá en el siguiente, lo que provocará la tensión , como se resolverá la siguiente escena....todo demasiado poco libre.

Al menos eso creo yo.

Abrazos.

César Bardés dijo...

Ese problema del que habláis, es un problema de lo que se llama "falta de frescura". Lo que sorprendió al espectador adolescente de los ochenta (o sea, nosotros) puede muy bien no sorprender al espectador adulto de los 2010 pero sí al espectador adolescente de la misma década, más que nada porque tienen muy poca información sobre lo que nos gustaba a los adolescentes de aquella época. Yo creo, sinceramente, que lo consigue Steven Spielberg es no perder la esencia de los personajes. Ahora bien, y voy a dar una pequeña parte de razón a Carpet en una cosa. La película tiene un pequeño problema que no deja de ser una "pecata minuta" y es que Tintín, en realidad, no es tan protagonista. En cuanto aparece Haddock, todas las simpatías van hacia él, incluidas las del propio Spielberg. Tintín es una canalizador de la aventura y no existe todo ese "raciocinio" investigador que sí hace gala en los libros. Ése es el único defecto que yo le pondría a la película y es un defecto que no me molesta en absoluto.
Otra de las grandes virtudes es la fusión que hacen de tres aventuras de Tintín sin que chirríe en ningún momento la historia. Todo transcurre por los cauces de la "ilógica" que te propone el asunto. No estamos en los ochenta y, en descargo de Spielberg y en detrimento de Cameron hay que decir que, utilizando la misma técnica, el primero lo hace mucho mejor, con mucho más sentido en todo y, lo que es aún mejor, con una aplicación sensible del avance tecnológico en todo el desarrollo de la película. En todo caso, por supuesto que hay apreciaciones personales, siempre bien recibidas y bien argumentadas como es el caso. Hay que ver, muchas veces aprendo más con vosotros que con otros "colegas" de profesión que alardean sin mucho orden ni concierto.
Abrazos a ambos, os los merecéis aunque no los queráis.

dexter dijo...

Bueno, pues ya me vi la peli por fin (al final por un despiste en el tema de horarios con gafitas, grrr). Creo que mi apreciación se acerca más a la de Carpet y la cosa se me queda algo a medias, aunque por diferentes motivos. Todo el mundo está alabando los aspectos visuales de la cinta por encima de sus virtudes narrativas. Y a mí me sucede paradójicamente al revés. Vaya por delante que me parece una experiencia espectacular y única y que merece la pena... pero al mismo tiempo lo de la motion picture esta me llega a resultar agotadora ¿seré el único? Creo que es precisamente esta indefinción génerica, al no ser una película cien por cien animada ni cien por cien "real" lo que hace que se me quede un poco en tierra de nadie y no llegue a calar lo que tiene que calar. Fundamentalmente, porque en este tipo de películas de emoción y aventuras yo quiero que me den justamente eso, emoción. Necesito ver en los rostros y en los ojos de los actores (qué difícil se hace reconocerlos) alguna expresión de miedo, asombro, sorpresa. Y esas emociones y expresiones, que sí logran captar paradójicamente muchas cintas animadas, quedan demasiado difuminadas aquí bajo la máscara del 3D.

Tampoco logro conectar con la estética de la película en muchos momentos. Por ejemplo, en esa primera escena en el barco de Haddock cuando Tintín rescata al capitán con todos esos marineros apareciendo metralleta en ristre por todos los rincones, y que me parece más propio de un videojuego bélico moderno que de una peli de aventuras a la antigua.
Con ser espectacular la labor del montaje - mi escena favorita es aquella en la que Hadock en la enfermería cuenta la historia de su antepasado, y se simultanea la acción presente con el relato- también es un recurso que me cansa. Se abusa mucho del montaje propio de la animación - ese apretón de manos con el dorso de una de ellas convirtiéndose en la arena del desierto para dar paso a la siguiente escena- y eso es espectacular,sí, pero a mí por ejemplo me impide apreciar al cien por cien de la espectacularidad de un plano secuencia por ejemplo - y seguro que todos estáis pensando en lo mismo. Ahí creo que enlazo con lo que quería decir Carpet con lo de todas esas cosas que suceden tan deprisa.

Y en estas, nos encontramos con Spielber que este sí es un hacha y logra mantener el barco a flote y el pulso narrativo en todo momento y que a pesar de todo te metas de lleno en la aventura. No sé si esto se repetirá cuando el que se siente en la silla de director sea Peter Jackson que ya se sabe que suele primar los aspectos visuales casi por encima de los narrativos.

Pues lo dicho, experiencia espectacular, pero... Será que yo no soy muy de cómic y que la traslación de viñetas a imágen no me atrapa como a otros. En cualquier caso creo que esto sí que se consigue, con lo difícil que queda patente a estas alturas trasladar el lenguaje del cómic a la pantalla. Llego a casa de ver la peli y me encuentro con "Superman returns", un bodrio absoluto y una masacre total a la leyenda y al mito.

Carpet dijo...

Grande, Dex. Quizá hayas acertado más en tu enfoque y hayas dado con el quid de mi disgusto. A mi si me parece espectacular y digna de disfrute en si misma la traslación a la pantalla del comic, y las 3D y el motion picture y las virtudes visuales... pero quizá sea ese el problema como dices, que termino con cierto artazgo de tanto espectaculo tecnico y me salgo de la aventura pura. ¿Que queréis? Así soy yo de casquivano.

Y aun diría más...efectivamente creo que hay un defecto de expresividad precisamente en aquello que es el punto fuerte y razón de ser de la técnica del motion picture. Transmite muchisimo más Wall-E con una obturación de los prismáticos que lleva como ojos que todos los multipuntos faciales de Daniel Craig en toda la peli.

Es cierto, que Pixar y en general los dibujos animados modernos, basan en gestos muy esquemáticos las emociones de los personajes que siendo tan marcados nos llegan de forma clara. Sin embargo, esta nueva técnica que aprecia cada uno de los microgestos de los actores para trasladarlos al dibujo pierde definición y también esencia.

Y si, la escena de Haddock en la enfermería es muy buena y efectivamente eclipsa al bueno de Tintín en cuanto aparece, eso es algo que ya sucede en los comics, el capitán es un personaje muy potente, lo que ocurre es que Hergé le relega a un papel muy secundario en casi todas las aventuras (eso es mucho más facil hacerlo en viñetas que en una peli). Y también estoy de acuerdo con la adatación de tres aventuras realizada con continuidad y "sentido", algo que debería revisar Diaz Yanes.

En cuanto a "Superman returns" yo no le hago tantos ascos, no me gusta el guión y me parece terrible convertir en un histrión absurdo a Kevin Spacey, en uno de los papeles que menos me gustan de su carrera (y aun así destaca por encima del resto del reparto), sin embargo Bryan Singer me parece pese a sus defectos un tipo notable que sabe dar ritmo y sentido a lo que hace. Y sintiendolo mucho por Donner su "Superman" y las secuelas han envejecido extraordinariamente mal mientras que esta adaptación es simplemente una más de entre todas las habituales de comic, eso es no es mucho, pero ya me parece más que lo de los 70-80. Ahí si que no tengo nostalgias.


Abrazos merecidos tambien para vosotros.

César Bardés dijo...

Bien, dicho queda. Sin embargo debo mostrar mi disconformidad con algo que dices, Dex. La transposición o yuxtaposición de imágenes no sólo es una cuestión estética, sino también narrativa que a mí me parece tremendamente válida. Creo que deberíamos revisar a Francis Ford Coppola, por ejemplo, que es el auténtico maestro en esas lides.
Dicho esto, me parece evidente que ambos habéis cometido el error de verla en 3D, un sistema que a mí me sigue sin convencer y que huyo de él siempre que puedo. En eso sí que se me puede acusar de purista. ¿Qué falta expresión? Hagamos una acotación. De toda la vida, incluso de niño, me ha parecido que tienen muchas más expresiones los dibujos animados de Disney, los clásicos, los de toda la vida, cuando están dedicados a los animales o a los objetos. Es más, incluso de pequeño, me gustaban bastante menos los que estaban dedicados a figuras humanas. Siempre me hizo mucha más gracia el cocodrilo que Peter Pan o el Capitán Garfio. Siempre me hizo mucha más gracia Tomás O´Malley que Edgar. Siempre me hizo mucha más gracia Pongo y Perla que Cruella de Vil. Y siempre me hizo mucha más gracia el juego de té que Merlín el Encantador o el pánfilo de Arturo.
El gran reto de Spielberg y su equipo técnico creo que ha sido afrontar una película con un personaje que, si fuera demasiado real, se perdía su esencia. Por eso se han decidido por una técnica que no despreciaba del todo la labor actoral pero tampoco dejaba pasar la oportunidad del lado técnico. No podemos volver (y mira que nos gustó) a hacer una mera película de dibujos animados como aquella de "Tintín y el lago de los tiburones", revista recientemente y que se queda más antigua que unos pantalones de campana. Hacerlo en imagen real sería absurdo y eso sí que sería decepcionante.
En todo caso, el mejor crítico del mundo, o sea, mi hijo, que ya se ha leído todo Tintín, salió extraordinariamente satisfecho y diciendo que sí, que eso le convencía pero que,precisamente, lo que quería era más Tintín y menos Haddock y que faltaba su personaje favorito que no es otro que Tornasol. Mucho le debió de gustar porque su veredicto fue inapelable cuando encendieron las luces: "Ésta me la compras, papá". Cosa que no ocurrió, por ejemplo, con el fiasco de "Cars 2" y eso que contaba con su favor porque la primera parte le encantaba, más porque salen coches que por otra cosa.
Estupendo intercambio de opiniones, sí señor. Estoy pensando en hacer una mesa redonda en algún medio con vosotros...

dexter dijo...

Más bien yo hablaría de que la yuxtaposición de imágen es una cuestión estética al servicio de la narración (y ya que hablas de Coppola en estos momentos tengo en mi cabeza el número final de Gregory Hines en "Cotton Club" mientras se va ventilando lo que se ventila). No se si por tanto me expresé mal. Y estoy con tu hijo con lo de que quizá esta historia no se podía haber contado de otra forma y que sin duda si no hubiese sido así se hubiese caído en el ridículo. Solo digo que con ser una experiencia única termina por cansarme. Y eso no es problema de la película sino mío. Sospecho que si lo de la motion picture se generaliza mucho terminará por cansarnos a todos. Y a lo mejor por otra parte, al final va a ser que lo de las 3D va a tener más repercusión de la que creía.

Ah, y abrazos también a los dos, que siempre me olvido.

César Bardés dijo...

No sólo es una cuestión estética al servicio de la narración. No olvidemos que el cine tiene que ser breve en todas sus técnicas. No es como un libro y tampoco es como un cómic.
Te doy toda la razón en que el abuso de la técnica puede llegar a cansar si se generaliza más de lo debido. Y siento comunicaros que si la 3D se generaliza y nos deja sin opción de la visión normal, dimito. Yo no puedo aguantar con mis gafas normales y encima las otras gafas y luego una visión loca de un mundo que no tiene tanto relieve.

Carpet dijo...

Pues fijate,que hay creo qu ete equivocas Wolf. Entiendo tu antipatia por las gafas y las 3D, pero, al menos en este Tintín, el relieve es natural y no exagerado ni forzado. no vemos espadas clavarse en nuestras narices, ni tenemos que agacharnos cuando lanzan una botella...eso eran gracietas de los 3D de antes, ahora esta nueva tecnica sólo, y no es poco, sirve para dar profundidad al campo, para perfilar mejor las silueas y darles mayor realismo. ¿necesario? probablemente no, y probablemente llegue a cansar si se realiza en exceso, quiza para esta peli no esté mal empleado...y aunque haya dado pábulo a la posibilidad, en realidad no creo que sean las gafas las que han distorsionado la visión que Dex y yo tenemos de la peli, me temo mucho que los peros también se los hubieramos puesto si la hubieramos disfrutado en 2D.


Otra cosa, y ahí ami me empiezan a entrar dudas sobre mi mismo es si no habré modificado mi nivel de exigencia, tanto hablar regular del cine actual que tiendo a encontrar defectos ya en todo lo que veo y que mi tolerancia con ellos baje a limites nunca vividos con anterioridad. A veces me imagino a mi mismo que si voy a ver en el día de hoy un supuesto estreno de "Alien" de Ridley Scott producida en el 2.011 en vez de en el 79, lo mismo pasaba que aquello que me maravilló entonces se me volvía simplona, repetitiva y pcoo lograda, cualquiera sabe.

Dudando estoy.

Carpet dijo...

Joer...hay, ahí....cuanto se me cruzan estas palabras cuando escribo rapido...si al menos me diera por releer.

César Bardés dijo...

Tendré que reverla en 3D para poder opinar con propiedad, desde luego. Sin embargo, la experiencia que ya he tenido con "Avatar" me hace decir esas cosas. En 2D la cosa es francamente un festín visual y en 3D me cantaba más que "La Traviata" en un libro de Cervantes. Bien es verdad que ahí está la pericia de quien dirige para hacerlo de una manera o de otra pero ya os digo. Vosotros decís que se mueve mucho la imagen y tal...yo no noté nada de eso y mira que hay artículos más que de sobra en este blog en los que digo que no, que eso no es acción, que es marear a los espectadores.
En cuanto a tu duda, Carpet, la he tenido yo múltiples veces. Tal vez no sólo fuera simplona sino que, al meter un buen montón de técnicas informáticas, con mucha, mucha probabilidad, perdería ese encanto de monstruo. Corporeidad, digamos. El monstruo, por ejemplo, existía y existe. Si lo metemos en imagen virtual, ya no sería lo mismo y todo se nos tornaría falso e impostado, estoy seguro.
Dudando me dejas.

dexter dijo...

En mi caso, al menos, no es una sensación mareante la que me deja la peli. Quizá algo de vacío por ver que el 3d consigue un efecto más próximo a la animación que a la acción real. Y me gusta, pero no me deslumbra. Y repito puede que la intención esté perfectamente plasmada, y que los fotogramas sean auténticas viñetas. Pero llega un momento en que ese virtuosismo técnico me saca un poco de la épica de la historia.

Y eso que estáis hablando, no tendrá que ver con lo que hablábamos antes con el efecto "Super8"?

Super abrazos

Carpet dijo...

Bueno, algo de eso hay, de la falta de corporeidad digo. Tenemos el ejemplo de Star Wars y su R2D2 y C3PO en contraposición con Jar-Jar Binx, aunque en este caso quiza no se debiera sólo a que los robots no eran virtuales sino a que el...mmm, no me habia costado tanto definir la especie de un ser vivo desde Goofy...el bicho que sale en "La amenaza fantasma" es, en particular, un personaje bastante odioso.

Aunque hay que reconocer algún prodigio, tipo los de el Tiranosuarius Rex de "Parque Jurasico", la primera, eso si, en la que la imagen digitalizada y superpuesta funciona perfectamente, en general se pierde la corporeidad si.

Aunuqe esto es como todo, Wolf, solemos verle más pegas a los adelantos de las que deberíamos. Nos gusta tal vez el genero epistolar, pero ya no escribimos apenas cartas y probablemente mandemos más sms de los que quisieramos confesar.

César Bardés dijo...

Pues sí también. Yo, como soy un atolondrado clasista, en "Super 8" vi más las películas de terror cutrelux de los setenta que todo eso que siempre habéis comentado de "Los Goonies" que también pero menos. Ahora, eso sí, coincido contigo en que todo está demasiado estudiado, demasiado al milímetro y debería haber algo en chapuzas-8.
Sí que es verdad, por otro lado, Carpet, que la fisicidad está presente en "Parque Jurásico" en especial en las apariciones del T-Rex pero mira que a mí me sacó de plano ese supuesto brontosaurio que ven al principio. Lo vi, dije "qué bonito y qué bien hecho está" pero era como...cómo lo explicaría...como los recortes esos que teníamos adhesivos con un león y una pantera que se pegaban en un paisaje generalmente selvático para, al final, componer el cuadro que te daba la gana cuando éramos pequeños. Es cierto que los adelantos nos adelantan, Carpet. Así pasó con nuestros padres y así está pasando con nosotros. Antes, el platillo volante de "Ultimátum a la Tierra" era el no va más. Para nosotros, el arca perdida cobrando vidas en miradas incautas fue la releche en verso con rima asonante. Ahora, es muy posible que sea esta técnica de "motion picture" que es como de pintura animada, que ni es pintura del todo, ni es animada del todo.

Carpet dijo...

Calquitos, llamaba yo a esas pegatinas que garabateabndo con un boli en el plastico quedaban pegados en esos paisajes que dices...¡¡Que recuerdos, valgame el cielo¡¡.
En cuanto a lo de lso adelantos y el desfase, también tienes mucha razón, el otro día ante una reposición de "La cosa" de Carpenter, a mis crios les parecía que los efectos especiales eran ridículos, en especial, el monstruo. Y he de reconocer que tenía que darles la razón, lo que en su día era el no va más ha quedado tan supèrado que no hay color. Aun así yo les intentaba hacer entrar en la tensión de la historia, que Carpenter supo manejar en su momento, pero la falta de credibilidad del monstruo protagonista hizo que les costase ponerse en situación.

También es otra hsitoria, recuerdo con claridad el estreno de "La cosa", calificada como una más de las películas de monstruos alienigenas que aparecieron al amparo del exito de Alien, y aunque los efectos y el ritmo narrativo de Carpenter la daban un punto de valor, no dejaba de ser una película de njivel medio. Ahora la vuelves a ver y te parece la releche comparada con las producciones actuales...salvando el problema mencionado de su desfase en efectos.

Cosas que pasan.

César Bardés dijo...

Yo tengo que reconocer una apreciación que siempre he tenido sobre John Carpenter y es que creo que sus películas nunca se toman demasiado en serio a si mismas. Es uno de los tíos más divertidos que conozco metiendo miedo. Con "La cosa" me pasó lo mismo. Hay como un cierto aire de desenfado, de que todo es muy evidente y de cachondeo sano que me resulta una película muy simpática. La escena en la que comprueban por medio de la sangre quién tiene a la criatura dentro me parece genialmente absurda. Lo mismo me pasa con una película suya que me divierte como un tonto y es "Están vivos". El problema de Carpenter está en cuando quiere dar una vuelta de tuerca más y ya no es que se ría de sí mismo, sino que comienza a ser una tontería supina como es el caso de "Vampiros".
De todas formas, sí, entiendo que a tus chicos les costase entrar en la historia porque la criatura no les convenciese en absoluto. Es la puñetera tecnología la que estropea una buena parte de la fantasía. Pero eso sí, totalmente de acuerdo, la vuelves a ver y te das cuenta de que hay mil veces más curro por aquel entonces que en las cosas que hacen ahora, por mucho que la criatura no convenza.