viernes, 15 de junio de 2012

ÉXODO (1960), de Otto Preminger

Maravilloso el encuentro que mantuvimos ayer en la Librería Ocho y Medio. Contó con una asistencia de lujo que incluyó a Rosa María Mateo, a los actores Antonio Canal, José Ramón Pardo, Emilio Alonso y Pepa Sarsa, al director teatral Luis Maluenda, amén de los invitados, excepcionalmente comprometidos con el libro, Laura Cristóbal y Miguel Rellán. Fue un lujo y una aventura imborrable. En cuanto disponga de las fotos del evento, las subiré. Gracias a todos.

Tal vez, en los tiempos que corran, una película como Éxodo sea considerada políticamente muy incorrecta pues, al fin y al cabo, es una historia que nos habla sobre el derecho de Israel a convertirse en nación. Dejando aparte el hecho político, del cual es mejor no opinar, hay que decir que es un film de una gran calidad pues no sólo tiene un reparto más que destacable y una dirección de precisión matemática del casi siempre atinado Otto Preminger, sino que, también, podemos decir que el guión es de un hombre que, por sí mismo, ya era políticamente muy incorrecto como Dalton Trumbo, conocido militante izquierdista, con toda probabilidad la figura más destacada de los legendarios “Diez de Hollywood”, juzgado y encarcelado como testigo hostil que consiguió su rehabilitación en su profesión a través de la escritura del guión de esta película que hoy nos ocupa y del Espartaco, de Stanley Kubrick.
Si la pluma que escribió esta película fuera cualquier otra, comprendería las reticencias que levanta en cuanto a su clara tendencia proisraelí pero viniendo de Trumbo, es difícil de creer que su militancia activa se inclinara por dar la razón a los judíos cuando, en realidad, se la quita a los británicos y a la situación que dejaron con su ya famosa y legendaria actitud del lavado de manos ante cualquier coyuntura de naturaleza incómoda.
Atendiendo a los hechos puramente cinematográficos, tal vez haya una cierta confusión en el seguimiento del argumento si no se está muy versado en los hechos históricos de la creación del estado de Israel, pero el film es impecable, con una dirección precisa y cerrada de Preminger, sobria hasta la perfección que descolla con una singular brillantez en las corcheas escritas para su banda sonora por Ernest Gold en el mejor trabajo de su carrera. Aparte de todo eso, el elenco que suma sus nombres a los créditos es de un envidiable arte con nombres que incluyen a Paul Newman, Eva Marie Saint, Ralph Richardson, Peter Lawford, Sal Mineo, Lee J. Cobb, John Derek, Gregory Ratoff (más conocido como director que por sus ocasionales apariciones como actor), Hugh Griffith y un ilustre secundario como David Opatoshu que, ciertamente, sobresale en su rol de uno de los partidarios de la facción más violenta que luchaba por la independencia de Israel.
Es posible que lo que les interesaba sobremanera tanto a Preminger como a Trumbo de esta película sea cómo un pueblo se gana su derecho a ser independiente atendiendo a unos privilegios históricos, a una lucha eterna, a una maldición bíblica que les condena a estar en un permanente estado de conflicto y cómo, aún así, consiguen todo aquello que se proponen, a menudo con medios muy reprochables. Debería hacernos reflexionar sobre algunos valores y, sobre todo, sobre cómo se puede vencer cuando el mundo entero se ha puesto en contra intentando regar la tierra de sangre judía.

2 comentarios:

Eme soy dijo...

No merecias menos César...

Y con muchisimas ganas de poder disfrutar de ese momento con esas fotos.

ENHORABUENA

César Bardés dijo...

Ya están subidas, María. Gracias por tu ánimo, siempre presente, tus ganas y tu apoyo. Es maravilloso que personas como tú lleguen a leerme. Un beso y gracias de nuevo