El coraje siempre lucha por salir a la luz, como un caballo desbocado corriendo en medio de la floresta escocesa, con su galopar incesante a ritmo de libertad. Las lágrimas de la tradición han ido regando la tierra verde, la costumbre incolora y ha convertido el futuro en algo demasiado escrito de antemano. El destino está ahí y solo la bravura y la valentía son capaces de torcerlo, como la fuerza imparable que deforma una flecha en busca de la diana.
Las leyendas existen para ser ejemplos y nunca es tarde para convertirse en una de ellas. En un mundo de hombres, con reglas establecidas, incluso los caminos parecen llevar al recinto sagrado de nuestro interior. El pelo rojo en la cabeza es el fuego en el aire, llevado por el viento como signo inequívoco de fiereza, de certeza, de arrojo, de valor inexcusable. La leyenda nace porque el amor es el arco que mueve todos los sueños. Las maldiciones desaparecen porque los vínculos que nunca debieron ser rasgados, son restaurados. La amistad, la fuerza, la perseverancia, la lucha, la mujer.
Las piedras parecen estar grabadas con lluvias de ira, la fábula tiene su embrujo para que no nos olvidemos que todo lo que es mentira tiene su reflejo en la realidad. Los castillos se alzan, desafiantes, frente a alfombras de agua para ser testigos de que los tiempos cambian, de que lo que es débil contiene una resistencia capaz de cambiar los designios de un reino. El amanecer llega y el oro baña las colinas verdes de los dominios que un día fueron separadas por un rey que se parece a Lear. El hechizo sale de la hoguera para recordar que basta con desear que el destino cambie para que se transforme…Macbeth…Macbeth. Los fantasmas llegan para un último adiós y la música nos golpea justo en ese sitio donde la sangre comienza a ir más deprisa y la emoción es el día que tanto se esperaba. Mujer, coge tu arco. Cambia lo escrito. Ahora.
El rostro parece una noche oscura de dos estrellas. El alma indecisa oscila entre el instinto y el cariño. Las soluciones nunca pasan por la beligerancia. El destino es tuyo. Y si hay que mutarlo, cógelo del cuello, retuércelo, entabla un combate con él y vence. No digas que has perdido porque el mero hecho de intentarlo ya te convierte en triunfador.
El oso busca la muerte. El cuervo imita a la vida incluso cuando han terminado los títulos de crédito. La dama de compañía de Desdémona parece deslizarse por entre los corredores de un castillo con una llave guardada entre montañas. Todo es un arte que se ve envuelto por las melodías de un tal Patrick Doyle que ya le puso música de maestro a un rey llamado Enrique V y a un delicioso juego entre hombres y mujeres que, al fin y al cabo, fue Mucho ruido y pocas nueces. Y él, con su habilidad de música que no muere, llena los oídos con extrañas historias escocesas, con gaitas de heroísmo, con tambores de orden, con reyertas entre clanes, con carácter celta.
Y así, mitad niños, mitad mayores, salimos del cine en volandas, rodeados de aire fresco con un punto de partido algo tópico y que parece estar a punto de zarandearse en algún momento pero que, como buena mujer, hace que todo tenga el sabor del encanto, mucho más que el del humor; de la emoción, mucho más que el de la aventura; de la maravillosa esencia femenina que asume el protagonismo de una película que no debería morir, igual que las leyendas. Porque su vocación es la de de un suave rastro que no se puede aprehender, que no se puede tocar, que tan solo, igual que las mujeres, se puede sentir.
6 comentarios:
Deduzco pues que el primer acercamiento de Pixar al alma femenina en forma de protagonista ha resultado más que correcto, pero también, me temo, que no da para grandes entusiasmos.
A veces ocurre eso, cuando nos acostumbran a obras maestras, las grandes películas se nos hacen poco. Yo ya había leído que la peli caía en varios tópicos y también que los personajes no terminan de ganarnos el corazón...No la he visto, tendrémos que comprobarlo.
Abrazos pelirrojos.
Nota: Sigo en la busqueda de la dama huidiza, los temas preescolares y algún problema mecánico (los coches son mi enemigo) me está quitando mucho tiempo para la lectura, pero ya me acerco hacia la recta final. Cuando acabe, hablamos sobre eso de la firma y el whisky o el cafe con churfros.
Pues sí, Carpet, deduces bien. Es una historia bonita, está bien, en algún momento incluso parece que es una historia que se escapa peligrosamente de las manos pero consiguen sujetarla con cierta fuerza. Eso sí, falta humor, falta ese personaje con el que empatizas y conectas porque ríes. Tiene un comienzo extraordinario, como es habitual en Píxar y, luego, es verdad, se pierde un poco en tópicos. Está bien, merece la pena pero, ni mucho menos, es de lo mejor de Píxar. Próximamente habrá más de dibujos animados en el blog y podremos comparar. Creo que la semana que viene ya nos ponemos totalmente al día.
Firma y whisky o café con churros o cañita con calamares, da igual, lo que te apetezca y siempre que te apetezca.
Un abrazo con falda.
¿Mas dibujos?...¿Tal vez ese Tadeo Jones del que tan bien hablan?...
Bueno, bien...bien para ser paisano.
Abrazos de colorines
Entre otros, amigo Carpet, entre otros, que el disfrute infantil no sabe de nacionalidades. Por aquí tendremos a Tadeo Jones y unos cuantos más.
Abrazos animados.
Le falta algo a esta película para ser convicente. Lo mejor, sin duda, el corto "La luna" que proyectan antes. Simplemente precioso.
Abrazos con estrella
Pues sí, Dex. Sin menospreciar en absoluto el intento (la película yo creo que es apreciable) es totalmente cierto que le falta un puntito de convicción. Creo, entre otras cosas, que le falta humor, que es un elemento que le hubiera dado mucha más textura.
En cuanto al corto...pues sí, también. Es simplemente precioso, de una sencillez que encandila.
Abrazos con martillo.
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