jueves, 13 de septiembre de 2012

HOLMES Y WATSON: MADRID DAYS (2012), de José Luis Garci

Cuadros costumbristas que extrañan y fascinan al rígido y metódico visitante británico. Tierra imprevisible que puede sorprender por su incultura recalcitrante o su pasión por lo más pequeño. Siniestros personajes de altas finanzas que conspiran para derramar sangre a cambio de un desprecio de la conciencia. La oscuridad se cierne y los desconchones que proliferan en las fachadas del Madrid de Galdós son testigos de horribles crímenes y de choques de mentalidades.
Y, en esta ocasión, estamos ante un Sherlock Holmes que parece triste, como melancólico, algo lánguido, entregado a una soledad ganada a pulso mediante la ausencia de compromiso reiterada. Amar es la mayor aventura y el gran detective se niega a que ese misterio de carne atraída y de ternuras imposibles consiga un hogar entre su mente deductiva. Holmes queda fascinado por un Madrid que está en las antípodas de su estilo de vida, que es capaz de sacar alegría de una situación fantasmal, que despide a Albéniz con una fiesta y celebra a Galdós como su escritor fundamental. Holmes tampoco es, salvo en una rara ocasión, un cerebro capaz de sacar una historia de apenas una pista. Es un personaje falible, cobarde, que huye ante la responsabilidad y que cree que, en Madrid, es inútil razonar porque el desastre se intuye a cada vuelta de esquina.
Por otro lado, Watson es apenas un comparsa. De físico adecuado y de decidida voluntad, se dedica casi exclusivamente a los placeres del amor, al cortejo indeseado, a la frivolidad efímera. Nada hay que delate en él su condición de digno compañero de la misma inteligencia salvo una evidente sumisión al privilegio de observar. Watson, a pesar de su maravillosa voz, es una sombra que se pasea con el único fin de hacer presentes los flecos de un mito.
Por lo demás, hay momentos de soberbia mirada, de decorados excepcionales y algún que otro truco para evitar la escasez de medios pero no hay misterio que resolver, no hay sospechosos habituales, no hay nunca un quién porque, la verdad, se habla mucho más del amor que de la muerte, por mucho que ésta sea violenta, descarnada y cruel. Incluso hay fogonazos de lucidez que proponen una vuelta a aquellas Asesinato por decreto, de Bob Clark, con un Christopher Plummer desenfadado y dinámico y un James Mason que consiguió uno de los más espléndidos retratos del afamado médico; o de la estupenda Elemental, doctor Freud, de Herbert Ross, con Nicol Williamson perdido en las brumas de la solución al siete por ciento y con un Robert Duvall con más de un parecido al Watson que aquí se intenta presentar. Pero el ritmo cansino se hace patente, la inevitable admiración por el mal se queda corta, hay apreciaciones sobre el carácter y las costumbres hispanas que no pasan de ser un ejercicio de elucubración interesante pero fútil. Y ahí caben todos los tópicos que van desde el flamenco a los toros, desde el mantón de Manila a la acostumbrada dejadez en cualquier trabajo de precisión. Nada que sepa a mucho, salvo una taza de té degustada con lentitud, con cierto gusto a mitad del ágape y con la sensación de que se ha tomado un poco de agua hervida sin demasiada gracia.
Aún así, el intento está cuidado y merece el aprecio de un riesgo bien asumido. Resolver las claves de un personaje tan conocido no es tarea fácil y, tal vez, habría sido valioso construir un misterio con sólidos indicios para dar una visión de lo que una mente tan preclara piensa en una ciudad de imprevistos y de desvíos, que no da pistas al visitante, que se niega a ser encuadrada en la misma categoría que muchas otras ciudades europeas más cosmopolitas y menos empobrecidas. La proyección de lo que se quiere decir con estos días amargos es nítida y, tal vez, España es el único país que  tiene fuerzas para sonreír aunque las puñaladas caigan sin piedad sobre los más desfavorecidos.  Elemental, querido Galdós.

9 comentarios:

dexter dijo...

No sé si me acercaré finalmente a ver esta película. Para mí la apuesta de esta semana era Vigo Mortensen y la verdad tengo bastante retraso acumulado (y eso que me habéis quitado las ganas de "Prometheus" entre el Carpet y tú; ayer sin ir más lejos estuve viendo la de Yimou y me pareció una exquisitez).

He disfrutado bastante en el pasado del cine de Garci y no me avergüenza decirlo. Hasta cierto punto me gusta su costumbrismo deliberadamente acartonado, aunque a veces me hastia que se enroque la bandera del unamuniano "me duele España" (que puede que hoy más que nunca no esté superado pero cómo si en todas partes no cocieran habas). Soy capaz de perdonarle todos sus deslices o tics como ese estilo teatral que desprende cierto olor a naftalina (y a rancio porqué no decirlo) o a ea manía suya de colar en sus pelis a los amiguetes con algún cameo que no siempre es de recibo. O esa otra de no grabar en sonido directo e impedir oír a alguno de nuestros grandes grandes habituales en su cine (Hipólito, Villén). Por cierto, que me apena leerte decir que Watson es un personaje algo desdibujado porque a mí José Luis García Pérez siempre me ha parecido un actorazo como la copa de un pino.

Abrazos dubitativos

César Bardés dijo...

Yo he disfrutado de algunas de las películas de Garci, no de todas. Su ritmo cansino a veces llega a ser bastante exasperante. Cierto es que tiene un estilo algo teatral en aras de conseguir algo arrebatadoramente romántico. En cuanto a los cameos, a mí no me molesta, probablemente si lo hiciera Spielberg colando a, yo qué sé, Rudolph Giuliani lo veríamos como algo simpático. Como sorpresa te diré que, en esta ocasión, si parece que graba con sonido directo, lo cual ayuda mucho a la naturalidad y ofrece la posibilidad de disfrutar con la inmensa voz de José Luis García Pérez, sin duda un actor mucho, mucho más experto y atinado que Gary Piquer, un santo que nunca ha sido santo de mi devoción.
Creo que aquí Garci se equivoca cogiendo a dos actores españoles para hacer estos dos personajes y que yerra el tiro por poco...por poco, bien es cierto, porque renuncia al misterio para pintar un cuadro costumbrista cuando ambas cosas son perfectamente compatibles. Hubiera sido más certero poner el misterio y que Holmes viera algunas de sus teorías desmentidas gracias a la imprevisibilidad del carácter español, que desbarata cualquier deducción lógica y que tanto descoloca a muchos de los extranjeros que nos visitan, así no se renunciaría a lo que quiere contar y el "leit-motiv" tan fuerte que plantea (que no es más que la resolución de un misterio que no le interesa en absoluto) tiene su salida.
Se queda un par de escalones por debajo pero también se le nota la ausencia de Horacio Valcárcel en los diálogos, creo que más brillante que nuestro flamante Fiscal General del Estado Eduardo Torres-Dulce.
Abrazos sin dudas, con lupa.

Carpet dijo...

Decía Garci en una entrevista reciente a propósito de al peli que "...Cada uno tenemos una velocidad de sedimentación diferente. Mis planos duran lo que yo creo que deben de durar, que para eso monto también yo. Necesito el reposo, y cada vez estoy más cerca de la pintura..."

Eso es por tanto una caracteristica suya con la que se puede o no estar de acuerdo, pero obviamente y en determinados momentos castiga al observador.

También comentaba en otro lado que su peli era una peli sobre la amistad y sobre Madrid, e incluso iba más allá decía: "...tengo derecho a hacer el Holmes que me dé la gana, no como el de Guy Ritchie, todo james Bond y Kung-Fu...". Son esos ramalazos algo egolatras que tiene este hombre, yo puedo hacer lo que quiera pero los demás no, proque no me gusta su estilo.

A mi lo que no me gusta de Garci es su empeño en hacer películas anacrónicas, porque una cosa es el ritmo y el costumbrismo y otra es que quieras seguir haciendo el cine como hace 50 años. Los problemas del cine actual no están en las posibilidades de rodar de una u otra forma sino en tener buenas historias que contar y hacerlo de forma coherente e interesante. A mi Garci me parece que confunde un poco el culo con las temporas y no se trata de rodar "El abuelo" como si estuvieses en 1970 lo que , para mi, perjudica una muy buena historia (aun así me gusta). Su tendencia a que sus peliculas se parezcan a sus grandes clásicos daña sus historias, en mi opinion.

Abrazos galdosianos

César Bardés dijo...

Ese estilo castiga al observador siempre y cuando la historia no lo pida. Es decir, cuando quiere, Garci consigue dar en el blanco (sigo diciendo y jurando que su mejor película es "El Crack 2" que huye de la parte melodramática de la primera y que tiene un "tempo" mucho más ajustado). Creo que Holmes se ajusta por los pelos a ese tipo de ritmo cansino (el Holmes clásico, olvidémonos de Ritchie, no es que sea un prodigio de cine de acción, aunque sí es un cine variado, que suele tener escenarios variados y siempre con el objetivo de un misterio). Por supuesto que tiene derecho a hacer el Holmes que te dé la gana, lo que pasa es que, amigo, en la misma afirmación está en la trampa. ¿Por qué te comparas con el Holmes de Ritchie y no con el de Bob Clark o el de Herbert Ross -cuyo Watson también es bastante reprochable- o incluso el de Billy Wilder o el mucho más trepidante y nervioso de Terence Fisher de "El perro de los Baskerville". Je, no sabe nada el tío.
A mí lo que me parece es que Garci a veces renuncia a su propio estilo (que lo tiene) para rodar, como tu bien dices, a la manera de los clásicos. Puedes rodar homenajeando a los clásicos pero no pretender que cada plano sea la cosa más trascendente del mundo a base de lentitudes. Si paras la imagen, dale caña al guión porque estás dejando al espectador sin muchas posibilidades.
Es decir...¿cuál es el enorme mérito de "El crack"? Consigue con reglas propias del cine americano construir una iconografía creíble y también costumbrista del Madrid grisáceo de 1980. Utiliza reglas ajenas para crear un estilo nuevo, cosa que es absolutamente lícita, y lo hace con maestría porque tiene unos diálogos estupendos. Podría haberlo hecho con Holmes y Watson pero...pero...lo que hace es más español que inglés, es mucho más desequilibrado y vuelvo a decir que lo que tendría que haber hecho (y líbreme Dios de dar lecciones a nadie) y que se intuye lejanamente es haber contrapuesto el carácter rígido y lleno de reglas de los británicos y aún más del personaje a la imprevisibilidad, al giro abstracto que preside la vida en España. El efecto hubiera sido bueno, Holmes tendría muchos más defectos que el de su cobardía o su atemperancia frente al amor y la película, con toda probabilidad, no hubiera renunciado al misterio.
Si es que porque no me han consultado que si no...
Abrazos de Armando Palacio Valdés.

dexter dijo...

Bueno, yo creo que las palabras de Garci al respecto de la película de Ritchie sólo pueden ser entendidas como una declaración de intenciones, su empeño por desmarcarse del cine que se hace ahora (Wilder o Fisher serían más de la cuerda). De todas formas, ojo, porque si no estoy mal informado, la peli del ex de Madonna no se basa directamente en la obra de Conan Doyle, sino en una novela gráfica que a su vez se inspiraba en la misma.

De lo que no estoy seguro es de que Garci renuncie siempre a su estilo para rodar. De hecho, yo creo que es un tipo con bastante personalidad, y de una vehemencia contagiosa que queda patente cada vez que te cuenta un partido de fútbol o te describe una corrida de toros,un combate de boxeo o una película. A partir de eso, renunciar a tu estilo cuando ruedas o haces cualquier cosa en la vida es bastante difícil, creo yo. El problema considero que está en lo contrario precisamente, en subrayar o forzar ese estilo. Y a veces Garci se le nota en exceso esa mirada idealista y nostálgica que mantiene respecto al pasado (y por consiguiente de desacuerdo con el mundo actual). Eso es lo que le lleva a explotar algunos tics que de puro amaneramiento o afectación pueden llegar a cargar al espectador.

Abrazos afectados

carpet dijo...

Además, hay una duda que planea sobre mi, mucho más después de leer lo que comentas sobre la peli. Si la película no tiene al Holmes detective como leiv motiv, si trata de hacer una peli sobre el Madrid galdosiano, si tampoco juega a que las costumbres hispanas del momento desorienten las espectaculares dotres deductivas del amigo de Watson basadas más en la peculiar personalidad iinglesa, si lo que quieres contar es la extrañeza que porvoca en el extraño nuestro extraño caracter...¿Para que tiras de personajes tan singulares?, o dicho de otro modo, para comparar el modus vivendi victorianos con el galdosiano, podrías haber colocado a cualquier inglés de la época ( conocido o no), si optas por estos emblemáticos personajes debes darles un trato que al espectador le resulten reconocibles, es decir, para este viaje no parecían precisas tantas alforjas...Aunque quizá me equivoque.

Abrazos con bastón y chistera

César Bardés dijo...

Hombre, eso, querido Dex, es como todo. Sospecho (aunque es una sospecha que puede ser fácilmente rebatible) que José Luis Garci no es que sea precisamente un experto en cine de acción y que quien pretenda ver en él a un Guy Ritchie pues va de cómic y contra el viento.
Perdón, quizá me he expresado mal. No es que renuncie siempre a su estilo de rodar. Es que quiere parecerse demasiado a otros aunque, sin duda y con aplauso, dices muchas verdades acerca de su pasión por la nostalgia, porque cualquier tiempo pasado fue mejor y por su forma de mitificar hasta el hecho de ir a tomarse un plato de lentejas al Madrid antiguo. Como decía antes y se me ha ido la olla (se me va con demasiada frecuencia), su mejor película es "El crack 2", después, quizá, yo pondría "Sesión continua" y ése y no otro es el estilo de Garci, el que desarrolla en "Sesión continua" y del que podemos ver ramalazos en "Asignatura aprobada" o en "El abuelo". Ahora bien, sí, tienes toda la razón de que llega a puntos de amaneramiento que muy bien pueden parecerse un tanto a Visconti (muy admirado por él) al igual que se le nota la pasión por Bergman en algunos pasajes de "You´re the one".
En cuanto a lo que dices,Carpet, tienes también toda la razón y es algo que yo también pensé mientras veía la película. Es más. Es muy posible que le hubiera quedado la película mucho más redonda y mucho más creíble y más apasionada incluso si en lugar de Holmes y Watson pone a Sir Arthur Conan Doyle visitando España y enriqueciendo una mirada que luego volcará en sus novelas. En eso, como Dex, tengo que reconocer que habéis estado ambos con opiniones de muchísima altura.
No sé cómo agradecéroslo.
Abrazos de café.

dexter dijo...

Pues mira a mí me gusta bastante "You are the one" Y sí es cierto que tiene un puntito bergmaniano aunque no llega a la angustia de por ejemplo "Persona". También hay influencias del melodrama hollywoodiense y a Rosellini (el plano del coche que abre la película es el de "Te querré siempre) Son en todo caso homenajes que se cuelan de una forma más natural que en otras ocasiones en una película que rezuma nostalgia por todos los poros. Qué maravillosa fotografía. Toma como que es Asturias. También destacaría la interpretación de Irene Gutierrez Caba, aunque su personaje forme parte de esa galería de personajes un tanto resabiados proclives a soltar frases y pensamientos lapidarios tan del gusto del director. Porque estaremos de acuerdo en que uno de los puntos fuertes del cine de Garci es la dirección de actores por encima incluso del dibujo de sus caracteres.

Abrazos con sidra

César Bardés dijo...

A ver que a mí "You´re the one" no me disgusta ¿eh? Que me parece una buena película que sólo se resiente un poco con diálogos del tipo:
- ¿Te vas?
- Sí, ¿cómo lo sabes?
- Porque ayer tenías la mirada gris y hoy la tienes azul.
Que Julia (no Irene), está estupenda, desde luego, que Lydia Bosch también lo está, que Ana Fernández me gusta mucho y que el más flojo es Miramón que aún así está bien. La fotografía también es maravillosa, sin duda. Y el título hace referencia a la segunda línea de la canción "Night and day" que me encanta. Al decir que se quiere parece a Bergman no estoy echándole p´abajo, para nada. Pienso que lo hace y muy conscientemente pero que, quizá incluso involuntariamente, se aleja de ese estilo que él sí tiene y que sí veo más en otras películas suyas.
Abrazos con chorizo a la sidra y así mezclamos.