Las lágrimas de muerte se
reflejan en un rostro lleno de dolor por la lluvia que cae, incesante e
implacable, al otro lado de la ventana. El lamento es por una vida que jamás se
vivió y por una muerte que acompaña desde siempre. La rabia tiene que ahogarse
con la soga de una horca y el crimen, perpetrado por el pueblo, es tan
execrable como el que cometieron los dos reos. Es un asesinato a sangre fría
por parte de todos. Es una demostración de cómo se puede matar a los dos lados
de la ley.
Vagabundear por carreteras
perdidas es algo desolador. Pasar cheques falsos proporciona unos minutos de
risa cómplice y ya está. Luego vuelve esa sensación de decepción, de que toda
la vida es una farsa que no se ha sabido vivir sencillamente porque nadie se ha
ocupado de enseñar cómo se hace. Los asesinos somos todos y siempre pagan los
más inocentes. Se ejecutaron a seis personas. Dos culpables y cuatro inocentes.
Late la sangre con fuerza después
de ver esa imagen que lleva al mismo infierno. La oscuridad se cierne sobre el
ánimo porque la película ha llegado a rasgar el pellejo y las motivaciones son
tan crueles y tan inútiles que solo se quieren cerrar los ojos ante unos hechos
admirablemente narrados por Truman Capote y versionados con extraordinaria profesionalidad
por Richard Brooks. Viendo en imágenes esa novela de no-ficción, uno puede oler
el cuero de la chaqueta de Perry, a medias un aroma cansado y animal. Se puede
intuir el retorcimiento cobarde de Dick que lleva por bandera la raíz familiar
y no duda en abandonar los lugares en los que debe estar. Se puede compartir la
tensión del Inspector Dewey, ansioso por comprender por qué y sin hallar, de
ninguna manera, todas las respuestas. Se puede sentir el calor del hogar de los
Clutter corrompido por la sangre que ha sido derramada sin razón, solo porque
unas cuantas frustraciones y una buena cantidad de rabia se agolpa en las
sienes de unos asesinos. Y palpas el tacto de la madera vieja, algo enmohecida
por la humedad, de ese almacén donde se consuma la venganza, la vergüenza de
hacer lo mismo que ellos hicieron y del sentimiento de muerte que domina algo
que merece, sin duda, un castigo pero no ponerse a la misma altura de los que
cometieron un error tan terriblemente reprochable.
Dejo de ver la película. Apago el
televisor y me quedo durante unos segundos a oscuras en el salón. Mi mirada es
baja, hacia la mesa, herida por una tenue luz callejera. Musito algo pero ni yo
mismo alcanzo a entenderme. Es la cuarta o la quinta vez que veo esta película
y aún así estoy arrasado. Tengo que recoger el ánimo del suelo y volvérmelo a
poner. Enciendo la luz. He visto cine. He visto literatura. Y he visto cuán
bajo podemos caer. Sin perdón posible. Sin otras consideraciones. Tengo que
apoyarme en el respaldo de una silla para volver a coger aire. Yo también he
muerto un poco, una vez más, con los Clutter. Yo también he muerto un poco, una
vez más, con Perry y Dick. Y dos muertes en una sola noche son demasiado para
mí. Me voy a la cama con la seguridad de que mañana volveré a ver la luz del
día.
4 comentarios:
Sin duda la muerte es el hilo argumental de la película y el libro. Tiene tanta intensidad, tanta carga el tema que fíjate Truman Capote no pudo terminar nunca más un libro, imagino que él también se quedaría en muchas ocasiones como tú ,perdido con la mente puesta en no se sabe donde, desmontado.
Conversamos esta noche.
Desmontado, sí, esa es la palabra. Es difícil hablar de un libro y de una película como éstos porque te pide, sobre todo, introspección, llegar a rincones de ti mismo donde nunca llegas con otras películas o con otros libros. Tarea difícil vamos a tener.
Estoy deseándolo, no lo dudes.
No he visto esa película. Pero con lo que ví en el biotic CAPOTE tengo suficiente sangre para espeluscarme
Es la mejor película en contra de la pena de muerte. Te das cuenta de muchas cosas y aunque en "Capote" se toca tangencialmente..."A sangre fría" es una auténtica maravilla en cuanto a fotografía, argumento, interpretación, música...Richard Brooks hizo algo muy cercano a la obra maestra. Si tienes reparos, eso sí, los comprendo porque es una película que deja arrasado aunque no es que salga sangre, precisamente, sino el sentimiento de la sangre fría tanto en el asesinato de los criminales como en el asesinato que comete el Estado.
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