jueves, 8 de mayo de 2014

APRENDIZ DE GIGOLÓ (2013), de John Turturro

¡¡¡¡SEXO!!! Bien. Vale, Ahora que con este titular ya tengo toda su atención podría hablarles de esta sátira bienintencionada y resuelta con mediocridad con algunos tiznes brillantes pero, con toda seguridad, ustedes no tienen ningún interés en ello. Quizá entornarían un poco más los ojos que me prestan durante los cinco minutos que tardan en leer este artículo si empiezo a charlar sobre esos tipos que se dedican a seducir a diestro y siniestro a cambio de un sobre con dinero y que tratan de hacer realidad los sueños de unas cuantas mujeres frustradas que aparentan todo menos eso.

Pero si cogemos a un individuo que pierde su empleo más seguro y, a instancias de un amigo, comienza a prostituirse a pesar de que no es guapo y de que su única arma es tratar con ternura a quien requiere sus servicios, seguro que ya pierdo toda posible audiencia. Si en medio de la historia anda su chulo particular que demuestra más tablas que todo el resto de los personajes, bah...esto es solo cine. Al fin y al cabo, ésta es una película que podría haber filmado cualquier otro director con gafas y nariz judía, de esos que tienen cierta acidez en el lenguaje y algo de genialidad en la creación de situaciones.
Sí, podría haber sido él, pero no lo es. En su lugar lo hace John Turturro, un tipo que ha hecho todo tipo de papeles. En serio, desde un brutal espía de la C.I.A. hasta un rastrero tramposo de los bajos fondos de una ciudad corrupta. Incluso ya dirigió una vez y no lo hizo nada mal en una película que se llama Illuminata y que tuvo una cierta gracia. Lamentablemente, baja mucho el listón con esta farsa amable, de sonrisa más que de risa, de deseos notorios por parecerse a Woody Allen y con una selección musical maravillosa que denota su buen gusto. No pasa de ahí. Ya lo ven, hasta los más dotados dan algún gatillazo de vez en cuando. Tal vez sea por causa del amor.
Y es que el amor...¿aún hay alguien por ahí que sigue leyendo?...Bueno, pues sigo por si acaso...El amor es aquello que aún te hace sentir vivo aunque estés haciendo un trabajo sucio. Es aquello que te distrae en el trabajo, un trabajo cualquiera, y que hace que pienses en miles de cosas menos en lo que estás haciendo y, claro, si a lo que te dedicas es a jugar al parchís de forma compulsiva y rentable, no vas a sacar cinco ni de casualidad. Desde luego, con la seguridad de que el amor puede que se vaya por una esquina y aparezca en la siguiente o con la certeza un tanto depravada de que el sexo es algo que gusta a todo el mundo y que no cuesta nada hacer feliz a unas cuantas soledades anunciadas.
De hecho, estoy de acuerdo con ustedes. Igual que el amor ha estropeado el meollo de este artículo, es el amor lo que estropea el desenfado que demuestra Turturro durante la primera media hora de metraje. Todo se ralentiza, el chiste se torna triste y, en el fondo, el actor-director descubre sus intenciones de tragedia solapada y apenas intuida detrás de una comedia que languidece según avanza aunque nunca deja de lado su retranca y su mirada más bien sana. Y es que una cana al aire no viene mal de vez en cuando. Hasta para un tipo que ha dirigido con complejos.

Así que mírense al espejo y pregúntense si el sexo es el motor de sus vidas o es un complemento que ayuda a vivir. Vale, no se pongan tan serios. Cuestiónense si merecen la pena y serían capaces de amar a alguien sin sexo y de practicar sexo con alguien sin amor. La vida es muy caprichosa y nunca se sabe. Ya nadie lee libros. Ni artículos. Tan solo unos cuantos que quieren sacar faltas. Sí, esos que actúan de policías de causas perdidas porque en el fondo, además del sexo, hay otra cosa que mueve el mundo. ¿No adivinan qué es? Sí, hombre. Se llama envidia. 

12 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Uys, me sorprendes, creí que convergerías con Dex y tocaría la divergencia.

Pues yo tambíen me decanté por los judios y el Allenismo. Y estoy de acuerdo contigo en algunas cosas y en otras no tanto.
Efectivamente a mi me parece una peli de Woody pero sin Woody, no es que no esté es que no le reconocemos en casi ningún personaje, ni siquiera en el que él interpreta porque lejos de su neurosis habitual aquí va sobrado de decisión, de sugestión y de seducción (aunque no sea en el sentido sexual del termino). Es el gran charlatán capaz de convencer a todos de cualquier cosa que quiera.
El ambiente, el ritmo en muchos momentos, salvo ese bajón algo simple en los últimos 30 minutos (mucho para una película de menos de 100 minutos), la realización e incluso el guión tanto por la situación de partida como por algunos de los dialogos, parecen creados por Allen.
Hay algunas ecscenas que me parecieron muy buenas, aunque hay que reconocer que la película gana siempre que Woody aparece en escena, pero el primer encuentro entre Tuturro y la Stone está tratado de forma muy elegante y mostrando bien claro que es lo que puede ofrecer un tipo que está muy lejos de ser un prototipo de galan de alquiler. Y la escena final también se me antoja muy adecuada y sutil, un siempre se puede empezar de nuevo, sólo apuntado cun unas miradas y una buena sonrisa.


Por otro lado yo creo que se abusa del hieratismo y los silencios del propio Tuturro, una cosa es ser un heroe discreto y otra ser un palo. También creo que se desaprovechan algunos momentos que podían haber sido muy grandes, como el juicio judio, demasiado poco explotado. Y hay algún personaje algo desubicado. No tanto Vanessa Paradis que cumple sin alardes con un papel algo extraño (su vaivén emocional no está muy bien diseñado), sino sobre todo Sofia Vergara que sobrada de carnalidad latina no pega ni con cola con los titubeos iniciales de la Stone. Schreiber sin embargo me parece que cumple competentemente con un papel que también merecía mayor peso.

Es una película que apela a la sonrisa, que prioriza la ternura y que la situa como mejor solución a la soledad, pero no se arriesga a profundizar en las causas, en las consecuencias (apenas apuntado el presumible debate moral), y que cuando lo hace (la consecuencia para el proveedor de compañia) se ralentiza en exceso por mor de sus protagonistas casi mudos.

Con todo no me parece que sea un gatillazo aunque es cierto que no deja demasiado poso, salvo eso de plantearse que será cuando ya no tengamos a Woody porque Tuturro le puede imitar, pero no sustituir. Es una película que se puede recomendar a cualquiera que quiera pasar un agradable ratillo y quiera huir de vacias aventuras espectaculares.

Abrazos de alquiler

César Bardés dijo...

Bueno, básicamente estamos de acuerdo en casi todo. A mí me parece que la situación de partida sí recuerda a Allen pero no tanto en el desarrollo. Eso sí, yo me creo perfectamente el personaje que interpreta, entre otras cosas porque tiene la inteligencia de no tomarse demasiado en serio a sí mismo.
La creación o la posible aportación de Allen a la película yo creo que está en los diálogos, sobre todo, de su propio personaje. No me pega ese hieratismo en él para diseñar a Turturro, ni mucho menos a Schreiber y las chicas no tienen esa chispa que suelen tener las mujeres en Allen.
También creo que una de las mejores escenas de la película es la de la seducción de la Stone con Turturro. El tipo lo sabe hacer muy bien. Y te voy a decir un acierto que, en manos de cualquier otro, hubiera sido, de seguro, el camino. El diseño del gigoló que interpreta Turturro está lejos de convertirlo en un paleto que se dedica a esto con delectación. Es un tipo tierno, sencillo que tiene una enorme empatía por las tías con las que se acuesta y que tampoco intenta aprovecharse de la situación.
Por otro lado, tiene un enorme fallo en la secuencia de ese juicio judío. Pudiendo ser un momento de alta comedia, se convierte en un batiburrillo basado en las tradiciones que no acaba de digerirse bien y en la que Allen no luce como debe. También se echa de menos un trazo algo más humorístico en el personaje de Schreiber que no deja de ser un tío arrastrado por los celos.
Estoy de acuerdo en que, salvo en el personaje de Allen que no deja de parlar, que hay una tendencia a la austeridad en los diálogos. Sin embargo, no me chirría demasiado en el personaje de Turturro puesto que hace bastante bien y transmite bastante bien ese punto de ternura en el hábito que posee ese aprendiz de gigoló.
La historia de amor yo creo que es lo que rompe el ritmo de toda la historia que, hasta ese momento, es bastante ágil. La intención creo que es buena. Es muy pronto para poder decir nada sobre Turturro. Me gustó "Illuminata" y esta no me disgustó pero no me llegó a gustar. Quizá el mejor activo de la película sea Allen y también su mayor rémora porque todos vamos a esperar algo de Allen, allí en Nueva York, en su ambiente, con un argumento que podría cuadrar perfectamente con su cine habitual y, sin embargo, no lo es tanto. Entre otras cosas, apuntas a los diálogos casi tiesos que hay en la película, cosa que no ocurre con Allen, incluso en sus peores películas.
Abrazos conquistadores.

dexterzgz dijo...

Es curioso, sí, que esta vez me haya tocado ser el divergente, pero es algo que espero solucionar esta tarde y ya mañana os cuento. Tiene su gracia también que siempre he pensado en Turturro como un hipotético alter ego de Woody. Balbucea bien, es un feo simpático... La verdad es que da el pego como chico Allen y como digo tiene su gracia que al final haya sido Allen el que haya acabado siendo un chico Turturro (la verdad tanto monta monta tanto en este caso). Me di cuenta sobre todo a partir de reflexionar como el personaje de Cusack en "Balas sobre Broadway" era algo así como un primo hermano de Barton Fink mucho más light claro.

Y me agrada mucho que el cine indie suele quedarse con el Woody más gafapasta como objeto de sus guiños. Turturro en cambio coge al Allen más ligero, al de "Scoop", "Poderosa Afrodita" o el escorpión de jade. A ver qué sale.

Abrazos expectantes

César Bardés dijo...

A Turturro le va bien ser "alter ego" de Allen aunque en esta ocasión, por las características del personaje que ha creado, no sea, ni mucho menos, un trasunto de Allen. Es verdad que es un tipo con talento para la comedia pero también sabe ser duro cuando es necesario e incluso dramático en otros papeles. En esta ocasión, ayudado por su planta de tiarrón muy bien cuadrado, se decanta por la ternura como principal arma. Es un personaje por el que sientes mucho cariño porque, en el fondo, no quiere hacer daño y sabe cómo piensan los demás a pesar de que expresa poco con el lenguaje.
No te esperes nada del otro jueves, la película creo que empieza muy bien, tiene una primera media hora estupenda, divertida, con diálogos muy certeros y luego, en cuanto empieza el elemento extraño, la cosa decae y resulta, incluso, un poco ajena. PAra mí, un intento fallido.
Es que el mejor Allen no es el gafapasta...es el tipo que deambula por las calles de Nueva York intentando encontrar respuestas mientras no encuentra ni una.
Abrazos respondones.

dexterzgz dijo...

Bien, lo prometido es deuda, chicos, así que vista ya la película os comento algunas cosas. Estoy bastante de acuerdo con que es una película irregular y algo fallida. El comienzo es muy bueno, muy Allen. Sin embargo, creo que el contrapunto cómico de Woody en la historia deja de tener sentido conforme avanza la historia sentimental de Turturro y Paradis. Yo diría que incluso molesta un poco (aunque la escena final con ellos dos es acertada) Incluso en sus títulos más fallidos, Woody se las arregla para que los momentos de comedia se complementen con los más serios (me acuerdo por ejemplo ahora de "Hannah" donde la trama en la que aparece él de neurótico perdido casa perfectamente con la más seria de la Hershey y Caine). Con todo Turturro aprovecha el efecto Allen con golpes marcas de la casa ("Creo que se equivocan de hombre, yo ya fui circuncidado") y demuestra elegancia rodando algunas escenas.

Abrazos con trencitas

César Bardés dijo...

Yo, por el contrario, creo que ese contrapunto cómico (aunque lleve implícito una trampa) hace que la película sea, como mínimo, soportable durante todo el resto del metraje. Imagina que quitamos a Allen del entramado en cuanto Turturro empieza a tener clientela habitual...la película se caería echa pedazos. Es más, ya se cae y, sin embargo, en los pocos momentos de lucimiento que tiene, la película sube un peldañito (no es que se venga arriba). Incluso la escena del juicio no tendría demasiado sentido sin Allen y se dedicaran a juzgar a la Paradis, que es a quien realmente están juzgando.
El caso es que yo creo que la película no es seria, lo que se dice seria, en ningún momento. Durante todo el rato, se toma la cosa con una fina ironía que es muy saludable y creo que es una de sus virtudes. (A eso, es posible que me respondas que lo mismo pasaba en "Hannah y sus hermanas" con el maravilloso personaje de Caine).
De acuerdo con tu apreciación del trabajo de Turturro. Elegante con la cámara y muy pausado. Incluso más que Allen.
Abrazos con esa banda sonora que me encantó.

CARPET_WALLY dijo...

Si, toda la escena del secuestro es muy Alleniana, y lástima la de ese juicio inquisitorial que podría haber sido tronchante...de hecho yo me preguntaba ¿Y a que le van a condenar?, ¿los judios excomulgan?...ocasión perdida.

El personaje de Schreiber también podría ser muy de Woody, aunque coincido con el lobo en que le falta un punto de humor, a algo así me refería con que merecía mayor peso.

No sé si lo que dices, Dex, que molesta un poco es el contrapunto cómico de Woody o la historia de amor. Creo que te refieres más a lo primero y no estoy muy de acuerdo, a mi me parece que hay más molestias en la historia de amor, y sobre todo porque creo que no está todo lo bien contada que debía, ralentizando la ligereza que hasta entonces mostraba el film.


Abrazos de Fioravante

dexterzgz dijo...

A lo que voy es que sin la presencia de Woody, Turturro hubiese tenido que tirar por otros derroteros. Y quizá con un "chulo" sin el carisma de Woody la balanza se hubiera equilibrado. La película es muy descompensada entre otras cosas porque no guarda equilibrio entre comedia y tragedia. Y de eso, de tragedia más tiempo el amigo de las gafas sabe un rato.

Abrazos tragicómicos

César Bardés dijo...

Desde luego, estoy más de acuerdo en esta ocasión con Carpet. Creo que él ha dado con la expresión adecuada: a la película le falta peso. Y le falta peso porque Turturro aún no tiene una noción clara de dónde debe introducir la comedia y dónde la tragedia. Creo que el final es atinado y muy fino pero, sin embargo, el juicio pide comedia y no es capaz de darle ese tinte. El personaje de Schreiber le pide algo más de trazo, si se quiere, más grueso, más cínico-envidioso pero no tiene ni una línea de humor. Sin la presencia de Woody, efectivamente, Turturro hubiese tenido que tomar otros derroteros y, me temo, que la película hubiese derivado a un drama bastante soso (no hay que olvidar que el elemento autóctono juega un papel importante y para la mayoría de la gente eso le es más ajeno que un rasgo de inteligencia de Sergio Ramos).
Estoy de acuerdo, de nuevo con Carpet, en que la historia de amor es el problema de la película. En cuanto aparece, se acaba la diversión, la película ya no es esa cinta desenfadada que hemos visto hasta ese momento. Está llevada de forma muy farragosa. Creo que comete, de hecho, un "pecado de delicadeza" porque quiere ser tan entrañable, tan abrazable en lo que está contando que sale algo farragoso, no demasiado bien trazado, bastante ajeno e, incluso, bastante increíble. Allen, sin duda, sabe de todo. Incluso sabría dar a esta película ese barniz trágico con un fondo levemente cómico que creo que es lo que está pidiendo la historia. Turturro todavía no sabe hacerlo.
Abrazos de Virgilio.

dexterzgz dijo...

Bueno, básicamente decimos lo mismo, simplemente he matizado que para mí la presencia de Allen termina siendo también un lastre, y mira que me duele decir eso. Quizá porque Turturro intenta también sacarle partido al Woody personaje y no le sale. Y sus irrupciones cómicas en la trama más seria no funcionan, salvo al principio y al final. El arranque sí que funciona porque el planteamiento es algo surrealista (un prostituto cincuentón trabajando para un proxeneta octogenario) pero exigiría un desarrollo desmadrado tanto en personajes como en situaciones.

Abrazos, chulo

CARPET_WALLY dijo...

Bueno, Lieb tiene al menos una linea de humor, creo. La pregunta final a Tuturro sobre si él es realmente judio, como si el verdadero problema con la Paradis radicara en la identidad religiosa del amante. Lo que pasa es que tampoco se aprovecha. La respuesta de "no lo sé" te deja con la miel en los labios aunque sea muy fiel al personaje que Virgilio nos ha mostrado hasta entonces. También en la escena del juicio cuando se levanta para asegurar sin conocimiento muy airado que "por supuesto, que no había habido fornicación". Eran dos detalles que demostraban que el personaje tenía mucho más recorrido del que lamentablemente le dieron.

También es buena otra escena no mencionada y quiza también algo desaprovechada, el partido de baseball entre los niños negros y los judios. Otro punto del que Woody hubiera sacado mucho más partido.

Efectivamente coincido en que se excede en la delicadeza de la historia de amor, busca la ternura sin resultar cursi y se pasa de elegancia.

No obstante veo que mucho hemos escrito sobre una peli que tampoco nos ha emocionado demasiado, ni a favor ni en contra, lo que me hace creer que estabamos deseando charlar de cine, aunque sea de algo a lo que no se le puede sacar mucho más. No es cosa mala.

Abrazos con representante

César Bardés dijo...

Precisamente creo que a la película le falta algo de desmadre, Dex. Incluso en la escena que bien comenta Carpet con el béisbol porque ahí hubiera podido dar lugar a una buena situación. Es más, yo creo que, incluso, Allen es consciente y está divertido en esa escena en la que trata de entretener a los niños mientras el Turturro y la Paradis se dedican a lo suyo. La verdad, es difícil imaginar a Allen jugando al béisbol y ahí mueve el bate que da gusto. Este hombre siempre me sorprenderá en sus habilidades.
Charlar de cine siempre es sano. Creo que todos empezamos a acusar el cansancio de un año demasiado largo en muchos sentidos y cualquier cosa que nos relaje un poco intentamos que no se nos escape. Porque, la verdad, charlar sobre cine con dos tíos maravillosos como vosotros relaja un montón, distrae más que un "striptease" y mola más que un coche de carreras.
Abrazos relajados.