jueves, 12 de junio de 2014

X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO (2014), de Bryan Singer

El tiempo es esa delgada línea que nos separa del instante anterior, llamado pasado, y del instante posterior, conocido como futuro. Es tan alterable que puede producir unas consecuencias impredecibles si no es como tiene que ser. A todos  nos ha pesado el recuerdo de algún error que ha marcado definitivamente el devenir de un futuro con el que, demasiado a menudo, no estamos muy de acuerdo. Solo haría falta volver a transportarse al momento anterior en el que se cometió ese error y volver a vivirlo, tener la oportunidad de cambiarlo, comprender por qué se actuó así y asimilar que el futuro, de tomar otra decisión, puede ser mejor.

El espacio es la distancia que nos separa de un punto determinado. Ese punto muy bien puede ser un amigo, o una protegida, o un héroe de dureza comprobada y tormentoso pretérito. En ocasiones, nos distanciamos de alguien que nos comprendía simplemente porque, en un momento determinado, no compartía con nosotros el mismo punto de vista y ocupó un lugar que estaba predestinado a nuestra conciencia. Usurpación de voluntades que fueron aún más dolorosas cuando procedieron de un amigo, de un amigo de verdad, de uno de esos que siempre hacen que el pasado merezca la pena ser vivido.
Y así se dispone un viaje en el tiempo con el fin de alterar un pasado para que el futuro sea diferente. La desolación reina por doquier porque el hombre no ha sabido controlar sus invenciones diabólicas, destinadas a matar a sus semejantes aunque esos semejantes fueran mutantes. El odio se extiende como la pólvora cuando no tenemos a nadie a quien echar la culpa de nuestros males y todo se convierte en una odisea irracional, condenable, absurda y bastante lenta.
Bryan Singer retoma su saga de héroes y no consigue superar la sorpresa de la primera aunque riega toda la escena de efectos visuales de eficacia indudable, bien dirigidos pero con un ritmo irregular, que hunde al espectador en las dudas metafísicas propias de los super-héroes más atribulados de la factoría Marvel para demostrar que no somos los hombres que creíamos ser, que la sabiduría solo llega con la experiencia y que el pasado es un fantasma que aparece y desaparece, que se altera en nuestra memoria, que regresa para irse y que se va dejando algo tras de sí. El reparto multiestelar ayuda a crear espectacularidad aunque destaca, por encima de todos los demás Michael Fassbender, un talento que necesita de una gran película porque es capaz de trascender en su actuación, capaz de olvidarnos del circo que supone cualquier película de estas características y concentrarnos en la ambigüedad moral de su personaje y en su extraordinario poder. El momento más brillante de todo el metraje, sin embargo, corre a cargo de Evan Peters en su encarnación de Quicksilver, desenfadado, irónico y creíble en la piel de mutante a punto de convertirse en super-héroe en los turbulentos años setenta de la Presidencia de Richard Nixon. Por lo demás, todo entretiene, todo funciona a ratos, nadie sale decepcionado porque Singer salta el espacio y el tiempo que le separa de los espectadores con convicción y porque sabe qué es lo que el público espera incluso copiando lejanamente alguna situación de otra franquicia de Marvel. En el lado contrario, tenemos a una Ellen Page que aún tiene que preguntarse a sí misma qué es lo que significa actuar aunque eso, en una historia así, tiene poca, muy poca importancia.

El signo de la diferencia, al fin y al cabo, no es una razón para aplastar al otro sino para la admiración porque, tal vez, la vida sea difícil para todos aquellos que no son como la mayoría. Y esa misma mayoría siempre reacciona con el afán bélico, con la confusión eterna que supone la defensa legítima y el ataque indiscriminado, con la seguridad de que el espacio y el tiempo no pueden ser alterados más que por la acción del segundo siguiente. Y eso no siempre es verdad.

8 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Pues si, muy irregular, por ser benevolo.

Tanta duda metafísica y tanto desequilibrio en el personaje más equilibrado de todo el universo Marvel, el profesor Xavier, suena demasiado complicado. Cuando uno va a ver una peí de este tipo le pide algo más que a las pelis de acción de nuevo cuño tan plagadas de efectos que se quedan en sólo apariencia, los marvelianos esperamos que haya algo cuando rascas tal y como sucedía en el papel. El problema es que esta vez a Singer se le ha ido la mano y a descontrolado en exceso los tempos.
El inicio es bastante impactante aunque haya que conocer bien, no sólo la saga sino la mitologia mutante para identificar algunos de los superheroes. A partir de ahí con el viaje al pasado se suceden los tiempos muertos tanto como algunas contradicciones e incoherencias con otros films de esta franquicia y sus spin-off.

Totalmente de acuerdo en que la gran escena de la película es la de Quicksilver. también en lo de Fasbender cada vez más actor, más potente y más crecido, mucho más cuando sus oponentes son tan flojos como el propio Mcavoy, Jackman está sin estar, lejos de su Lobezno omnipresente de las primeras películas. Y Jenny cumple sobradamente con un personaje que de tanto vaiven en otros filmes se ve forzado a tomar un protagonismo que no existía y que se queda algo descolocado. El resto no pasa de ser anecdotico, incluso Mckelen. En cuanto a Ellen Page, puede ser que llegue, pero su personaje no daba para más, mucho menos cuando Kitty Pride pasó de ser un secundario interesante de "X-men, la deicisón final" con sus poderes de atravesar sólidos a convertirse en el vehiculo intertemporal de esta. Vamos, que poner las manos a cada lado de la cabeza de Lobezno no da para ser muy intensa en la interpretación.

En fin, en momentos me resultó aburrida, la traca final carente de emoción y muy poco aprovechada y mal filmada la lucha con los centinelas, salvo en la escena inicial.

Para mi la más floja de todas las de la saga.

Abrazos psiquicos

César Bardés dijo...

Es verdad que los héroes Marvel suelen tener, además de la forma atrayente, un fondo muy particular y muy retorcido. Héroes que no quieren serlo, atormentados por el pasado, que han sufrido una pérdida irreparable, que no pueden con la fama que acarrea el disfraz, etc. Lo del profesor Xavier quizá no sería tan llamativo si no se pusiera todo en manos de McAvoy, que es un actor que nunca me ha gustado demasiado salvo en aquella sobre la vida de Tolstoi que se llamó "La última estación". Singer, totalmente cierto, no ha controlado los tiempos. La película tiene momentos muy buenos, muy álgidos, muy bien hechos con otros que son un auténtico rollo. Toda la parte central de la película,llena de reflexiones y de explicaciones prolijas sobre cómo y por qué actúan como lo hacen, se hace larga. También hay que estar muy al tanto de los héroes mutantes porque hay algunos, lo confieso sin pudor, que no los conocía como puede ser Bishop. De hecho, todavía me estoy preguntando un poco qué es lo que hace porque no queda nada claro.
Lo de Quicksilver es evidente y es más, creo que es un error sacarlo de la película porque es un personaje que da para mucho juego si te atienes a las reglas de los setenta como es el caso. Fassbender saca algo de donde no lo hay, porque en manos de cualquier otro Magneto no pasaría de ser un tipo de mente bastante cambiante, por cierto, sin demasiada personalidad. Jackman (por cierto, impresionante físicamente) está pero no está porque se usa como catalizador de una historia que no acaba de comprender demasiado bien. Lo de Jenny...vamos a ponerlo en suspenso, es decir, ni fu ni fa. No me convence en ningún momento y su físico, creo, carece del empaque que se supone a Mística. Será mucho mejor actriz, no lo niego, pero creo que Rebeca Romjin -Stamos estaba más cerca de ser una buena Mística, y además, para mi gusto, mucho más atractiva. Solo hay que fijarse en los andares de la Lawrence bajo el maquillaje azul...parece que está pasando un desfile de modelos cuando tiene que ser una tía mucho más decidida, mucho más dura, mucho más mujer.
Ellen Page...yo es que a esta chica todavía tengo que verla haciendo algo realmente bien. Le dí un aprobado justito en "A Roma con amor" porque le pegaba mucho el papel de joven caprichosa que tiene muy poco claro lo que quiere hacer. Coño, me recuerda a la chica del tiempo de la 1, no te digo más.
En general, muy de acuerdo contigo. Por momentos, aburrida, traca final que quiere ser muy espectacular (por cierto, lo de los robots que se ponen a funcionar, clavadito, clavadito a la "Iron Man 2") y muy por debajo, en efecto, de la escena inicial.
Es posible que sea la más floja. La mejor, digan lo que digan los "frikis" de turno, sigue siendo la primera.
Abrazos cambiantes.

CARPET_WALLY dijo...

Bueno cierto lo de que la Romjin Stamos etaba mucho más buena que Jenny, las cosas como son. Lo que pasa es que Rebecca nunca se mostraba en aspecto humano diferenciado de la criatura azul, y Jenny si con lo cual puede actuar algo más...y decir con mirada y mohines lo que el hermético personaje de Mystica de la primera saga no hacía (en eso mucho más cercana al comic que con la Lawrence).

En cuanto a los mutantes desconocidos, yo si conocía a Bishop y su capacidad para atraer y concentrar energia para lanzarla a traves de sus armas, pero hay otros más discutibles.
Quicksilver en realidad yo lo conocia como Mercurio, que era miembro de Los vengadores (parece que aparecerá en la secuela) junto a su hermana La Bruja Escarlata, y ambos eran hijos, precisamente, de Magneto.

Y aquí entramos en algunas incoherencias de la saga. Aquí Lobezno va a buscarle porque le conoce del futuro aunque las únicas veces que aparecía en las pelis anteriores era en escenas de bulto en la primera "X-men" y en "Lobezno, los origenes".

Otra más, Lobezno conoce a un jovencito Stryker que no tiene nada que ver con el que le reclutó para el grupo de mercenarios en "Lobezno, Origenes".

Mystica es una desconocida para Lobezno y para los demás en las 3 primeras X-men mientras que ahora resulta ser casi hermana de Xavier. (esto ya pasaba con la anterior "X-men origenes").

Bestia y Lobezno son presentados en "X-men, la decisión final" pues no se conocían, mientras que en esta actuan como amigos tras el ajuste temporal, de hecho Hank pasea por la escuela cuando Lobezno despierta y Jean Grey aun vive.

Y unas cuantas más que cuesta ennumerar, pero para un fiel seguidor le resultan muy evidentes.

Abrazos teletransportados

César Bardés dijo...

A ver, lo de la Romjin-Stamos y la Jenny. Yo es que creo que a la Jenny le falta empaque físico para hacer de Mística. A la Romjin-Stamos le sobra. Lo de que la Jenny tiene oportunidad de actuar un poquito sin el maquillaje puede servir un poco pero poco porque, de hecho, aquí sale sin el maquillaje una vez (la escena de la cabina con Fassbender) y creo que de forma muy breve cuando se disfraza de militar y otra más cuasi del mismo modo. No creo que necesites a una actriz de gran categoría dramática para hacer eso. Es como si pusiéramos a Al Pacino de Capitán América...mira que me gusta Al y todo eso...pero físicamente...no da. En todo caso me lo creería más como Furia.
Tienes razón en lo de Quicksilver. También lo conocí como Mercurio y en todos los aspectos que comentas. En cuanto a las incoherencias, pues sí. Quizá incluso se puede hacer un libro con todas ellas y demostrárselo a algunos "frikis" a los que comentas algún aspecto que no funciona en la película y se obstinan empecinadamente en decir que es genial y mola mogollón.
Fantástico, Carpet. De acuerdo con tigo aún reconociendo que, ni mucho menos, he leído tanto cómic como tú.
Abrazos admirados.

CARPET_WALLY dijo...

Bueno, si he de reconocer que leí mucho Marvel en aquellas épocas doradas donde la única obligación era estudiar un poco y no hacer demasiadas barbaridades para que no llegaran quejas a los padres.

Jenny sale sin maquillaje en más escenas que la de la cabina. En la escena con el general vietnamita se lo liga y se lo lleva a la habitación muy peripuesta, también en el aeropuetrto cuando Xavier intenta convencerla de que no mate a Trask. Por cierto, sin alardes (nop es un papel para mucho lucimiento) Tyron Lannister de "Juego de tronos" cunmple bien.

Abrazos frikis

CARPET_WALLY dijo...

Y una curiosidad más, el fin de Magneto es absolutamente absurdo. Podían matarle de muchas formas, pero clavandole un trozo de metal....
Esto es un spoiler y lo demás son tonterias...aunque como no hay nada que el tiempo no pueda borrar ninguna muerte tiene que tomarse por definitiva...como ya sabemos. el ejemplo perfecto es el propio Xavier que es desintegrado por Jean Grey en la tercera de la saga y aquí aparece de cuerpo entero reconstruido sin problemas, incluso con una silla levitante autopropulsada que es lo más.

Abrazos chivatos.

dexterzgz dijo...

Pues mirad, yo fui a ver "La mujer invisible" pensando que se trataba de otra secuela de la Marvel y resulta que no, que es la de Fiennes sobre el amor secreto de Dickens. Es todo lo contrario a los X Men, una película lenta, reposada, de esas que no importará volver a ver dentro de un tiempo para volver a degustarla en sus detalles. Fiennes la dirige con elegancia y hay planos de mucha belleza. Se nota que la pasión de Fiennes es el teatro, la película está tratada con mucho mimo y gusto, y se nota que es actor en lo bien que se dirige a los actores especialmente a los secundarios (toma, como que tiene a la Scott Thomas, así cualquiera). Él también está muy bien, aunque a Felicity Jones pienso que le falta un poquitín de carisma.

A mí es que Ralph siempre me cayó bien, y mira que lo conocimos interpretando al cabrón de Amon, valga el ripio.

Abrazos visibles

César Bardés dijo...

No te extrañe que la siguiente sea lo mismo. Magneto, a raíz de que se ha modificado el pasado, no está muerto y, por supuesto, ya no es amigo de Xavier y se van a volver a enfrentar. Está más claro que el agua clara.
Ay, Dex, que te me precipitas. A mí también es un actor que me cae bien aunque se empeñe, de vez en cuando, en hacer de sus papeles algo muy cortante, muy incómodo...como si el papel le fuera pequeño (hablando en medidas, no en duración) y no supiera muy bien cómo acomodarse en él. De todas formas, es un grandísimo actor.
Abrazos literatos.