jueves, 8 de enero de 2015

DESCIFRANDO ENIGMA (The imitation game) (2014), de Morten Tyldum

Tal vez detrás de todo número se esconda un universo de sentimientos que permanecen fríos e inalterables allí mismo, en el vasto reino del acertijo. Quizá un hecho marca tanto a una persona que hace que todos sus actos posteriores estén determinados por esa situación que le llevó al estremecimiento y al miedo. Porque todos tenemos un miedo muy concreto y muy presente: no queremos estar solos. Puede que la vida empuje en esa dirección, puede que se viva unos años antes de cuando tenía que haber tocado vivir, puede que la arrogancia no sea más que un mecanismo de autodefensa que todos ponemos en funcionamiento cuando alguien se acerca peligrosamente al corazón. Todo ello es una inmensa charada que hay que descifrar. Y aún no hay nadie que lo haya conseguido
Nadie ha logrado rellenar los espacios vacíos de una vida que roza la genialidad porque se tiene un talento muy poco habitual que ayudará a ganar una guerra. Lo peor de todo es que el responsable de descifrar la clave del código secreto más complicado que jamás existió fue incapaz de resolver la clave de vivir. Y además con el agravante de que tampoco podía llegar a sacar conclusiones si la gente no decía lo que realmente quería decir. Habitar este mundo, para él, fue una prueba contra la soledad, fue la constatación de que no se quiere al diferente, fue la prueba más cristalina de que el talento en muchas, quizá en demasiadas ocasiones, nunca se reconoce.
Y tampoco consiguió resolver el problema de saber qué es lo que pensaban los demás de él. No quería ser una máquina, quería vivir como un ser humano y, sin embargo, nadie podía juzgar sus comportamientos. Solo la justicia humana, tan imperfecta y tan desequilibrada, se apresuró a emitir un veredicto y le condenó a la más mortal infelicidad, le obligó a desterrar su inteligencia, le forzó a no ser más que un muñeco risible, excéntrico y marginal en un mundo que aún sigue sin aprender las lecciones básicas de la tolerancia.

Excelente película, dirigida con sobriedad y cierto estilo por el noruego Morten Tyldum y que juega sus bazas más recias en la maravillosa interpretación de Benedict Cumberbatch como el hombre que descifró Enigma, el código de los nazis, y que acortó la guerra en un par de años con una labor sorda y ciertamente clandestina. En él se da cita la ternura que no tiene el lujo de demostrar, la dureza que tanto cuesta colocar en las trincheras, la simpleza propia del que no ha pensado en otra cosa más que en números, la complejidad de una mente que solo busca la verdad y en ningún momento se la dejan decir. Un trabajo excepcional.

Y es que no es fácil levantar a un personaje basándose en claves y crucigramas, en verdades dichas con la inocencia propia de un niño deseoso de jugar a las adivinanzas. Y, sobre todo, cruzar en diagonal hacia las relaciones que tuvo con todos los que le rodeaban y que eran realmente las claves necesarias para resolver el problema que nunca solucionó. Las matemáticas, al fin y al cabo, también es una cuestión de éticas y apariencias y ahí es donde se hacen inexactas y quebradizas, temblorosas, víctimas de la derrota.


10 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy Dex por si acaso se me olvida luego firmar. Pues este es un biopic totalmente distinto al de Mr Turner, además de que está dedicado a una personalidad y a un episodio bastantes desconocidos lo cual es el plus. Es una película espléndida, soberbiamente producida, con una gran fotografía de nuestro Oscar Faurá y partitura del gran Desplat, a ver si le cae por fin el Oscar al tío. Con alguna concesión a la comercialidad y algún recurso facilón pero que después bien pensado si cabe le da un empaque más clásico (y estoy pensando en una escena en la que se nombra al hermano de uno de los personajes que va en un barco y así no spoileo).

Pues fíjate que yo antes de entrar a verla me pensaba que sería una película sobre todo de guión y de interpretación - hay que quitarse el sombrero ante Cummberbach- pero hete aquí que detrás hay un impresionante trabajo de montaje y de dirección. El Tyldum este maneja el tempo y el ritmo de maravilla. Aquí lo fácil hubiese sido sentar desde el principio al prota delante del inspector y que contara su historia en flasbacks, pero no, la historia está contada en tres tiempos con continuas idas y venidas en el tiempo que no molestan, al contrario es admirable.

Y esa idea que tanto nos gusta de que solo el amor puede ganar la guerra.

Abrazos bajo el clavijero.

Dex

César Bardés dijo...

Yo creo que una de las principales virtudes de esta película es, precisamente, su hechura clásica. Todo está narrado con sobriedad, con cariño hacia los personajes a pesar de que el tipo era raro de narices y como un homenaje a aquellos tipos que en retaguardia eran capaces de trabajar resolviendo problemas insolubles. Me encanta el hecho de que Turing sea capaz de resolver un problema de lógica tan intrincado y, sin embargo, su vida permanezca para él como un acertijo sin solución (muy definitorio de esto es el interrogatorio con el policía, por cierto, con el hijo del fallecido Roy Kinnear y que se parece a él más que mucho).
He leído por ahí que, precisamente, uno de los grandes fallos de la película está en que no asume riesgos. Y yo creo que así es. Recordemos que hace unos cuantos años salió una película con el mismo fondo argumental: "Enigma", que interpretaron Dougray Scott y Kate Winslet y no estaba mal pero ésa sí que no asumía riesgos porque era todo muy amable alrededor del personaje que, en teoría, estaba basado en Turing. Aquí las cosas se dicen tal cual son y creo que también asume sus riesgos la película.
Estoy totalmente de acuerdo en la maravillosa fotografía de Faurá y en la sugerente partitura de Desplat, un tipo que me sorprende cada vez que hace una banda sonora (ya lo hizo en la reciente "Unbroken" de Jolie). El trabajo de Cumberbatch es fantástico. Se hace atractivo, es pintoresco en sus respuestas, las dice bien, su mirada está trabajando continuamente, es un "outsider" que sabe muy bien hacia dónde va hasta que no sabe ir hacia adelante. La estructura es atractiva y la película, en su totalidad, es muy buena (no es una obra maestra pero está narrada con tanta precisión y con tanto cariño que llega a tener sus momentos realmente emocionantes).
Abrazos desde el relé.

CARPET_WALLY dijo...

Si, si, me sumo a los parabienes, a mi también me pareció estupenda, aunque disiento algo en lo de la hechura clásica. De hecho es lo único que a mi me parece que sobra un poco.

Aclaro, es clásica en su sobriedad, en sus dialogos perfectos, en su trato de los personajes, en su verismo inteligente, en su forma estética, pero no lo es tanto en su estructura, aunque a fuerza de que se haya puesto tan de moda la deconstrucción de Adriá, también puede resultar clásica a su modo.

Yo creo que la estructura en tres tiempos y las idas y venidas tampoco son tan interesantes y que alargan en exceso una película que contada con más precisión hubiera sido mucho más genial. No es que sobre el episodio policial o el intercalado infantil, es que creo que es innecesario. Una película más clasica hubiera tomado el momento principal y lo hubiera desarrollado del tirón, quizá hubiera relatado el episodio infantil en un dialogo o con un único flashback y hubiera dado al epilogo un tono más culminante, añadiendole toda la emoción en cinco o diez minutos de desenlace.

No es un pero a la peli lo que comento. Ya he dicho que no me molesta nada tal y como está narrada, pero creo que hubiera acortado la duración y quizá hasta hubiera mejorado lo que ya de por si es bastante bueno.

Coincido con vosotros en la loa a la música, a Cummberbach (como no) y en general a todo el elenco, ese grupo de ingleses tan tremendamente correctos y convincentes. Incluso la Knighley me pareció mucho más que correcta en un papel que aunque pareciera fácil podría haber resultado un fiasco, porque provocar que haya una cierta química frente al extrañisimo comportamiento de Turing no era tan fácil.

Y los toques de humor...que grande es el cine cuando todo parece fácil y te meten en una historia que te queda tan lejos, en un personaje que te parece marciano y al que terminas por apreciar, por comprender y por querer.

Voy a decir un pequeño defectillo que yo creo que debió quedar en el montaje...hay un cambio demasiado drástico en la relación de los compañeros con Turing, se intenta explicar un poco pero queda lejos de loq ue consigue después...tampoco creo que sea un spoiler muy grande, el trailer ya mostraba parte de lo que comento.

En fin, a mi me ha gustado mucho. Un 8 largo, largo.

Abrazos codificados

César Bardés dijo...

Bueno, pues tienes razón en parte. Creo que, efectivamente, en las idas y venidas de la narración en tres tiempos, la que más me sobra es la parte infantil. Un poco precipitada y también no muy creíble (salvo quizá para explicar el nombre que da a la máquina). Es cierto que es clásica en su sobriedad y que, yo creo, que no dejaría de serlo si la hubieran dejado en dos tiempos, respetando tal y como está contada que me parece muy bien. Sin embargo, creo que la parte policial es fundamental para explicar el extravío del propio personaje y su contradicción trágica. Creo que, precisamente, la intención del noruego éste que la ha dirigido es no darle demasiado énfasis a la conclusión para no cargar demasiado las tintas aunque no puedo evitar tener el nudo en la garganta cuando Cumberbatch apaga la luz de su "laboratorio".
En lo que estoy bastante de acuerdo y no se ha comentado, es en lo correcta que está Knightley, una tía a la que habitualmente no soporto y que aquí salda con notable el trabajo que hace.
Creo que el humor, efectivamente, es un activo de la película. Más aún cuando es un humor no buscado por parte de un personaje incapaz de soltar una frase de doble sentido y de comprender lo que los demás quieren decir a no ser que lo digan claramente.
Es verdad que el cambio de parecer en los compañeros queda un poco extraño pero es que creo que quieren saber cómo va a terminar el asunto, son los primeros interesados como buenos "solucionadores de problemas".
Un ocho es la calificación más adecuada, estoy también de acuerdo.
Abrazos cifrados.

CARPET_WALLY dijo...

Si, efectivamente el episodio policial es importante y efectivamente quizá de otro modo hubiese quedado demasiado...cargado de emoción, quizá en exceso y alguno hubiese dicho que era un recurso facil. Efectivamente ese momento que señalas es bastante acongojante. No lo es, sin embargo, o no me lo parece el de la decisión de su relación con la Knightley, quizá el momento menos logrado y poco creible de toda la película para mi.
Y en cuanto a al aetpa infantil, me hace gracia, yo opino igual, cin embargo al leer Fotogramas cuando señalan "lo peor" dicen que es que no parezca más el joven Turing...???. Realmente, a veces no entiendo nada, puedeparecerte bien lo que sale, puede incluso gustarte, pero ¿demandar más tiempo de su etapa colegial?, ¿Para que?.

Abrazos encriptados

César Bardés dijo...

Ese comentario tiene toda la pinta de ser el típico que se larga para ofrecer un puntito de vista diferente cuando en realidad es una tontada del quince. Es un mal bastante común entre los críticos por otra parte. Perdónalos porque no saben lo que hacen.
El de la decisión de su relación con la Knightley es un momento que no está mal. Fíjate que me parece a mí mucho más forzado el momento en el que le dice la verdad a ella. No me lo creo. No me creo el trato que ofrece ella. No tiene nada que parezca de verdad.
Abrazos de Champollion.

CARPET_WALLY dijo...

Creo que hablamos del mismo momento, tal vez. Yo digo la decisión de Turing tras la charla con Mark Strong en el apartamento de ella. Efectivamente, no parece muy normal el comportamiento de la mujer que nos han contado hasta ese momento...parecía que iba a decir como Osgood: "Bueno, nadie es perfecto".

Abrazos hormonados

César Bardés dijo...

Ah,entonces sí. Estamos hablando del mismo momento. Por cierto,sigo insistiendo en lo buen actor que es Mark Strong,lo poquito que sale y el partido que saca a ese tipo que trabaja en las cloacas del Estado y que sabe arreglárselas para que salga adelante lo que él quiere.
Es cierto lo que dices del personaje de Knightley porque no parece que vaya por ahí y sin embargo acaba por dar una imagen muy leve que en el final no lo es tanto. Una incoherencia suma.
Abrazos químicos

Anónimo dijo...

Yo creo que donde más se nota la hechura clásica de la película, más allá de su estructura, es en el tratamiento de los personajes, ese cariño del que hablas y que es tan raro de ver en el cine de hoy y en una historia como esta. Estamos acostumbrados a que los directores de ahora nos presenten a los personajes con excesiva frialdad y distanciamiento y esto choca. Tyldum no nos presenta a Turing ni como un friki ni como un rarito ni como un resentido, aunque tiene cosas de friki de rarito y de resentido, pero no es esa la sensación con la que te quedas al final.

No me molesta ni el manejo de tiempos ni en la rápida transición que sufren los compañeros del protagonista para aceptarle. Me gusta mucho el detalle de la manzana y más desde que supe de esa leyenda urbana que dice que Turing se suicidó tras morder una manzana, y que el nombre de Apple y su actual logo es en homenaje a él.

A S L Q M N S O T
L B R U D M A V F
S D R N F O L K S
D U N A L M E D T
S I U L Z R M N A
T H Y U P O O W C
U L M D C R S J V
T Y C V K L R O N

César Bardés dijo...

Estoy de acuerdo que el cariño que tiene hacia todos los personajes (incluso un personaje oscuro y negativo como el de Mark Strong está visto como una figura necesaria) es lo que hace de esta película una historia de visión clásica.
Desconocía lo de Apple, lo guardo para futuros artículos y/o necesidades varias.
Asborcaizfoislgorej.