miércoles, 4 de marzo de 2015

KINGSMAN: SERVICIO SECRETO (2014), de Matthew Vaughn

Un traje tiene que ser elegante y estar bien cortado. No vale cualquiera. Debe ser uno de esos propios de la clase británica, con raya diplomática, con hechuras perfectas, con una caída impecable, con accesorio antibalas y tan a la medida que no sea una incomodidad enfrentarse a esas cosas molestas que tiene la vida como cargarse a unos cuantos indeseables, salvar al mundo de algún megavillano gangoso o incluso ajustar las cuentas a algún gamberro de barrio que se cree demasiado listo.
Basta con tener la suficiente clase como para llevarlo. Claro que para eso hay que pasar algunas pruebas, utilizar el cerebro, prever el movimiento del enemigo, pensar en el bien común, bagatelas más propias de la aristocracia más aburrida que, por aquello de proteger al mundo occidental, ha decidido reunirse alrededor de una tabla rectangular para contar sus hazañas y verse a distancia holográmica. Hay muchos aspirantes para vestir ese traje y solo uno será el elegido. A no ser que la tecnología, ese gran monstruo insaciable que nos devora todos los días con nuestra dependencia exagerada de los móviles, de los ordenadores y de las tabletas digitales, se encargue de coartar los deseos. Lo normal en el mundo moderno.
No hace falta tener condiciones especiales para convertirse en un agente con traje de raya diplomática. Hay que tener el espíritu de James Bond, un deje conquistador, como de alguien que no quiere la cosa, la presión debe ser una novia y no un molesto inconveniente y, tal vez, haya que prescindir del corazón para centrarse solo en una misión que, con frecuencia, es imposible. Tonterías. Cualquiera puede ser un agente. Cualquiera puede llegar a ser un asesino perfecto.

Trepidante y divertida, violenta y absorbente, ligeramente paródica, largamente crítica con un mundo que ha evolucionado hacia un futuro bastante irritante como el que vivimos ahora mismo, Matthew Vaughn ha conseguido una película de cierta gracia, irreprochable rítmicamente y levemente ácida. Para ello cuenta con una baza segura como es la elegancia personificada en Colin Firth. Tanto es así que cuando el actor no está en escena, la película agoniza pero se mantiene como espectáculo de acción. Sorprendente la aparición de Mark Hamill, inútil la presencia de Michael Caine, aunque, a buen seguro, hubiese sido el protagonista de haberse rodado en los sesenta, decepcionante la cancha que se da a un actor permanentemente desaprovechado como Mark Strong, graciosa y atípica la creación de Samuel L. Jackson, agradables las referencias a El resplandor, de Kubrick y a Kill Bill, de Tarantino y, sobre todo, acertada la visión que se da de los líderes mundiales, más interesados en ganar elecciones que en servir al bien común, aunque para ello tengan que aliarse con el mismo diablo vestido de rapero. Es lo que tiene el atisbo de poder, que corrompe a quien se atreve a acariciarlo con un invento que daría la vuelta al mundo entero para destruir a la mayor parte de una población más atenta a lo que pasa en sus dispositivos móviles que a lo que está pasando a su alrededor. Al fin y al cabo, cada uno tiene el villano que se merece porque volver la vista hacia la pantallita portátil acaba siendo un vicio que solo consigue ignorar las verdaderas necesidades de un mundo que lo que necesita, sencillamente, es un poco más de cariño. Y esa es la acción más trepidante.

8 comentarios:

Miguel A. dijo...

Fui ayer a verla y debo decir que me encantó. Coincido plenamente con usted, e incluso en lo de Mark Strong que sin ser protagonista me deparó muy buenos momentos. Es cierto que ya deben darle un papel a la altura de su talento. Nada, que uno va al cine para eso, para gozar.

César Bardés dijo...

Es que es una pelicula que lo que pretende es solo eso: entretener. Y lo consigue con creces. Lo de Mark Strong es que no acabo de entenderlo. Brilla él solo en películas como "El topo" o en "La noche más oscura" o, incluso, como ese parapsicólogo lleno de temores de "Mindscape", la película de producción española de Jorge Dorado pero luego cogen y le dan cositas que no hacen sino condenarle al ostracismo del secundario cuando tiene categoría más que suficiente como para ser un protagonista de mucha altura, un primera clase. A ver si alguien me hace caso...jejeje.
Encantado de verte por aquí, Miguel Ángel, ésta es tu casa.
Un abrazo enorme.

CARPET_WALLY dijo...

Pues yo no fui a verla porque me puede la pereza más absoluta y porque ando agotadisimo ultimamente, seraá cosa de que trabajo y todo.

Mi hija fue a verla invitada al preestreno hace un par de semanas. Vino encantada. también es verdad que la cosa del preestreno añadía unas foticos y unas firmas de una yutuber de la que mi hija es fan (una tal Yellow Melow de la que me reservo la opinión para no entrar en discusiones familiares). En fin, todo gracias a las Pringles que cuando haces pop ya no hay stop, pero que le depararon a mi niña unas buenas horas de diversión y emociones.

Porque eso es de lo que hablaba cuando contaba cosas de la peli. De emoción, entretenimiento y diversión, que no son poca cosa. En un principio, por el trailer, temí una gracia juvenil, una parodia Bondiana más cercana a los 16 que a un público un poco más maduro. Mi hija trató de explicarme que no, que efectivamente había mucha broma con los tópicos del género (ella no hablaba así, pero os traduzco sus "y eso"), pero que no era una peli de coña, que estaba bien contada y que era muy entretenida y a veces imperaba la mala leche.
Eso disipó mis prejuicios y me animó a verla aun cuando finalmente se impuso el agotamiento y no cumplí. Tal vez esta semana me termine de animar a la vista de tu artículo.

Entiendo que queda lejos de "Flint, agente secreto", al menos en intenciones. que por ahí heleido algo de que ambas son una parodia del género superagente.

Abrazos de gentleman

César Bardés dijo...

A ver,puntualicemos. Sí hay puntos paródicos,sí que la sombra de Bond está presente,sí que hay puntos de comedia de cierta clase,lo que pasa es que todo está mezclado con cierta intelogencia y con un puntito autoconsciente de no creérselo demasiado lo cualle otorga aún más valor. Tiene mala leche,tiene algo de clase,para mi gusto y para el público hacia el qie va dirigida se excede un poco en la violencia pero el objetivo del entretenimiento con ella está más que cumplido. Ahora lo que queda por ver es si son capaces de hacer una segunda parte tal y como queda la historia,porque huele a franquicia.
Abrazos con Príncipe de Gales.

Miguel A. dijo...

Segunda parte con Mark Strong de protagonista... Mañana en mi blog, mi aportación al debate...

César Bardés dijo...

Estaría muy bien,desde luego,pero perderá en algunos aspectos. Allí,en tu blog,te prestaré mis ojos para combatir juntos en la sastrería.

jose miguel dijo...

Un saludo Srs.Me animo vuestros comentarios, y sobretodo la presencia de Colin firth que es un gran actor.A ver si hoy la puedo ver.

César Bardés dijo...

Hola, jefe: Bienvenido a estas páginas llenas de libertad, de comentar o no comentar, de hacer o no hacer, siempre y cuando a uno le apetezca, quiera o tenga tiempo y sin compromiso alguno. Esta también es tu casa.
En lo que dices, ya nos contarás qué te ha parecido aunque una cosa sí que te puedo asegurar: Colin Firth no solo es un gran actor, sino que tiene tanta clase que llega a deprimir.
Abrazos elegantes.