martes, 17 de marzo de 2015

MELANCOLÍA (2011), de Lars Von Trier

Superados parcialmente los problemas de Internet, vuelvo a recomendaros los últimos debates que hemos sostenido en el programa "La gran evasión" con películas tan interesantes como "Ocho y medio", de Federico Fellini (un debate de mucha altura), o "El último tren de Gun Hill" , de John Sturges (más correoso pero igualmente interesante), o "Reservoir dogs", de Quentin Tarantino (descubriendo cosas nuevas y realmente geniales) o el que sostuvimos la última semana en un maravilloso canto a la belleza, a la paz y a la naturaleza del hombre en "La gran ilusión", de Jean Renoir. Espero que os gusten.

El tiempo parece detenerse y todo parece inusualmente hermoso en las últimas horas de la cordura. El caballo se niega a cabalgar, el limbo se manifiesta en el paraíso, la novia corre sin rumbo por un campo de golf intentando encontrar algún sentido a todo lo que pasa cuando va a dejar de pasar todo. El acto social sometido a rituales que pronto será polvo y nada. La verdad escondida en algún lugar de la última oportunidad. Melancolía se acerca para acabar con la razón, con el orden establecido, con la complicación diaria del ser humano que se ha llenado de inutilidades en una vida que, en el fondo, tampoco le gusta demasiado. Y lo peor es que esa melancolía se hace presa en alguien que todo lo presiente y que opina que morir, al fin y al cabo, no es tan malo.
La Naturaleza tiene esas cosas de mostrarnos la belleza más increíble antes de azotarnos con su furia desatada. Los continentes volarán en pedazos y todo rastro de vida será aniquilado. El hombre, quizá, no merezca estar en el paraíso que le fue regalado. Solo será un momento, un latigazo corto, una desintegración plena, como la que ocurre en el cerebro cuando se niega a trabajar, a disfrutar, a elevar las pesadas pestañas y mirar hacia el cielo ocupado. La insania de la depresión parece que cae como una losa que arrasa con cuerpos y ánimos, con morales y pecados, con turbaciones y alegrías. No hay nada más allá de la comprensión. Solo la condena a vagar en un espacio vacío, sórdido, silencioso e inútil. Y nada puede hacer que deje de ocurrir. Es la mente. Es el cuerpo. Es el mundo. Es el todo.

Lars Von Trier intenta atacar directamente al corazón con imágenes de una belleza desoladora, donde la vida cobra sentido para luego encerrarnos en la fealdad del desasosiego. Y lo hace sin conmiseración, sin piedad, directamente, como suele hacerlo. En el fondo, él es la melancolía que siempre se arrastra por sus historias, el aire de decepción que, en ocasiones, encuentra la salida de la catarsis o, simplemente, la formalidad de lo impasible. Todo ocurre porque tiene que ocurrir y lo demás son adornos, obstáculos, prejuicios, banalidades, ambiciones, pasiones humanas que son perfectamente prescindibles y que, sin embargo, nos empeñamos en conservar como si eso nos fuera a salvar de la locura y de la destrucción que, premeditadamente, ponemos en juego todos los días. Y no hay demasiados remedios. Solo la espera. Y el ánimo con el que se afronta. Más que nada porque el miedo siempre estará ahí, cogiéndonos de la mano y llevándonos a la lágrima, a la rabia del término, a la insensatez de la nada a la que nos hemos condenado con vehemencia.

5 comentarios:

dexterzgz dijo...

Yo no sé si me estoy haciendo ya muy mayor o qué, pero este desasosiego del que hablas y que en otros tiempos hasta me pudo parecer estimulante ya no lo compro. Y recuerdo la sensación que experimenté al salir de ver esta película que fue la de decir y esto para qué. La cosa va en aumento - hace poco salí de ver "Magical Girl" totalmente cabreadísimo un poco por la misma razón. Por poner algo de cine, es todo de una crueldad tan intolerable y tan gratuita que ya no me vale. Y aquí encima es todo tan deprimente y tan oscuro, combinando imágenes vistosas con una iluminación muy cutre, con un retrato de familia irritante y una Kristen Dunst que no hace más que pasearse todo el rato de aquí para allá con cara de boba...

Vaya, que me gustó más bien poquico.

¿Acertaste por cierto lo del bote de alubias? Yo me quedé lejísimos.

Abrazos apocalípticos

César Bardés dijo...

Según nos vamos haciendo mayores es cierto que toleramos menos ciertas cosas. Yo acepto sin problemas el desasosiego que provoca Kubrick, por ejemplo (ya sabéis de que tengo una cierta predilección por él), pero es que Von Trier solo me provoca esa misma clase de desasosiego en "Europa". Tal vez porque me creo más esa historia por muy revestida que esté de belleza visual y de trucos de imagen. Esta película no me parece mala...tampoco me parece la leche. Dices de la iluminación cutre (supongo que te refieres a la segunda parte de la película cuando están en la casa y la boda ya ha pasado). Puede ser, no te digo que no. Creo que la metáfora (la melancolía acercándose, una quiere morir y la otra tiene miedo ) no está mal pero tiene cosas que me dejan, más que indiferente, un poco frío (que puede parecer lo mismo pero no lo es) en el sentido de inapetente...no me apetece indagar en lo que me está proponiendo Von Trier, no es algo que me merezca unos minutos de mi tiempo porque creo que él sabe tocar otras cosas mucho más potentes cinematográficamente (la depresión es un problema muy serio y no quiero decir que no sea potente o que no sea, ni mucho menos, importante).
Lo increíble es que escribió esta película para que la interpretara Penélope Cruz....¿te lo puedes imaginar? Ya no es que fuera mala no...es que sería mucho peor porque esta chica se hubiera paseado con una languidez francamente irritante.
Yo lo del bote de alubias dije que 700, me acerqué bastante pero me parece otra gilipollez que eso sirva para referenciar lo que ella presiente.
Abrazos con canicas.

Raúl Gallego dijo...

Elio también opina que la peli es un rollo macabeo. A mí si me gustó mucho, la iluminación me parece correcta, tanto en la boda como en los primeros planos de la peli, que son antológicos, como en la segunda parte. Quizá Von Trier sea cargante y excesivo en muchas de sus pelis, Bailar en la oscuridad riza el rizo y Bjork no es santa de mi devoción, Los Idiotas, un experimento absurdo , y Nymphomaniac no la terminé porque me parece obvia y no me interesaba lo que me contaba. Sin embargo esta Melancolía llena de referencias visuales tan bellas, y su ataque a las convenciones en la primera parte , esa noche de boda donde la novia Kirsten Dunst se cepilla a su compañero de trabajo y insulta a su jefe el Stellan Skarsgård (vaya nombrecitos gastan los daneses) me llegó de verdad y no me aburrí. Aparte de la escena final que me parece apoteósica. Salud César.

Raúl Gallego dijo...

anda, el Skasgard ese como se llame es sueco no danés

César Bardés dijo...

Es que lo de Nymphomaniac es tremendo, aparte de que hay que tener un estómago curioso para tragarse dos películas seguidas que están solo y exclusivamente en función de un final que no te voy a desvelar, claro. Ese es el Von Trier más gratuito, más...inútil por así decirlo. Ni siquiera como película erótica acaba de funcionar.
En cuanto a "Melancolía" pues vale, creo que no hay que quedarse solo en las formas de la película sino en lo que realmente le interesa a Von Trier. Ya dije en el debate que a mí parece que es una película "buena" a secas. En lo que yo no estaba de acuerdo de ninguna manera era en que "Europa" fuera una película tan leve como daba a entender Elio. Precisamente ahí es donde creo que Von Trier es más incisivo, más directo, más claro y más terrible.
La iluminación de la boda es correcta, con esos colores cálidos. Yo creo que Dex se refiere a esa mañana del apocalipsis que es tan hermosa que Claire se pone a tomar el sol tan tranquila y relajadamente y luego, de repente, pasamos a un gris realmente apocalíptico sin transición alguna. Yo creo que por ahí van los tiros.
En cualquier caso, Von Trier no deja a nadie indiferente, desde luego. Y es difícil lo que ha intentado con esta película. También es verdad que a algunos llega y a otros no (y muy lícito además que sea así).
Salud Raúl.