jueves, 7 de enero de 2016

STEVE JOBS (2015), de Danny Boyle

“No es un código binario, Steve. Se puede tener talento y ser decente”
De un tiempo a esta parte, hay un intento continuado de elevar a los altares a esa pléyade de inventores tecnológicos que han sido conocidos como los “Piratas de Silicon Valley”. Tal vez porque la Humanidad está necesitada de mitos modernos y cree que, por el hecho de ser renovadores del modo de vida, de haber hallado los más modernos métodos de información y de relación tienen que estar a la altura de Wolfgang Amadeus Mozart, de Bob Dylan, de Miguel Ángel Buonarroti, de Stanley Kubrick o de John Lennon. Como si el avance cibernético hubiera sido arte cuando, en realidad, era solo negocio. Un negocio que necesitaba algo de talento pero negocio, al fin y al cabo.
Todo porque el fin último era amasar dinero, ese poderoso caballero que ha llevado a la mayoría de la gente a pensar que, quien lo tiene, o lo roba o lo posee porque es un genio. Y no hay nada más alejado de la realidad. Muchísimos genios murieron pobres (que se lo pregunten a Vincent Van Gogh o a Franz Schubert) y muchísimos multimillonarios no tuvieron más que el ojo suficiente como para estar en el lugar preciso y en el momento adecuado dando con el quid de una cuestión que, de pura simpleza, llega a ser una necedad. Y en este último caso no había mucha decencia. Solo oportunidad.
Así llegamos a la figura de Steve Jobs, un hombre que creía que era decente tan solo porque tenía talento. Y no solo eso. Sino que creía que el talento era la justificación necesaria y suficiente como para llevar la razón en todos los órdenes de la vida cuando en realidad era alguien que carecía de empatía con los que estaban a su alrededor, creía firmemente que ninguno valía más que él y que, además, no sabían ver el inmenso talento que le llevaba, no solo a ser una de las figuras más importantes del mundo cibernético, sino a tomar todo tipo de decisiones bastante discutibles en su vida privada. Decía las cosas sin acritud, con el peso que le daba haber descubierto esto o aquello, haber cogido el invento de otro y mejorarlo, haber entendido la necesidad imperiosa de una sociedad que estaba al final de una época de solución manual. El director Danny Boyle estructura la película a través de tres presentaciones de otros tantos productos y de todo el universo que se mueve en su órbita de genio discutido y discutible haciendo de él un ser humano que quizá tuviera algo de genio pero, desde luego, muy poco de decencia auténtica, que brotara de su interior con naturalidad, de forma innata, sin que nadie se lo dijera.

Maravillosos son los trabajos de Michael Fassbender y de Kate Winslet y hay que mencionar el soporte que brindan Michael Stuhlbarg y Seth Rogen pero la película se pierde en conversaciones interminables que pretenden describir el mosaico de la personalidad de Steve Jobs de forma algo repetitiva y tediosa. Hay momentos de cierta brillantez como la discusión entre Fassbender y Jeff Daniels y algún que otro diálogo de cierta profundidad pero a la cinta le falta alma, la misma que le faltaba al propio Jobs y eso hace que todo sea algo de fácil olvido, con el mero recuerdo de la difusa y confusa personalidad de un hombre que se adelantó a los deseos de la multitud…tal vez porque era parte de ella. Solo uno más. Alguien que quiso ser como realmente fue.

4 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Pues no fui a verla, esta tampoco, peo leí por ahí que el guión de Sorkin en otras manos hubiese sido mucho mejor, que Foncher logró ahcer algo de mucho más nivel en "La red social" (y que conste que tampoco me parece una película demasiado notable) pero que Boyle ha querido hacer una película de Boyle y se ha perdido en vericuetos poco estimables y que ha roto un ritmo que el film necesitaba como el comer.

Porque en el fondo estas historias de triunfadores sociales-económicos a lo que se quiere dotar de vida propia, personal e intransferible, darles la humanidad que el ícono no tiene o no es real, con las luces y las sombras que todo ser humano llevamos aparejadas por mucho que seamos talentosos, bondadosos o heróicos, tienen el problema de que deben atrapar al espectador en lo que la vida cotidiana dice del personaje y cuando estamos ante un idolo (maldito o no) las obras parecen más grandes y las vidas más pequeñas. Es muy dificil conjugar eso, no creo que Fincher lo consiguiera con Zuckerberg, pero aun así me parece mucho más fiable que este Boyle tan acostumbrado a sus malabares. Eso si, aquí el reparto es mucho más interesante que allí y eso sin duda hará que se eleve más de una vez la calidad de la película.

Aun así...y salvo que me la recomiendes muy encarecidamente...para la tele y gracias.

Abrazos en powerpoint

César Bardés dijo...

Para serte franco, tengo que decir que la estructura del guión me parece que está muy bien. Son tres momentos de la vida de Jobs, tres antesalas de tres presentaciones de tres productos suyos. Concretamente el Mac, el Next y el iMac. Las presentaciones no se ven, se ve lo que ocurre justo antes y eso me parece que tiene un nivel interesante. La película es un chorreo de diálogos, muy sobria para lo que suele ser Boyle, lo cual no deja de dotarle de un plus. Quizá el problema sea mío porque no me parece que Zuckerberg, Jobs, Gates y los Piratas de Silicon Valley sean los hombres más fascinantes del mundo. Es más, creo que todos tienen unos defectos muy gordos, les costaba empatizar con la gente, estaban muy cerca del síndrome de Asperger y no tenían ninguna conciencia del bien o del mal. La película de Fincher no me gustó nada, entre otras cosas porque trata, de alguna manera, de enaltecer el mito de Zuckerberg en muchos de sus pasajes cuando en realidad fue un copiador brillante. En cuanto a esta de Jobs (mucho, mucho mejor que la de Ashton Kutcher) sencillamente que se dedica a mostrar ese dilema que intento exponer en el artículo. El talento no lo justifica todo. Porque se tenga talento en una cosa no quiere decir que se tenga talento en todo. Porque hayas sido un genio en la invención de algo, ni mucho menos quiere decir que tengas razón en tus decisiones privadas. Jobs era incapaz de separar una cosa de otra. Por eso, Wozniak, que quizá fuera el verdadero genio, le dice la frase con la que abro el artículo.
Las interpretaciones son muy notables. Tanto la de Fassbender, como la de Winslet (aunque ella se diluye en el último tercio), como la de Rogen en el papel de Wozniak (un tipo que me irrita por lo general) como la de Daniels (un actor que también por lo general me parece aburrido y blandito) como la de Stuhlbarg (merece una nominación al secundario porque es el más hombre de todos y el más mindundi de todos ellos).
No, no te la recomiendo encarecidamente. La película podría funcionar perfectamente como obra de teatro. Tiene diálogos superfluos para aburrir y tiene muchos peros sin llegar a ser mala. Para televisión y tendrá que ser un día en el que estés dispuesto a escuchar más que a ver.
Abrazos Next.

dexterzgz dijo...

Bien, yo no la tengo como prioridad, aunque ver a Fassbender y a la Winslet bien puede valer hora y media de diálogos prolijos y tediosos. Tampoco me fío de que Boyle haya hecho un películón de la leche por mucho Sorkin que ande detrás. A mí me gusta un poco más que a vosotros "La red social" - sin parecerme la caraba ni mucho menos- por esa puesta en escena de juicio sumarísimo a una época que se caracteriza por la impostura, y porque no creo ni mucho menos que se enaltezca la figura de Zuckelberg (no hay más que ver el último plano).

Pero en fin, creo que para ver a Fassbender, me inclinaré finalmente por "Macbeth" (en VOSE por supuesto, el trailer doblado a punto ha estado de quitarme las ganas). Y ahora voy y digo una tontada de las mías y CB me echa la bronca y digo que a mi el poderío de este hombre por lo que le tengo visto hasta ahora me abruma, y lo mismo estamos ante un nuevo Brando. En cualquier caso, lo de los Oscars este año apunta a un duelo en la cumbre entre Michael y Leito, y sí, sí, dicen que este año por fin el gato al agua se lo lleva el segundo.

Abrazos renacidos.

César Bardés dijo...

Boyle no ha hecho un peliculón, ni mucho menos. Lo que sí es que ha hecho una película muy poco "boyle". Fassbender está muy bien (tampoco es una cosa como para decir que es la interpretación de su vida) aunque sí estoy de acuerdo en que apunto a grandísimo actor y a uno de los mejores de su generación. Lo de Winslet está muy bien pero como que el propio Boyle pierde interés en el personaje según avanza la historia y al final ya te digo que como que desaparece un poco.
En cuanto a "La red social"...voy a matizar un poco. Yo creo que la intención de Fincher con esa película no es enaltecer, estás en lo cierto. Pero sí que hay una cierta mirada de comprensión hacia lo que hace. La sombra de Milos Forman es muy alargada y tanto en aquella como en ésta hay una especie de "figura reprochable que es un genio pero que tiene muchas faltas en su vida privada". Sencillamente porque sí hay una tendencia, sobre todo en ciertas esferas de ámbito tecnológico, en creer que esta gente era la leche en verso y que Miguel Ángel (¿quién es ese?) no tiene nada que hacer al lado de estos renacentistas.
En cuanto a "Macbeth"...cuidado, amigo. Factura visual impecable...pero fría, fría, fría. Sales muy frío del cine preguntándote si has visto algo extraordinario o algo que, en el fondo, no tiene mucha enjundia. Si además has visto la versión Welles...se te olvidará en un par de horas. Eso sí, "Macbeth" hay que verlo en versión original.
Ya digo yo que Fassbender es un actor maravilloso, como también lo es Leito. No veo tanto duelo en la cumbre entre los dos porque me da que lo físico del papel de Leito va a ser muy difícil de alcanzar y el papel de Fassbender en esta está muy bien pero tampoco es como para premiarlo. De todas formas, espadas en alto. Si Leito se tira por un papel muy físico y todo se reduce a una forma de supervivencia y sufre mucho y demás pero habla poco y dice poco, cuidado también que Leito se nos va de vacío por sexta vez. Recordad la sombra de Paul Newman.
De todas formas, mucho ojo, porque van a entrar un buen puñado de películas que no han podido entrar en los Globos y puede haber más de una sorpresa o dos.
Abrazos ambiciosos.