Hay
ocasiones en las que a uno le gustaría escribir un artículo elogioso ensalzando
una muestra del cine patrio. Entre otras cosas porque estoy convencido de que
sabemos hacer buen cine, con sentido y ganas y más si se mueve en las aguas de
las historias de género. Y, aunque no lo parezca, llega a ser doloroso tener
que escribir que, en algunas de esas ocasiones, somos presa del pecado de la
chapuza, de la precipitación, del delirio e, incluso, del abuso continuado de
psicotrópicos de naturaleza desconocida.
Y esta es una de esas ocasiones
porque, partiendo de una premisa que, en principio, podría ser atractiva
asistimos a una serie de situaciones que delatan la falta de trabajo en la
historia. Y lo que es aún peor: tratando de hacer pasar todo el asunto por algo
absolutamente brillante, lleno de justicia poética, de crítica social incisiva
y necesaria y como una película de acción vibrante e inmaculada. Nada de eso se
halla en la película. Hay situaciones que, sencillamente, no te las crees… ¿o
es que usted se toma una docena de brillantes como si fuesen píldoras sin ayuda
de agua y aquí no ha pasado nada? Oh, sí, la corrupción de nuestra clase
política es abrumadora y se merecen una lección de aquí te espero…sobre todo
porque todos son tontos de solemnidad. Y ése es un error muy común. Los malos,
normalmente, de tontos no tienen nada y para ello está el personaje más
fascinante de esta historia que es el de Raúl Arévalo…pero resulta que su
incidencia en todo el enredo es nimia. Al igual que el incomprensible personaje
de José Coronado…por cierto…qué fácil y qué maniqueista es poner a la Guardia
Civil como matones del Gobierno. Las referencias a Tarde de perros, de Sidney Lumet y a Plan oculto, de Spike Lee son evidentes pero se hallan a tanta
distancia de ellas que, sinceramente, la película se hunde contracorriente sin
remedio, intentando luchar débilmente contra el raciocinio normal.
No queda ahí la vaina, sino
que, además, es posible que en Valencia haya un túnel abandonado del Metro con
un boquete en la superficie de aquí te espero para que, cuando haya una gota
fría sobre la ciudad, se inunde hasta las trancas. Cuando se tiene la evidencia
de que los ladrones no tienen nada, la trama se precipita de los abismos de la
lógica hacia el surrealismo puro. El ladrón que se pone a ligar con una de las
rehenes es de traca y mascletá. El punto de partida en el que se explica cómo
se gesta el golpe es tan delirante que se llega a pensar seriamente en hacerse
ladrón. Hay personajes que están tan mal trazados que llegan a ser caricaturas
con peso. La conclusión es de risa floja, con un plano general que enlaza con
la soberbia del director Daniel Calparsoro, convencido de que nos ha servido
una película impecable cuando, en realidad, ha caído en el pecado de la chapuza
de buena factura e indecente desarrollo. Y no sigo porque me va a salir una
úlcera.
Por supuesto, luego vendrán los
críticos que la ensalzarán hasta la náusea por el mero hecho de ser española e,
incluso, algún espectador, como el que estaba a mi derecha, saldrá con el
rostro angelical de haber visto algo impresionante y definitivo cuando lo único
que merece la película cuando salen los títulos de crédito es un largo y
determinante suspiro de alivio.
11 comentarios:
Jejeje, menos mal que me esperé a ver si colaba antes de verla. Y veo que más que colar, ha calado pero como el agua fina que te empapa sin que te des cuenta y llegas a casa chorreando. Curioso, pero la votación de los espectadores de CINESA que es donde habitualmente voy al cine, le ponían un 5 muy justito (se ve que no todos son zoquetes) y eso también contributó a mi ánimo (desánimo) para ir a verla. Nada, otra para la tele y me echo unas risas recordando tu artículo.
Abrazos divertidos
Lo increíble es que al anunciar este artículo en twitter, me han dado un "like" y el autor del mismo era...¡¡¡Daniel Calparsoro!!! Me he quedado pasmado.
Algo de esperanza hay si le ponían un cinco muy justito aunque para mí no ha pasado del tres, claro que yo soy el que soy y ellos son los que son.
Te aconsejo que ni siquiera en la tela. De verdad, qué decepción, qué desastre.
Abrazos agradecidos.
Siento comunicarte César que Calparsoro no tiene twitter, así que no habrá sido él...
¿Y tú cómo lo sabes, querido anónimo?
Calparsoro tenia twitter en la época que estreno combustión, lo cerro y ahora solo dispone de Instagram... la cuenta @danielcalparsoro2 es falsa... aunque ponga cosas relacionas con Cien años de perdón, solo con ver un poco sus seguidores y quien sigue, se ve un poquito mas claro que no es el...
Te veo muy puesto y muy seguidor de Calparsoro. Yo es que, por costumbre, no entro en twitters ajenos y no cotilleo quién sigue, quién no sigue y cuántos seguidores tiene. Honesto que es uno con la privacidad ajena. Aunque eso signifique que alguien, quien sea, ocupe el puesto de Calparsoro y le dé un "like" a un articulito de mierda de un critiquillo de provincias.
César el comentario no era a malas, sino solo comentar que no era el director, sin ningún tipo de intento de ofender ni nada parecido, tu opinión y critica es 100% respetable, faltaba más. Seguía en su día a Calparsoro en twitter y al ver tu comentario simplemente conteste, espero seguir leyendo tus "articulitos".
Saludos.
Comprende que, en cualquier caso, la aparición de un anónimo hablando sobre los falsos y verdaderos Calparsoros no deja de ser algo bastante extraño. Gracias por tu aclaración, en cualquier caso, y disculpa si he asomado las uñas. Ya sabes que en el ciberespacio abundan los que, gratuitamente, se meten donde no les llaman o de mala manera.
Un saludo.
Tranquilo, es entendible que sonase raro y mas siendo anónimo...
Saludos y lo dicho... seguiré leyendo tus artículos...
No sé hasta què punto, pero parece que van a denunciar plagio debido a que parece una copia de una antigua pelìcula venezolana. De ella escribí algo hace algunos años. te copip el link
http://tigrero-literario.blogspot.com/2012/03/cien-anos-de-perdon-joya-del-cine.html
Perdona la tardanza en contestar, Alí, pero la Semana Santa se ha interpuesto y luego ha habido más acontecimientos que han hecho difícil la misma respuesta. Pues eso, si encima resulta que un venezolano ha hecho algo parecido, más delito tiene lo de Calparsoro. Yo lo único que espero es que, si hay algún antecedente, esté realizado con sentido y respeto.
Un saludo.
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