Vaya por delante que, para mí, el único Bond, James Bond, tiene los rasgos y maneras de Connery, Sean Connery y que los demás han sido remedos, más o menos afortunados de prolongar una serie que puede ser, en ocasiones, la gallina de los huevos de oro y, en otras, la defenestración definitiva del actor encargado de dar vida a tan mítico personaje.
Bueno, y perdonen, que me voy por los cerros del Planalto. El caso es que seguimos asistiendo a esa transformación del más famoso agente secreto del mundo con su gusto por la oscuridad, por la venganza impía, por el asesinato gratuito, por la carencia total de sentimientos (curiosamente Connery abandonó el papel precisamente por estas mismas razones que, ahora, se convierten en el principal activo de la saga). Daniel Craig, por su parte, no lo hace nada mal. Es duro, más duro, tan duro que llega a parecer un hombre de roca que, a través de la venganza, busca una dosis de consuelo (traducción libre del título original) para su corazón herido que venía maltrecho desde Casino Royale culminando su venganza en medio de la aridez de un desierto tan hostil como unas cuantas bombas ¿Cuál es la diferencia? Pues estriba en que el director de aquélla, Martin Campbell, es un reconocido especialista en el cine de acción y el de ésta, Marc Forster, sabe dirigir las escenas trepidantes con la misma destreza con que lo haría un realizador hasta el píloro de Martini con Vodka, y más que nunca, agitado, no removido.
El asunto es que Forster (que se había especializado en películas de corte intimista con resultados notables con títulos como Monster´s ball y Descubriendo Nunca Jamás) sabe muy bien dónde colocar la cámara en todas y cada una de las escenas explicativas pero en cuanto se les escapa una bala o un puñetazo, madre mía, quizá le pondría a ver, no sé, cien o doscientas veces una película como French connection, de William Friedkin para que vea cómo, con un montaje que no da respiro, se puede hacer algo que los espectadores asimilen sin ningún problema (aún me estoy preguntando qué ocurre con la barca a la que Bond le pone un gancho y por qué salta, o la espectacular secuencia de la viga y los andamios…debe ser muy espectacular sí porque soy incapaz de encajar en orden secuencial las imágenes, torpe que es uno). Para que se hagan una idea es como si yo escribiera algo así:
La sonora apreciable acompaña Bond pasos camino consolar corazón. Durante destacar hábil Judi Dench empeña dirigir Bond sendero chico. Cierto, M desacertada nunca toda serie, pata continuamente respalda espía hace consuelo alma agente perdió tiempo ha.
Si se fijan ustedes, algo de sentido tiene…pero mi montaje es para dejarme abandonado en medio del desierto con una botella de aceite de motor como único refresco ¿no? Pues eso. No se dejen engañar. Éste tipo mientras se habla, dirige, mientras se lucha, se estrella. Hasta se atreve a montar una acción paralela en alguno de sus guirigays y llega ser ridículo y francamente ingenuo. Eso sí, sobresaliente sin reparos a la intrigante y muy bien dirigida escena de la ópera y en el precioso homenaje a la que, tal vez, sea la mejor película de la serie: Goldfinger, de Guy Hamilton.
Por otro lado, pillines, la Kurylenko. Sí, muy guapa, palmito a mogollón, pero esa chica debió de recibir clases de interpretación en la Escuela del Mar Negro, método Zhirinovski, porque actuar es un verbo totalmente desconocido para ella. Incluso en la única escena en la que la chica tiene que mostrarse pelín atormentada, el plano es cogido para que sea vea solamente un ojo, signo inequívoco de que el señor Forster se interesó más bien poco por las reacciones emocionales (que sólo existen en el rostro de piedra agrietado por el dolor de Daniel Craig) y se dejó seducir por el poderoso caballero don Talón Con Muchos Ceros.
De todas formas, no nos engañemos. Una película de Bond sigue siendo una película de Bond. Es entretenida. Nadie sale del cine engañado. Los títulos de crédito siguen siendo muy atractivos (en esta ocasión han errado con la canción Another way to die), el tipo en cuestión va de arriba abajo, hay personajes que sobran, el malo malísimo debería recibir también unas cuantas lecciones para no actuar siempre como si estuviera colgado hasta las cachas…pero se pasa un buen rato, como siempre, y es más, yo, ahora mismo, no tenga ninguna duda en irme hasta el espejo e intentar decir con cara de granito…”Mi nombre es Bardés….César Bardés….”
El asunto es que Forster (que se había especializado en películas de corte intimista con resultados notables con títulos como Monster´s ball y Descubriendo Nunca Jamás) sabe muy bien dónde colocar la cámara en todas y cada una de las escenas explicativas pero en cuanto se les escapa una bala o un puñetazo, madre mía, quizá le pondría a ver, no sé, cien o doscientas veces una película como French connection, de William Friedkin para que vea cómo, con un montaje que no da respiro, se puede hacer algo que los espectadores asimilen sin ningún problema (aún me estoy preguntando qué ocurre con la barca a la que Bond le pone un gancho y por qué salta, o la espectacular secuencia de la viga y los andamios…debe ser muy espectacular sí porque soy incapaz de encajar en orden secuencial las imágenes, torpe que es uno). Para que se hagan una idea es como si yo escribiera algo así:
La sonora apreciable acompaña Bond pasos camino consolar corazón. Durante destacar hábil Judi Dench empeña dirigir Bond sendero chico. Cierto, M desacertada nunca toda serie, pata continuamente respalda espía hace consuelo alma agente perdió tiempo ha.
Si se fijan ustedes, algo de sentido tiene…pero mi montaje es para dejarme abandonado en medio del desierto con una botella de aceite de motor como único refresco ¿no? Pues eso. No se dejen engañar. Éste tipo mientras se habla, dirige, mientras se lucha, se estrella. Hasta se atreve a montar una acción paralela en alguno de sus guirigays y llega ser ridículo y francamente ingenuo. Eso sí, sobresaliente sin reparos a la intrigante y muy bien dirigida escena de la ópera y en el precioso homenaje a la que, tal vez, sea la mejor película de la serie: Goldfinger, de Guy Hamilton.
Por otro lado, pillines, la Kurylenko. Sí, muy guapa, palmito a mogollón, pero esa chica debió de recibir clases de interpretación en la Escuela del Mar Negro, método Zhirinovski, porque actuar es un verbo totalmente desconocido para ella. Incluso en la única escena en la que la chica tiene que mostrarse pelín atormentada, el plano es cogido para que sea vea solamente un ojo, signo inequívoco de que el señor Forster se interesó más bien poco por las reacciones emocionales (que sólo existen en el rostro de piedra agrietado por el dolor de Daniel Craig) y se dejó seducir por el poderoso caballero don Talón Con Muchos Ceros.
De todas formas, no nos engañemos. Una película de Bond sigue siendo una película de Bond. Es entretenida. Nadie sale del cine engañado. Los títulos de crédito siguen siendo muy atractivos (en esta ocasión han errado con la canción Another way to die), el tipo en cuestión va de arriba abajo, hay personajes que sobran, el malo malísimo debería recibir también unas cuantas lecciones para no actuar siempre como si estuviera colgado hasta las cachas…pero se pasa un buen rato, como siempre, y es más, yo, ahora mismo, no tenga ninguna duda en irme hasta el espejo e intentar decir con cara de granito…”Mi nombre es Bardés….César Bardés….”
6 comentarios:
Pues fíjate que a mi el Craig este no me pone nada. Me parece que con este chico lo que han querido los productores es darle un giro a la serie y aproximar al personaje al modelo literario de Fleming. A costa de traicionar, claro, al 007 cinematográfico seductor y canalla de toda la vida pero sin perder la esencia. Algo de esto ya había en Casino Royal con ingredientes agitados y mezclados del Bond del cine y el Bond de los libros. El resultado para mí no pudo ser más desolador. No sé si caeré esta vez...
Aunque yo esta semana pinché en hueso y me decanté por Appaloossa, el western de Harris y Viggo. Decepciona un poco. Y encima hay que soportar a la Zelweger más muñeca pepona que nunca. Aysss
A mí tampoco me pone nada, pero es tan duro que saca el personaje adelante. En cuanto a que se aproxima al personaje literario de Fleming no estoy de acuerdo. Este Bond que nos muestra Craig es un macarra cabreado porque le han jodido a la chica y físicamente y en actitudes, además no son palabras mías sino de los productores primigenios de la serie Albert Broccoli y Harry Saltzman, el que más se ha parecido al Bond descrito por Fleming ha sido Connery. Con "Casino Royale", tenían el gran problema de querer alejarse todo lo posible del pastiche ese que hicieron en los sesenta con David Niven haciendo de Bond, que ni tenía gracia ni nada. Con "Appaloosa" he oído de todo, e incluso en algún foro por ahí hay algunos sapientes sin fondo que llegan a decir que "El tren de las 3,10" es la resurrección del western y "Appaloosa" la continuación. La verdad, "El tren de las 3, 10" era mala de veras pero cada vez estoy más convencido de que soy un bicho raro. Será la edad, supongo.
Gracias por el apunte.
Tampoco a mi me atrae nada este nuevo Bond de corte "asesino sin escrúpulos", se supone que la ádaptación a los nuevos tiempos es mostrar a un tipo tremendamente violento (con motivos, claro está, que para algo es el bueno o se supone). En fin, que aquel espía romántico, irónico, elegante,cinico, inteligente y seductor se ha convertido en...¿En qué?...¿Qué le diferencia del Vin Diesel de XXX, o del Steven Seagal de Alerta Máxima, o de cualquier Van Damm?...¿La pajarita?...¿El presupuesto de la peli?...¿La marca?...Si Versace hiciera pantalones vaqueros costarían 1.500 euros pero sentarían igual de bien o mal que los Levis de 200.
Sean Connery creó un personaje, ese era el Bond de los huevos de oro (y no Bardem), en la misma linea, dotandole de más autoparodia, si acaso continuó Roger Moore (actor limitado pero que no me pareció un mal Bond) e incluso Brossnam podía dar el pego...Lo que hiceron en Casino Royale (independientemente de carademalaleche Craig) es crear otro personaje e incluso otra filosofia. Bond antes era un superheroe, un espía que luchaba contra un supervillano megalómano con ganas de dominar el mundo, el malo terminaba muriendo, en algunas ocasiones aun a pesar de los esfuerzos del bueno. Ahora no, ahora este nuevo Bond liquida a cuantos se ponen en su camino, su objertivo es aniquilar al oponente, sin concesiones, sin remordimientos, con frialdad. Tal vez hayan hecho un Bond más real, pero maldita la falta que nos hacía.
En cuanto a las chicas Bond aparte de Ursula, tengo debilidad por Halle Berry aunque su personaje me parece desaprovechado para una mujer de tan magnética capacidad ( mucho más empaque en Operación Swordfish por ejemplo) y por La espía que nos amó antes de casarse con Ringo Starr, Barbara Bach y de los últimos tiempos creo que esa mezcla entre Michelle Pfeiffer e Ingrid Bergman llamada Izabella Scorupco no está nada mal.
En cuanto al western que dice Dexter, habrá que verlo, en su momento vendieron Open Range como una revitalización del genero, luego fue prontamente olvidada y a mi me parece una película bastante estimable.
Saludos, Carpet.
Bueno, no he leido ninguno de los libros de Fleming. Pero había leido no sé donde que con Craig se había querido darle una nueva personalidad al personaje y supuse que sería a base de acercarlo al modelo literario. De todas formas me quedo con Connery of course.
Estoy básicamente de acuerdo contigo, Carpet. Está muy claro que lo que han hecho con el nuevo Bond es dotarle de una personalidad distinta para que encaje con el actor elegido (otro gallo cantaría si en lugar de Daniel Craig hubiera sido Clive Owen). Tal vez la diferencia con todos esos actores de profunda serie B vendida como A estriba en que le dotan de un cinismo y de un "me importa todo tres cojones" que, por lo menos a mí, me hace reír. Eso no quiere decir que esté de acuerdo con el giro que le dan a la serie. Bond no es ese Bond. Bond es Connery, un tipo cínico, descreído, que mata sin pensárselo dos veces, que conquista todo a su paso, que incluso tiene algunos ramalazos de piedad, que es listo como el hambre (lo que le diferencia de este Bond que es más bruto que un arao). Moore nunca me gustó y, es más, creo que vistas hoy en día sus películas de Bond se han quedado peligrosamente anticuadas, aunque he de reconocer que "Vive y deja morir" tenía su aquél. Brosnan estaba un poco en la línea de Connery y "Goldeneye" tengo que decir que me pareció incluso hasta buena, el resto me parecieron bastante débiles (sí, hijos míos, aquí el que escribe se ha visto las 22 películas de la serie), lo que le pasaba a Brosnan es que tenía muchos menos recursos que Connery, es un actor bastante limitado. No sé quién decía que el problema de Brosnan es que parece un dependiente del Corte Inglés. Y lo de Dalton fue un total despropósito (de Lazenby mejor no comentar, intentaron coger el tipo más parecido posible a Connery y pillaron a un tipo que no pasa de ser una mera anécdota...ah, por cierto, tanto que dicen por ahí que en "Casino Royale" está la novedad de Bond enamorándose...en la única película protagonizada por Lazenby "007 al servicio de su majestad", Bond se enamoraba de Diana Rigg...y se casaba...y los malos la mataban mientras Louis Armstrong cantaba "We have all the time in the world"...novedades...).
En cuanto a las chicas Bond, Ursula estaba fantástica y en la plenitud de su belleza. Bien por Berry aunque ya te digo que la película pienso que fue muy floja. Me gustó Barbara Bach en "La espía que me amó" (quizá la mejor de Moore) y también me hicieron gracia Britt Ekland, Maud Adams...y mención especial para la Honor Blackman de "Goldfinger" que me despertó un morbo de narices.
También estoy de acuerdo con que "Open range", tremendamente subvalorada, es un western excepcional pero, claro, sólo porque está hecha de Kevin Costner algunos críticos no hicieron más que ponerla a parir y, de verdad, me parece buenísima. Lo de "El tren de las 3,10", de chiste, vamos.
Gracias por tu comentario, Carpet, como siempre, atinado.
Dexter, de las novelas de Bond, sólo he leído dos en concreto: "007 contra el Doctor No" y "Goldfinger". De ahí salen algunos tópicos del personaje como el Martini con Vodka agitado, no removido y cosas así. Obviamente no había inventos, cosa que ahora respetan con el nuevo Bond y había más "posibilidad" en toda la trama por llamarlo de alguna forma. En eso sí se han acercado al original literario. En el personaje, tal y como está dibujado, no. Sigo diciendo que, aunque las películas de Bond que me han gustado de verdad las puedo contar con los deditos de una mano, la gente nunca renegará de este Bond "mal chico", seguirá saliendo satisfecha del cine.
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