A 23 pasos de Baker Street un hombre escucha en una grabación su propia voz. Es escritor pero no puede escribir y tiene un dictáfono para hacer constar la huella de su propia creación. La ceguera le privó de muchas cosas. Del placer de asomarse a una terraza en un día de tibio sol. De ver sobre el papel las palabras que iban surgiendo de su imaginación. Del corazón secuestrado por el amor de su vida. Del inmenso gozo de tener un contacto con la realidad trazada más allá de sus dominios. La creación de su obra no cubre las expectativas de su vida. Es una vida en negro, limitada por la oscuridad, apuñalada por una penumbra de la que no es capaz de salir.
De repente, una conversación indiscretamente escuchada y su mente de escritor comienza a trabajar bajo el compás del bastón que le sirve de guía. Una conspiración, un secreto, un asesinato y, a 23 pasos de Baker Street, sigue el camino de la lógica. La policía…No, no, apoyarse en una conversación oída a medias es una prueba tan débil que sólo arroja como resultado la evidencia de sus propias carencias. Y algo dentro de él se remueve y le grita desde las entrañas que tiene que demostrar que aún es un hombre, que no está loco, que la soledad y el aislamiento no han podido con él, que sigue sintiendo, que sigue viviendo.
Puede que en un mundo de luz, él se sienta extraño pero la oscuridad es su dominio e intenta llevar todas sus averiguaciones al territorio de las tinieblas y ella, la mujer de su vida, aparece de nuevo para hacerle ver…sí, hacerle ver que sigue enamorada de él aunque ya no pueda mirarla a los ojos y que la compasión, ese sentimiento que todos rechazamos en aras del orgullo, es algo que forma parte del amor.
En el argumento desarrollado del misterio sólo presentido poco importa quién es el culpable, lo que importa es cómo este hombre va consumiendo los 23 pasos que le separan de Baker Street mientras resuelve una conspiración para un secuestro, pone en orden una vida mutilada, recoge la dulce fruta que dejó tirada en un recodo del fracaso que significaba para él la ceguera y se gana la estima de quienes acuden tan sólo para herir su orgullo con balas de compasión.
Dirigida con mucho oficio por Henry Hathaway, “A 23 pasos de Baker Street” hace que descubramos a un Van Johnson brillante (un actor en ocasiones muy descolocado) apoyándose en un espléndido trabajo de Vera Miles (una actriz muy poco valorada a pesar de unos cuantos papeles que merecen unas buenas miradas de atención) y nos conducen con pasos decididos de ciego orientado hacia el corazón de una intriga bien sostenida y que bebe directamente de los peligrosos vasos de Conan Doyle y de un Hitchcock que tal vez hubiera derivado más hacia un estudio psicológico de un personaje perdido en sus infiernos privados con una intriga de paisaje de fondo. Qué grande es el cine. Dos directores poseedores de una mirada con el privilegio de crear y que enfocan de distinto modo la capacidad de sentir. Y todo vale.
Puede que en un mundo de luz, él se sienta extraño pero la oscuridad es su dominio e intenta llevar todas sus averiguaciones al territorio de las tinieblas y ella, la mujer de su vida, aparece de nuevo para hacerle ver…sí, hacerle ver que sigue enamorada de él aunque ya no pueda mirarla a los ojos y que la compasión, ese sentimiento que todos rechazamos en aras del orgullo, es algo que forma parte del amor.
En el argumento desarrollado del misterio sólo presentido poco importa quién es el culpable, lo que importa es cómo este hombre va consumiendo los 23 pasos que le separan de Baker Street mientras resuelve una conspiración para un secuestro, pone en orden una vida mutilada, recoge la dulce fruta que dejó tirada en un recodo del fracaso que significaba para él la ceguera y se gana la estima de quienes acuden tan sólo para herir su orgullo con balas de compasión.
Dirigida con mucho oficio por Henry Hathaway, “A 23 pasos de Baker Street” hace que descubramos a un Van Johnson brillante (un actor en ocasiones muy descolocado) apoyándose en un espléndido trabajo de Vera Miles (una actriz muy poco valorada a pesar de unos cuantos papeles que merecen unas buenas miradas de atención) y nos conducen con pasos decididos de ciego orientado hacia el corazón de una intriga bien sostenida y que bebe directamente de los peligrosos vasos de Conan Doyle y de un Hitchcock que tal vez hubiera derivado más hacia un estudio psicológico de un personaje perdido en sus infiernos privados con una intriga de paisaje de fondo. Qué grande es el cine. Dos directores poseedores de una mirada con el privilegio de crear y que enfocan de distinto modo la capacidad de sentir. Y todo vale.
14 comentarios:
Tenía esta película muy olvidada y la he ido recordando mientras te leía. Creo que Van Jhonson es un actor poco reconocido y a mí siempre me gustó mucho. Lo recuerdo sobre todo en "La última vez que vi Paris". Me encanta esa película y creo que tanto él como la Taylor estan de Oscar. Vera Miles ya me gusta menos, no digo que sea mala actriz, sólo que a mí no me llega mucho. Sé que para muchos lo que voy a decir suena casi a sacrilegio, pero en "El hombre que mató a Liberty Vallance" no me llegó a convencer. Es un papel precioso que a mi parecer a ella le venía muy grande.
Gema
Van Johnson tiene una película al lado de Deborah Kerr que se llama "Vivir un gran amor" que hace un trabajo más que estimable. También dominaba el baile y me parece muy apreciable en "Brigadoon" como compañero de fatigas de Gene Kelly. Y, sí, cierto, "La última vez que vi París" es una estupenda película (de mi admirado Richard Brooks) y, por cierto, basada en un libro de Francis Scott Fitzgerald al que se debe también el material de base del que parte la pendiente de estreno "El curioso caso de Benjamin Button".
En cuanto a Vera Miles, yo creo que sí saca adelante "El hombre que mató a Liberty Valance" aunque nunca la perdonaré que dejará tirado a John Wayne. En "Psicosis" está muy bien y aún mejor en "Falso culpable" e irresistible en "Centauros del desierto" y tiene una película muy poco conocida, de producción europea pero dirigida por Martin Ritt que se llama "Cinco mujeres marcadas" en la que está realmente bien. Las otras cuatro son Jeanne Moreau, Silvana Mangano, Barbara Bel Geddes y Carla Gravina. Todas ellas dan rostro a la mujer y a la guerra más cruel.
Creo recordar esta película, es más, creo recordar haber visto hace poco en televisión los últimos minutos en un zapeo...y pensar justamente eso, que Hitch hubiera hecho una peli distinta con esos mimbres.
En todo caso, de tu post se me ha venido la idea de la cantidad de películas sobre ciegos que ha dado el cine. Es como si la no visión resultara especialmente atractiva a un mundo donde la imagen es tan importante. La ceguera es protagonista de aquello que vemos... una de esas contradicciones tan interesantes.
Desde "Luces en la ciudad" y la florista ciega que confunde a Chapin con un millonario...hasta en el título, esta película contradice la negrura de la ceguera....
Los ciegos, que como en la película que comentas, son utilizados en películas de suspense para que se conviertan en protagonistas, ya sea por el mayor desarrollo del resto de sus sentidos, oído u olfato que captan cosas que se escapan al resto de los humanos, pobres personas que vemos, o bien porque su ceguera los convierte en aparentemente débiles, indefensas victimas de desaprensivos que les aterrorizan, como a esa desvalida Audrey Hepburn "Sola en la oscuridad". Hay otra película de Mia Farrow en la misma línea, una mujer ciega que descubre en un asesinato, no recuerdo el nombre.
Ciegos y cine, ciegos y luz, ciegos e imagen...el cine juega a repetir mitos clásicos, como el ciego Tiressias privado de la vista pero capaz de ver el porvenir...
"El final made in Hollywood" de Allen y su director de cine ciego que hace una película tan terrible debido a su dolencia que es capaz de ser admirada ¡¡¡en Europa¡¡¡
Recuerdo una maravillosa película española sobre ciegos. "La noche de los bastones blancos" con un gran y jovencísimo Quique San Francisco y un tremendo Jose María Rodero.
Hay películas de ciegos que vienen de un sustrato literario, como el "Ensayo sobre la ceguera" de Saramago, o "El tunel" de Sábato o el propio Max Estrella de "Luces de Bohemia" de Valle Inclán...
Por haber hay hasta superheroes ciegos como “DareDevil” o luchadores invencibles como el “Zatoichi” de Takeshi Kitano o el Rutger Hauer en "Furia ciega"...
Hasta para risas ha dado cancha...con lo de "No me chilles que no te veo"...
La ceguera...que atracción...el cine esta lleno de ciegos, algunos sentados en las butacas que no sabemos ver lo que nos muestran, o al contrario creemos percibir algo donde no hay nada....despistados, desviados, perdidos...como "los girasoles ciegos" que buscan el sol sin verlo.
Un abrazo. Carpet
A mí ya que hablas de ciegos y cine me encanta el personaje de Juan Echanove en la última de David Trueba. ¡¡¡ Era crítico de cine¡¡ Toda una metáfora.
Muy interesante tu comentario, Carpet. Sin duda, sí, los ciegos han sido el "leit-motiv" del cine durante décadas y no cabe duda de que esas películas que nombras son auténticas joyas de la ceguera. Sólo para dármelas de listo, te diré que la película que nombras de Mia Farrow es "Terror ciego", de Richard Fleischer. Y maravilloso ese recuerdo a "Las noches de los bastones blancos", una estupenda película española, cierto.
Te diré un secreto: el título de "La imagen en el alma" estaba pensado para un libro que iba a hacer, en colaboración con un compañero, para la ONCE. Cuando habíamos presentado para el proyecto (era libro con cinta de audio incluida), estalló el escándalo de la ONCE y se nos dio carpetazo. Creo recordar que llegamos a juntar unos 150 títulos de películas en las que salía algún ciego y estaban todas las que nombras más un episodio de la serie "Galeria nocturna" (Night gallery), recientemente editado en DVD, por cierto, llamado "Ojos", con Joan Crawford de protagonista y dirigido por un Steven Spielberg de 22 años. Impresionante. También hablábamos de "Esencia de mujer", con Al Pacino, y su primera versión, "Perfume de mujer", con Vittorio Gassman, o "Bailando en la oscuridad", de Lars Von Trier; o la estupenda "La casa en sombras", de Nicholas Ray; o la maravillosa genialidad que es "El milagro de Ana Sullivan", de Arthur Penn...En fin, esas son las que recuerdo así a bote pronto. Por cierto, en "Siete almas" también sale un ciego, interpretado por Woody Harrelson.
Quizá yo también sea un ciego...el lugar más cómodo del mundo para mí es una sala a oscuras con el haz de luz de un proyector contándome algo.
Gracias por un comentario tan excelente.
Tod una crítica al crítico de cine. Por cierto, también criticado en "La joven del agua", de Shyamalan. Estamos cada día más desprestigiados por culpa de unos cuantos desaprensivos. En fin. Sí, hay críticos ciegos, lo reconozco. Incluso creo que conozco a alguno.
Hay una película de Jane Wyman en que si no recuerdo mal se queda ciega. Pero no recuerdo si es en "Obsesión" o en "Sólo el cielo lo sabe". Me encantan estos dos coentores.
Car, me encanta esa cita de "Los girasoles ciegos". Recuerdo que cualdo vi la peli se me quedó grabada. Una pena que no haya sido seleccionada para los Oscars.
Gema
Sí, es "Obsesión", cierto. También es verdad que al estar ambas dirigidas por Douglas Sirk, con los mismos protagonistas, y ese mismo color tan especial que imprimía a sus películas, uno tiende a confundirlas.
No he visto "Los girasoles ciegos" aunque sé muy bien del hacer de José Luis Cuerda tanto en el arte de hacer comedia como en el de la tragedia. Lo que sí sé es que creo que con los Oscars siempre nos equivocamos a la hora de seleccionar la película en cuestión. Solemos mandar historias que nos han gustado muchísimo (no lo niego) pero que, sin embargo, entendemos nosotros y que son más difíciles de entender para los demás. Creo que la tendencia debería ser enviar historias de corte un poco más universal sin mirar tanto hacia dentro. Claro, los directores y guionistas españoles piensan en el taquillazo de aquí, no en ganar un Oscar, pero siempre hay alguna historia que podría valer. Por supuesto, esto es una apreciación totalmente subjetiva y puede valer tanto como un kleenex usado pero nos damos demasiadas veces de bruces con el portazo en Hollywood.
Puede que tengas razón. Es algo que siempre he pensado. Aunque ahí tenemos " Belle Epoque". Película española por los cuatro costados con canción zarzuelera y todo. Siempre he pensado que el director más americanizado que tenemos es Garci, en el sentido de que sus películas sí pueden ser entendidas en América. "El abuelo" siempre me pareció que podía haber hecho un buenísimo papel allí. Espero que no te importe que el debate haya derivado hacia temas tan distintos a tu artículo.
Gema
"Sublime obsesión" creo que se llamaba en español y...si, Douglas Sirk era impresionante...pero el argumento de esta me alejó de sus melodramas creo que para siempre...
El Rock Hudson se carga a un tipo por accidente, cargado de culpas va a pedir perdón a su mujer causa otro accidente y la deja ciega, se enamora de lla, deja su vida de crápula y se pone a estudiar oftalmologia y se convierte en una eminencia que devuelve la vista a la Wynman...Uff, tan creíble y emotivo que "Simplemente Maria" me pareció el no va más del realismo social...En fin...inhumano que es uno.
Carpet
Sí, puede que tengas razón. De todas formas te diré algo basado en el prisma que ya he expuesto. "Belle Epoque" podría tener una dimensión muy española pero, sin embargo, tenía un sentido del humor muy universal, o al menos eso creo yo. En cuanto a "El abuelo", se mandó y, de hecho, fue nominada, demostración clarísima de lo que dices con toda la razón.
Y no, no me importa que se derive a otros temas dentro de un post de "A 23 pasos de Baker Street"
Tienes mucha razón. Es un argumento tremendamente lacrimógeno. Pero, Douglas Sirk lo sabía hacer de tal manera que, de algún modo, lo podías tragar. Eso llega a caer en las manos de Rafael Moreno Marchent y no te digo ná.
Espero que no te haya molestado lo de la metáfora del ciego de la película de Trueba. De todas maneras, yo iba más por lo que decías de que hay críticos que hablan de películas que ni siquiera han visto. La ceguera en el cine no cabe duda de que es un leif motif inmenso- umm, ciegos y cine que diría áquel.Siempre se ha dicho que el cine es un ejercicio de voyeurismo, así que siquiera como negación del tópico, la imposibildad de ver, también da sus juegos.
No creo que sea mala la política de enviar a los Oscars películas que aquí hayan gustado mucho o que sean representativas de nuestra cultura. A fin de cuentas, casi siempre se ha hecho así y muchas veces ha salido bien (recuérdese Los Tarantos, Carmen o la misma Volver). Con respecto a El abuelo podrá tener el "toque americano" de Garci, pero conviene no descuidar que es costumbrismo galdosiano en estado puro.
No me ha molestado en absoluto, Dexter. Es más, estoy muy de acuerdo con el comentario. En cuanto a los ejemplos que pones de las nominaciones a los Oscars, bueno, no es por corregirte pero "Volver" no consiguió la nominación. "Los tarantos", revestida de nuestras raíces gitanas, es una historia que recuerda mucho...pero mucho a "West side story" y, por ende, a "Romeo y Julieta". En cuanto a "Carmen", es puro baile y el baile, bueno, yo considero que la música y el baile son dos lenguajes universales. Con respecto al toque galdosiano de "El abuelo", estoy de acuerdo, pero dudo que John Ford hubiese realizado una película diferente salvo en el hecho de que en lugar de ser Asturias el escenario fuera en Irlanda. ¿No pega? Vaya que sí.
Es muy fordiana la película, pero mucho. Incluso el mismo abuelo habla con la tumba de su esposa...calco de "La legión invencible", de Ford. De todas formas, gracias por tu punto de vista, aunque no se esté de acuerdo siempre ayuda a ver más el bosque.
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