viernes, 30 de enero de 2009

EL SALARIO DEL MIEDO (1953), de Henri-Georges Clouzot


En un rincón del mundo, hay un lugar donde va a parar el sumidero de lo que Occidente no quiere. El barro, pegajoso y recalcitrante, se adhiere a la piel porque no hay aceras por las que andas, ni carreteras por las que conducir. La escoria merece vivir en la escoria. Sólo hay lluvia, sol abrasador y aguardiente con el que quemar los restos del recuerdo. En las tabernas, una música mal sonada es la banda sonora del aire que no circula y de la conversación en voz baja de quien quiere salir de la misma orilla del infierno. La esperanza se ahoga poco a poco hasta emborracharse y se convierte en una quimera de paso tambaleante. Los ojos se van hundiendo de tantos días transcurridos bajo la ceguera del ayer sin mañana. Los pulmones se van llenando de polvo blanco hasta quedar encenagados y…de repente, una oportunidad llamada peligro…
Unos pozos de petróleo se han incendiado y la única solución es llevar unos camiones cargados de nitroglicerina para detener el desastre. Hay que llevarla por caminos por lo que no se atrevería a adentrarse ni un rebaño de cabras. Los pozos están más allá de la jungla y, a la menor sacudida, los que conduzcan los camiones serán convertidos en cenizas esparcidas en la selva. Sólo una parte del camino está asfaltado pero su ondulación es tal que los vehículos han de pasar a una velocidad determinada porque si no el traqueteo será insostenible y el destino habrá roto los frascos del explosivo.
Y todo el recorrido será el pergamino donde se escriban verdaderas cascadas de suspense en donde el misterio será la misma supervivencia. Casi, en algún momento, parece que se desea que pase algo para que lo que es inevitable sea realidad ocurrida. Son hombres europeos que, en sus países, se metieron en negocios demasiado sucios y no tuvieron más salida que escaparse por la puerta de atrás, hacia el destierro más profundo, donde nada ni nadie pueda acordarse de ellos. Pero esta vez, inician su particular camino hacia la redención más prolongada. Y entonces, ese dinero que les han prometido y que les dará la oportunidad de regresar a algún lugar algo más civilizado, se convertirá en el salario del miedo, en la paga que se les da a cambio de unas cuantas horas de su horror. Al final, nunca caerán en la cuenta de que la satisfacción y la alegría están prohibidas en el territorio de la misma desolación.
Henri-Georges Clouzot hizo películas tan excepcionales como “Las diabólicas” o “El cuervo”, amén de ese documental, cima del arte pictórico, llamado “El misterio Picasso” (en donde el gran maestro destruyó todo el material que pintó para la película para que la misma película fuera una obra de arte). Con “El salario del miedo” demostró todas las motivaciones y resortes del suspense bien tensado…Y también nos hizo ver lo inmensamente difícil que es salir de la monstruosa pobreza del olvido.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vi esta película hace mucho, mucho tiempo, tanto que no recuerdo casi nada, no recordaba que fuera francesa, ni su prota Yves Montand, es más siempre pensé que era americana y el protagonista Robert Montgomery, actor de tan corta filmografia que no se si habré visto alguna de sus películas (que extrañas asociaciónes de ideas se forman en el cerebro).
En cualquier caso, yo era un crio o casi cuando vi esta película ( propia del UHF de nuestra infancia ) y su recuerdo me quedó grabado.
No el de su trama, no se ni como empieza, ni como acaba, no se que pasa finalmente con ese grupo de perdedores...pero recuerdo el ambiente, la tensión, el miedo..., recuerdo esos camiones circulando extremadamente lentos para evitar la explosión de la nitroglicerina.
Tendré que revisarla cuando pueda, a veces descargarte películas de internet puede ser una buena opción, porque siempre que alguien me pregunta sobre la tensión, o mantener la angustia, mi respuesta era...Hay una película llamada " El salario del miedo"..en ella un grupo de tipos tienen que transportar nitroglicerina por unos caminos imposibles ( riete del Paris Dakar ) ...ese trayecto es mantener la tensión.

Gracias por aclarar mis recuerdos...Carpet.

César Bardés dijo...

"El salario del miedo" es una auténtica joya del cine, es todo un tratado sobre el suspense y una maravilla de realización, por mucho que Truffaut y los suyos renegaran una y otra vez del cine que hacía Clouzot. Lo que sí te puedo decir es que hay una versión americana, mucho menos afortunada, bajo la dirección de William Friedkin, titulada "Carga maldita", con Roy Scheider en el papel principal. Friedkin venía con el estrellato subido por sus éxitos en "El exorcista" y "French Connection" y cometió verdaderas locuras para rodar este auténtico bodrio, como trasladar todo el equipo a la jungla para insertar el plano corto de un cuentakilómetros. Pero volviendo al tema, sí, revísala, merece muchísimo la pena. Es una historia de perdedores que además de mantenerte en vilo también te atrapa de alguna manera el corazón. Es tensión hecha cine. Maravillosa y única.
Gran comentario surgido de tus pocos recuerdos, te temo cuando hagas memoria.