martes, 27 de octubre de 2009

EL MEJOR (1984), de Barry Levinson


Dentro de un deporte tan lejano para nosotros como es el béisbol, mucho se ha hablado de películas como El orgullo de los yankees, de Sam Wood; o La historia de Monty Stratton, con un memorable James Stewart en el papel protagonista; o la olvidada Una mujer en la liga, dirigida por el guionista de El golpe, David S. Ward; o la más que aceptable Los búfalos de Durham, con Kevin Costner, Tim Robbins y Susan Sarandon haciendo tres carreras en una entrada; o incluso en versión femenina la divertida y pintoresca Ellas dan el golpe con Geena Davis, Rosie O´Donnell, Madonna y un entrenador de la talla de Tom Hanks. Pero de todas ellas, siempre me quedaré con El mejor, esa fábula sobre el éxito efímero y el destino empeñado en torcer lo que estaba escrito y que es la más impresionante película que ha dirigido nunca Barry Levinson.
Y todo comienza con un don natural, con un niño que tiene la precisión y la fuerza necesarias para convertirse en una leyenda del deporte. Cuando está a las puertas del éxito, una bala de plata le arrebata la fuerza, le suprime la seguridad, le hunde en la mediocridad y durante dieciséis largos años, el chico se pierde para convertirse en un adulto que sólo conoce el fracaso. De repente, un hombre maduro aparece como un novato en un club en trance de desaparición y la bola se convierte en pura magia y el bate, en la varita con la que se hacen los milagros. El equipo comienza a ganar pero a él, el mejor jugador que nunca se ha visto, le falta algo. El éxito no lo es todo porque sabe que, por muchos aplausos que reciba, la vida tiene que acompañar. Y no es suficiente la tormenta que misteriosamente se hermana con ese palo que lanza las bolas fuera del estadio. Hay que tener suerte. Hay que tener amor. Hay que tener.
Pero el hombre, en un golpe espectacular, destroza el tiempo y vuelve a tener esa ilusión que le impulsó a coger un tren fatídico para coger el camino de un destino que le ofrecía la ida sin vuelta. Y ella, la única, la que se quedó su amor en la noche de una despedida, vuelve para decirle que no sólo dejará huella como jugador, sino también como hombre. Y él golpea con todas sus fuerzas la bola decisiva y, de repente, el cielo se inunda de estrellas, el mismo destino celebra con fuegos artificiales su jugada que queda en la historia y, por una vez, los oportunistas, los aprovechados, los tramposos del sentimiento serán los que pierdan el tren del éxito y de la riqueza. La derrota, esta vez, cambiará de víctima.
Cada vez que veo esta maravillosa película, no puedo evitar que las lágrimas se lancen en pos de la luz, como un catcher que espera el vuelo de una bola imposible. La garganta se alía con ellas y tengo que respirar el aire para convencerme, una vez más, de que la perseverancia es la llave que abre las puertas del terco destino. Y sé que yo también, en alguna ocasión, he tenido una lluvia de estrellas para celebrar algo que realmente dejó el rastro de mi inútil presencia.

24 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que vi esta película cuando se estrenó y una vez más hace ya unos años, así que no la recuerdo mucho. LO que más recuerdo de ella es lo guapísimo que estaba el señor Redford, para qué voy a mentir. También recuerdo su fotografía y su color, especiales. Recuerdo imágenes como de postal antigua, como difuminadas.
Los mejores lo son por su perseverancia, por su lucha diaria. Lo son por no rendirse ante las adversidades. Como el protagonista de esta película. Como tú.
Mi garganta se ha aliado con tu artículo.

Un beso

Gema

César Bardés dijo...

No creo que yo sea uno de los mejores en nada, pero gracias por una respuesta tan llena de ánimo. Por otro lado, te recomiendo encarecidamente que la vuelvas a ver. Es una de esas películas de las que ya nadie se acuerda y tiene emoción a manos llenas. Es cierto que Redford está muy, muy atractivo, también es cierto que la fotografía es muy especial, como queriendo trasladarnos una imagen de hace muchos años. Lo que queda, al fin y al cabo, es el rastro de los mejores, no el de los oportunistas o efímeros nombres de moda, sino el de los que de verdad nacieron con un don natural. Esa es la película. Y me emociono cada vez que la veo.

dexter dijo...

¿ Y porqué será que en general el cine de Barry Levinson tiene tan mala prensa? Acabo de echar con ayuda del google un vistazo por su filmografía y veo que el hombre la tiene bastante apañadita. Hombre, sí, tiene truños como Acoso o Toys, pero tiene obras notables como esta que citas, la injustamente poco conocida Avalon o las entrañables El secreto de la pirámide y Good morning Vietnam, que además de inspirar un excelentísimo programa de radio on line en Internet se dejaba ver con bastante agrado . Hay otro grupo de películas que podrían considerarse como un quiero y no puedo al que pertenecerían para mi gusto films como Bugsy o Sleepers, dos propuestas en principio interesantes pero cuyo resultado no me termina de cuajar. Con todo y con eso a mí la mejor obra que ha rodado jamás este hombre me parece ese prodigio llamado La cortina de humo (ya que hablábamos el otro día de películas que juegan en otra liga para mí ésta sería una de ellas)
Y vuelvo al principio. Creo que una de las claves por las que el cine de Levinson tiene tan mala prensa se debe a que su película más laureada y reconocida, Rain Man, está considerada por muchos como un telefilm con Dustin Hoffman dentro. Para mí sinceramente es algo mas.

Anónimo dijo...

Muy rápido que me apremia todo por algo que debo acabar y no llego.

Recuerdi que cuando el estreno, "El mejor" era poco menos que esa peli para las chicas que iban a ver al guapo de Robert Redford y era de llorar y vaya tontada...Yo la vi, con todos los prejuicios del mundo, y no pude evitar emocionarme (que soy y fui un nenaza).
Pero vamos que yo es que soy muy sufrido que tambien se me eriza la piel con "Entre el amor y el juego" esa cosita de Sam Raime a mayor ( o menor) gloria de Kevin Costner con la que no puedo evitar emocionarme en la conquista del partido perfecto y Kelly Preston en el aeropuerto...Será que el beisball me pone.
Sobre Levinson, no sé si "El mejor" es su mejor película. Yo tengo una especial predilección por "El secreto de la pirámide" esa aventura de Holmes y Watson adolescentes tan rica en acciones, emociones e intriga, en la linea del mejor Spielberg. También aprecio mucho , por supuesto, "La cortina de humo" aunuqe le falte un poco, tal vez más cinismo y menos comedia, o tal vez todo lo contrario, para llegar a ser algo más. Y también me gusta esa casi tonteria llamada "Bandits" con Willis y Bob Thornton más entrañables de lo esperado en ese papel de perdedores sin suerte o tal vez con demasiada. Y finalmente, aunque crea que tiene demasiadas cosas y algunas no se enlazan bien, cada vez que veo "Sleepers" creo que estoy viendo una muy buena película, grande en aciertos aunque con muchos altibajos.

Abrazos a la carrera, cerca del HomeRun, Carpet.

César Bardés dijo...

Yo estoy prácticamente de acuerdo en que "El mejor", "Avalon", "El secreto de la pirámide" y "Good morning, Vietnam" (una película que parece una comedia pero es una tragedia) e incluso su primeriza "Diner" son las mejores películas de Barry Levinson. Sigo viéndole defectos a "La cortina de humo", en parte porque es un guión que va muy deprisa tal vez para no dar la oportunidad de que podamos ver los agujeros de la historia (culpa del gran David Mamet) por otra parte. "Sleepers" es una película de aciertos y errores. Y una vez más me vais a permitir que uno de sus mayores aciertos es Robert de Niro. Siempre me quedaré con esa cara que evoluciona de la expectativa al dolor mientras Jason Patric le va contando la historia de los niños y lo que pasó con ellos en el reformatorio. "Bugsy" es terrible, todo un despropósito. Y la peor prensa de Levinson, efectivamente, nace a raíz de "Rain man" porque, sin ser una película del otro jueves, es su película más laureada y por la que todo el mundo le recuerda, por mucho Dustin Hoffman y mucho Tom Cruise que haya dentro. "Bandits", no está mal. Su mejor virtud es, precisamente, su falta de pretensiones. "Toys", "Esfera", "Jimmy Hollywood" son auténticas mamarrachadas, errores de mucho bulto. Creo que, en general, Levinson es un director de trayectoria muy irregular. En breve, le tendremos estrenando junto a Robert de Niro "Algo pasa en Hollywood", biografía en risas del productor Art Linson que llevó a cabo películas como "Dick Tracy", "El último golpe", "La dalia negra", "El club de la lucha" o "Los intocables", veremos qué tal. Os informaré cumplidamente por aquí.

dexter dijo...

Bueno, pues ahora que al tal Levinson ya le hemos puesto en su sitio, me gustaría hablar del tema baseball en el cine. Yo no tengo ni papa de lo que es un pitcher ni una carrera ni nada de eso, ni falta que hace; el cine americano se ha encargado toda la vida de Dios de crear una serie de referentes emocionales capaces de enganchar al espectador más profano. Uno de esos referentes es el baseball. Recuerdo una de las campañas de promoción del cine español veíamos a un apurado Antonio Resines como el típico padre de las películas yankees llegando tarde al estadio la tarde en que su retoño iba a hacer el partido de su vida. Claro que eso no era una película americana, en fin, cosas de los publicistas. Hablando de todo un poco, una pregunta que llevo queriendo hacerte desde hace tiempo. Porqué incluyes tan pocos comentarios de películas españolas en tu blog (y lo de tan pocos comentarios es un eufemismo naturalmente.) Gracias.

César Bardés dijo...

Bueno, los comentarios de las películas que aquí incluyo son los que se publican directamente en el periódico. Aún así, sí que, haciendo un poco de memoria, he escrito artículos sobre algunos estrenos españoles como "La conjura de El Escorial" o "Que parezca un accidente" o la tan traída y llevada "Los abrazos rotos". En cualquier caso, no quiero repetirme mucho con respecto a "La imagen en el alma" y allí hay un artículo titulado "Unas líneas de orgullo (con su permiso, claro)" en el que doy un buen repaso a todas las que me parecen obras maestras del cine español. Te pongo el enlace por si acaso.
http://laimagenenelalma.blogspot.com/2007/05/unas-lneas-de-orgullo-con-su-permiso.html.
Además de eso, en ese blog, también hay artículos de Luis García Berlanga o de la película Alatriste. Ahora bien, si la pregunta es si me gusta el cine español la respuesta es categórica: por lo general, no.

Anónimo dijo...

Ya ves tu, a mi, por lo general, si me gusta el cine español. No es cuestión de polemizar, pero comento muchas veces que el porcentaje de calidad del cine español con el cine mundial (esto es, el cine al que tenemos acceso o lo que es lo mismo el cine USA) es bastante parejo o a veces incluso superior. Sólo que la producción es infinitamente menor.
Creo, sin embargo, que el cine español no se esfuerza tanto en ofrecernos imágenes como en ofrecernos historias. Se trata más de contar algo y menos de como contarlo y eso es parte de su problema. Salvo contadas excepciones como Almodovar o Amenabar, las películas españolas basan toda su fuerza en la historia y los personajes y mucho menos en su representación visual.
Y esto es cine, y en el cine la imagen tiene tanta o más importancia que lo que se cuenta. Tarantino cuneta una chorrada en "Malditos Bastardos" y sin embargo el mérito (grande creo yo) es como lo cuenta, prima lo visual. Jose Luis Cuerda cuenta una maravillosa historia en "Los girasoles ciegos" (recomiendo el libro, es impresionante) pero salvo tres o cuatro escenas no hay nada visualmente atractivo y la película basa todo en el ritmo y en los actores. Y al final no llega.
Y ese es el otro problema en el cine español.
Si hago una comedia tengo que estar acelerado, con diálogos de locos y buscando que el actor gracioso de turno fuerce los recursos que todos le conocemos (llámese Fernando Tejero, Willy Toledo, Javier Cámara o Antonio Resines), el espectador ve lo que vio en televisión, en "Aquí no hay quien viva" o en "Los Serrano", la peli es más o menos graciosa pero no ofrece nada nuevo. Algo comparable a las pelis de Jim Carrey, Will Ferrer o Eddy Murphy, que tampoco es que por ahí sean leche.
Si hacemos un drama intimista, el ritmo debe ser lento, las palabras pocas, abundar los primeros planos y escenas vacías (rodar como aparcamos el coche y entramos en un portal parece que es una escena imprescindible para el desarrollo dramático de la acción). Intentemos que protagonice Carmelo Gómez o la Verdú o Eduard Fernandez y ya la tenemos.

Aun así, creo que siempre hay dos, tres o cuatro películas rescatables cada año (si se estrenan 50 el porcentaje no está tan mal), y de vez en cuando, alguna de gran nivel. Si se estrenan casi 1.000 películas ( no se si ese es el número que lo digo a boleo ) de otros países ojala llegáramos a 50 pelis interesantes al año para mantener ese porcentaje.

En fin, podemos hacer otro repaso a aquel post en “la imagen en el alma” y seguro que encontraríamos bastantes más pelis que incluir en esa relación, algunas en los últimos años.

Un abrazo.

César Bardés dijo...

Bueno, podríamos hablar de los muchos males que afectan al cine español. Uno de ellos es que nunca se ha conseguido vertebrar un tejido industrial en torno al cine. Las iniciativas son individuales, en manos de unos pocos y, además, hay una política de subvenciones que, aunque no se crea, es capaz de dar beneficios a una película antes de haberse estrenado.
En cualquier caso, y, por supuesto, hay realizadores válidos como Amenábar, como Almodóvar (un autodidacta, por cierto), como Cuerda (capaz de saltar de la comedia absurda a la tragedia), como Camus (yo creo que es el director más sólido de todos ellos y, con esto, no quiero decir que sea el mejor) que hacen un cine válido, con sentido y dirección. Ahora bien, la gran mayoría de las películas españolas (y esta temporada pasada no salvo ni una) han huido del cine de género (salvo el tan cacareado cine de terror)y se han dedicado a hacer o bien comedias que causan sonrojo, y sin embargo son enormes éxitos, como "Días de fútbol" o a hacer dramas intimistas que se resumen casi siempre en "el polvo que nunca eché". Cuando un alumno de la Escuela de Cine sale graduado, es presa de la vanidad y se cree que es un tipo que, diga lo que diga, va a ser interesante. Y no lo es. Y así vamos teniendo rollo tras rollo, hasta alcanzar una producción que ronda las 80 películas por año. En el mal de muchos consuelo de tontos, podemos decir que esto sigue la tendencia del cine actual de falta de ideas y de nivel extremadamente bajo. A mí eso no me vale. Ni para los americanos, ni para los europeos, ni para los españoles, ni para los hindúes. El mercado en la india está inundado de producción nacional con cerca de 800 películas al año. Estoy seguro que muchos nativos pensarán que hay varias que salvar.

César Bardés dijo...

Mi impresión es que aquí hay un mamoneo del copón, que la merienda se la quedan tres y que se juega al deporte español favorito: la envidia.
Por otro lado, si miramos atrás, claro, nos encontramos islas de muchísima calidad. La técnica y la historia que nos cuenta Luis García Berlanga desde "Bienvenido Míster Marshall" hasta "El verdugo" es, simplemente, maravillosa. Luis Buñuel, a pesar de que la sutilidad no era lo suyo, nos ha dejado varias joyas únicas, auténticas maravillas de la cinematografía mundial. Pero España nunca ha tendido a hacer un cine de calidad, simplemente, porque no le ha interesado por unas cuestiones o por otras. Desde el enchufismo al dinero fácil. Desde la opresión de un régimen a la libertad bajo el ala de otro que subvenciona a quien mejor se camela a los responsables de turno. ¿Por qué diablos nos empeñamos en enviar a los Oscars en su momento "Los lunes al sol" -truño de primera a lo Ken Loach, más descarado que ir en pelotas por la asamblea de la ONU- y deshacernos de "Hable con ella"?. Porque da la puñetera casualidad de que Almodóvar es el único cineasta español que se autofinancia y, de ninguna manera, se podía enviar a los Oscars una película que podía dejar en evidencia que la política de subvenciones es terrible. Por otro lado, este año nos empeñamos en mandar a Trueba (si te fijas, la cosa siempre gira en torno a los mismos porque son los que han ganado o han sido nominados) y nos vamos a caer con todo el equipo. También tengo previsto informar sobre ella en su momento. En cuanto a la calidad...pues no. Hay mucha cantidad, eso sí. 80 películas al año para una cinematografía como la nuestra es una pasada. Sin embargo, nuestros vecinos los franceses han dejado más rastros de calidad que nosotros, quizá porque ha habido menos Kubricks y más narradores de historias que no han tenido ningún miedo en hacer una película de policías, o un buen cine negro (de excelente calidad, diría yo), o un drama sin tanta trascendencia, o una comedia con cierta brillantez y menos tono "cañí". Sí, sí, hubo una generación como la "nouvelle vague" y demás (por cierto, gente que no pasaba por una Escuela de Cine, aquí si no pasas por ahí no eres nada) y nosotros estábamos oprimidos por un régimen fascista que apenas dejó asomar la cabeza al "Nuevo Cine Español" con Miguel Picazo o Carlos Saura y aún así, tenemos películas excepcionales como "La tía Tula" o "La caza". Yo creo, precisamente, que uno de los grandes males del cine español actual es que tiene pretensiones y no pasa del portal.
Bueno, que me enrollo como los cineastas patrios.
Otro abrazo.

dexter dijo...

Vaya, lamento haber destapado - involuntariamente- la caja de los truenos y haber sacado a la luz tu faceta más visceral. No era mi propósito. Bueno, verás, y con todos mis respetos, a mí hablar de cine español o cine mauritano así en general me parece un poco temerario. A mí me gusta más bien hablar de películas y las películas así en individual sólo se pueden clasificar en buenas y malas. De acuerdo que esa película así en individual es en parte el fruto de unas determinadas políticas o de un determinado proceso y unas líneas de trabajo. Pero yo cuando he pagado una entrada por sentarme en una butaca, lo que quiero es que me cuenten una historia y me la trae al pairo quien la subvencione o cuántas se ha tenido que chupar el director para hacerla. Y eso es una cuestión únicamente de talento. Y el talento no conoce fronteras. Por otra parte, y ahí estoy totalmente de acuerdo con Carpet- creo que es él aunque no haya firmado- que quizá también haya un problema de enfoque, que en el cine europeo "se trata más de contar algo y menos de como contarlo". Creo que el problema no es tanto eso sino saber transmitir esa sensación al espectador.

César Bardés dijo...

Lo de la política de las subvenciones no es gratuito. Quizá me haya explicado mal. A mí también me trairía al pairo si eso no fuera un síntoma de falta de esfuerzo a la hora de hacer una película. Sin ir más lejos ahí tienes el ejemplo del cine argentino. Una cinematografía mediocre durante años, con alguna cosa aislada, como aquí. Ocurre la gran crisis económica argentina y lo primero que hacen, como siempre, es meter tijeretazo a la cultura, fuera subvenciones al cine. A partir de ahí, nace Campanella con "El hijo de la novia" o Bielinsky, con "Nueve reinas", o el esfuerzo conjunto realizado por la escuela de cine argentino en una película ambientada en el metro, muy meritoria, de misterio y suspense, de cuyo nombre ahora mismo no me acuerdo. Cuando una política de subvenciones te asegura beneficios aunque no la estrenes, ¿crees que el esfuerzo del talento propio es un gran valor dentro del cine? Yo creo que no. Y al pairo todo lo demás.

dexter dijo...

Pues no lo sé, quizá soy un ingenuo y un alma cándida, pero al menos me gustaría creer que el talento individual aunque sea en casos muy aislados sigue siendo un valor hoy día. Me gustaría creer que cuando Cuerda decide adaptar Los girasoles ciegos no piensa en beneficios ni en subvenciones sino en trasladarnos la emoción de un gran texto como el de Alberto Méndez. Otra cosa es que luego llegue Javier Cámara y te convenza como represaliado del franquismo, pero al menos de entrada concedámosle el beneficio de la duda. Llámame ingenuo, no sé.

César Bardés dijo...

A mí también me gusta pensar que Cuerda no es de esos. Es más, es uno de los nombres que he citado como posibles excepciones. Ahora, de las otras 79 películas que se hacen al año, no lo dudes. ¡Ingenuo!

Anónimo dijo...

Ayyy...cuantas ganas de sumarme al debate y que poco tiempo para hacerlo. Si, Dexter, era yo ( Carpet) quien metió el dedo en la llaga o en el ojo del lobo con mi defensa del cine patrio. Y estoy de acuerdo contigo en que una peli es un tema individual cuando la vemos, aunque coincido con Wolf que es un resulrado de una politica acertada o no, o mejor deberíamos decir de una cultura..Y hablo de cultura en minusculas y no en mayusculas.
Querer que el cine español tenga comportamientos distintos de cualquier otro campo de nuestra sociedad es improbable. La política deportiva en España es de charanga y surgen los Gasol, los Nadal, los Alonso, los Contador, Gemma Mengual...
Nuestra huerta, nuestro campo, nuestras playas, nuestra industria, nuestro comercio era el que era y es el que es...y se investiga poco y mal pagado, se valora menos el talento que el apellido, la honestidad que la habilidad para hacer trampas, la reflexion que la aceptación sin fisuras, la innovación que la mediocridad...No hablo de nuestro cine, hablo de nuestro país.
¿Las subvenciones son el mal?...me sumo a la ingenuidad de Dexter, no creo que ningún director, talentoso o no, relaje su pretensión de hacer una buena película por el hecho de que ya consiguió cubrir los gastos...Eso puede afectar, si acaso al productor que pone la pasta.
Se me perdonará el simil futbolero, pero yo no creo que un jugador de un equipo grande se esfuerce menos que el de un equipo pequeño porque ya ha conseguido un gran contrato y ganar una pasta.
Trueba, Amenabar, Almodovar, Cuerda saben contar historias y muchas veces lo hacen bien, no siempre, no todas. Alex de la Iglesia me parece también un tipo con talento, Antonio Hernández , Cesc Gay, Iciar Bollain, Diaz Yanes, Balagueró...hay gente, hay posibilidades.
Cuando uno quiere contar una historia, no piensa en el dinero que le va a dar el ministerio de cultura....salvo, tal vez, Santiago Segura.

Abrazos otra vez, Carpet

César Bardés dijo...

Sigo pensando que sois unos ingenuos. Hace años fui a un colegio de Madrid, a su semana cultural, para dar una pequeña conferencia en Educación Secundaria. Para preparar la mesa redonda queríamos invitados y nos pusimos en contacto con la Academia de Cine. Cuando supieron que era gratis, por el simple placer de enseñar a unos cuantos chavales dos o tres cositas sobre cine, ¿sabéis cuál fue la contestación? "La Academia de Cine no proporciona sin contraprestación económica para ellos nombres ni teléfonos de cineastas".
Ya ver si lo entiendo bien. Los americanos son los malos porque sólo quieren sacar pasta y cada vez hacen peor cine...¿por ventura creéis que en España es distinto?...Carpet...vale con Alex de la Iglesia porque creo que ha cogido un camino paralelo que puede gustar o no pero es muy personal. Antonio Hernández, con todo el talento que tiene, ha hecho "El gran marciano" y seguro que no fue por el afán de contar algo. El oportunismo de los temas de Iciar Bollain es de una corrección que podríamos llamar hasta incorrecta. Hay un cineasta español, de nombre Juan Pinzás, que ostenta el récord de películas hechas y no estrenadas en España...y las sigue haciendo. Un director, no de los nombres que están en primera fila, es capaz de hacer cualquier cosa con tal de que su nombre figure en unos créditos. Y, desde luego, aquí se piensa en el dinero por mucho que nos la demos de artistas. Moncho Armandáriz con "Historias del Kronen" no quiso hacer precisamente arte. Todos ellos están pendientes de la resolución del Ministerio de Cultura que les permita hacer una película, entre otras cosas, para hacer dinero y para que su nombre se nombre.
Ahora no me dirás que Cristiano Ronaldo defiende los colores del Madrid porque los siente. Los futbolistas piensan en el dinero. Y, por supuesto, no siempre se esfuerzan todo lo que deben para ganarse el astronómico sueldo. A más de un entrenador (y sé de lo que hablo por razones que no voy a explicar aquí) le he oído decir "hasta tercera división se puede ver fútbol, lo demás es sólo dinero".
Incluso pasaba con Franco (y también sé de lo que hablo) porque se hacían películas para cobrar los entonces llamados "créditos sindicales" que era otra subvención que ya les hacía cobrar más dinero que el que podían recaudar en su exhibición. Esto, claro, ya nadie lo dice, entre otras cosas porque ahora es exactamente igual. Con esto no quiero decir que no haya talento. Lo hay. Lo único que quiero decir es que no hay tanto talento como el que debería haber en un país que podría haber hecho muy, muy buen cine y no lo ha hecho nunca.
Y, además, fijaos si sois ingenuos que entráis en esta página todos los días.

Anónimo dijo...

Entro en esta página porque me dan un plus por ello...o ¿acaso creías que era por placer?.
Ahora en serio. Lo que dices es muy cierto en algunos aspectos pero bastante pesimista en otros.
La gente trabaja para ganar dinero, sólo unos pocos semos Van Goghs, que pintamos por el mero placer de hacerlo...Los cineastas no son excepción, ya que hacen pelis les gustaría comer también..en algun caso como Bigas Luna o De la Iglesia deben ganar mucho dinero pa comer.
Cristiano Ronaldo es un profesional que no siente los colores del Madrid ni falta que hace, no le pagan para sentir sino para jugar al futbol y lo hace bien, muy bien...y no se sienta en el cesped porque a mi me pagan mucho. Esto es, Juan Pinzas, aparte, no creo que nadie haga cine para cobrar la subvención del estado o para que figure su nombre en Fotogramas ( tal vez la realidad sea así pero no lo creo ). Hacen cine porque les gusta, porque quieren contar y porque creen que lo hacen bien...otra cosa es si para hacerlo tienen que vender su alma al diablo y filmar "El gran Marciano"...El otro día leía a Martin Sheen diciendo que ha hecho muchisima mierda en cine pero con eso comia su familia, y sin embargo siempre tendrá ese teniente Willard en su haber.
Bollain es cierto que trata temas mu politicamente correctos, pero a mi me gusta como mira las cosas y como hace que las miremos. Si el cine además de historias son imagenes, creo que la Bollain es una de las que apuesta por las miradas.
En cuanto a Armendariz, lo de "Historias del Kronen" a lo mejor no lo hizo por querernoslo contar sino para comer, pero le salió mal la broma porque desde entonces (1994) hasta "Silencio Roto" (2001) na de na. Aun así, el tipo debutó con una maravilla como "Tasio" y nos soltó en 2005 la fallida pero con alguna escena espectacular "Obaba". Yo creo que Armendariz es cualquier cosa menos acomodaticio.

Carpet, el subvencionado.

César Bardés dijo...

No sabes tu lo interesada que puede llegar a ser la gente con tal de que la cites en tu artículo o, simplemente, hagas un artículo sobre su película. Yo no dudo de que el cine sea una profesión vocacional y que hagan cine porque les gusta. Serían tontos pudiendo trabajar de cajero en un supermercado. De lo que dudo es del talento acomodaticio que se ha generado gracias a las subvenciones. Yo tengo una idea muy buena, por ejemplo, pongamos por caso una película que se puede llamar "Un amor tan grande". Es la historia de un chico de veintitantos que despierta de un coma profundo pero no recuerda nada de cómo ha llegado a esa situación. No puede moverse. Tan sólo tiene algo de movimiento en una mano. Puede oír pero no puede comunicarse con facilidad. Vive con su madre. Poco a poco, a través de pistas o de actitudes, va descubriendo que la misma madre ha sido la que ha tirado al chico por la escalera porque, sencillamente, está enamorada de él y cuando el chico ha empezado a tener relaciones serias e, incluso, a pensar en volar del nido, no se le ocurrió otra cosa que empujarle por la escalera para ver si le mataba. La jugada a la madre le ha salido bien por partida doble. Ha conseguido que el chico no pueda salir nunca de casa y además, será siempre sólo para él. Yo creo que es una idea atractiva. Pongamos, por ejemplo, que escribo un guión sobre esa idea. Se me da la subvención para rodar esa película. Tengo una historia para contar y, lo que es más, quiero contarla. Probablemente lo haga lo mejor que pueda si quiero hacerme un nombre en esto del cine. Ahora bien, si resulta que yo he cobrado (y cobrado sobradamente bien) por ese guión...¿crees que voy a repasarlo y repasarlo y repasarlo hasta que quede niquelado? No. Es más. Habrá habido una reunión de producción en la que se me habrá sugerido que diga nombres para interpretar los principales papeles pero eso está en manos del director. ¿Quién puede ser ese director? Cualquiera. Un tipo que sea un amigo de un amigo de un amigo. La subvención está cobrada y al tipo le van a pagar una pasta para hacerla. O es un tipo con ansias artísticas y hará una película muy personal o hará su trabajo, cobrará (muy bien cobrado, le permitirá vivir tranquilamente durante cuatro o cinco años) y se irá. Ahora miremos la mentalidad típica del español. ¿Somos realmente artistas despojados del poderoso caballero Don Dinero? Tu mismo lo dices. Martin Sheen era un actor y un buen actor, creo yo. Y ha hecho un montón de mierdas. No niego que siempre tendrá ese Capitán Willard como una obra de arte pero quiso comer, quiso dar de comer a sus hijos, y, por supuesto, quiso darse la gran vida porque se la ha dado.
En "El crepúsculo de los dioses", de Billy Wilder, hay una escena muy descriptiva de todo esto. Joe Gillis, el protagonista, va al campo de golf donde juega su agente y le pide prestados 500 dólares para pagar el préstamos del coche. El agente le responde:
- Claro que los tengo, y te los podría dar. Pero como soy tu amigo, no te los voy a dar. Las mejores cosas que se han escrito para el cine, se han hecho con el estómago vacío así que yo que tú me pondría a escribir.
Y lo dice Billy Wilder que no era un tipo precisamente que no echara un ojo a la taquilla de vez en cuando.

Anónimo dijo...

Otra cosa, que se me pasó.

Los americanos hacen cada vez peor cine ( por la pasta o por lo que sea), tan peor como el español...Aun así nos regalan cada año un puñado de estupendas pelis, que quiza no tengan el nivel de excelencia de otras épocas doradas pero aun así muy notables. En España para conseguir un puñado tal vez tengamos que escoger entre las de un lustro, pero haberlas haylas.

Y si, los americanos, son los malos porque tienen la bomba atómica y mascan chicle e invaden Irak...lo que no nos convierte en buenos, desgraciadamente, ni a nosotros, ni al resto del planeta.

En olor de santidad, abrazos, Carpet.

César Bardés dijo...

Luego me das la razón. Para coger una película que realmente merezca la pena realizada en España hay que escogerla entre lustros. En Estados Unidos en un año (bien es verdad que tienen una producción de alrededor de 325 películas al año) nos dan unas tres o cuatro que merecen la pena recordarse. También es verdad que ellos no están subvencionados. Simplemente, ellos tienen el dinero.
En lo demás, claro que son los malos, como en todos los imperios de la humanidad.
Por cierto, mucho cuidado con la nueva película de Eastwood, "Invictus", ya están diciendo que va a arrasar. Es sólo un aviso para quien quiera ir a verla.

Anónimo dijo...

Precisamente por venderse al capital, le había rebajado yo el rango a Willard-Sheen.

Sobre tu guión, dale la dirección a Albacete y Menkes y harán un musical, daselo a Vicente Aranda y convertira al hijo en hija y será acariciada sensualmente por su padre ( o madre, que tambien tiene morbillo) mientras dura la convalecencia, daselo a Garci y contará además, mediante oportunos flash back, el exilio de Alfonso XIII y el advenimiento de la II República, daselo a García Sanchez y tal vez haga una peli o tal vez no.

Podemos jugar a decir el casting también...Anda que si sale una peli de exito, o peor aun..una buena peli.

Carpet.

César Bardés dijo...

Pues me lo acabo de inventar ahora mismo, como quien dice. Si es que...ahora mismo me voy al Ministerio de Cultura a ver si la cojo y la dirijo yo, qué coño se va a llevar otro mi parte de gloria

dexter dijo...

Bueno tampoco creo que la proporción esa que citas de 3 películas recordables al año de 325 posibles sea como para tirar cohetes, pero vaya… A ver que habéis corrido mucho lo de la siesta, yo me quedé en lo de que éramos unos ingenuos por creer en el valor del talento individual por encima de intereses espurios. Demagogías no, eh, que si nos ponemos así todos sabemos que Clint Eastwood o Scorsese ruedan películas para hacerse un hueco en la Historia del Arte, entre Homero, Leonardo y tal e Iciar Bollaín presenta un guión a ver si le cae una subvención del Ministerio. Eso es lo que me niego a creer partiendo de la base de que a mi Scorsese e Eastwood han llegado a emocionarme con su cine en más de una ocasión pero Iciar también lo ha hecho, no puedo creerme por tanto que su trabajo sea meramente funcionarial. Y con respecto a lo que dices de que no nos imaginamos lo interesada que puede ser la gente con tal de que la cites en tal o cual artículo o nombres su película, no sé hasta que punto estarás al tanto de cómo se las gastará la gente en otras latitudes, que supongo que los egos y las vanidades se manifestarán si no así sí de otras formas. Que en todas partes cuecen habas, vaya.

Dexter, el ingenuo salvaje

César Bardés dijo...

No, no, si yo no digo que eso sea el ejemplo a seguir. El cine es más un instrumento de comunicación del pasado que del presente. Nuestra generación creció con el cine. La de ahora crece con los vídeo juegos y el cine no tiene ninguna vergüenza en acercarse a ellos con la adaptación de los video-juegos.
Veo que defendéis mucho a Bollain y, seguramente, el equivocado soy yo. Pero el oportunismo de los temas es algo de lo que siempre he huido en el cine. Sea Bollain, Garci o León de Aranoa. Técnicamente, no dudo que sea una narradora extraordinaria.
Efectivamente, en todos las cocinas cuecen habas. Yo me he limitado a subrayar que en un oficio como el del cine, se es muy dado a caer en la vanidad, pecado favorito del diablo. Coño, si hasta pasa con cinéfilos que simplemente están charlando para pasar el rato (y con esto, ruego que nadie se dé por aludido). Pero vamos, adelante con Bollain y con quien queráis, pero que hay intereses creados con lo de las subvenciones, vamos, como que me llamo Chindasvinto.