La autenticidad de las emociones es la mejor baza de una historia que quiere llegarnos hasta las profundidades de nuestro mirar, hasta las fosas de nuestro sentir. Es algo que hay que ver de noche para ver con claridad el nuevo día que ya llama con urgencia a la puerta del tiempo. Quizá haya algún sentimentalismo de más, alguna palabra teñida de inoportuna, algún mirar inadecuado pero es un excepcional retrato del frente que se queda en casa, de cómo la guerra se declara también donde las mujeres esperan, donde los niños buscan, donde los ancianos desesperan. La pena de la partida siempre suele ser una adhesión al silencio y el diálogo, a veces, se convierte en algo tan innecesario como las balas que desean ser disparadas. Pero los proyectiles del hogar son muy peligrosos porque atacan directamente a la sensación de crear para transitar hacia la seguridad del destruir. La mesa ha quedado coja y se tambalea sin reparo. Los detalles son esquirlas que saltan en el combate de las lágrimas y el vacío se agranda como una trinchera excavada en pleno campo de muerte y sangre. En pleno campo de tristeza y desolación.
De vez en cuando, el cine tiene la obligación de recordarnos que tenemos alma y que nuestros ojos han de buscar respuestas que se escapan cuando la vida nos golpea. Hay películas que nos lo hacen pasar mal para, luego, hacernos vivir mejor y ésta es una de ellas. No importa si hay algún cliché manoseado, recurso fácil para una dirección que no fue del todo acertada y que quiso más ser una oración que un retrato pero ahí está lo que dejamos atrás cuando ya no están alguno de los pilares que sostienen otras vidas, otros proyectos, otras ideas, otros sueños.
El sufrimiento es universal y, hoy en día, en el mundo, hay once guerras desarrollándose. En ellas mueren hombres y lloran mujeres. En ellas mueren mujeres y lloran hombres. En ellas niños pierden, siempre pierden. Ésta película quiere dejarnos un aviso con una cierta elegancia en la orografía siempre peliaguda de los sentimientos humanos y decirnos que las heridas son tan sangrientas como morales, que la ausencia es la duda, que la guerra, para el que se va, es una certeza y para el que se queda, una incógnita. La agonía es parte esencial de nuestro existir y todos nosotros daríamos cualquier cosa para que aquellos a quien realmente amamos no sufrieran porque la lucha es sólo el invento para que unos mueran y otros ganen dinero y fuerza. La eternidad toca el timbre de entrada...y nunca es agradable su visita.
De vez en cuando, el cine tiene la obligación de recordarnos que tenemos alma y que nuestros ojos han de buscar respuestas que se escapan cuando la vida nos golpea. Hay películas que nos lo hacen pasar mal para, luego, hacernos vivir mejor y ésta es una de ellas. No importa si hay algún cliché manoseado, recurso fácil para una dirección que no fue del todo acertada y que quiso más ser una oración que un retrato pero ahí está lo que dejamos atrás cuando ya no están alguno de los pilares que sostienen otras vidas, otros proyectos, otras ideas, otros sueños.
El sufrimiento es universal y, hoy en día, en el mundo, hay once guerras desarrollándose. En ellas mueren hombres y lloran mujeres. En ellas mueren mujeres y lloran hombres. En ellas niños pierden, siempre pierden. Ésta película quiere dejarnos un aviso con una cierta elegancia en la orografía siempre peliaguda de los sentimientos humanos y decirnos que las heridas son tan sangrientas como morales, que la ausencia es la duda, que la guerra, para el que se va, es una certeza y para el que se queda, una incógnita. La agonía es parte esencial de nuestro existir y todos nosotros daríamos cualquier cosa para que aquellos a quien realmente amamos no sufrieran porque la lucha es sólo el invento para que unos mueran y otros ganen dinero y fuerza. La eternidad toca el timbre de entrada...y nunca es agradable su visita.
Quisiera dedicar el artículo de hoy a José Luis López Vázquez. Nunca se me borrará el recuerdo que me dejó al verle en teatro en la maravillosa "La muerte de un viajante", de Arthur Miller al lado de Encarna Paso y de Santiago Ramos y, también, en "Una pareja chiflada", de Neil Simon, absolutamente tronchante al lado de Juan José Valverde. En una ocasión, charlamos brevemente en el vestíbulo del cine Renoir Plaza de España y recuerdo su amabilidad y un punto de vanidad salerosa. Fue un momento, pero, como casi todos los suyos, lo guardo como un tesoro en mi memoria. Grande, José Luis.
6 comentarios:
Dos cosas. Sobre la película que no he visto poco puedo decir, sobre lo que cuentas, algo más.
Más que nada por aquello de las guerras que se viven en un frente que no es de batalla, es el de la angustía y la espera, es la guerra de los que no combaten pero sufren la lucha. Creo que hay pocas películas que cuenten bien eso (al parecer la de este post es una de ellas) la vida en la retaguardia, en las casas donde se vive el vacio del que marchó y puede que nunca vuelva. Recuerdo como algo de eso cuenta, aunque desde una perspectiva militar, Coppola en sus "Jardines de piedra", lo hace pero no muy bien Minghella en "Cold Mountain", es una trama transversal de infinidad de películas incluyendo "Mujercitas". La vida sigue aun en guerra, como en esa maravillosa "Las bicicletas son para el verano", mejor en teatro que en la adpatación al cine. Y no sólo este tema, la guerra desde los que no luchan, no ha sido muy tratado, hay otro tanto o más interesante, el de la vuelta tras el conflicto y el adpatarse a la no lucha, al mundo que dejaron que es tan diferente como lo son ahora los que regresan. En este último caso habría que destacar y mucho "Los mejores años de nuestra vida", pero también otras como "El regreso", "Nacido el 4 de Julio", o "La guerra" un apreciable intento de John Avnet de acercarse a ese aspecto con un mejor Kevin Costner de lo que se le supone.
La otra cosa, sumarme a la pena por la pérdida de Lopez Vazquez. Si hace poco hablabamos de actores españoles de gran nivel, este era uno de ellos. Es ley de vida, de un tiempo a esta parte se van marchando los maestros. Paco Rabal, Fernán Gonez, Agustín González, Fernando Delgado, Rafael Alonso, Bodalo...ahora, ese señor de negro, quedan pocos Manuel Alexandre...y poco más.
Es ley de vida, que diría aquel...y esa magnifica réplica, "que me va usted a contar, señorita".
Abrazos Carpet.
Sí que creo que es una película, cuando menos, interesante sobre los que se quedan. Hay una escena conmovedora cuando un padre se entera de que su hijo ha muerto en el frente. En cualquier caso, no es redonda porque cae un poco en el sentimentalismo gratuito pero es de lo mejor que se ha visto en el tema.
En cuanto a las películas que nombras, qué buena es "Jardines de piedra", qué aburrida es "Cold mountain", qué ambiental es "Las bicicletas son para el verano" (muchísimo mejor en teatro que en cine y en ese campo hay una película española injustamente olvidada que se llama "Las largas vacaciones del 36" que está en la misma línea y me parece aún mejor) y un capítulo aparte merece "Los mejores años de nuestra vida" porque es tan buena que no sólo nos cuenta el regreso, sino que también sabe hacernos intuir lo que ha pasado en su ausencia. Son dos películas en una.
En cuanto a López Vázquez, me he referido a sus dos actuaciones teatrales porque me dejó muy impresionado en ambas, especialmente en "La muerte de un viajante" con montaje de José Tamayo. Años después vi otro montaje del Centro Dramático Nacional con José Sacristán en el papel protagonista y debo decir que López Vázquez lo hizo mejor. Pero no quiero olvidarme de él en el cine, sobre todo en "Plácido", o en "Atraco a las tres", o en "El pisito", o en "Mi querida señorita" o como ese policía escéptico y curioso de "El maestro de esgrima" o como el detective que parece un inútil pero no lo es en "Crónica sentimental en rojo"; o en la excelente película de terror y muy desconocida, una película que habría que recuperar, titulada "Memorias del ángel caído", o en la muy divertida "Mi General", o en "Mamá cumple cien años" o en "La prima Angélica" o, sobre todo, en el hombre atrapado de "La cabina", muestra preclara de que en España ha habido mucho talento. Uno menos de los grandes, sí.
Bueno, yo así de pronto recuerdo una peli con Goldie Hawn y Holly Hunter cuando eran unas jovenzuelas que hacían de mujeres que trabajaban haciendo uniformes para los soldados combatientes en la 2 guerra mundial. Buceando por el google he descubierto que se trata de Chicas en pie de guerra que aunque tiene un título de peli porno es de Johnattan Demme. Yo es que era muy jovenzuelo, la vi en una de esas madrugadas de la 2 y bueno eso, se dejaba ver.
Recuerdo también así de pronto La flor de mi secreto de Almodovar en donde la pobre Marisa Paredes se pasaba todo el tiempo esperando a que su Imanol volviese de la guerra de los Balcanes. Total que cuando éste volvía no le hacía ni puñetero caso. También la Grace de Los otros esperaba a su marido combatiente en una guerra de la que lógicamente nunca volvería... vivo. Y ya paro que citar dos pelis españolas en un mismo post me parece excesivo.
Seguro que he visto esta peli que hoy comentas, pero no la recuerdo. Por lo que comentas, habla de emociones y de ausencias. Seguro que es preciosa. Solo el título ya me gusta. Ya sabes de mi obsesión con los títulos.
Pero sobre todo quiero dejar también mi pequeño recuerdo para Jose Luís Lopez Vazquez. Viendo estos días en la Tv trocitos de algunas de sus pelis, recordaba momentos de mi vida muy asociados a este maravilloso actor. Su perpetua cara de mala leche, su corbata( no lo recuerdo sin ella), su saber interpretar cualquier personaje, cómico o dramático..Yo me quedo con Mi querida señorita. Me parece una película llena de ternura. Fue el actor preferido de mi padre y fue su mejor terapia en determinada época de su vida así que, siempre le estaré agradecida.
Mi recuerdo para él.
Gema
Bueno, Dex, afinas mucho, lo cual es de agradecer. También podríamos citar "El gran desfile", por ejemplo, en la que asistimos cómo, de "un menage a trois", los dos hombres se van al frente y la chica se queda esperando desolada el regreso de sus dos amores. Y te doy toda la razón: citar a dos pelis españolas en el mismo post es un lujo que no nos podemos permitir.
Es una película que te gustaría, Gema. Sobre todo porque hace un retrato de las mujeres maravilloso. Fuertes como rocas aunque se derrumban en silencio y como un acto tremendamente íntimo. Esa fortaleza es propiedad única y exclusiva de la mujer.
En cuanto a López Vázquez fue uno de los grandes. En su filmografía abundan los títulos para olvidar, no cabe duda, pero también hay títulos que no podremos olvidar. Recuerdo también ese cuñado sastre que hacía los trajes de cura y tomaba las medidas de las sisas haciendo que Nino Manfredi repartiese bendiciones en la que, probablemente, es la mejor película española que se ha hecho nunca como es "El verdugo" o ese papel que inspiraba un cierto rechazo en "Peppermint Frappé", de Saura. En cualquier caso, fue un actor bajito y feo que marcó época. Un bálsamo para nuestras tribulaciones porque, al fin y al cabo, era uno más de entre nosotros.
Hombre, si hablamos de retaguardia durante la guerra, habrá que reconocer el merito de "Ellas dan el golpe" que salvaron la Liga de Baseball americana de la desaprición durante la II Guerra Mundial.
También "Largo domingo de noviago" aunque de esta no estoy muy seguro porque no la aguanté entera, que me pareció un poco sopor.
Carpet.
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