Una de las constantes del cine de Darren Aronofsky es la obsesión, la garra clavada en el ánimo para perseguir un solo objetivo. Desde un universo plagado de números que explican toda la creación en Pi hasta este baile de puntillas que exige que la doble personalidad que todos guardamos salga a flote al precio de una victoria a muerte. La perfección llevada al límite. La locura como salida de emergencia.
El caso es que Aronofsky quiere ser tan condenadamente obsesivo que llega a ser cargante, irritante, mareante y atosigante pero también, y ahí reside la mayor virtud de la película, inquietante. La incomodidad parece que hace presa en el público porque se reconoce en esa imagen distorsionada que devuelve el espejo cuando algo está tan pegado a nuestro cuerpo que no queda más remedio que sacarlo a relucir, dejar que vuele y enfrentarse a él como si fuera el mayor enemigo.
Para ello, Aronofsky guarda un gran as en la manga de la narración y ése no es otro que el soberbio trabajo de Natalie Portman que tiene que acarrear con un papel difícil, de múltiples registros, de evolución hacia el desequilibrio, de positivo en negativo y viceversa. Ella es el centro de la película con su baile, con su belleza que pasa de la frigidez a la sensualidad, del agobio incesante que supone la persecución del éxito a la rebeldía exclusiva de quien se sabe vigilada por una madre dominante. Manipulada por un director que no duda en hurgar con navaja en los sentimientos para conseguir lo que quiere, la interpretación de Portman es fabulosa, cisne blanco y negro, sexo y abstinencia, perplejidad y comprensión. La actriz, sin ninguna duda, es la gran baza de una película capaz de introducir plumas de nerviosismo y también pasajes de rechazo en el filo del cortauñas.
No cabe duda de que el director utiliza todas las armas a su alcance para crear todas las sensaciones que pretende. Desde el uso de una innecesaria fotografía de grano grueso hasta una planificación que evidencia el uso de farmacotrópicos en cascada. Arranca el mal rollo a base de pequeñas heridas de sangre, de caras de una extraordinaria dureza en la madre de la bailarina, interpretada por Barbara Hershey y de escenas de tono elevado para establecer un paralelismo exagerado entre la vida real y el papel principal de El lago de los cisnes, de Piotr Ilich Tchaikovsky. Todo vale para alcanzar el movimiento sublime, el asombro de unos espectadores que terminan entregados ante una historia que contiene elementos cercanos al miedo y que, a pesar de no estar narrada con precisión, acaba gustando a la mayoría.
Lo cierto es que Aronofsky juega con el mito de Nijinsky en un hipotético cambio de sexo y se fija, de forma desquiciada, en el espejo de esa insuperable fábula, muy cercana en intenciones, que es Las zapatillas rojas, de Michael Powell y Emeric Pressburger, dos cineastas de referencia que aquí se rescatan desde la monstruosidad y la paranoia más repetitiva.
La hermosa dualidad del ser humano puede quedar deformada precisamente cuando se intenta sacar lo mejor que se tiene dentro. El movimiento de los cuerpos en el espacio no es más que una cuestión de estética que parece diluirse cuando acecha la vanidad y el espanto del fracaso. Y resulta muy chocante interpretar un papel que debe seducir cuando la frigidez forma parte de una educación que es alimento y motivo de lo reprimido. La obsesión siempre tiene que ser controlada y no puede ser ella quien tenga los mandos. Si no es muy probable que haya que matar a los demonios interiores para que la cordura mantenga vivos el espíritu y la mesura que son las verdaderas claves de un éxito que siempre ha tenido vocación de caníbal.
10 comentarios:
Yo la verdad que iba con bastantes miedos a ver esta película pensando que me iba a encontrar una rayada más del Aranofsky este. Los prejuicios estaban más que jusfiticados después de soportar cosas como Pi o sobre todo La fuente de la vida. Está muy bien traido en el cine el término de "paja mental" para aludir a todos aquellos directores que buscan en una obra su propia satisfacción personal pasando olimpicamente del público.
Pero, no, oye, Black Swan, no es así. Para empezar porque Arafnosky por una vez no se mira al ombligo y baila al ritmo que le marcan otros, Tchaicovsky en este caso. Qué importante en esta película son los espejos, qué importante la dualidad de la que hablas entre la realidad que vive la protagonista y la obra que representa.
Yo creo que esta es una película bella que paradojicamente nos habla de la imperfección de la belleza. Y quién mejor para definir la belleza en imágenes que Natalie Portman- guapísima y soberbia su interpretación. Nina es bella y busca la belleza en lo que hace, pero lo único que logra, como hizo su madre tiempo atrás. es precipitarse al borde del abismo. También nos habla Aronofsky de la fugacidad de la belleza y para ello nadie mejor que Barbra Hershey y Wynona Ryder, que a pesar de todo se siguen conservando muy bien, impresionante la Hershey, algo desaprovechada la Ryder. El que me gustó algo menos fue Vincet Cassel, pero oye, para una vez que al Aronofsky este se le ocurre hacer algo decente no nos vamos a poner tiquismiquis poniendo peros.
Yo también iba con bastantes miedos. No es una película redonda pero sí es bastante aceptable, sobre todo porque la elección de Aronofsky se basa en mostrar las visiones deformadas de la realidad que tiene la protagonista y eso produce una inquietud que, para mí, es lo mejor de la película junto con la Portman. Es soberbia la escena en la que está bailando la parte del cisne negro y, poco a poco, se va convirtiendo en un pájaro. Obra y perfección unidas bajo una música que nos lleva en volandas.
Barbara Hershey siempre me ha parecido una excelente actriz que ha sido muy desaprovechada (a mi memoria viene lo tremendamente atractiva que estaba en ese peliculo que fue "El ojo público", de Howard Franklin con producción Zemeckis). En cuanto a Wynona...a mí nunca me ha parecido una gran actriz salvo en "La edad de la inocencia" que creo que está muy bien dirigida por Scorsese. La elección de Vincent Cassel es más que discutible, como si fuera un intento de Aronofsky de hacer más creíble el producto poniendo a un actor europeo en el personaje de un coreógrafo, una elección que no es molesta pero que tampoco es como para aplaudir.
Estoy totalmente de acuerdo contigo en que es una película que habla sobre la imperfección de la belleza y que Natalie Portman está simplemente soberbia porque está bella, es amenazante, es pura y a la vez, es vicio. Me gustaría muchísimo que el Oscar se lo dieran a Annette Bening porque creo que ya se lo va mereciendo después de no sé cuántas intentonas pero ya he visto "Los chicos están bien" y, desde luego, el Oscar tiene que ir para Natalie. Quizá, si yo hubiera sido actriz, podría haberme perdido en ese personaje que hace ella. Es un trabajo maravilloso. Como tu comentario, gracias, Dex.
Yo también he visto Los chicos están bien, por métodos menos lícitos que los tuyos me temo (a mí no me mires, que me obligaron) y también me quedo con la copla de que el Oscar tiene que ir a manos de Natalie, a pesar de que siento debilidad por la Benning. Y hay que reconocer que ha tenido mala suerte en sus dos últimas nominaciones en las que se le cruzó la Hillary Swank de Boys don´t cry y Million Dollar Baby.
Con respecto a Barbra Hershey yo siempre la recordaré como una de las hermanas de Hannah y en esas escenas impagables junto a Max Von Sydow y Michael Caine. Tengo pendiente de revisar muy pronto El ojo público, una pelí que me encantó cuando la vi pero que tengo algo olvidada.
Con respecto a Wynona, también me parece que su mejor papel de largo es en La edad de la inocencia.
En "Hannah y sus hermanas" es que la tía estaba guapísima y atractiva y no me extraña que el Michael Caine, realmente, lo que sienta es unas ganas terribles de acostarse con ella. A mí eso me pasa con ella en "El ojo público" y entiendo mucho toda la historia en función de las motivaciones que despierta su personaje. Ahí Joe Pesci merecía todos los Oscars del mundo. Lo de Wynona es una pena porque es una chica que tuvo todo, nunca llegó a despegar y ahora aparece como secundaria, unos inutitos en pantalla y ya vas que te matas. Cómo echar a perder una carrera haciendo gilipolleces.
Ah, y también recuerdo a la Hershey estupenda como María Magdalena en "La última tentación de Cristo" y en una muy desconocida que actuó junto a Dennis Hopper y que ella estaba fantástica que se llamó "Paris trout"
Pufff, tengo de nuevo saturación de tajo, pero os leo siempre y en tos los laos...
Sólo me permito un apunte.
¡¡Por Dios!!, Hablais de Barbara Hersey y no se os ocurre comentar el polvazo que le echaba un fantasmón en "El Ente", una de esas películas que se graban en la memoria...y ella en bolas, que uno era adolescente y esas cosas no se olvidan...
Abrazos ocupoados
Pues, la verdad, sí que había pensado en "El ente" y que yo también me había impresionado con verla en tamaña naturalidad pero es que, realmente, nunca me gustó esa película. Tal vez la razón principal es que estaba dirigida por Sidney Furie que es una de mis bestias más negras porque es el padre camerístico de Danny Boyle con una elección de planos que hizo que saliera del cine (el cine Roxy, por más señas) mascullando algo así como: "Anda y que te den por culo, gilipollas". Eso sí, ella bellísima, no cabe duda. Y además es una tía que me cae bien y que nunca ha sido muy valorada.
Bueno, pues venía por aquí a decir unas cosilla y os releo y me he dicho ¿Y que coño vas a comentar si está todo dicho y mucho mejor?.
Em cualquier caso, un par de detalles por decir algo que soy muy charlas.
Me agobía un poco el principio con algún exceso modernista sin sentido, la camara en mano situada casi en el cogote de Portman cuando va a los ensayos...marea y no se que intenta significar.
He leido y odido críticas negativas de dos tipos : La carga sexual y lo poco comprensible del relato. Tal como yo lo veo, los que dicen que es una película demasiado centrada en el aspecto sexual o una película que confunde y que no se entiende, son gente que no sabe ver cine (extendería mi opinión diciendo algo sobre su falta de cultura en general)...De todos los peros que se le pueden poner a la peli, uno de ellos ( al menos a mi me ocurrió) es que es algo previsible y que avisaba del final (y de la clave de la película) unas cuantas veces antes de desvelarlo. Pero los recursos de mezclar relidad y ficción son tan viejos que no sé como alguien puede no comprenderlos (salvo que haya visto muy poco cine y muy poco de todo). Por otro lado, los que se asusten del contenido sexual de la película tienen un verdadero problema de puritanismo, el sexo está tratado con bastante cuidado para la época en que estamos y es un elemento bastante importante en la neurosis de la excepcional Natalie (efectivamente oscar sobradamente merecido, a veces la Academia acierta).
Y por ultimo, si Cassel os parece algo menos adecuado (a mi no me sobraba) he dedecir que Mila Kunis es un acierto, no tanto como actriz ( tampoco tiene un papel exigente) sino que me parece perfecta como belleza morbosa en contraposición a la perfección casi de estatua griega de marmol
frio que refleja en el film la Portman.
Creo que es una buena película que consigue lo que busca. Inquietar.
Abrazos.
Básicamente de acuerdo contigo, Carpet. Bien Mila Kunis en una papel secundario. Fantástica la Portman. Cassel sigo sin verle la gracia por muy bien que meta mano (esto es una broma, por supuesto, más envidia que otra cosa). Aronofsky sí que se raya bastante con algunos planos, a mí, creo que ya lo he dicho, me sobra bastante esa fotografía de grano grueso, como si quisiera dar a subrayar el realismo de una historia sobre los demonios interiores que pululan y se ven constantemente reprimidos... Creo que el hecho de que esté ambientada en el ballet es una excusa y no una justificación aunque he hablado con alguien que estudió ballet y dice que esas rayadas son propias de ese mundo. Sin duda, la película consigue inquietar y creo, además, que ahí reside su punto fuerte. Es mucho más inquietante la visión que de sí misma tiene la protagonista que el hecho de sumergirse conscientemente en un lado que siempre le ha estado prohibido. Está bien y funciona, no cabe duda, y también es previsible. Por cierto, los planos de baile cansan bastante con movimientos circulares repetitivos y que intentan dar una idea de fascinación y demás. Los cogotes...en fin, pregúntale a Godard, que de cogotes sabe un montón.
Abrazos y gracias por acordarte de dejar tus impresiones
Inteligente filme en el que descubrimos dos certezas inicialmente, muy claras.
La primera nos dice que si quieres hacer carrera en el mundo de las artes, debes chupar la polla. La segunda nos desvela que Darren Aronofsky bebe y muy bien, de las fuentes de Roman Polanski. En este segundo punto es donde hay que profundizar.
“Cisne Negro” nos introduce mediante Nina( Natalie Portman), en el mundo de la danza clásica y de las compañías de ballet como trama principal.
La estructura de la película es modélica ya que las subtramas van ganando peso con el metraje y el devenir de los acontecimientos.
La subtrama mas importante que nos atañe en la película, es la locura. Una locura que empujará a la magnífica Natalie Portman a transformarse en un ser paranoico.
Matthew Libatique( los directores de foto, los grandes olvidados) nos deleita con un universo fotográfico, creado a partir de la idea de utilizar película de exterior/noche para rodar todos los planos de la película. Teniendo en cuenta que el 99% de los planos de “Cisne Negro” son interiores, eso nos crea una atmosfera especialmente oscura y descarnada.
El espectador agradece ser tratado con inteligencia y entra al trapo del director, quedando atrapado en la tela de araña que ha ido tejiendo el excelente guión.
La pulsión sexual enfocada a conseguir un fin de superación en el baile, nos hará adentrarnos en un thriller y una tensión sicológica con una apoteosis final, que te deja revenidas las entrañas. Imposible no terminar con la piel de gallina como Nina.
Ess cierto que la película tiene muchísimos toques de Polanski, especialmente de "Repulsión" como comentó Dexter en su momento. Pero yo aún iría un poco más allá. El argumento es un puro calco de "Doble vida", de George Cukor, película de 1947, que le reportó un Oscar a Ronald Colman. La única diferencia radica en que mientras aquí se retrata el mundo del ballet, en la otra es el mundo del teatro con todas sus absorciones y obsesiones. Por supuesto, hay tensión sexual en la película de Cukor sólo que mucho más reprimida debido a la censura de la época. Yo no creo que la película sea redonda y, ni mucho menos, que esté hecha para todos los paladares pero sí que tiene algunos puntos de buena calidad y de rayadura bien contada.
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