jueves, 17 de febrero de 2011

VALOR DE LEY (2010), de Joel y Ethan Coen

El tiempo del lejano Oeste no era el lienzo de los mitos. Donde había leyendas, sólo existieron borrachos pendencieros. Donde volaban las balas de justicia, era el aire de una jugarreta a traición. Donde había voluntades inquebrantables, se pisaba terreno abonado para forjar caracteres de amargura y de adiós. Y es que el ruido de las armas era tan habitual que no había demasiadas éticas, ni comportamientos de ley. El tiempo se escapaba y había que hacerlo todo a golpe de revólver.
Es muy curioso comprobar cómo a una historia amable se le puede dar la vuelta y mostrar el lado más oscuro de lo que en realidad fue una época de forajidos a uno y otro lado de la ley. En esta ocasión, los hermanos Coen han querido agarrar por el cuello todo el universo que se movía alrededor de los personajes que encarnaba John Wayne y lo han teñido de desmitificación y de abandono, de seguridades perseguidas a través de caracteres que no tenían nada de admirables y de certezas avinagradas que describían cómo el Oeste y, en definitiva, la historia se encarga de olvidar a los hombres que, de verdad, eran héroes.
El recuerdo de quien vivió días de ansia de justicia es el único juez para aquellos que hacían imponer un poco de respeto en un paisaje de dureza y desolación. El lejano Oeste no era esa vasta extensión de tierra repleta de leyendas que merecían la pena imprimirse para superar la realidad. Era un realidad repleta de mediocridades y de bandidos, que bebían, maldecían, disparaban y olvidaban. Los brazos de la justicia eran tan cortos que no era fácil dar caza a cualquier desaprensivo. La muerte era el principio de la existencia para todos aquellos que vivieron días de ira y desprecio. Y detrás de esos toques de humor absurdo, de esa violencia que siempre aparece tan de repente que te descoloca con facilidad de gatillo, hay toda una declaración de intenciones por parte de unos directores que no dudan en alejarse del idealizado Oeste y acercarse en homenaje al propio Clint Eastwood de Sin perdón, eso sí, sin perder nunca su propia visión.
Para ello cuentan con un actor de la anchura y bravura de Jeff Bridges, capaz de expresar con un solo ojo muchísimas más cosas que la mayoría de intérpretes con los dos. La película muere ligeramente cuando él no está en escena y agoniza como un caballo agotado mientras se espera su aparición. Detrás de él, Haillie Steinfeld, que perfila el personaje de la adolescente que contrata a un alguacil para perseguir al asesino de su padre con un marcado aire decidido que los Coen completan con un epílogo inesperadamente amargo y, al mismo tiempo, optimista. Matt Damon cumple bien su cometido y se halla extrañamente cómodo como ese agente de la ley de Texas que bordea ridículamente la horterada con su vestimenta y su ingenuidad. Y, además, hay que destacar esa espléndida fotografía de Roger Deakins que confiere al escenario en el que se desarrolla la acción un papel preponderante y decisivo, algo que ya es todo un referente en la filmografía de estos hermanos que saben tanto de cine y de horizontes que se van lentamente borrando de la memoria.
No es la mejor película de los Coen pero no cabe duda de que es mucho mejor si se sabe rebuscar un poco en todo el cuadro que quieren pintar con un poema al pie. Sus versos están dentro de su estilo, sus estrofas son atinadas y su rima llega a ser de una cierta perfección estilística pero hay que leer toda la poesía si se quiere captar todo el fondo de una historia que habla sobre la fugacidad del tiempo, de lo amable que es cuando no deja que se vea cuán bajo hemos caído, de la fortaleza adusta e impenetrable que se erige en el corazón de una mujer que ha vivido todo lo que ha podido pasarle a su mano izquierda y aún así no pensó nunca en la rendición. Quizá ése es el auténtico valor de ley. No dejarse doblegar por un entorno que fue más hostil que legendario.

10 comentarios:

dexter dijo...

He de confesarte, amigo Bardés, que salí de ver esta cinta el otro día algo así como encantado. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo y le voy dando más y más vueltas al coco la peli se me desinfla y se me va desmontando por momentos. Y empiezo a cuestionarme cosas
Para empezar, ¿porqué un remake? Porque esto, lo diga quien lo diga, es un remake, no me vale eso de que me he basado más en la novela que en la película de después. Salvo, el final a modo de epílogo que me parece bien bonito por cierto, el resto es un calco del film de Hathaway e incluso me atrevo a decir, tengo reciente la visión del original pero no lo suficiente como para poner la mano en el fuego, que hay secuencias que remiten casi plano a plano al mismo. ¿Qué les pasa a estos chicos, que no pueden resucitar el género con material propio, que se han quedado sin ideas y tienen que echar mano de la revisitación de un clásico para intentar redefinir géneros como siempre les ha gustado hacer? Francamente, no lo hicieron con "Muerte entre las flores" en donde “reinventaban” el cine negro a base de darle la vuelta a una novela que al final no la conocía ni el Hammet que la parió. Ahí sí que me funcionaba el reverso tenebroso de los Coen. Aquí la verdad es que me da un poco igual.
Técnicamente, la película es impecable, la música, el montaje, la fotografía, todo es esplendoroso. Pero se echa en falta – yo al menos, tú no por lo que leo- el toque Coen, la impronta autoral. De los actores me quedo con la niña que está asombrosamente estupenda. Bridges y Dammon están bien, pero el primero al final me llega a resultar cansino -azótame si ese es tu deseo- y sobre todo no me hace olvidar a Wayne que para bien o para mal sigue siendo el western, así con mayúsculas. Y Brolin, que es un pedazo de actor que cada día me gusta más sale cuatro ratos mal contados.

En definitva, que la peli ahora no me parece mala, pero tampoco me entusiasma. Será que soy un nostálgico, será que no era el western que yo esperaba de los Coen.

Carpet dijo...

Yo no he bisto la peli ( no sé porque empiezo siempre mis comentarios con una obviedad como esta), pero me atrevo a decir a tenor de vuestros comentarios un par de cosas.

La primera es que yo creo que el western de los Coen es "No es pais para viejos", es un western atipico pero rezuma todas las claves del género salvo su resolución final, es un reverso del western clásico donde el sheriff no persigue al forajido sino al contrario. Y esa es una película que si lleva la marca Coen de principio a fin.

Y sobre la innecesidad de este remake, yo tampoco lo veo claro, como no veo casi ninguno, salvo que "Valor de Ley" la de Wayne no era una película especialmente redonda, que flojeaba por su descompensado casting donde el Duque sobresalia tanto que apagaba a sus compñeros y si aquí Brolin sale poco en la de Hataway tampoco tiene Duvall mucho tiempo para lucir. Es complicado intentar mejorar un clásico salvo que el original no sea todo lo bueno que pudo ser y eso tal vez animara a los hermanos y a los productores, pero hay una objección importante la sombra de Wayne es tan alargada como su estatura y el halo que desprende lastra cualquier intento de suplir las carencias del original.

Abrazos.

Carpet dijo...

Para no hacer tan obvia mi entrada, he escrito visto con "b" en un alarde de originalidad artistica que espero que sepáis apreciar.

César Bardés dijo...

Puntualicemos, no me parece una película redonda, aunque sí me parece una película Coen. Es más, decís que no reinventan el género, yo creo que, de alguna manera, sí lo hacen, quizá no con la fuerza con la que lo hicieron en "Muerte entre las flores" o en otras de grato recuerdo, pero sí lo hacen, entre otras cosas porque yo no veo en la película personajes demasiado amables, cosa que no ocurría con "Valor de ley", versión Hathaway. Es verdad que la sombra de Wayne es alargada y que la secuencia del duelo a caballo con el Duque disparando con un revólver con una mano y cargando el rifle con la otra, no sólo es insuperable, sino que está y forma parte de mis recuerdos más legendarios. Yo creo, sin embargo, que Bridges sí da el pego, se ajusta bien al personaje y, si te fijas, Dex, lo hacen más torpe que lo que, inevitablemente es Wayne en su versión. Ahora bien, ¿qué es lo que hace esta película diferente en su versión a la de Hatahway? Para mí, la respuesta es muy clara. En primer lugar, el uso de la violencia (brutal la escena de la cabaña) y, en segundo lugar y no por ello menos importante, el personaje de la niña. Seamos sinceros, lo que reblandece la película de Hathaway es la niña, inadecuada, torpe, insegura, de meterle un par de ostias bien metidas, vamos. Sin embargo...a ésta no la meterías un par de ostias, no. Más bien tomarías precauciones para cubrirte para que no te las diera ella.
El personaje de Damon es un tonto, directamente, bastante más tonto que en la versión de Hathaway y aquí puede que la memoria me engañe pero la caída al pozo de la niña...¿llega a ser rodada por Hathaway íntegramente desde el interior o se queda íntegramente en el exterior? Aquí concedo el beneficio de la duda porque tendría que revisarlo. Además de todo ello, ese epílogo que enmarca de forma, yo diría que casi magistral, lo que los Coen quieren decir: un Oeste lleno de malas personas que, debido a las circunstancias, puede que hicieran buenas acciones pero que, en todo caso, su recompensa no es otra que el olvido y la amargura.
En cuanto al personaje de Brolin, Carpet también lo deja claro. En la primera es Duvall y tampoco es que salga un montón y Brolin es famoso por coger los papeles en función de...Dios sabe qué.
En cualquier caso, y si has ojeado el prólogo de Lorenzo Silva de mi libro, Dex, podrás ver cómo él disiente de la opinión que Carpet y yo compartimos sobre "No es país para viejos", una película que, por estructura, es mucho más del gusto Coen por mucho que a algunos les descuadre totalmente la muerte de Brolin.
En cualquier caso, que quede clara una cosa, no dejáis de tener razón, bajo mi humilde y despreciable criterio, ninguno de los dos. Son sólo ajustes sobre la misma historia lo que yo os estoy contando. Gracias a ambos.

César Bardés dijo...

Por cierto, qué toque, Carpet, "bisto" con B. Es increíble la creatividad con la que reinventas el género comentarial.

dexter dijo...

A ver, que he tenido que salir un momento a la calle exponiéndome al ataque de una bandada de cotorras asesinas. Ciertamente, a mí la peli de Hathaway no me vuelve loco, pero creo que tiene mucho sentido que se hiciera cuando se hizo y con Wayne de protagonista y encima redondearla dándole el Oscar. Por otra parte, creo que lo que da sentido a este nueva es su brillante y bellísimo - lo recalco por si acaso- epílogo final, que se inicia antes de la famosa elipsis, con la larga cabalgada de Bridges y la niña bajo el cielo nocturno - esto último no sé si ha quedado un poco porno, pero me parece el momento más bonito de la peli, vamos que yo en el conversacines me lo pediría para mí solito.
Y sí, está muy bien, que Lorenzo Silva te contradiga en esas cosa , a ver si se te baja el moco un poquitín, hombre.

Carpet dijo...

Yo creo que, tirando de mi mala memoria y eso es casi como decir que lo más probable es que me equivoque, aunque la vi hace muy poco con mis críos, en la escena de la caida a la vcueva no hay integramente ni exterior ni interior. Hay algunas escenas interiores o lo simulan con la niña pidiendo ayuda y la cuerda lanzada desde el exterior y hay otra exteriores con el ranger y su cabeza abierta echandoles un cable.

Pufff cuandto me confunde mi altzheimer. Ya no estoy seguro de na.

César Bardés dijo...

Vale, aceptamos la aclaración de Carpet sobre el exterior y el interior aunque ya digo que me suena que a la chica se la oye pero no se la ve porque tengo la imagen de Glenn Corbett sujetando la cuerda. De todas formas, estoy seguro de que la tenéis más reciente.
Y hombre...tirarme el moco...encima de que digo que hay voces, quizá más autorizadas que la mía, que contradicen nuestros gustos, o sea, que me las he querido dar de modesto y lo que me ha salido es un mocarro pedantón. Tengo que vigilarme el resfriado arrogantchús.
En todo caso, estoy de acuerdo, Dex. Lo mejor de la película es el final (por cierto, qué fotografía la que exhiben en la cabalgada ¿eh? Impresionante. La exhiben en toda la película pero ahí...joer, si hasta se ven las gotas de sudor del caballo).
Valor de ley, chicos. Y una buena copa.

Anónimo dijo...

Yo siento mucho disentir del gusto que parece dejaros la película, pero a mi no me ha dejado precisamente una buena sensación.

Me parece un film deslabazado, del que solo destaco una excelente fotografía, una impecable puesta en escena y un excepcional Jeff Bridges.

Lo siento Dex, pero cuando te he leído que la niña está asombrosamente estupenda... he completado mentalmente la frase con un "para tirarla por un barranco de un patadón en la espalda" (como hacía Bridges con los niños indios en una excelente secuencia cómica). Cada vez que la veía en pantalla (con ese doblaje tan lamentable, por cierto) tenía unas ganas locas de que pasara la secuencia...

Y ya no hablemos de Marty Mcfly... estooo, perdón que me confundo (de Matt Damon quería decir...) Es que esas vestimentas me recordaron a las cedidas por Doc Emmet Brown en la tercera parte de una de mis trilogías infantiles favoritas.

Es una peli irregular, que tiene momentos buenos alternados con otros absolutamente prescindibles. (Creo que con menos duración y con otro montaje la película subiría bastante).

Creo que los Coen se han perdido un poco con esto de querer dar la nota siempre. De todo lo que les he visto en los últimos años solo salvo "Quemar después de leer" que me pareció divertida.

Ojo, no me parece un desastre... pero si una peli de la que me olvidaré de todo menos de Bridges. Simplemente eso.

Un abrazo a todos.

César Bardés dijo...

Es cierto que los doblajes que se están haciendo últimamente distan mucho de aquellos otros que se realizaban en los años sesenta con una voces extraordinarias. Sin embargo, Chus, no sé si has visto la primera versión de "Valor de ley" y ahí sí que la niña estaba para darle de ostias hasta en las enaguas. Precisamente, los Coen dotan de una enorme personalidad a la niña y con un empuje que queda perfectamente explicado con ese bellísimo final que me parece muy especial en su concepción y que hace, precisamente, que la película sea más que apreciable.
Sí es cierto que el personaje hortera-Damon es para matarlo pero ya en la primera versión Glenn Corbett era de ese estilo con lo que me lleva a pensar que en la novela está descrito más o menos así.
Me gusta mucho "Quemar después de leer" porque avisa de la flora y fauna que nos rodea. Sé también que los Coen son unos cineastas con los que no es fácil empatizar y que no a todos gustan. También me parece muy interesante "Un tipo serio" por esa obsesión por tener la vida controlada e intentar encajar a la fuerza piezas que son incontrolables. Lo que suele pasar es que cuando todo parece tener un orden, siempre viene un acontecimiento mayor para que todo se vaya al cuerno, aparte de eso, me parece estupenda esa forma de contar en la que aparece un prólogo explicativo de todo lo que viene después y que remite directamente a la aceptación de las cosas tal y como son.
En todo caso, gracias Chus y un abrazo.