Los sentimientos de superioridad suelen ser propios de todos aquellos que se creen capaces de burlarse de todo sin represalia alguna. Encontrar los resquicios de la ley siempre imperfecta puede ser todo un juego para quien aspira a deshacerse de su mujer, una hermosa dama, porque compartir no es precisamente la mayor virtud de las inteligencias superiores.
En Fracture, de Gregory Hoblit, un director irregular que asombró a propios extraños con Las dos caras de la verdad (menos mal que yo no era ni propio ni extraño), que desaprovechó descaradamente un argumento excelente en Fallen, que estuvo más que atinado en Frequency y que cuando hizo La guerra de Hart debía de estar bajo los efectos de algún psicotrópico contra la depresión, consigue, en esta ocasión, una película que fascina porque sobre ella domina la sombra, la experiencia, la sabiduría y la medición con la que Anthony Hopkins aborda su papel. Poco importa si está mal o bien dirigida, si el argumento parte de un error de base al presentarnos a un personaje extraordinariamente inteligente que comete un error casi infantil, si el joven Ryan Gosling (un actor que promete) hace frente con algo más que dignidad al torbellino Hopkins, lo que prima en esta película es la interpretación, llena de fuerza, salpicada de ironía, contenida hasta los límites de la seguridad extrema del actor galés. Todo en él parece trazado bajo las líneas de la precisión matemática: sus gestos, su estar, su especial inteligencia, sus miradas elocuentes en silencios charlatanes, sus elegancias consumadas, sus indagaciones de carácter que resultan no sólo convincentes, sino también razonadas.
Quizá alguien, con el ojo puesto en el defecto y el defecto puesto en la forma de mirar, diría que es una repetición del mítico personaje que Hopkins ya perfiló con maestría en la excepcional El silencio de los corderos. La respuesta es que no. Mientras que allí salpimentaba su caracterización con un aire permanentemente siniestro que incluso se presentía en su sonrisa, aquí, Hopkins se decanta por una ironía placentera, por la seguridad de ser cruel sin necesidad de ser truculento y de bucear en detalles que enturbien las entrañas del espectador. Es un actor de enormes matices, de puntos de inflexión de riqueza pocas veces igualada. Es un actor.
Ya he dicho que Ryan Gosling está más que digno haciendo frente a un monstruo ante el que se arredraría cualquiera, pero es que el chico lo hace realmente bien y lo que siempre se nos queda entre los dedos, escurrido en breves apariciones, es lo poco que se ve a un actor que es también asombroso en cuanto a matices y perfecto en cuanto a ejecuciones como es David Strathairn. Siempre que este tipo sale en pantalla, te quedas con ganas de más.
La dirección de Hoblit, por otro lado, es correcta, no es de esos tipos que te sorprenden con un plano que te deja boquiabierto o con una estructura que te obliga a trabajar mentalmente. Tiene una cierta tendencia a colocar un cepo para que pisemos donde no debemos pero se le perdona cuando tiene una paleta de colores de tantas gamas. No en vano tampoco debemos olvidar que se basa en un guión escrito por unos fulanos que tampoco es que te dejen con las teclas temblando como Daniel Pyne (El mensajero del miedo, Pánico nuclear...Es decir, poco más que un correcto adaptador de historias ajenas) y Glenn Gers, un hombre que lucha en la jungla de Hollywood por hacerse camino hacia la dirección y que sólo ha trabajado para la televisión, de ahí que algunos rincones del film parezcan extraídos directamente de un Estrenos TV.
Esta no es una película de misterio, no es una de esas típicas historias que hacen que quieras saber quién es el culpable o cómo van a coger al malvado de turno. Ni siquiera tiene una enorme sorpresa al final. En el fondo, quieres que el malo gane, solamente porque es mejor. Es la seguridad de que la ley está resquebrajada por fisuras por las que se puede colar la maldad. Esta es una película para recostarse bien en el asiento y fijarse en los actores, en las expresiones, en algún que otro giro inteligente, sí…pero es que el giro más inteligente que puede tener esta película se halla en el rostro, lienzo de sensaciones y de ironías, de un actor que, nos guste o no, es de los últimos que ya son leyenda.
6 comentarios:
esta noche me he despertado y la tele continuaba encendida, estaba en Canal Hollywood, ignoro que estaba viendo cuando me dormí, y parecía que emitían un reportaje sobre Susan Sarandon. He apagado la televisión y he intentado conciliar el sueño de nuevo, pero la imagen de Susan en varias escenas ("Thelma y Louise", "pena de muerte","Quedate a mi lado"...) que he podido ver en el intervalo me bullian en la cabeza.
Casi insomne pensba, hay algunos actores y actrices que sólo pueden no optar al Oscar cuando se equivocan, porque su sólo presencia y su maestria es de tal nivel que están varios peldaños por encima de los demás.
Hice un pequeño repaso mental: Meryl Streep, la propia Sarandon, tal vez la Winslet...Y en hombres, Gene Hackman, Ed Harris y por supuesto Hopkins.
Descarté a Pacino y a Hoffman por sus excesos y a De Niro porque parece decidido a autoborrarse.
Hay alguno más pero que ultimamente se prodiga poco, Caine, Nolte...
Y digo los Oscar porque todos los años se premian notables actuaciones, la mayoria de las veces y aun con reparos, los premios de interpretación suelen ser bastante más atinados que otros. Y si, Kidman puede destacar mucho en determinado papel, lo mismo que Halle Berry o la Palthrow. Del mismo modo Penn nos habrá regalado algún momento excelso, o ha estado muy atinado Adrien Brody en determinada composición o Firth o Jamiee Foxx.
Sin embargo, existen los otros, los que con cada interpretación construyen un personaje especial, notable, distinguible, que marca la película por encima de su guión, de su estructura, de su calidad.
Pienso por ejemplo en "Sin perdón", una de las películas indiscutibles y entiendo que por encima de todas su virtudes, las apariciones de Hackman y su personaje constituyen uno de los puntos vitales del film.
A Hopkins yo le conocí en una buenisima serie de televisión basada en un libro de León Uris "QB VII", y en la mejor tradición de su compatriota Caine, ha optado por actuar donde salga sin ser especialmente mirado con la calidad de lo que le ofrecen. No importa porque su presencia eleva el tono del conjunto y nos regala personajes inolvidables, como puede serlo el patriarca de "Leyendas de pasión" por señalar una película de bajo nivel donde el compone un papel brillante.
En fin, como decíamos alguna vez de alguna película son...de otra liga.
Abrazos sin fracturas.
Pues estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. Y aún más, eres el único que me ha sorprendido con una opinión totalmente coincidente en lo que respecta a "Leyendas de pasión", donde la inteligentísima creación de Hopkins fue vilipendiada y denostada e insultada y escarnecida cuando él está realmente brillante. Sin duda, son actores de otra liga, que con su sola presencia enriquecen todo cuanto tocan. Es cierto lo que dices en cuanto a los excesos de Hoffman, de Pacino (apenas una caricatura de sí mismo)y de De Niro, muy errático. Hackman, Caine, que aún está dando guerra, Sarandon y Streep, sin duda las dos grandes damas que le quedan al cine. Harris aún nos puede regalar momentos muy brillantes. Últimos mitos. Últimos supervivientes. A mí me parece que son como de la familia. También podríamos citar a Nicholson o a Freeman y, desde luego, Clooney va en camino, al igual que Pitt y el ya mencionado muchas veces di Caprio.
Abrazos sin equívocos.
Pues fíjate, Bardés, que yo te noto más propio que extraño, eh. Bienhallado de nuevo por aquí, espero que hayas empezado el año con fuerza y que los Reyes te hayan traído muchas cosas y hayan reparado ya esos virus informáticos para acelerar tu segunda aventura editorial. Si tú empezaste el día 1 como siempre viendo a John Ford, yo lo hice haciendo caso de una de tus recomendaciones y dejándome seducir por la ternura del "Profesor Holland" en una película que emociona hasta lo más profundo y con un Richard Dreyfuss para el que sencillamente no hay palabras (esa interpretación del "Beautiful son" de Lennon pone la carne de gallina). No salía de mi asombro cuando leí que ese año el Oscar a mejor interpretación fue a parar a manos de "Braveheart" y el de interpretación a Nicolas Cage por "Leaving Las Vegas" (grrrrrr). Otra joya que descubrí estas Navidades, y esta vez no sé si fue gracias a ti o a tu blog, fue "El trompetista" de Michael Curtiz, una película que también me caló hondo, y que pienso debería estar mucho mejor valorada. Recomiendo efusivamente estas dos películas a todos tus lectores.
Respecto a "Fracture" pues mira, creo que de esa última hornada de películas que parecen cortadas por el mismo patrón , de esas de "y ahora viene un giro argumental que os vais a quedar turulatos", a mí es de las que más me convence. Y Hopkins está increíble... como siempre.
({)
De hecho "Leyendas de pasión" que es un pastel de cuidado tiene algunos momentos brillantes gracias a Hopkins, algún otro por Pitt (muy forzado a repetir el tono de james Dean en algunos momentos) y ese final a lo Jeremiah Johnson (para mi lo mejor).
En cuanto a Hoblit, me alegro leer lo que comentas de "Las dos caras de la verdad" porque es una película que me parece una autentica tomadura de pelo, no sólo por su "sorprendente" final sino porque me parece que es un espectáculo de marear la perdiz para terminar por sacarnos un conejo (de la chistera, claro) y con eso envolver como impresioannte un film casi insulso, sin apenas contenido y con muy poca forma.
Se podría decir que Shy hace algo parecido, eso he oido yo a gente que defendía "las dos caras...", pero el bueno de M Nigth al menos dota al conjunto de personalidad propia, con errores y defectos, el ritmo, el tono, y los encuadres de "El sexto sentido" colaboran con el climax y su recorrido, mientras que Hoblit no hace nada que merezca la pena resaltar.
Y también de acuerdo con respecto a "Fallen" una película notable que se sostiene sobre todo por su argumento y por la solvencia de Washington, pero que en otras manos podría haber sido un film memorable.
Abrazos con faltas de ortografía.
Yo también espero la reparación de virus informáticos porque la verdad, el año ha empezado de pena, pero bueno, seguiremos luchando que es el verbo que mejor sabemos conjugar. Me alegra que te haya emocionado "Profesor Holland", una película que vi en un momento muy concreto de mi vida y que sabe arrancarme las lágrimas con el "American symphony" que el pobre de Michael Kamen supo componer para la ocasión. Además, aquel año fue de grato recuerdo porque retransmití la ceremonia del Oscar a través de Onda Cero y, aunque no soy ni de "Braveheart", ni de "Leaving Las Vegas", una película que ni llega, ni arranca, ni hace mella, ni nada, siempre es un año que recuerdo con una sonrisa.
En cuanto a "El trompetista" tal vez la nombrarámos en alguna ocasión hablando de biografías de célebres del jazz, en este caso Bix Beiderbecke y, la verdad, es una estupenda película, sin duda. Me gusta Douglas, muy esforzado en el papel, y, por supuesto, Bacall, no tanto la Day que siempre me cuesta más de tragar pero es una buena muestra de lo que se puede hacer con la vida de esos grandes que parecían "tocar una música que ya interpretaron mañana".
Hopkins es enorme porque el muy cabrón es capaz de empatizar tanto con el público que, a pesar de ser el malvado, quieres que gane. Eso no lo puede hacer cualquiera.
Abrazos jazzísticos con improvisación incluida.
Nuevamente de acuerdo,Carpet. Lo que pasa con Shy es que, de acuerdo, construye la historia en base a una trampa final pero sabe manejar muy bien los tiempos y sabe dotar al espectador de la inquietud necesaria para dejarle intuir que algo extraño está pasando durante toda la película. No es el caso de Hoblit que va en una dirección, al final cambia y dice "hala, ¿a que he sido original?".
Me acuerdo perfectamente del final de "Leyendas de pasión" porque a mí también me dejó impresionado ese final romántico y solitario para el héroe. Pitt en esa película está demasiado afectado, aún está ahí el actor en ciernes y creo que supo alejarse de la imagen que proyectaba melena al viento y rebeldía constante. La versatilidad ha sido una de sus mejores armas, ha ganado en aplomo y su presencia comienza a ser un aval.
Abrazos desde el otro mundo.
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