La noche parece envolver todos los colores mientras el motor ronronea a la espera de dar un rugido que llame a la velocidad. La mirada en el retrovisor es fría como el hielo y el gesto en el parabrisas es granito en bruto. El volante se quiere insinuar en las manos de quien sabe acariciarlo y el asfalto es una alfombra donde dibujar los derrapes y la aceleración. Durante cinco minutos, el hombre que conduce el coche es nuestro. Un minuto antes o un minuto después, la regla de disponibilidad quedará hecha trizas.
Y es que entre tipos saliendo deprisa y corriendo con bolsas llenas de dinero y el maldito trabajo de especialista en el cine, no ha habido tiempo para más que la soledad con un punto de desesperación. El cambio de domicilio frecuente, el coche siempre distinto, el silencio alrededor. El conductor de marras ni siquiera puede expresar una opinión, no es de su incumbencia, no hay más vocabulario que el del motor y el de la habilidad al volante. Lo demás es palabrería. Lo demás es vacío.
Sin embargo, alguien se cruza en su vida y todo comienza a tener un color distinto. La sonrisa aparece de vez en cuando en sus labios apretados. El disfrute le acaricia con timidez en la mano. Alguien de quien preocuparse. Una aceleración en la vida. El corazón, siempre templado, empieza a latir con preocupantes ruidos en la caja de cambios. Todo es un espejismo porque, en su infinita frialdad, este hombre va a intentar poner en orden la vida de ella. Tal vez porque sólo eso merece la pena. El dinero es secundario. Seguir es prescindible.
La mafia corroe los cilindros y algo sale mal. La sangre sale y lo hace con fuerza. La violencia es terrible. El ajuste de cuentas es necesario. Cuanto más cruel, mejor cuadra. No puede haber retornos. Sin piedad. No hay sueños que cumplir. Sólo queda envolverse en la máscara impasible y hacer lo lógico. Y si hay que derrapar hacia el abismo es mejor llevarse a unos cuantos por delante.
Interesante la película de cine negro que plantea Nicolas Winding Refn con una baza asegurada en la estupenda interpretación, pétrea y segura, de Ryan Gosling en el papel de un hombre que conduce para aquellos que necesitan una fuga rápida y limpia después de un trabajo a punta de pistola. La frialdad que imprime a la mayoría de sus expresiones rayan en una perfección que no deja entrever la reacción posible de ese chofer que está hundido en la soledad y en la indiferencia y que se ha acostumbrado a vivir así. Al fin y al cabo, conducir no es sólo mantenerse en un carril, cambiar a tiempo de marchas y usar el acelerador con tanta precisión como sea posible. El riesgo está ahí. El semáforo no siempre está en rojo. Y el personaje que interpreta Albert Brooks también es un indicativo de que es mejor no saltarse la señal. Eso sí, si la violencia no les gusta, cómprense un cochecito de juguete y jueguen a los atracos en las alfombras de carretera dibujada en su casa. Es mucho más seguro y no tendrán que apartar la vista.
Con un cierto ritmo irregular, con alguna que otra tendencia hacia la estética de los años ochenta y con un argumento brillante, de novela negra y frenazo en la raya, no cabe duda de que es una película que llega a sorprender al sumergirnos en la noche de la delincuencia y de una vida descolocada y decidida que, de repente, encuentra algo que relaja el gesto y enternece la dureza de unos neumáticos acostumbrados a correr tanto que apenas les queda dibujo. El olor de la gasolina quemada llega a adormecer los sentidos mientras asistimos, sorprendidos, a una carrera que sólo termina allí donde la noche es un inmenso agujero sin final. Y es que quizá no veamos las lágrimas caídas en la calzada, como líneas blancas a lo largo de una autopista donde la última parada es el castigo para el solitario.
11 comentarios:
Meto la directa y me planto en el post de arriba. Una propuesta interesante como dices, aunque quizá menos de lo que cabría esperar. Esos cinco minutos iniciales son alucinantes y te predisponen para lo mejor. Y lo cierto es que luego el Nicolas Winding éste levanta el pie del acelerador. Me sorprende que en Cannes se llevara el premio al Mejor Director, estando por ahí Malick e incluso Hazanavicius. Porque lo suyo es un ejercicio de estilo, impecablemente realizado eso sí, pero ejercicio de estilo al fin y al cabo. He oído por ahí la influencia tarantiniana de la peli y bueno yo sí la veo en su vocación de refrito, sólo que Quentin la sabe calzar mejor. Magnífico Ryan Gosling en todos los sentidos como ese pétreo samurai que cree que no sentir nada está en su naturaleza, pero, ayss. Claro, aparece Carey Mulligan, guapísima y quizá algo desaprovechado su personaje - en general todos los personajes femeninos lo están-, y pasa lo que pasa.
Abrazos al ralentí
Básicamente estoy bastante de acuerdo con todo lo que dices. Me parece que el arranque de la película es ciertamente excepcional y la forma de presentar al personaje de Gosling es impecable. La película, de repente, tiene una caída de ritmo enorme. Muy, muy bien visto, Dex, con ojo de lince, la semejanza de este personaje con el Alain Delon de "El silencio de un hombre". Carey Mulligan sí que está desaprovechada pero me parece interesante la forma de plantear esta relación sin apenas palabras. También me parece bastante interesante el personaje de Albert Brooks. A propósito, he leído por ahí que tiene "semejanzas con "Taxi driver" y la única que se me ocurre es la de Albert Brooks, porque yo no veo ni redención, ni catarsis, sino un intento de tener una vida propia por parte de un hombre que está perdidamente solo aunque es un profesional como la copa de un pino. Está bien y punto, tampoco hay que tirar cohetes y, la verdad, me gusta más bien poco la estética ochentera que se imprime a la película. Me apetecería leer la novela de James Sallis porque tiene que ser interesante en sus descripciones.
Abrazos revolucionados.
Oí el otro día en Página 2, un programa de libros estupendo en la 2, en la sección en la que comentan estrenos que son adaptaciones literarias, que el personaje de Gosling está mucho más definido en la novela que en la peli, lo cual a estas alturas no sé si dice más en favor del libro o del film. También leí lo de las referencias a "Taxi Driver" (y a "Perros de Paja" -¿?) y salvo que los dos protas se pasan el día al volante... Yo más que de redención hablaría de expiación. Está claro que Gosling no tiene pensando en ningún momento dejarlo todo por Mulligan (para quien no haya visto la peli, no quiero decir que al final lo haga o no, jeje). Al hacer suya la fábula del escorpión y la rana está expresando que no quiere arrastrar a nadie en su caída. Sin embargo cuando aparece la chica es cuando realmente se da cuenta de que en el mundo hay personas que se mueven por otros impulsos. Y en este sentido, me parece muy tierna la relación del protagonista con el crío. Con respecto a la violencia expresa que se ve en el film, pienso que no es gratuita como he leído también por ahí, pues se nos muestra con la crudeza y la sequedad que surge ante los ojos de Gosling.
Abrazos gratuitos
Aun no he visto nada, ni topos ni chóferes, estoy a ritmo de cierre anual y el descanso laboral es merecido y cubierto con compras compulsivas...
Entro sólo a deseraos felices Reyes y para que comprobéis que os leo, con y sin spoilers...¿entonces se va con Carey...?
Abrazos a volantazos.
Felices Reyes para ti también, Carpet. Espero que hayas sido bueno. Yo estoy muy nervioso, no sé si me voy a quedar despierto para ver si los veo, no te digo más.
Por mi parte, parece que hay un ligero retraso en la salida del libro hasta la segunda quincena de febrero por un virus informático que ha hecho que la editorial tenga que renovar todo su parque cibernético. Es sólo un ligero retraso y me doy por contento.
En cuanto a lo que dices, Dex, yo tampoco veo una expiación. Yo creo que es un íntimo deseo de no pasar sin ser notado, se compromete a ser una especie de "ángel de la guarda", de Carey y poner su vida en orden porque creo que eso le ayudará a sobrellevar esa desesperación que siente por la increíble soledad que le rodea. La mención a "Perros de paja", ya es pura simpleza que casi no merece ni comentarse. El personaje de Dustin Hoffman no es precisamente frío y hay que ver cómo se comporta Gosling en la tremenda escena del ascensor. Yo tampoco creo que la violencia sea gratuita, pero sí es impactante. Lo dicho, me parece mucho más cercana a Melville que a cualquier otro. Y es una película muy aceptable, sin duda. Aún asumiendo los fallos de ritmo que yo sí le veo y de estética un poco reprochable.
Abrazos de neón.
¿Se puede comentar en Junio un post de Enero?...Ay, Dios que lejos estoy del día a día...
Vi la película el sábado y quizá predispuesto por lo que recordaba de vuestras palabras busqué más de lo que encontré...Hoy al releerlas veo que ya me advertisteis.
Veo, sin embargo, que tu comentas como acierto lo que a mi em parece poco aceptable.
En realidad me rechinan un poco como un exceso de ejercicio de estilo esta moda actual de contar las cosas con silencios o con frases cortas o con monosilabos...si nos ponemos volvemos al cine mudo que ya era suficientemente expresivo.
Cuantas palabras dice Gosling a lo largo de la peícula, ¿200?...¿Es necesario para que nos creamos su personaje que no hable? ¿La rellación con la Mulligan es más creible sin palabras?...Ya te digo que a mi empieza a cansarme la suucesión de escenas silenciosas, sobre todo para contarnos los personajes solitarios, duros y herméticos...¿recuerdas "El americano" de Clooney?, salvo el palillo en la boca que el bueno de George jamás osaría llevar...
En fin, me esperaba más y sin embargo me parece apreciable...lo de Tarantino a mi lo único que me lo recordaba es en la utilización de la banda sonora, digamos que canciones que no cuadraban mucho con la historia que se nos contabapero que hacían bastante bien a la forma de contarla...
Abrazos desfasados
Pues sí, Carpet, por supuesto que se puede comentar una película de enero. El problema es que tú la tienes fresca y nosotros, tal vez, no la recordamos con todos sus detalles.
Creo que exageras un poco con tu ataque a las películas "pocohabladas" y prescindes un poco de las circunstancias. Es evidente que tanto el personaje de Gosling en "Drive" como el de "El americano", de Clooney son personas que viven en permanente soledad. Tal vez no hayas probado mucho la soledad, Carpet (y eso lo digo con envidia, no con deje de reproche) pero yo sí. Cuando te acostumbras a la soledad, hablas muy poco, incluso cuando te relacionas eventualmente con otras personas. No tienes ganas de dar explicaciones, no descubres nada de ti, sencillamente, porque crees que a nadie le interesa nada de ti. Salvando las distancias es evidente que "Drive" es una película mejor direccionada y mejor dirigida que "El americano" y que Gosling me parece más atractivo en el diseño de su personaje que Clooney, un actor que no puede evitar dar un toque de ternura a todo lo que hace, incluso empuñar una pistola. Gosling es más pétreo y eso hace ganar a un personaje que se revela como un misterio saber lo que piensa (creo que la escena del ascensor es muy descriptiva en cuanto a eso). En todo caso, ya hemos comentado que el ritmo no es el adecuado y que no es que se exprese más sin palabras. Es que las personas que viven en la incomunicación no comunican mucho.
Abrazos comunicando.
Mmmm, bueno disiento un poco.
He probado la soledad y la he visto en otros, también...Hay parte de lo que comentas de hablar poco, pero hay el mismo porcentaje o incluso más que se (nos) volvemos absolutamente charlatanes, necesiatmos oir a los demás y también escuchar nuestra voz, tanto más cuando sabemos que al llegar a nuestra casa lo poco que oiremos será la tele...Con decirte que yo me llegué a aficionar a hablar por telefono, un aparato que odiaba antes de mi periodo solitario y que he vuelto a odiar en cuanto he vuelto a vivir en compañia.
De todas formas, no es tanto que yo crea que este mal por sistema que los personajes solitarios y petreos se cuenten habitualmente con silencios, eso puede estar bien para hablarnos del personaje, para contarnos como es...Anton Chigurgh, por ejemplo, es un solitario, es hieratico, sin alma...y sin embargo no es casi mudo, más bien al contrario, le gusta decir, le gusta jugar con su victima, casi nunca mata en silencio.
Lo que yo digo es que últimamente se abusa del silencio, en "Drive" podría ( o no ) estar justificado, pero en el fondo hay un exceso. piensa en Antonio Latorre en "Grupo 7", Coronado en "No habrá paz para los malvados", y si me apuras incluso Daniel Craig y su creacción del nuevo Bond con muy mala leche y muy pocas palabras...
En fin, podríamos hablar de algún solitario clásico que no tuviera muchos reparos en charlar, ni siquiera Perkins en "Psicosis" o incluso el travuis brickle de la mencionada "Taxi Driver", por no hablar de algún personaje de los western de Mann, como "El hombre de Laramie" y si nos ponemos, la soledad de marlowe o de Spade daba lugar a un cinismo importante para lo que necesitaban hablar mucho, incluso de más.
Y lo de contar un romance sin palabras....pues para eso como los 5 primeros minutos de "Up", no hay nada....lo de Mulligan y Gosling se me queda como una gracia sin gracia...como un: jolin que fino soy y que bien hiilo que cuento sin decir....No encuentro el punto de encuentro. Que me lo cuenten, no porque no lo entienda sino porque me da la impresión de que no saben contarlo, de que si les metían texto a lo peor no eran capaces de dibujar bien los personajes...Y, tal vez pudieramos admitirlo en el caso de Gosling, pero ¿el de ella?.
Abrazos silenciosos
Ah, pues yo te diré algo. No me gustaba hablar por teléfono. Para nada. Además tenía un trabajo en el que se decían pocas palabras. Y no sentía la necesidad de comunicarme. Eso sí, me ponía delante del espejo y me decía algo al mejor estilo de Travis Bickle. Luego caía en la cuenta de que hacía lo mismo que él y me daba cuenta que me estaba rayando y dejaba de hacerlo. Mis expresiones diarias se reducían a algún "Buenos días", a "Joder", a "La ostia" y a "Me cago en la leche".
Yendo a la película que es lo que interesa, te voy a dar la razón en algo. Salvo el mismo hecho de la soledad no hay un "backstory" que explique un poco por qué el personaje de Gosling es como es. Quizá, y ahí te la vuelvo a quitar, sí que lo hay en la de la Mulligan porque es evidente que no quiere contar demasiado, más que nada porque tiene algo que esconder y creo que entiende que los demás también lo tengan. Eso sí, sin duda, "Up" es una obra maestra en sus veinte primeros minutos (yo soy más generoso que tú) porque no solo te cuenta una historia de amor, sino que te cuenta una vida de amor. Deberíamos revisar la novela para ver si los personajes están diseñados así desde la misma imaginación del escritor o si es una aportación de la adaptación cinematográfica. No creo que fuera un tema de miedo (también hay que ver la contraposición de esos personajes con el de Albert Brooks, que no deja de hablar). Habría que ver a solitarios que no les gusta hablar en películas más normales como el Robert Mitchum de "Cualquier día en cualquier esquina" o a los sempiternos "hombres sin nombre" de las películas de Leone (de ahí arranca primariamente el silencio de Clooney en "El americano"). Creo que el problema, más que en la expresión, está en la justificación. Todos los ejemplos que nombras son justificables. Aquí no lo son y eso es lo que le confiere un aire como de que hay algo que no te acabas de creer (que también me pasó a mí porque no es una película redonda). Ahora bien, que sepáis, amigos, que ya están preparando la segunda parte...como lo oís. Y me apuesto lo que queráis a que va a haber menos diálogos y más chirridos de ruedas contra el asfalto.
Abrazos avolantados.
No es falta de generosidad lo de la medida del tiempo con "Up" es más bien una economia de medios, contar lo importante con menos, dejar que el espectador, en este caso el lector, comprenda sin darselo todo mascado...es decir, que quería decir los 20 primeros minutos como bien has deducido sólo que no conté bien el tiempo...
Abrazos que chirrian
Jejeje, qué listo eres, Carpet. Eres un genio de la elipsis.
Abrazos geniales.
Publicar un comentario