Y así era Margaret Thatcher, decidida y arrogante tras el parapeto de inofensiva y débil señora de bolso y permanente de pelo tieso. Tuvo que luchar, ante todo y sobre todo, ante un mundo de hombres que desconfiaban de su condición de mujer, que no apostaban por su carácter femenino, que no querían que el mundo diera la vuelta hacia el pañuelo de encaje. Erró en muchas ocasiones, optó por decisiones que eran, cuando menos, discutibles, pero rompió moldes con un liderazgo que no se caracterizó, ni mucho menos, por la levedad y por la indecisión. Ella era valiente y era mujer y eso ya es repetir la misma palabra. Son sinónimos.
Cogida en el momento en que las luces de la razón comienzan a apagarse, Margaret Thatcher comienza a tener encorvada la espalda por los años y difusa la mente por las enfermedades. Su marido, ya fallecido, se le aparece para hacerle reír una vez más y su memoria desgrana sin mucho orden ni concierto algunos recuerdos que dan una idea de su fortaleza de espíritu, de su orgullo de hija de tendero, de su afán por irrumpir con determinación y entereza en la política británica con el fin de hacer lo justo aunque eso conlleve decisiones duras y muy difíciles. Y en el rostro de Meryl Streep cobra vida y pensamiento, profundidad y anchura, con un magistral repertorio de expresiones y engarces que hacen que en ningún momento se note que ahí hay una actriz de extraordinario temple y seguridad increíble. Meryl Streep es la película. Sin ella, no hay nada. Brillante en la senilidad. Implacable en el auge político. Enorme en su decisión de atacar en las Malvinas. La película no toma partido y eso es un tanto a su favor. Sólo intenta retratar a la primera mujer que fue jefe de gobierno en Occidente. Con su reconversión industrial, con sus recortes sociales, con su bonanza económica, con su oratoria de colegio de señoritas, con su tesón admirable, con su euroescepticismo crónico. Ella era Thatcher. Streep ha sido Thatcher. Streep es todo.
Al lado de esta actriz tan impresionante, se halla otro actor que sería injusto olvidar como Jim Broadbent, demostración de que detrás de cada gran mujer siempre hay un gran hombre. Él es quien comprende, quien anima, quien ofrece y quien da el lado humano a una mujer que tuvo que aceptar que para ganar había que sufrir y que nada se conseguía sin esfuerzo. Si Streep es el alma de la película, Broadbent es el corazón.
Por lo demás, estamos ante uno de esos casos en los que la interpretación es tan fascinante que poco importa lo que se ha hecho detrás de las cámaras. El mimo está por delante, intentando trasladar realidades que hasta no hace mucho eran noticias en nuestros telediarios. Y la noticia era una mujer de pañuelos anudados al cuello, vestidos de tonos discretos, collar de perlas de doble vuelta, mirada huidiza y gesto temible que no hacía más que romper fronteras, reinstaurar imperialismos y pasear su espalda recta, símbolo de su paciente determinación y de su voluntad de mujer. No hubo quien pudiera con ella. Salvo Meryl Streep.
8 comentarios:
"MARGARET Thatcher, Ronald Reagan y Juan Pablo II fueron los tres personajes más importantes y decisivos del siglo XX y a ellos les debe la Humanidad el haber alcanzado las mayores cotas de libertad que jamás hayamos conocido. Que la película sobre la vida de la ex primera ministra británica se base en su demencia senil es una puñalada trapera"
Él es Salvador Sostres en El Mundo y su artículo "Una película indigna" que no tiene desperdicio. Otro botón de muestra:
"Meryl Streep está vulgar, sobre todo cuando interpreta a la primera ministra. Sus gestos carecen de clase y de vigor, y no es casualidad, porque la elegancia física de Thatcher era consecuencia de su elegancia intelectual, de la firmeza de sus ideas en favor del orden y de la libertad. Streep no deja de ser una pobre socialista de las que tanto abundan en Hollywood, y la clase no se adquiere con técnica ni a través de la impostura…. ".
No hay mucho que decir, aunque eso de “…está vulgar, sobre todo cuando interpreta a la primera ministra” me hace pensar que tal vez Meryl interprete a otros personajes o bien que su vulgaridad se incrementa cuando es nombrada Primer Ministro, mientras que antes y posteriormente a su cargo, la actriz americana contiene un poco su vulgaridad…No sé.
Dejémosle de lado, que estés en una posición, y ahora me refiero solamente a la crítica, tan opuesta a este personaje te enaltece.
De hecho, fíjate que mi primera idea al ir a comentar la película era expresar mi molestia por darle rango de importancia una persona que me parece más negativa que positiva en la historia reciente. Y que no se me entienda mal, yo no niego que fuera una mujer brillante, que fuera luchadora, que su aspecto no coincidiera con su decidida actitud y que alcanzar el nivel que logró en un mundo de hombres no sea algo remarcable.
Mi problema es que entiendo que hay personajes nocivos a los que no se puede, ni debe tratar con pretendida imparcialidad. No me importa que en la intimidad Hitler, Stalin o Goebels tuvieran un trato cordial y luchas interiores, temores y desengaños, su parte pública es tan cruel y nefasta que no tiene ningún sentido su acercamiento a una faceta humana que negaron con sus inhumanos actos.
No se puede comparar a Tatcher con los citados, claro está, pero tampoco creo que tengan sentido estas películas asépticas o casi, sobre gente con más sombras que luces. La política de Miss Tatcher es la que pretenden ahora que salve a Europa y al mundo mundial de esta crisis provocada , precisamente, por ese tipo de políticas. El mercado como motor económico, libre, sin apenas control sindical, con un Estado mínimo que no interfiera ni controle. Esa política controló la inflación como ninguna otra economía europea, pero a cambio triplicó el desempleo (no solo Loach nos lo contó, que lo vimos hasta en comedias como “Full Monty”) y llevó al Reino Unido a tener un 30% de la población por debajo de la línea de la pobreza.
En general, no me gustan las películas sobre líderes políticos porque es difícil evitar que intenten que el personaje tenga empatía con el público, presentar anécdotas que le hagan agradable o admirable o simpático, salvo claro está cuando quieres mostrar un monstruo y no te cortas para conseguir que todos nos horroricemos, como en “El último rey de Escocia”. El hecho de que sea Meryl Streep quien protagonice la película es una manera de posicionar al público a favor de “la dama de hierro”, verdadero gurú del cada vez más influyente Tea Party.
¿Se puede hacer una película no política sobre un político?, ¿Se puede sin guardar distancias históricas? ¿Se puede cuando las teorías y prácticas que llevó a cabo están ahora de plena actualidad?...Yo creo que no, y es más, creo que éticamente no se debería…Es sólo mi opinión, claro.
Abrazos inopinados.
Sobre el comentario de Sostres no tengo nada que decir, salvo que se deja arrastrar por una forma de hacer las cosas que lleva a pensar que mejor que dejase la crítica de cine a quien realmente sabe hacerla.
Yo también, no creas, expresé mis reticencias cuando supe de la existencia de esta película, más que nada porque temía la caída en la hagiografía de un personaje que era de todo menos santo, bastante reprochable en sus políticas y, desde luego, en gran parte culpable de la misma crisis que hoy azota a tres cuartas partes del mundo. Por otro lado, no estoy de acuerdo en la pretensión de que colocar a Meryl Streep en el papel de Thatchar es, en parte, posicionarse para generar simpatía hacia el personaje. Creo que la película no ahorra críticas y se centra en la fuerza de la decisión de una mujer en un mundo de hombres, y aún es más, en un mundo de hombres británica, tan arraigado a unas costumbres y a unos modos en los que no había cabida a la mujer. La película, en su fallo, es honesta porque sí expone los problemas que trajo su política pero deja al público el enjuiciamiento del personaje. Es como decir que, sin duda, su política fue discutible y ahonda un poco más la película en el episodio de la Guerra de las Malvinas, donde pone en juego el ancestral imperialismo inglés pero no es menos cierto que fue toda una novedad que una mujer fuera primera ministra del Reino Unido, un país muy poderoso en todos los sentidos y tradicionalmente muy anclado en el pasado. De hecho, hay algunos países (bastantes) que no se han atrevido por apostar abiertamente por una mujer como líder político salvo en la cultura nórdica. Y ése es el punto central de la película. Por supuesto, no me gustó ella, no me gustó su política, no me gustó casi nada de lo que hizo pero sí hay que reconocer que rompió modos de entender el liderazgo político y ahí está su principal activo. Ojo, que no es una extrarodinaria película, no lo es. Es una extraordinaria interpretación, diga lo que diga el señor Sostres que, por supuesto, conoció personalmente a Thatcher y quedó subyugado por su encanto. Es más, mientras estuve viendo la película, acompañado en la butaca de al lado por el gran Manuel Galiana, no dejaba de pensar en que Meryl Streep me resulta, se ponga como se ponga, demasiado atractiva. Y tiene más clase y más vigor que la "cocinillas" Thatcher, pero eso, como diría Kipling, es otra historia.
Abrazos desapasionados.
No, no digo, o no he querido decir, que colocar a Meryl a interpretar el personaje se haga a proposito para conseguir la aprobación pública, lo que he dicho o quise decir es que la Streep causa ese efecto y que por tanto posiciona en positivo al espectador.
Esto es, no digo que haya habido un calculado casting para lograr colarnos las bondades ultraliberales a traves de un icono del conservadurismo. Lo que digo es que al interpretarla Meryl ya hay un afecto hacia el personaje y que la honestidad que comentas para dejar que libremente el espectador enjuicie sin posicionamientos previos se rompe al ser ella la protagonista.
Algo parecido sucede, como comentaba con Idi Amín y Forest Whitaker, aunque decidan en un momento dado exponerlo sin tapujos socmo un bárbaro. No sé como esa película fue tan bien recibida, me pareció bastante mala. Y tampoco entiendo el Oscar a Forest, por mucho que su interpretación fuera soberbia, no era actor principal, puesto que todo el film se basa en el seguiimiento de un irregular McAvoy.
Por cierto y ya que se ha abierto la previa de los Goya, ¿alguna opinión?. ¿Nos la jugamos con el Santos Trinidad de Coronado y la peli de Urbizu? ¿O nos rebozamos en el cinismo y creemos que se premiará la vuelta a la Academia de su hijo pródigo?
¿Es normal la ausnecia de Balagueró y su acalamada "Mientras duermes" salvo en la obligada y repetida nominación a Luis Tosar?
¿No sorprende algo el altísimo numero de candidaturas de "Balckthorn" tras sus pauperrimos resultados de público y crítica?.
¿Si aceptamos "Midnigth in Paris" como película española para guión original, no es inexplicable que sea su única candidatura?.
¿Porque hay candidaturas de "La chispa de la vida" de Alex de la Iglesia si aun no se ha estrenado?...
Abrazos con preguntas
Bien, aclarado y con ese matiz, sí, puede que tengas algo de razón y no tengo nada que oponer. En cuanto a "El último rey de Escocia", sí, tampoco me parece una buena película y, desde luego, a Forest Whitaker tendrían que haberle dejado para el secundario y haberle premiado en su día por "Bird", que sigo creyendo que es el papel de su vida.
En cuanto a las preguntas que planteas, hombre, ya conocéis que sí, que me gustó mucho la pelí de Urbizu y que, incluso aunque sea un actor que para mí tiene mucho que demostrar, le daría el Goya a Coronado. El hijo pródigo...bueno, me parece absolutamente injusta esa lluvia de nominaciones porque parece que se perpetúa la idea de que lo que hace Almodóvar está bien, haga lo que haga y para mí está muy lejos de la realidad.
La ausencia de Balagueró...ojo, al clan catalán que propició el triunfo del año pasado a "Pa negre" (que, sin ser una mala película para nada, se hizo con el triunfo porque el clan catalán funcionó a la perfección).
Es sorprendente el número de nominaciones de "Blackthorne", sin duda y, para mí también, excesivo. Lo de "Midnight in Paris"...es que las normas de la Academia son muy extraña y ahí sí funciona el clan catalán con Jaume Roures, productor de la película.
En cuanto a "La chispa de la vida", bueno, es la eterna discusión de todos los años. Seguro que hicieron un pre-estreno en Talavera de la Reina y según las normas de la Academia eso ya cuenta como que se ha exhibido y, por tanto, tiene derecho a entrar. Como ves, todo cogidito con alfileres para que no se les caiga a ninguno.
Espero haberte resuelto alguna de las dudas aunque ninguna está contrastada.
Abrazos serviciales.
Me incorporo tarde a este debate multimedia y multibanda, pero dicén que más vale tarde que nunca, ¿no? Ciertamente, lo de Sortres no merece mayor comentario. Yo apuesto a que este tío no ha visto la película, y si lo ha hecho ha salidode casa con la crítica ya hecha. Lo de que Meryl está vulgar huele a consigna llegada desde arriba. Es lo que comentábamos con "The artist", queda bien criticar lo que es del gusto general e ir así un poco contracorriente de todo el mundo. Y súmale en este caso concreto connotaciones políticas e ideológicas más que evidentes. Por cierto que no sé si es muy propio hablar de que la peli se basa en la demencia senil de Thatcher, creo que es más bien el punto de partida para construir el retrato en el que según he leído la señora en cuestión tampoco sale tan mal parada.
Como no he visto la película, que voy muy líado, me sumo al interesante debate que abrió Carpet en su primer mensaje, aunque me temo que ya está un poco difuminado a estas alturas. A mí las películas sobre políticos me gustan siempre que como dice él se tomen las debidas distancias. No es lo mismo hacer un biopic sobre Cole Porter a quien todos adoramos que hacerlo sobre la Thatcher o sobre Hitler. Me gusta que la cosa no derive en la hagiografía al uso y haya un equilibrio entre luces y sombras - he leído que aquí la Lloyd hace un poco apología feminista del personaje. Y me gusta también cuando como Jordi Hurtado se toma la parte por el todo, esto es, se parte de una anécdota para metaforizar sobre la labor en conjunto del personaje. Es lo que hizo el año pasado Tob Hooper con "El discurso del rey". Todavía recuerdo los palos que le llovieron al pobre tío Clint con el estreno de "Invictus" a la que acusaron sin piedad de hagiografía. El acierto de Eastwood fue usar la parte por el todo, la anécdota del rugby como un símbolo de la unificación del país que logró Mandela (cuyo final de vida pública fue bastante oscuro pero eso como decía Kipling es otra historia). Compárese esto con otros a los que se les ve el plumero de lejos como a Spike Lee con "Malcom X" o a Neil Jordan con "Michael Collins". En cuanto al equilibrio entre claros y oscuros quiero reivindicar una peli que me convence a mí, a Bardés y a cuatro más como es el "Nixon" de Oliver Stone.
Con respecto a lo de los Goya, yo también espero que Urbizu arrase en la edición, porque como sabéis a mí la del hijo pródigo no me gustó nada y la de Mateo Gil aunque más que a vosotros tampoco me llegó. Lo de "Midnight in Paris" es muy bizarro, porque además, de aspirar a unos Goya, esta película debería hacerlo en categorías de vestuario o dirección artística o vestuario donde creo sí intervienen técnicos españoles. Es que además no va a ganar en guión, lo cual no deja de ser insultante y sonar a broma. Bizarro también es lo de "La chispa de la vida" pero más incluso lo de la peli de Bollain para cuyo estreno aún faltan meses.
Abrazos multibanda
Para nada se basa en la demencia senil de la Thatcher, es sólo un atractivo punto de partida que abunda en el lucimiento de Meryl Streep puesto que su expresión es ciertamente acertada, con un aire algo ausente y nada forzado (si algo se le puede reprochar a Meryl precisamente es que, en ocasiones, se ve demasiado el engranaje interpretativo y no es así en esta ocasión).
Brillante tu exposición con respecto a películas como "El discurso del rey" y su contraposición con "Malcolm X" o "Michael Collins", mucho más cercanas a la hagiografía que al ejercicio serio del retrato de un personaje histórico que bien podría ser perfectamente prescindible. Creo que David Lean dio un estupendo punto de partido con "Lawrence de Arabia" aunque no escondía en ningún momento su simpatía por el personaje y bien es verdad que su mérito era mucho más grande, mucho más épico y mucho más destacable que el de esta serie de "falsos mitos" que se están encumbrando ahora, como intentando hacer un cine histórico sacando héroes de donde no los hay.
En cuanto a los Goya, creo que coincidimos en todos los puntos. Lo dicho, chicos. Opiniones enormes, la de Carpet, la de Dex...Es fantástico que haya acotaciones así a unos simples artículos.
Aprovechando el comentario de Dex, me gustaría comentar una cosa. Como he dicho, no me gustan las películas sobre políticos y creo que es necesario que si se hacen, se hagna con una perspectiva histórica y un alejamiento en el tiempo.
Es cierto que está muy bien eso de tomar una parte, una anecdota, para contar el todo, y tal y como dice "invictus" puede ser muy caracteristico, aunque a decir verdad yo en ella me quedé con ganas de más Mandela y menos rugby.
También "The Queen" responde a ese tipo de acercamiento, pero creo que es una película que sólo funciona ( como me temo que le pasa a esta Lady Iron ) por la interpretación de la Mirren, pero que no me parece nada interesante, ni lo que cuenta ni como lo hace.
En cuanto al acercamiento a políticos o personajes tomando la debida distancia, creo que "Gandhi" puede ser un buen ejemplo, el tiempo y las heridas han pasado y se puede hablar de lo que hubo bueno y lo que pudo ser malo, dando una visión mas real e interesante del personaje.
No obstante, hay algunos casos en que resulta complicado acertar, Napoleon es uno de los más visitados y parece que sólo Abel Gance anduvo cerca de lograrlo. Veremos si Spielberg consigue diana con una visión de Lincoln más certera que la que nos han ofrecido hasta ahora, aunque la peli de Ford me parezca maravillosa.
Aun así, creo que este tipo de biografias, en general todas las biografias son mucho más defendibles en televisión. Si la serie está hecha con criterio y con calidad se les puede dar el tiempo necesario para presentar con eficacia la evolución y los aciertos y errores de personas notables. Las británicas son un buen ejemplo de como hacer bien las cosas en este aspecto y recuerdo no sólo las series sobre Enrique VIII, Isabel I y Maria Estuardo, sino otra que me pareció impresionante sobre el politico conservador Disraeli en tiempos victorianos.
Abrazos en abundancia
Sí que es verdad que el medio televisivo es más apropiado para la biografía de un político pero, ay, no sé. Quizá yo sea un loco demasiado arrastrado por el cine pero nunca me han llamado demasiado la atención, al menos las que se han hecho hasta ahora. La parte por el todo en "Invictus", me parece perfectamente lícita para ilustrar el espíritu de reconciliación que perseguía un hombre que tenía todas las razones para no reconciliarse y hay películas que han abundado en esa "parte por el todo". Ahí tenemos una de las mejores encarnaciones que se han hecho nunca de Enrique VIII bajo la piel de Richard Burton en "Ana de los mil días", narrando exclusivamente su matrimonio con Ana Bolena. Cierto que esta dama de hierro se asemeja mucho a los planteamientos de "The queen" y que los británicos, últimamente, se están vendiendo como nadie con sus políticos más recientes. La única verdaderamente destacable me parece "El discurso del rey", que aún estoy leyendo por ahí lo vacía y lo presuntuosa que es porque todo se reduce a un "salvar las apariencias". Yo creo, sinceramente, que es bastante arriesgado biografiar a cualquier figura política más o menos reciente porque de muchas de sus acciones han venido estos lodos y, aunque el mundo esté necesitado de mitos, no ha habido ni perfil, ni categoría para que haya personas dignas de pasar a los libros de historia en la política reciente. En cuanto a "Disraeli", hay una excelente película de los años treinta interpretada por un actor de teatro llamado George Arliss que lo hizo de forma magistral en "Disraeli". Y no cabe duda de que fue un político clave no sólo por su visión política, sino también por su visión humanista de la política. Yo no quiero ver ensalzadas mediocridades, la verdad, simplemente no me interesan. Son muchos más fascinantes los mediocres entre la gente normal que nunca ha tenido poder.
Abrazos proletarios.
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