miércoles, 2 de abril de 2014

CON EL AGUA AL CUELLO (1975), de Stuart Rosenberg

Han pasado los años y Harper parece un poco más cansado. Demasiadas noches de soledad y de rescatar el café del cubo de la basura para poder tomar algo fuerte por la mañana. Tal vez solo la nostalgia de un antiguo amor sea razón suficiente como para tener algo por lo que luchar. Nueva Orleáns, al fin y al cabo, es una tierra llena de pantanos y de trampas, de animales traicioneros que se escudan detrás de placas de policía porque, de alguna manera, ir allí es como visitar otro mundo. Intereses inmobiliarios, chantajes ingenuos, peligros extremos…Es como trabajar de detective privado en un territorio de cocodrilos.
El cinismo no se pierde, eso seguro. Más vale no discutir con alimañas y si quieren que uno vaya de aquí para allá, se baja el taxímetro y se va. Un chófer escurridizo y más listo de lo que parece, un marido desinteresado, una hija que no ha encontrado nunca el rumbo, un policía algo desencantado y que, sin embargo, deja un poco de manga ancha para que Harper se escurra entre el calor plomizo. El asesinato no tarda en aparecer y Harper tiene que fingir que va de aquí para allá con prostitutas para saber qué se esconde detrás del acertijo. A pesar de su apariencia desengañada y de que solo hay dos o tres cosas que le importan, Harper no olvida su ética. Tal vez la misma verdad no sea justa pero él no es el encargado de impartir justicia. Es el encargado de encontrar la verdad.
Sienes clareadas, mirada inteligente y una notable capacidad para demostrar que el cerebro funciona, encontrando pistas y sacando conclusiones. Ése es Harper bajo la piel de Paul Newman. Ya no es ese joven que se movía entre Apolos y Ninfas en las lujosas piscinas de Los Ángeles. Ahora es ese hombre maduro que tiene que bucear muy hondo en las hediondas y estancadas aguas de los barrizales de Louisiana para hacer un favor a una vieja amiga. El tiempo pasa y, quizá, Harper ya no tenga esa forma de mirar que era puro impulso. Puede que su destino sea morir con una desconocida de intenciones ambiguas en una sala de relax de un sanatorio abandonado, con el agua al cuello, con la desesperación en los pulmones y con la frustración en el intento. Tal vez la verdad, en esta ocasión, no sea nada agradable, aunque ello signifique un triunfo para él y la seguridad de que amó durante unos días a una mujer que era capaz de todo con tal de proteger la felicidad de quien quiere. Incluso…sí, Harper, incluso la tuya.

Inferior a Harper, investigador privado, esta película no deja de ser una aceptable película de cine negro que se hunde en las procelosas aguas de un personaje irrepetible y absolutamente clave en la historia del género. Newman, con su inteligencia habitual, lo sabía y dotó a Lew Harper de unos cuantos trazos de humanidad, de encarnadura real por encima del mito que no da puntada sin hilo. El trabajo del detective, muy a menudo, es poner a los sospechosos con el agua al cuello y él sabe que, tarde o temprano, la derrota merece una mirada de indiferencia y un gesto de rechazo. No tuvimos más a Harper. Puede que cogiera un avión y mandara a todo y a todos al mismo lugar de donde recoge el café.

4 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Efectivamente es inferior a "Harper, investigador privado", pero yo creo que parte de la perdida está en la decada que existe entre ambas pelísulas, la primera tenía un tono clásico ( pese a su estética sesentera) y ésta se encuentra con una modernidad (de entonces) que no cuadra tan bien. No obstante a mi me gusta mucho, aunque te doy la razón el peso de Newman, de nuevo, dota a Harper de un fondo muy por encima de la película.

Dices que ya no lo vimos más, pero a mi no me cuesta asociarlo al Harry Ross de la estupenda "Al caer el sol".

Abrazos sin lupa

César Bardés dijo...

El salto de década, efectivamente, influye mucho en el ambiente que rodea a Harper. En cuanto a "Harper, investigador privado" es una película clave porque revitaliza el género desde la óptica de una película adecuada al tiempo en el que transcurre mientras "Con el agua al cuello" muestra lo contrario, el cansancio del género acorde con el tiempo en el que transcurre. Según se mire, eso puede ser una virtud o un defecto. Lo que está claro es que Paul Newman es lo mejor, porque sigue siendo Harper o Archer y a mí también me parece una película que tiene muchos más valores de los que le han dado. Sinceramente, no es para que haya caído tanto en el olvido.
Tienes razón al asociarlo con el Harry Ross de "Al caer el sol" pero quizá el personaje de Ross es un tipo ya demasiado de vuelta de todo. Harper también lo es pero se afana en no perderlos. Ross los tiene, creo, perdidos, antes incluso del disparo en la pierna. Pero está muy bien visto, sí. De hecho, yo pensé lo mismo hace bien poco.
Abrazos con la Smith and Wesson del 38.

Unknown dijo...

Buenas,

He vuelto a ver ambas películas de nuevo, las recordaba bien poco. Para mí, 'Harper' me parece muy superior a su secuela, pero con la salvedad de que la interpretación de Paul Newman en la segunda me gusta bastante más, tiene mucho más aplomo y está más comedido, en 'Harper' se pasa de muecas (y este o no en el guión de su personaje, me chirría lo suyo, como si fuese de sobradete). Personalmente, creo que es un actor que ha ganado con el paso del tiempo. Nada más hay que ver su portentosa actuación en 'Veredicto final', donde está sublime.

Hablando de actuaciones, magnífica también la del mafioso de la segunda parte.

Saludos.

César Bardés dijo...

Bueno,todo eso que comentas sobre la diferencia entre "Harper" y "Con el agua al cuello" en cuanto a la interpretación de Newman no deja de ser parte de su propia creación. En la primera,efectivamente,es un tipo que va de sobrado pero que en el fondo es un perfecto desgraciado. En la segunda digamos que ya ha asumido esa desgracia y la madurez le ha serenado. Es mucho mås tranquilo en sus reacciones aunque también mucho menos imaginativo. De hecho,si nos ponemos rigurosos,el Newman del primer Harper se parece mucho más al Archer de Ross McDonald que el segundo. Y es más, también te doy la razón en cuanto que "Harper" es mejor película que "Con el agua al cuello",está mucho más cuidada. Yo creo que Rosenberg en la segunda quiere rodearlo todo de un aire de decepción mucho más acorde con los setenta.
Saludos y gracias por tu comentario.