viernes, 16 de mayo de 2014

TRES DÍAS PARA MATAR (2014), de McG

Son tres días para matar…para matar el tiempo. Ese tiempo que mata. Más que nada porque no queda mucho. El final del camino está ahí y hay que apurarlo. El tiempo perdido debe ser recuperado aunque no quede mucho tiempo para poderlo hacer. Haber sido un agente de campo de la C.I.A. es un inconveniente, desde luego. Sobre todo si un día se pasó por su cabeza la idea de formar una familia. Una niña no es cosa de broma. Pero esto lo es. Ni siquiera sirve para matar el tiempo.
Buena secuencia de acción al principio, una historia que interesa poco y un intento por hacer una comedia basada en la desorientación de un padre que no sabe cómo ganarse a su hija. La tragedia se diluye, los personajes no pasan de anecdóticos y lo mejor de todo es aprovechar que se está a punto de torturar a un italiano para pasarle el móvil y que cuente a su hija cómo se hace la salsa de los spaghetti. Tres días para matar. Para matar a ese director tan circense que no tiene ni un nombre artístico medianamente serio. Para torturar lentamente a un fulano que no es capaz de aprovechar una historia con Kevin Costner y Hailee Steinfeld dentro. Y es que no hay interés. Lo máximo que se puede dar es un par de sonrisas, una (y solo una) secuencia de acción pasable y una cosa tan deforme que no merece ni este informe. Tres días para matar al peor cine comercial americano.
Casi dos horas para no contar apenas nada salvo un puñado de actos previsibles y sin demasiada gracia. Tanto es así que no se acaba de entender que ese personaje interpretado por Amber Heard, jefe implacable de una misión que parece no acabar nunca, quiera por activa y por pasiva que Kevin Costner se encargue de un fregado que podría solucionar ella misma sin ningún problema. Más que nada por aquello de la edad, de una enfermedad de difícil solución, de una fantástica vacuna experimental y para que la cosa termine con un detallito humano de la asesina más impasible que haya militado nunca en las filas de la Agencia Central de Inteligencia. Pero no, ella quiere que el viejo de Costner se encargue porque ella es, al fin y al cabo, lo que podría haber sido un ángel de Charlie cualquiera si hubieran tenido paciencia las chicas.

El caso es que McG (nacido Joseph McGinty) rueda bien y tiene un cierto sentido del espectáculo pero su tendencia al absurdo y a lo increíble echa a perder cualquier mérito. Más que nada porque, tal vez, esta historia agarrada con una mirada algo más seria nunca llegaría a la categoría de obra maestra pero podría ser una película, al menos, entretenida. En sus manos, todo se convierte en un papá por horas con un trabajo ciertamente complicado. Por muy encantador y elegante que sea Costner en algunos pasajes. Aquí no hay nada que hacer salvo asistir a la ausencia de una lógica que en ningún momento es sustituida por algo cercano a la magia. McGinty dedícate a zurcir que, tal vez, los calcetines te salgan un poquito más apañados.

2 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

No deberíamos extendernos mucho con este tipo de películas que copan una y otra vez los estrenos semanales de nuestros cines. Las peores americanadas (no en el sentido patriótico del término, a veces también) de la historia se convierten en el estreno estrella semanal con que las grandes compañias del mercadeo nos abrasan durante casi todo el año, el periodo en que estrenan algo de mediano interés es un oasis lírico al que incluso le solemos pedir más de lo que nos da, como si despues de kilometros de arena nos quejaramos de que entre las palmeras y lagos escondidos en la aridez no haya chiringuitos para bebernos una buena cerveza.
Así no es de extrañar que películas de un nivel peor que regular pero con mucho más entusiasmo como "8 apellidos vascos" se conviertan en el boom cinematográfico de la temporada, puestos a reventar la taquilla quizá mejor que sea así y no los bodrios que nos llegan del otro lado del atlántico. Será que el cholismo ha contagiado al cine. Porque se puede jugar mal, pero con los millones que se ponen en la mesa en una producción yanki no es de recibo que se juegue peor.

Y Costner nominado a verios razzies en la historia es un buen actor que podría dominar con solvencia muchas cosas, pero para eso haca falta mucho más que aprenderse el papel, se necesita que quien lo dirige sepa lo que tiene que hacer y que quien escriba lo que pasa de un poco de coherencia al asunto.

No la he visto, algunos hablan de que va en la linea de "R.E.D." en auncto a la visión semicómica de los espias prejubilados...pero auqella, que era poco más que un divertimento sin demasiadas pretensiones, se convierte ahora en un referente. ¿Por su calidad?, no, por que tampoco era nada del otro jueves. la gran virtud es unos resultados comerciales bastante más que pasables y una aceptación popular que parece ofrecer un mercado fácil a los prebostes que dirigen en términos puramente financieros este negocio que ha dejado de ser un referente artístico para convertirse en un Mcdonalds visual.

Pues eso, si ya te comiste el Whoper levantate, echa el contenido de la bandeja a la papelera y listo. Si no los consumes a diario, sus efectos sobre el estómago son los mismos que sobre tu capacidad intelectual, nulos.

Abrazos sin ketchup.


NOTA: Boyero (otra vez él) hablaba muy bien en El pais de "Relatos salvajes" la peli que Argentina ha presentado en Cannes, con un Darín una vez más muy notable. Lo mismo tiene razón.

César Bardés dijo...

Totalmente de acuerdo con la valoración que haces de "Ocho apellidos vascos" una mediocridad con algo de gracia sobre todo en los primeros cuarenta y cinco minutos y que se ha convertido en un incomprensible fenómeno de taquilla que podríamos equiparar con el que tuvo "No desearás al vecino del quinto", algo que solo puede ocurrir en el cine patrio.
También estoy de acuerdo en el análisis del mercado copado por la producción norteamericana que no tiene ningún interés, que en cualquier otra época no hubiese pasado de una serie B sin demasiada gracia.
No, no se parece en nada a "RED" por mucho que se hable de un espía al borde del retiro, no hay ese sentimiento de camaradería que predomina en aquella (precisamente uno de los problemas que asolan al protagonista es que es un lobo solitario). Ya digo que tiene una buena secuencia de acción al principio y punto pelota, no se puede rescatar mucho más porque el argumento no tiene gracia, es estúpido, colocando a los personajes en una situación que no te crees en ningún momento y desaprovechando a un Kevin Costner que aún atesora algo de clase (no quiero ni pensar en lo que le habrán pagado y me da mucho que pensar que lo haya aceptado) y, sobre todo, a Hailee Steinfeld que, para mí, sigue siendo una de las actrices juveniles más prometedoras de la constelación de estrellas adolescentes de Hollywood. Más que nada porque es una chica que ha demostrado versatilidad y cierta intuición a pesar de que no es un bellezón ni arrebata los peores sentimientos púberes.
En cuanto a Boyero...bueno, no niego que a veces acierta, que podemos coincidir en la apreciación de una película pero es que su óptica siempre difiere de la mía. Ya hablé una vez de que a mí me gustó mucho "Salvar al soldado Ryan" y a él también pero que las razones que él daba para ensalzarla ni de lejos coincidían con las mías.
Si es que cuando me pongo picajoso...soy muy picatoste.
Abrazos con nudo de spaghetti.