jueves, 4 de septiembre de 2014

EL NIÑO (2014), de Daniel Monzón

Cruzar el Estrecho una y otra vez como si fuera una calle sin semáforo no es más que una estela blanca que se deja en el mar y que acaba deshaciéndose. Podrá levantar oleadas, podrá ser la huella del espíritu que solo desea más dinero en una sociedad en la que escasea y no se ocupa de quien no tiene más horizonte que un trabajo pesado, difícil y con la molesta mirada de un jefe que no tiene un minuto que perder. Incluso podrá levantar algo de belleza al paso veloz de una libertad que solo durará hasta la próxima orilla pero, al final, será un montón de burbujas que vuelven a esconderse allí donde dos mares se encuentran.

Gibraltar, Algeciras, el inmenso puerto donde se descargan contenedores de mercancías que pueden contener el infierno y la rutina...Todo un teatro donde un joven quiere progresar para hacer dinero fácil y un policía se consume porque siempre hay alguien más listo, más corrupto, más influyente, más adecuado...y así, entre las luces de la noche y el olor del salitre en el aire algo tan cercano parece que se convierte en una ciudad de Oriente donde el vicio y el dinero corre a espuertas mientras los malditos policías tratan de hacer lo posible en una guerra que está perdida de antemano aunque haya pequeñas victorias que solo atrapan a los ratones sacrificables. El agua parece que se extiende como una alfombra de salpicaduras hirientes en caras de triunfo que solo tendrán unos días más para sobrevivir. Y el sueño huye cuando, quizá, ese sueño consista en algo tan simple como tener una vida normal, con alguien a tu lado, con un trabajo digno, con un dinero con el que luchar a brazo partido todos los finales de mes. Es la boca de España, donde se expulsa la mala sangre de tener que compartir con otro continente dieciséis kilómetros de mar que esconde demasiados secretos, demasiadas verdades, demasiados tesoros y un buen puñado de sueños despedazados.
Daniel Monzón ha dirigido con excelente pulso esta descripción realista de los operativos policiales y de la droga, con magníficas escenas de acción y un cuidado especial en la dirección de actores entre los que destacan Luis Tosar, Eduard Fernández y Bárbara Lennie, una actriz que está llamada a ser una demostración de talento en cada uno de sus trabajos. Por el contrario, el nivel baja aunque se acepta en el caso de los más jóvenes, sobre todo en el caso de Jesús Castro que sabe mirar aunque aún está por ver si sabe actuar. Por otro lado, Monzón ha cuidado al máximo la fotografía, el montaje y la veracidad del intento y eso merece un elogio que se adentra en una situación diaria que está viviendo el sur de España y que no tiene visos de tomar ningún otro rumbo por mucho acoso aéreo contenido y controlado que se haga desde nuestro lado.

Y es que es difícil no escuchar la llamada de los billetes que se acumulan con facilidad por apenas unas horas de trabajo que se ventilan al abrigo de la oscuridad, como descargas de adrenalina que terminan por enganchar a los portadores de droga que proveen la demanda de media Europa. La osadía es un escalón más y la sangre fría es el combustible necesario y es algo que se da en los dos lados. La ropa deportiva contrasta con los chalecos antibalas pero eso son solo detalles de una organización que utiliza a sus soldados como cebos, como puntas de lanza, como correos, como nadie en un mundo de nada, como la espuma que se forma al paso de una potente lancha motora y luego se queda en un espejismo de belleza que, por fuerza, va a tener que esperar. Es un tiempo cruel que atenaza y ahoga y los cincuenta euros de hoy pueden haber desaparecido mañana. Basta con tener un sueño honesto en un entorno de fango. Ahí no hay lugar para pensar mucho más allá de dos a tres días. Al cabo de ese tiempo, se puede morir, se puede sufrir tanto como se vive y se pueden caer, hechos pedazos, todos los castillos en el aire levantados con la mirada en un horizonte perdido.

4 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Ayer la vio mi chica con la cria, a mi hijo y a mi nos llamó la simpática "Guardianes de la Galaxia" que se había quedado olvidada en un cajón dentro sepultada por los deberes veraniegos. Se pasa un buen rato y la Marvel es la Marvel, a veces me recordó a las pelis de los 80 8 está si y no "Super 8", aunque no tuviera niños, pero el espiritu cuadraba.

Respecto a "El niño", mi mujer tampoco iba con mucho interés, "Celda 211" tampoco le entusiasma, pero los ojos de Jesus Castro que a mi hija adolescente le hipnotizaban y que el horario no hacía compatible nuestra peli con "Begin again", impuso que vieran la de Monzón.
La verdad es que salieron entusiasmadas y sin comentar la guapura del protagonista, les había parecido una muy buena película, con muy buen ritmo y muy, muy recomendable...Tu lo confirmas.
Me daba pereza esta aventura tan promocionada pero parece que mi prejuicio estaba errado. le daremos una oportunidad

Abrazos fuera borda

César Bardés dijo...

Habida cuenta de que Monzón no tiene mis simpatías y que ya hemos hablado por aquí que "Celda 211" es, en realidad, una película bastante deficiente (en contra de la opinión de muchos espectadores sesudos), yo tampoco iba muy animado a ver ésta pero, mira por dónde, la película es un muy buen espectáculo de acción, ya digo, ligeramente desequilibrado (me interesa más la historia del policía interpretado por Tosar que la del Niño interpretado por Castro) y no se detiene en tópicos (cuando podría haber sido facilísimo). Salí muy satisfecho de la película que, por poner algún pero, diré el mencionado desequilibrio entre las historias y la parte melodramática que resume la historia de amor que me resulta pesada e, incluso, innecesaria.
En cuanto a "Guardianes de la galaxia", mi querido retoño me arrastró ayer a verla. La verdad, a estos héroes Marvel no los tenía yo nada situados. Deben ser posteriores a mi época. Tengo que decir que tiene aciertos, sobre todo en el dibujo de los héroes, que no lo son tanto pero tiene un enorme defecto para mí. Hay secuencias que están dirigidas con los pies de mono propios de un orangután salvaje. Y no es la cámara al hombro, no. Es que el tipo mueve la cámara con la dolly en peleas o, incluso, en combates con las naves industriales con las que se fugan de tal manera que el mareo llega a ser permanente. Por lo demás, ya te digo, se puede ver. Aunque, sinceramente, tampoco es para que tenga el éxito que ha tenido.
Abrazos con piel de mapache.

CARPET_WALLY dijo...

Si, si. lo de las peleas, especialmente las espaciales es algo terrible. Y efectivamente estos heores modernos, son muy posteriores a nuestra época, tienen poco de heroes. Y tampoco la peli es la bomba, pero tiene varios aciertos que hacen entender el éxito comercial: Es una peli muy ligth, casi destinada al público infantil aunque haga gracia a los mas mayores tambien; el sentido del humor y sus chistes paródicos en los momentos habitualmente emotivos; el diseño de personajes es bueno y eso que tragar con el mapache parecía muy complicado al principio; la música y las recopilaciones brutales 1 y 2, un triple desde el otro lado de la cancha, casi.

En fin, no está mal, la verdad.

Abrazos con ramas
Abrazos

César Bardés dijo...

Es que el mejor personaje es Starlord, sin duda, pero el Mapache se hace querer también. De todas formas, quizá esperaba algo de más humor y un poco más de cine habida cuenta de que decían que no tenía nada que envidiar a "Los vengadores" aunque yo creo que sí tiene mucho que envidiar.
Desde luego, la música es para recordarla, en especial la recopilación de algunos de los éxitos de los setenta, alguno, de hecho, metido como elemento narrativo, lo cual me gusta bastante.
Abrazos con mucha fuerza y poco cerebro.