viernes, 30 de enero de 2015

BOYHOOD (2014), de Richard Linklater

La vida es ese camión temible que siempre sigue su paso por muchos obstáculos que encuentre por el camino. Abrir los ojos es una de las mejores experiencias que puede tener un niño para que, un día, sea capaz de ser un adulto equilibrado a pesar de que el entorno, las fuerzas de la naturaleza humana y el devenir de los acontecimientos empujen hacia la inestabilidad. No es que los jóvenes estén equivocados. Es que ellos miran asombrados cuán equivocados estamos los adultos, cómo nos complicamos la vida hasta límites incomprensibles, cómo destruimos a conciencia todo lo que hemos conseguido. Y eso es muy difícil de asimilar.

Divorcios, evidencias de que el tipo no es el ideal, el padre que es un enamorado de la música además de un irresponsable que destaca por su levedad, una casa aquí, otra allí, el colegio, el primer rapado que llama la atención, el primer amor que, siempre y sin excepción, se piensa que es para toda la vida y apenas dura. Así se construye un adulto. Con la mirada atónita. Con el asombro en la cara aunque juegue al escondite permanente. Con la inseguridad del siguiente paso en una vida que no ofrece seguridades, solo vaivenes, solo espacios temporales para la vacilación, para el arrepentimiento, para el error garrafal, para las pequeñas victorias que tanto saben a domingo por la mañana. Es la vida, escena a escena, hasta que llega un momento de plenitud en el que se sabe con toda certeza de que ahí está lo que se andaba buscando y de que eso son las puertas de la felicidad cuando no se tiene ninguna conciencia de que ésa y solo ésa es la misma felicidad.
Richard Linklater, director independiente por naturaleza y convicción, prolongó el rodaje de esta película durante doce años para que al protagonista le diera tiempo a crecer y así ofrecer una cuidada visión realista del insensato proceso de madurez al que sometemos a nuestros hijos. El experimento podrá tener algo de valor sociológico, podrá incluso fascinar a los observadores de una realidad que pasa sin grandes acontecimientos, con solo algún momento aislado de un interés algo fingido, pero cinematográficamente no deja de ser un ejercicio corriente y moliente de algo por lo que no hacía falta esperar doce años. El resultado habría sido exactamente el mismo. Salvo un reconocimiento de la paciencia del director y de esa obsesión suya por retratar el proceso de cambio en las personas por culpa del tiempo, hay muy poco de nuevo en todo esto cuando François Truffaut ya nos regaló Los cuatrocientos golpes con sus sucesivas secuelas. En todo el intento, parece que hay implícita una cierta apariencia, un deseo de no solo ser independiente de la enorme maquinaria industrial del cine, sino también de parecerlo y eso resta valor al supuesto experimento porque, aún admitiendo que Linklater, sin duda, ha dejado improvisar a gusto a sus actores, no dejan de ser viñetas normales, rutinarias, muy sabidas, muy tópicas y, lo que es peor, muy insulsas.

Y es una lástima porque, quizá, el proceso de maduración de un adolescente sea uno de los pasos más apasionantes que puede dar un ser humano. Linklater dibuja al joven protagonista como alguien que se hace a sí mismo, a pesar de las dificultades vitales que le rodean y eso solo se consigue a través de una comprensión que va más allá de la perplejidad y, por supuesto, mucho más allá de las tonterías idiosincrásicas de las distintas edades. No es que el chaval llegue a un cierto momento y ya se haga hombre, es que los acontecimientos, lo que vives, el desarrollo de la empatía y la capacidad de superación de los problemas es lo que te convierte en adulto y Linklater, a pesar de sus dos horas y cuarenta minutos, no llega a tocar todos los palos y los que toca suenan un poco a hueco. Es lo que pasa cuando se quiere ser tan independiente y, además, presumir de ello. Con todo el respeto para los independientes, que los hay y muy buenos.                                         

13 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Hemos comentado tantas veces de pasada esta película que ni recordaba que no tenía su post, por cierto el de "Relatos salvajes" parece retrasado sine die, supongo que las necesidades editoriales te obligan a diferirlo.

Sobre "Boyhood" estamos muy de acuerdo. Con mucho lo mejor es Patricia Arquette, una actriz que en la madurez le da muchísima credibilidad natural a lo que hace, incluso aunque sea una serie de televisión muy simple pero increible como "Medium".

Como ya he dicho alguna vez, a mi lo peor que me parece es que estar doce años rodando una película te da mucho tiempo para guionizar lo que vas a contar cada año y sinceramente ahí creo que hace parte de las grandes aguas que corren por toda la película. Porque se pueden tratar los momentos que marcan la evolución de un crio a un adulto de forma elíptica, y algunos verán la gracia de tratar en vez de esos hitos temporales de forma cotidiana, como un día cualquiera de una persona cualquiera, pero lo que no es creíble (a mi no me lo parece) es que la propia evolución sea indistinguible. ^
Porque además las propias transiciones temprales de año a año están mal trabajadas y de una escena de un año se pasa a otra del año siguiente y la mayoria de las veces sólo se detecta por el cambio físico, porque la personalidad del sujeto apenas muta. Y eso es lo más increíble de todo, cualquiera que tenga hijos y más en la adolescencia nota que los cambios de un año para otro en la personalidad son brutales y aquí nos encontramos con el aventurero Simplicisimus al que todos los momentos cotidianos o no siguen dejandole tan plano como el año anterior.
No hay asomo de rebeldia, de agresividad, de rechazo, de efusividad, de desinterés, de pasión, de desorientación....de nada de lo que vive un chaval, o hemos vivido todos, en tantas épocas de tu vida. tenemos un personaje que cambia fisicamente, pero sobre todo en los últimos 6 años, se mantiene como un pasmarote cumpliendo adecuadamente los encargos, enamorandose de una manera simple y como sin querer de una chica, sin dar un portazo, sin levantar una ceja, sin cambiar de opinión sobre nada...Así que tenemos algo real, el paso del tiempo, para contarnos algo irreal, un tipo al que le pasan cosas y que no muta nunca.

Por lo demás, me parece que tiene momentos verdaderamente aburridos (tanto dia normal es brutalmente cansino) y un actor principal que como poco es bastante inexpresivo y que puede resultar bastante más empático cuando niño que cuando empieza a madurar.

Yo no diría ni que es regular y sólo le salva el experimento y el nombre del director para que no resultase una película claramente vituperada por la generalidad.

Abrazos anuales

César Bardés dijo...

En cuanto a lo de "Relatos salvajes" tiene que estar al caer. Pronto podremos hablar de ella con libertad, tranquilo.
Estoy de acuerdo en que lo mejor es Patricia Arquette, casi, casi, casi te diría que es más apasionante el paso del tiempo en esta mujer que en el propio protagonista. En los primeros planos está joven, guapa, con una figura envidiable...en los últimos ya se ha convertido en un ama de casa, bonita en su madurez pero con unos cuantos kilos de más, un poco estropeada por no haber encontrado realmente a una pareja que la apoye al cien por cien (por cierto, vaya tino tiene la tía y además, poco a poco, le van gustando jovencitos).
En todo lo demás que dices no puedo estar más de acuerdo. El chico es soso, el guión lo es aún más. Quizá solo eso mismo que destaco, que hace que el chaval se quede bastante perplejo frente a los actos a menudo incomprensibles de los adultos y que no está nada seguro de querer convertirse en uno de ellos hasta el plano final, en el que encuentra una tranquilidad casi ideal. Está llena de contradicciones. Es un tío que mola porque es muy "cool" pero ni es especialmente inteligente, ni se explotan adecuadamente sus habilidades fotográficas, ni sus romances (todo en elipsis), ni su iniciación al sexo, ni nada de nada. El chico pasa porque lo suyo es pasar y lo digo con el verbo "pasar" no queriendo decir que es un "pasota" sino que "discurre" por la vida con la fuerza de la corriente y no hace nada para ir contra ella, no hay signos de rebeldía, ni siquiera hay una cierta ilusión en lo que hace (cosa que todos hemos tenido a esas edades).
No entiendo, salvo un reconocimiento a la paciencia, claro, que haya habido tanto premio a esta película y que haya hecho sombra a "Birdman" o a la misma "The imitation game" cuando ésta no me está contando nada.
Lo genial de Linklater (él cree realmente que es genial) es que sus diálogos los deja improvisar. Me imagino que pone en situación a los actores y hale, a repetir una y otra vez una conversación que tiene que acabar en un punto pero que puede ir por Valladolid. Eso, según piensa él, le otorga una frescura "espontánea" y lo único que hace es parar una y otra vez la película. Si te fijas, y muy dicho por tu parte, lo que ocurre realmente interesante siempre está metido en las elipsis (los romances de la madre, por ejemplo) y lo que es pura rutina, normalidad, miraditas de pavo y demás se quedan en una y otra vez repetidas hasta la saciedad.
Yo tampoco diría que ni es regular. Es una película-experimento que es irremediablemente insulsa y tremendamente aburrida (amos, no me joas 2 horas y tres cuartos para contarte lo que te cuenta).
Abrazos prolongados.

CARPET_WALLY dijo...

Pues estamos totalmente de acuerdo en todo y fijate para ilustrarlo vamos a ese último tramo vital. Va a la Universidad y lo que se nos cuenta es el prepartivo del viaje y el primer día. En todas las películas vemos, y supongo que en la vida real también será así, que es un momento algo inquiteante, cuando no angustioso, para el chaval que va a abandonar la seguridad del nido y enfrentarse a un nuevo mundo. Algunos hemos vistos asustados, otros eufóricos por salir de la vigilancia paterna, pero en este chaval parace que se va de excursión al lago. Prepara su equipaje, aguanta la charleta de su madre, llega a su destino, conoce a su compañero de habitación y se larga de paseo con dos chicas (el otro que ha llegado un rato antes ya ha ligado) y encuentra un nuevo mundo porque se está ligando a una nueva chavala. Ea, despues de tanta elipsis nos suelta un final precipitado e increible para hacer una metafora del final de un ciclo vital. Vamos que el tipo es un bombón que liga de buenas a primeras...ah no, es porque tiene una labia que las conquista...juer, pero si es un muermo que apenas contesta.

Y lo que comentas, las elipsis pueden valer para según que cosas, pero lo que no vale es que nos digas que imaginemos su primer polvo (algo que marca, sobre todo a esa edad), su primera borrachera, ah, no que no se emborracha porque tubo un padrastro borracho, ¿Ni siquiera para reprocharle a su madre el conjunto de malas elecciones que les tocó sufrir?
Y el personaje de Ethan, bueno su relación con el chaval, es de una tontuna, moruna. Vale que el tipo sea un inmaduro integral, un simple, pero para tenerle ahí habertelo cargado en un accidente de moto, es uno más de los adornos innecesarios de la película. Como el del dueño del restaurante que parece que va a querer ligarse a la Arquette en la fiesta de graduación y luego desaparece para siempre.
Y eso, es un fotografo pero porque lo dicen y a veces hace fotos, el único atisbo de que intenta hacer algo distinto con la cámara es en el partido de Football americano que los amigos le dicen que fotografie lo que ocurre en el campo y no otras cosas...
Dirán que son minipistas para que tu reconstruyas la historia. ¿que historia?, ¿que nos han contado?...Ah si, que según pasan los años nos vamos haciendo mayores. ¿tu encuentras algo más?

Abrazos desoriendtados

César Bardés dijo...

Desde luego, no. Algunos querrán ver (en un alarde de estar muy "in") un auténtico manual de crecimiento en el que se retratan las distintas inquietudes de un niño...pero como tú bien dices...es que el chaval es una ameba. Tiene mucha, muchísima más gracia cuando es pequeño que cuando es adolescente. Ya en el primer cambio de edad, el chaval pierde todo punto. Por lo demás, tus ejemplos son buenos para dejar de manifiesto que, en realidad, la película no dice nada de nada, porque ni siquiera cuando se atisba un punto de conflicto Linklater se arroja a la arena (estoy pensando en el padrastro borracho o en el amargado guardia de seguridad...vamos, que la madre cuando es feliz es cuando pilla a un jovencito por banda). Eso sí, el chaval presiente a la primera cita que la madre se siente atraída por el primero que pasa por allí (recordemos que en ambos casos son en reuniones multitudinarias).
Además, no tiene problemas en los estudios, no tiene énfasis en sus reacciones, siempre va de listo superao (la noche en la casa en obras, yo he fumao, yo he follao, yo soy un tío que no da importancia a nada porque lo demás es de críos...). Es fotógrafo por el más viejo de los trucos...una cámara fotográfica de regalo. Hace una exposición y queda segundo del instituto...en fin, si es que cuando se renuncia a contar algo y todo lo basas en el postureo lo que sale es algo insulso, lo mires como lo mires. Hay gente que habla maravillas de esta película. Yo, lo siento, no lo veo por ningún lado.
Si es que, como bien dices, creo que la intención de Linklater es dar minipistas para que rellenes los espacios vacíos pero es que no hay ninguna historia que rellenar...y lo que es peor, no tengo ningún interés en rellenar nada.
Abrazos con flequillo de lado.

dexterzgz dijo...

Evidentemente, coincido con ambos en que lo brillante de la peli es la idea pero la ejecución deja algo que desear. De alguna forma, Linkater ya me estaba avisando con ese otro experimento cinematográfico temoparal que era su anterior trilogía de "Antes de". La primera parte sorprendía, era natural, transmitía cierta espontaneidad. La frescura se perdía conforme avanzaba la trilogía hasta llegar a la última película absolutamente sobrevalorada en mi opinión. Linklater apuntando en una primera parte a Rohmer y en la segunda a Bergman y no dándole a nada en concreto.

En cuanto a este "Boyhood" creo que es una película que debería emocionar mucho más de lo que le hace. Es un intento de transmitir el vértigo que produce crecer y yo eso no lo veo por ningún lado. He visto más emoción y más vértigo en la serie "Cuéntame" francamente.

Además, el punto de vista es muy local, muy americano, con lo que francamente me sorprende que haya calado tanto fuera de. Y recalco un punto que no habéis nombrado y que a mí me llamó la atención. Es profundamente reaccionaria y conservadora, por mucho Obama al que vote Ethan Hawke.

Abrazos que crecen

César Bardés dijo...

Es que a Linklater se le ha elevado al Olimpo de los genios ...y realmente no ha hecho nada del otro jueves. La saga de "Antes de..." no es más que otro ejercicio de improvisación con fondo bonito y dejar que los actores hablen a partir de una situación. Es muy esclarecedor tal y como lo expresas, Dex: Rohmer, Bergman y no dándole a nada en concreto.
Lo de profundamente reaccionaria y conservadora que es "Boyhood" no sé si lo dices por igualarte a comentarios del tipo de "Birdman es lo más fascista del mundo" o si realmente lo has visto. Yo, sinceramente, no he caído en ello. Aunque tengo que reconocer que tenía unas ganas enormes de que aquello acabara y no me estaba fijando demasiado en esas conversaciones que echan los personajes y que no llevan a ninguna parte.
Abrazos púberes.

CARPET_WALLY dijo...

Hombre, si puede ser un tanto conservadora en que no se concede ni la rebeldía propia de la edad al protagonista. es una vida "modelo" del estadounidensito medio. Incluso a pesar de la familia algo desestructurada (no pobre como ratas) pero si con familia discgregada y experiencias poco positivas desde el punto de vista de los ligues maternos, el chaval no se sale ni un milimetro de la senda trazada para el americano medio. El chaval por supuesto no se engancha al movil, ni a facebook, ni a Instagram (¿no era fotografo?), ni a videojuegos violentos, ni su vida está afectada por acontecimientos históricos, de hecho es dificil situarla en alguna época concreta que conllevase algún cambio en una forma dfe vida absolutamente plana. Se supone que estamos a primncipios a principios del XXI, pero más que nada por la estética y porque sonaba Britney y Coldplay...Y por cierto, no hay negros, ni en las noticias de televisión, ¿sale alguna televisión? ya ni me acuerdo...

Abrazos desmemoriados

César Bardés dijo...

Pues bajo ese punto de vista, Carpet, sí, puede que tenga un punto conservador pero ¿sabes qué? La película es tan rematadamente insulsa que, sencillamente, ni siquiera te pones a pensar en que si hay una forma de ver las cosas desde una perspectiva levemente reaccionaria. Desde luego, el chaval es tan soso que no hay problemas con respecto a todas las redes sociales, no le causa ningún trauma, no hay discusiones. La madre estudia una carrera y todos contentos (y luego se pone a dar clases en una facultad, ahí es nada).
Sale una televisión apagada, eso sí.
No vale ni para que te animes a adentrarte en sus significados ocultos, sinceramente.
Abrazos aburridos.

dexterzgz dijo...

Efectivamente con lo de conservadora me refería a que no hay un verdadero desarrollo dramático de los personajes. Para un retrato de la clase media americana sin más no hace falta tirarse 12 años filmando lo mismo. Fíjate que venimos de premiar lo que venimos de premiar y esto no dejan de ser otros doce años de esclavitud.

Abrazos inmovilistas

César Bardés dijo...

Pues como ese sea el cine que nos espera, que Dios nos pille confesados. Menuda trilogía forman "Corazones de acero", "Boyhood" y "Doce años de esclavitud"....bufff...no quiero ni pensarlo. Me voy a las trincheras.
Abrazos con acné.

Anónimo dijo...

Buenas a todos,

Efectivamente, soy de nuevo Santi, que vuelve a pasarse por estos lares después de algunas semanas de ausencia. Que estoy echando en el curro más horas extras que el que subtitulaba las películas de Antonio Ozores. Y eso, amigos, no me deja ver todo el cine que quisiera, y desgraciadamente, no me deja pasarme a leer y disfrutar de "Los ojos del lobo".

Ya veo que en mi ausencia habéis aprovechado para poner a caer de un burro al bueno de Linklater, uno de mis directores de cabecera (creo que lo dije alguna vez por aquí). Aun asumiendo todas las críticas que habéis argumentado, y muy bien como siempre, tengo que deciros que, sin acritud, no os habéis enterado de nada.

Boyhood no es el relato cronológico de la vida de un chaval random americano, sobre la cual se edifica una elaborada tesis sobre la situación de la juventud en ese país. Ni mucho menos. Es que no sirve ni como extrapolación de la situación de esa misma juventud.

Boyhood nos cuenta que toda esa serie de tópicos sobre los chavales que crecen allí, y aquí en España también, alrededor de sus vicios, sus influencias, sus miedos,... son verdades a medias. Que no hay un perfil característico del chaval insulso, apático, pseudonihilista y sumiso, porque depende sobre todo del temperamento de cada persona. Y que ese temperamento se deja influir, en algunos momentos, pero no siempre, por las circunstancias familiares, de nexos afectivos, de amistades avenidas. Y que si "yo soy yo y mis circunstancias", en el "yo y mis circunstancias" también está una parte importante que es el "yo".

Es decir, que si cada chaval que sufriera la más mínima alteración en su proceso evolutivo normal, en su educación, en la relación de sus padres... manifestara en su personalidad esas consecuencias, gran parte de la juventud sería drogadicta, asesina en potencia, cleptómana, depravada sexual. Y afortunadamente no es así.

¿Es una visión pesimista, optimista? ¿Ni una cosa ni otra? No es nada de eso. Es darle la oportunidad a una personita de 6 años aprox, que se manifiesta durante los próximos 12 años de su vida como realmente es. Nada es forzado, nada es premeditado, todo es verdad. Es una vuelta de tuerca al neorrealismo, un neoneorrealismo le llamaría yo.

Se puede entrar en el juego de Linklater o no. Vosotros no habéis entrado. Pero por favor, no digáis que es una peli aburrida cuando ni siquiera tiene sustrato de peli. Sí, formalmente es una peli, pero yo la identifico como una suerte de vouyerismo de la personalidad de un crío, que da la casualidad que no sufre bullying en clase, que no tiene pasión por las armas, que no es el capitán del equipo de fútbol del instituto... y sin entrar en el ámbito escabroso de indagación sexual, porque ya se ha contado en otras miles de pelis.

Dicho esto, tampoco creo que sea la mejor peli de Linklater, porque aún mantengo a la trilogía "Before" en un pedestal de la que es muy difícil bajar. A mí me encanta hablar, hablo de política, de economía, de historia, de baloncesto, de ciencia, y por supuesto de cine. Y no he encontrado aún una peli que refleje mejor que esta trilogía el proceso del tira y afloja, el roneo, la seducción subordinada a la inteligencia, el perdón y la reseducción controlada. Guiones ejemplares. Siempre en V.O.S., por favor.

Volved a verlas, en silencio, sin prejuicios. Yo lo haré lo antes posible.

En fin, que me pasaré cuando pueda, pero procuraré leeros a menudo. Se os echa menos, caray.

Abrazos juveniles.

Santi

César Bardés dijo...

Santi, rebienvenido. Antes que nada, alegría por volverte a leer aunque estemos en pleno desacuerdo.
De acuerdo, tu teoría es plenamente aceptable, no dices ninguna tontería, es posible que nuestro enfoque sea total y absolutamente erróneo...aún aceptando lo que dices (lo cual puede ser perfectamente posible) yo no veo qué hay de fascinante en todo eso.
Dices que ningún temperamento se deja influir por lo que ocurre en su entorno salvo en contadas ocasiones o puntuales o como quieras llamarlo. Estoy de acuerdo. Yo, a la edad del joven, no me dejaba influir por nada. Veía las actitudes de mis padres y repetía para mis adentros "yo no voy a ser así, no voy a hacer esto o aquello"...pasan los años y, en ocasiones (a lo mejor no en tu caso pero sí en el mío y en el de muchas personas que conozco) resulta que reconoces en ti mismo rasgos de tus propios padres. Actitudes, dichos, formas y posturas. Mi personalidad me impide andar como lo hacía mi padre, eso también te lo aseguro.
Tu teoría, repito plenamente aceptable, nos dice que si cada chaval sufriera una alteración en su proceso evolutivo normal no tiene por qué seguir lo que ha visto. Es posible, yo no digo que no existan esos casos aunque también te aseguro que no es lo corriente. Albert Camus era un niño pobre, que jugaba de portero en el equipo del colegio porque era el puesto en que menos se gastaban los zapatos, que lo tenía todo en contra, que ni siquiera tenía un bollito para desayunar por las mañanas y, sin embargo, se rebeló contra todo eso (por la razones que sean) y consiguió ser un escritor admirable y Premio Nobel de Literatura...¿eso es lo corriente?
Hay una frase que dices que me llama la atención: "Por favor, no digáis que es una peli aburrida (recuerdo, dura la friolera de 165 minutos) porque ni siquiera tiene sustrato de peli". No quieres que quitemos el adjetivo "aburrida" sino el sustantivo "película". Está bien, no tengo nada que objetar. Es "aburrida" a secas. Sea lo que sea el experimento que ha hecho Linklater.
¿Sabes lo que pasa, quizás? Que yo creo que ninguno de nosotros (que podríamos ser, hasta cierto punto, considerados personas normales) hemos sufrido de bullying, ni hemos sido capitanes del equipo de fútbol, ni hemos desarrollado pasión por las armas y la indagación sexual la hemos realizado de forma discreta e íntima, que es como se suele realizar, a salvo de ojos que quieran indagar, a su vez en ella. Tal vez por eso, nos parece que todo esto es bastante insulso...porque nuestra vida se antoja bastante más interesante que la de este chico.
En una cosa estoy de acuerdo. Sin encantarme la trilogía "Before", reconozco que es bastante mejor que esto.
Por cierto, soy feo de cojones...si he presumido alguna vez de ligarme a alguien (y te aseguro que han sido más de dos) ha sido por mi inteligencia (poca, mucha, brillante, aburrida o vulgar)...¿eso merece una película?
Te aseguro, Santi (y si no lo sabes es que no me conoces demasiado bien) que yo me acerco, por lo general, a ver una película siempre sin prejuicios. Es mi obligación como crítico. De otra forma, estaría engañando a todos los que os atrevéis a prestarme vuestros ojos durante dos o tres minutos para leer lo que yo pueda ofrecer.
No te preocupes. Pásate cuando quieras, puedas, te apetezca o tengas tiempo y siempre que quieras. Aquí no hay obligaciones, solo puntos de vista (yo te agradezco el tuyo porque el enfoque, desde luego, es nuevo) que ayudan a ensanchar miradas.
Abrazos con deportivas.

Anónimo dijo...

Hola, César

Gracias por tu rebienvenida, tío. Siempre es agradable saber que gozas de una buena acogida en la casa de alguien, aunque sea para contar cosas que no tiene por que coincidir con la corriente mayoritaria. Fíjate, al darle a "Publicar comentario", me he dado cuenta que quizá he utilizado expresiones un tanto disonantes. Por ejemplo, ese "Volved a verlas" ha sonado incluso con aire impositivo. Nada mas lejos de la realidad. Tratba de usar un plural mayestático, una frase de convencimiento a todo mi entorno de que me gustaría que gozaran de algo tan bueno y que a mí me hizo gozar tanto. Volvemos a lo mismo hablado en su día, me gusta abrir los ojos a quien no los tiene abiertos para que disfrute de, al menos, las mismas cosas que me entusiasman. Por supuesto, no era a vosotros, César, Dex o Carpet, a quien iba dirigido el comentario.

Y por supuesto, estoy convencido de vuestra ausencia de prejuicios al acercaros a una peli. Mi mismo fallo al hablar en plural mayestático.

Por otro lado, el tema de la duración de "Boyhood". Ni me di cuenta de lo que duraba. No miré ni una sola vez el reloj. Cosa que no puedo decir de "La carrera de Suzanne", de Rohmer, que dura 55 minutos. ¿Tengo ojos para un tipo de cine solo? No creo. Que no es una crítica, que se entienda. Es la constatación de un hecho.

Yo tampoco soy bonico de ver. Tengo un amigo que decía que daba las gracias por haber nacido feo porque eso le desarrolló la inteligencia. El muy cab... se ligó a la tía más requetebuena que ninguno de nuestra pandilla se ligó jamás. El muy hijo de su madre tenía tanta labia que habría merecido, como poco, un película, aunque una serie le habría hecho más justicia. Sí, las conversaciones comunes también dan mucho juego. No te digo nada las extraordinarias.

En fin, que no lograré convencer a nadie, pero dicho queda. Por si alguien duda en verla, paso al frente. Merece la pena.

Abrazos, guapos

Santi