martes, 9 de junio de 2015

L.A. CONFIDENTIAL (1997), de Curtis Hanson

Oficial Bud White: En su mirada parece que hay tanto riesgo como furia contenida. Parece un volcán a punto de estallar con sus puños como laderas de lava. Algo debió de pasarle de niño: no aguanta que se maltrate a una mujer. Y, claro, no duda en utilizar la brutalidad cuando lo cree conveniente o cuando no hay quien sujete esos puños de cemento. Si tiene que poner la pistola en la boca para que alguien confiese, no le tiemblan las pestañas. Sin embargo, en algún lugar de su interior, parece que busca un lugar donde reposar tanto odio y tanta ira. Tal vez haya que vigilarlo un poco. Al fin y al cabo, es un buen compañero y, desde luego, merece un poco de confianza. Por mucho que haya quien quiera alquilar su fuerza y su desbocado carácter. No es el raciocinio hecho persona pero es un elemento valioso. No hace preguntas. Es capaz de hacer lo que sea si se le ordena. Incluso meterse con los más grandes sin atender a consideraciones personales. Es valiente y debe tener un par de condecoraciones al valor. Y, a pesar de todo, posee una cierta ética que le hace vomitar de vez en cuando. Pero esto es Los Ángeles y las calles necesitan a policías como él.
Sargento Ed Exley: Detrás de sus gafas de empollón se esconde un individuo peligroso. No por la fuerza de sus actos sino por lo ladino de sus actitudes. Es un animal hecho para trepar. Y él sabe que, de una manera o de otra, conseguirá acabar en la cima. Es demasiado inteligente para ser policía. Se aprovecha de todo lo que puede. Y si tiene que delatar a compañeros, lo hace sin ningún escrúpulo. Sabe dónde presionar y qué es lo que más duele. Parece que en su placa hay escrito un diez. Diez de arribismo. Diez de oportunidad. Diez sobre diez. Es valiente. Y tiene un par de condecoraciones ganadas sin demasiado esfuerzo y, tal vez, no muy merecidas. De hecho, no merece ni que le inviten a comer en el restaurante de comida rápida de la esquina. Cuando se intenta colocar una trampa en su camino, él no solo la esquiva sino que la desarma y construye otra nueva para el siguiente. Su fuerza es su cerebro solo que a veces no lo emplea en línea recta y prefiere escalar peldaños, conseguir objetivos para atribuirse los méritos. Le importa un bledo Los Ángeles y la gente que lo habita. Solo le importa él.
Sargento Jack Vincennes: Es la estrella del Departamento. Sus ademanes recuerdan a los de Dean Martin. Tiene labia y encanto y sabe ganarse a quien se ponga por delante. Tiene un ligero defecto: le encanta ponerse delante de las cámaras para presumir de detenciones de gente con cierta fama en esta ciudad que tiene corrupción hasta en los cines. Y no duda en aceptar pequeñas cantidades de dinero para su fondo de pensiones particular. No obstante, tiene una ventaja sobre todos los demás. Tiene conciencia. Y sabe cuándo lo hace mal y se perjudica a alguien que es demasiado débil como para sobrevivir debajo del peso de la justicia. Tiene clase e instinto y sabe desenvolverse con un arma en la mano. Para él, Hollywood es el paraíso terrenal. Y conoce perfectamente cómo se las gastan entre tantas estrellas. No tiene problemas. Él, en el fondo, es un actor con placa. Y sus trajes caros le dan el aura de la cabecera de cartel. Los Ángeles es su territorio.

Russell Crowe, Guy Pearce y Kevin Spacey: Tres actores que hacen que Los Ángeles sea algo más que confidencial. Es la nueva Babilonia redescubierta en medio del lujo, de los coches de color y las luces de neón. Para eso tienen al director Curtis Hanson guardándoles las espaldas. Y están listos para que los fotógrafos hagan su agosto. Si lo sabrá Verónica Lake…o Kim Basinger…o como se llame la rubia esa que hace que el mundo gire y haga realidad lo que usted desee.

8 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Poco hay que decir ante este post de una de las mejores películas de los últimos 20 años, quizá si acaso que echo de menos que no hayas mencionado a Rollo Tomassi...

Es de las pocas películas en las que Crowe no me disgusta como actor, y el personaje es impagable porque no es habitual que en cualquier película de este tipo, ni en casi ninguno se le de un papel protagonista al bruto, al matón, a la bestia parda que hace su trabajo co eficacia funcionarial y sin hacer preguntas. Aquí aparece con alma, con corazón, como bien dices, con conciencia.
El de Guy Pearce, otro que tampoco cuenta con muchas de mi preferencias, también es un papel bastante habitual, pero del otro lado, suele ser el reverso del "bueno", el tipo listo que utiliza todas sus artimañas para su propio provecho, aquí hace lo mismo pero nos lo ponen de cara, para que identifiquemos que es mejor su estilo y su enfoque que los prohombres que parecen la idea misma dfel bien.
Y finalmente tenemos al gran Kevin Spacey para mostrarnos otro personaje arquetípico dado la vuelta, el vanidoso, la estrellita, el modelo poco real de lo que es un policia, el que casi siempre es un prototipo con pocas luces y vendido a su imagen, aquí figura como un personaje mucho más listo que la mayoria, con una mirada desencantada y cínica lograda a base de su interés por el alma humana, de observar lo que le rodea y comprender toda la mierda en la que se mueve.

Quizá en eso radique el éxito de esta película, aparte del guión casi milimetrico, de escenas bien engarzadas y de dar pausas cuando conviene. La música, otra vez acierto de Goldsmith, es envolvente, te situa en tiempo y forma con la acción, la fotografia espectacular nos pone en color en los tiempos clásicos del género. Todo suma a la hora de entregarnos esta maravilla...

Incluso Rollo Tomassi

Abrazos sin secretitos.

César Bardés dijo...

Es evidente. No he nombrado a Rollo Tomassi porque no existe...¿no? A ver si te crees que voy a caer en la trampa del Cromwell. Por cierto, una de las mejores escenas del cine moderno esa misma en la que Jack Vincennes nombra al ladrón Tomassi y muere casi con una sonrisa en los labios porque sabe que el otro va a ponerlo en liza enseguida. Un giro de argumento brillante y francamente reparador después de la enorme sorpresa que nos llevamos después de lo que le pasa a Vincennes.
Das en el clavo con una de las principales virtudes de esta maravillosa película. Aquí los protagonistas de esta historia negra sí dan puntadas sin hilo, son falibles y no son perfectos. Rompe con los estereotipos de los protagonistas del género negro que, siendo detectives, suelen ser tipos de inteligencia casi inmaculada, brillantes en el discurrir e impecables en sus conclusiones. En el caso de que no sean detectives y sean ex-policías o simples periodistas ya estamos ante perdedores natos que se ven envueltos en acontecimientos que les sobrepasan pero que consiguen, de alguna manera, influir en ellos. Aquí no. Los tres policías son listos, pero cometen errores. Los tres digamos que están al lado de la ley...pero no les importa hacer algo al otro lado de la ley siempre que les convenga por una u otra razón. Los tres luchan para ganar de una vez por todas (aunque quizá el más perdedor sea el personaje de Crowe por la amargura no-negra que siente) y los tres son poseedores de una ética que tiene que ver más con la conciencia que con lo que se espera de ellos. El elenco de secundarios también es enorme, con ese Danny de Vito aprovechándose de cualquier circunstancia para hacer periodismo sensacionalista, la Basinger por supuesto y David Strathairn como ese chulo de altos vuelos que, bajo una apariencia de exquisita educación, desprecia a los policías de forma bastante insultante.
Todo contribuye a una película que,desde luego, se salió de los cánones incluso moviéndose por su propio género.
Abrazos con flashes.

CARPET_WALLY dijo...

En todo caso, nos encontramos con otro de esos misteriosos casos de un director con una cumbre en su carrera y un resto de filmografia de nivel mucho menor, que aunque tanto "la mano que mece la cuna" como "Jovenes prodigiosos" son películas estimables quedan lejos de esta, a mi entender. Y sobre todo resulta curioso que apartir de la sugunda no haya rodado nada reseñable ni se le conozcan proyectos de interés.
Teniendo en cuenta que estrena una peli cada 3 años aproximadamente y que la última es de 2011, debería estar al caer alguna novedad.

Abrazos extrañados

César Bardés dijo...

Pues tienes toda la razón, Carpet. Curtis Hanson creo que ha cometido errores tras errores. No explotó la vena negra para la que estaba especialmente dotado. Quisiera citar una película en la que intervino como productor y dirigió Daryl Duke y que es excelente y también negra como es "Testigo silencioso" con Elliott Gould y Christopher Plummer. Sé que ha ido pegando bandazos entre otras cosas porque creo que está intentando encontrar la gallina de los huevos de oro en el mercado televisivo pero no acaba de dar con la tecla. Creo que ha probado con dos episodios-piloto y ninguno de ellos ha sido lo suficientemente prometedor como para que le dieran luz verde. El caso es que tienes razón en valorar "La mano que mece la cuna" (inquietante, muy inquietante y quizá el mejor trabajo de la carrera de Rebeca de Mornay) y "Jóvenes prodigiosos" (hace poco una actriz y presentadora de televisión me comentaba cuánto le había gustado esa película, que tenía mucho detrás de la historia que contaba, etc. Estoy más de acuerdo con tu visión que con la de ella). Sospecho que la carrera de Hanson está pasando por muy malos momentos.
Abrazos catódicos.

dexterzgz dijo...

Creo que junto a "Miller´s Crossing" estamos hablando de la cima del cine negro en los 90. En un género que está ya dicho todo, llegan Hanson y los Coen y dan una nueva vuelta de tuerca. Y en el fondo, no inventan nada. Son dos películas que podían haberse rodado perfectamente en los años cuarenta pero que se ruedan y de manera magnífica medio siglo después, y en cualquier caso responden a una forma de ver el cine negro antes de que llegaran "los padrinos", sin una visión tan shakespereana. Dioss mío, si es que te quitan el color en la escena de la pelea inicial en los calabozos, te dicen que es de Raoul Walsh y te lo crees sin chistar. Y es que hay que ver cómo está escrita. Muy bueno Bardés el detalle de anteponer en tu comentario el nombre del personaje al actor que lo interpreta. Spacey nos tiene acostumbrados pero los otros dos hacen el mejor papel de su carrera. Y si están tan bien, es sin duda porque sus personajes son un bombón.

Es que a veces se nos olvida de que en el fondo el cine negro en su esencia es cine social, mucho antes de que llegaran los gafapastas del neorrealismo y de la nouvelle vague. Porque vamos a ver de qué estamos hablando, de pobreza, de arribismo, de corrupción, de chanchullos varios,... a ver si nos creemos que "Ángeles con caras sucias" es solo una de tiros o qué.

En cuanto a Curtis Hanson, yo creo que ha seguido el modelo de directores todoterreno tipo Lawrence Kasdam de querer hacer un poco de todo, drama, comedia, acción... Pero, claro al amigo Lawrence no le llega ni al talón. Y esta ya no es solo su mejor película, es que de hecho parece que no la haya hecho él.

Abrazos desde Mulholland Falls

César Bardés dijo...

Pues probablemente sí podríamos formar un triunvirato con "L.A. Confidential", "Muerte entre las flores" y "El ojo público", que también le daba una vuelta de tuerca al género con la figura del fotógrafo, espectador de la realidad negra. Las tres podrían haberse rodado en los años cuarenta (no cuesta nada imaginarse "El ojo público" interpretada por Cagney). Quizá yo no metería a los padrinos dentro del género negro pero hay que reconocer que es uno de los más atractivos. (De hecho, mi hijo ya me ha pedido un ciclo con la condición de que empecemos por Nick Charles).
Ya lo creo que el cine negro es cine social, tiznado de crimen, de corrupción, de icónicos símbolos que lo han hecho reconocible pra cualquiera y, además, de profundidad moral que para sí quisieran muchos otros que se dedican a hacer películas "para pensar".
Estoy de acuerdo con la valoración que haces con respecto a Kasdan. Lawrence tiene mucho más talento, creo yo, que Hanson y sí que parece un poco como si "L.A. Confidential" estuviera dirigida por Kasdan.
Abrazos desde Rodeo Drive.

Unknown dijo...

Buenas,

Sí, señor, grandísima película. Estoy totalmente de acuerdo en lo que comenta Carpet_Wally sobre lo de Russell Crowe (junto al papel de "Master & Commander" pueden ser mis preferidos). En cuanto a Guy Pearce, también está bastante bien (eso sí, me encanta en "Memento").

En cuanto a su director, Curtis Hanson, también tengo preferencias por otro filme suyo como "Malas influencias" (Bad Influence, 1990), donde James Spider era "seducido" por un oscurísimo Rob Lowe.

Saludos.

César Bardés dijo...

Muy bien visto ese recuerdo por "Malas influencias", una estupenda película y con un Rob Lowe en el que, quizá, sea el mejor papel que ha hecho nunca. Una película oscura y muy bien llevada que me gustó mucho en su momento.
En cuanto a Crowe, pues sí, probablemente junto a "Master and Commander" sea su mujer papel. Guy Pearce yo creo que no es un mal actor lo que pasa es que es uno de esos actores que ha preferido mantener una imagen de actor selecto interviniendo en cosas que no le han dejado dar la talla (claro, eso ha sido cuando le ha dado la gana). Es muy curioso que un tío que iba destinado a ser un primer actor luego intervenga casi en "cameos" uno tras otro como es el caso de "La carretera". Buena, "Memento", una pelicula extraña pero muy a tener en cuenta.
Saludos.