miércoles, 30 de octubre de 2019

EN EL ESTANQUE DORADO (1981), de Mark Rydell



Pasar unas vacaciones con unos ancianos no es el mejor plan para un chico en edad difícil. Y más aún si resulta que son los padres de la novia de tu propio padre. Antológico. Magistral. ¿Qué va a hacer allí con dos viejos decrépitos a la orilla de un lago? El aburrimiento será memorable. Como si lo viera. Y, sin embargo, ese viejo gruñón, al que nada le parece bien, acaba por resultar fascinante. Tal vez por su cáustico sentido del humor o porque, en el fondo, conoce muy bien la psicología adolescente. Por ahí puede que crezca algo. Una relación impensable. El viejo Norman nunca se ha llevado bien con su hija y, no obstante, abre un canal de comunicación con el chico y todo se vuelve del revés. El viejo Norman tiene una esposa, la vieja Ethel, que parece comprenderle muy bien. Es muy raro todo esto. El padre del chaval tiene una novia y se va a Europa con ella. El padre deja al hijo al cuidado de los padres de ella. El padre de ella nunca ha sabido buscar puntos en común con su hija, pero sí lo consigue con el hijo de su novio. De locos. Demasiado complicado para tantas arrugas en la piel.
Es posible que, si se piensa un poco, la familia sea lo más importante y la falta de comunicación con ella, el mayor de los pecados. Más que nada porque, cuando nada se pueda salvar, se lamentarán todos los errores cometidos, todas esas verdades que debieron decirse en su momento. La natural expresión de un padre al sentirse orgulloso de su hija. El impulsivo “te quiero” que puede decir ella en un momento dado. La mirada sabia y siempre calmada de la madre. Errores, errores. Todos vienen a visitarte cuando más paz deseas. La tensión ya se ha sentido bastante a través de los años y esa chica jamás comprendió a su viejo. Y ese viejo jamás comprendió a su chica.
Tal vez habría que dedicar un monumento a esta película. Sí, porque en ella, Henry Fonda da una lección de interpretación magistral al lado de Katharine Hepburn en la única película que hicieron juntos. Ellos son la sabiduría total que se pasea de un lado a otro de la escena con todos los movimientos medidos, todos los gestos precisos y todas las inflexiones de voz adecuadas. Casi se pueden intuir sus miradas de amor como verdaderas…quizá porque son tan buenos actores que no puedes quedarte indiferente viendo cómo trabajan. A su lado, descolocada y tratando de encontrar algún resquicio donde colarse en el cariño de su padre, Jane Fonda, bellísima y aún niña, con gestos de desamparo y de incomprensión ante esa demencial química que desprenden su padre y su hijastro. ¿Es que tendría que haber naufragado ella en una isla en medio del lago para conseguir su cariño? No. Es que ya tenías que haberte dado cuenta de que sólo hay dos personas que habitan en el corazón del viejo. Tu madre y tú. Y sin vosotras, él no es nada. Quédate un rato mirando al estanque dorado. Puede que así te des cuenta de cuál es la cantidad de cariño que puedan tenerte tus padres.

4 comentarios:

dexterzgz dijo...

Tengo que decirte que hablas de una película muy especial para mí. Que yo recuerde es la primera película "adulta" o no estrictamente para niños que vi en mi vida. Y eso me impactó muchísimo, claro. Mis padres tendrían algo que hacer y nos dejaron a mi hermana y a mí en la sesión de la tarde disfrutando de esta maravilla.

Tanto me impactó que en mi inocencia infantil creí que Henry y Kate eran un matrimonio de verdad. Cuando a los pocos meses me enteré que había muerto Fonda pensé que era por el arrechucho que le había dado al final de esta película. Qué grande está Herny en esta película, parece mentira que fuese su primer y único Oscar. Sin desmerecer a Kate, por supuesto, qué vamos a decir de una de las más grandes. Y Jane, con los ojos claros y grandes de ese gran viejo cabezota. Evidentemente, la película sería otra muy distinta sin los tres.

Gracias sinceramente por tu post. Me has emocionado muchísimo.

Abrazos desde la lancha

Abrazos

César Bardés dijo...

Es que eran puñeteros actorazos, la verdad. Creo que Kate sabía muy bien que, aunque no hubieran coincidido nunca, estaban representando una época que se iba irremediablemente. Los dos están enormes y es una película que acabas por amar ineludiblemente. El que haya visto "En el estanque dorado" y salga renegando de ella es que, sencillamente, no tiene corazón.
Me alegro de que te haya emocionado. Pocos elogios pueden ser mejores que ése.
Abrazos desde la cabaña.

carpet_wally@gmail.com dijo...

Si Atticus Finch era el mejor padre cinematográfico que hayamos podido ver, el viejo Norman podría ser uno de los mejores abuelos (abuelastro como mucho en este caso). Un personaje que desprende ternura en cada mirada, incluso cuando suena a irritado.

Estoy completamente de acuerdo en que no se puede ver esta película y renegar de ella. Incluso en su conjunto tan sentimental no es melosa ni empalagosa y se hace real a cada minuto. Kate y Henry forman una pareja perfecta y entiendo perfectamente que Dex supusiera entonces que era pareja en la vida real, traspasaban la pantalla con su complicidad y pareciera como si de verdad llevasen toda la vida juntos.

Yo creo que jane está bastante bien, pero obviamente está superada por la lección magistral de los dos monstruos y francamente yo siempre he pensado que la Fonda rodó la película sabiendo que a su padre le quedaba muy poco y es difícil interpretar "su guerra" con su padre cuando sabes que estás viviendo sus últimos momentos. Si a Dex se le hacía real el matrimonio, a mi se me hacía absolutamente cierta la relación padre e hija, aunque no sé si hubo tantos momentos de incomprensión entre los Fonda.

Una película memorable y una pura lección de vida. Trataré de verla de nuevo, me han dado unas ganas inmensas de hacerlo al leer el artículo.

Abrazos pescando

César Bardés dijo...

El mérito de ese Norman-Fonda es que al principio llega a caer realmente antipático. En los primeros compases de la película crees que es un tío amargado, cascarrabias, que no está contento con lo que tiene, que es mucho, para luego ir descubriendo la verdadera personalidad de un tipo genial.
También estoy de acuerdo en que la gran virtud de esta película es que no es nada empalagosa. A primera vista, cuando se estrenó, uno llegó a pensar que sí. Pero no,es una película enormemente contenida, bien llevada. Creo que Mark Rydell lo tuvo muy claro desde el principio en ese sentido.
También estoy de acuerdo en que Jane Fonda está bastante bien (además de muy guapa), y también que su papel se queda como casi en nada al lado de Henry y de Kate. Te puedo decir que sí, que hubo muchos momentos de incomprensión entre Henry y Jane porque Henry tenía lo suyo. Parece ser que torturó psicológicamente bastante a la madre de Jane, Francis Brokaw hasta que llegó al suicidio. Durante muchos años, Jane culpó a su padre de llevar a su madre hasta ese extremo. Luego, ya al final y muy pocos años antes de esta película, ya hicieron las paces (probablemente, esa acusación no fuera del todo cierta y estaba hecha desde la óptica de una niña-adolescente, pero aún así no es el único testimonio acerca de lo extraño que era a veces Fonda).
Me alegro de que te entraran ganas de ver la película de nuevo al leer el artículo. También es un bonito elogio que aprecio en lo que vale.
Abrazos a la sombra del porche.