miércoles, 12 de noviembre de 2008

ÁNGELES SIN BRILLO (1958), de Douglas Sirk


Basada en la novela de William Faulkner "Pylon", Douglas Sirk llega con esta película a uno de los puntos más altos de su inspiración. En esta ocasión, el director alemán aparca la lágrima para rozar la columna de unas vidas encontradas y que se entrelazan en la pasión. Las palabras hermosas de un periodista dichas cuando las hélices callan se convierten en puras flechas envenenadas contra aquello que no puede alcanzar. Una mujer, una de esas que no importa cómo sean porque acaban devorándote las entrañas, será el pivote sobre el que giran las vidas de los que sólo deberían preocuparse por volar. Y allí, en el cielo, con el sol quemando las alas es donde nos daremos cuenta de que hay ángeles que no tienen brillo porque ha sido gastado por querer siempre y no dar nunca.
La película es excepcional, con unas interpretaciones maravillosas (uno de los fuertes de la dirección de Sirk) entre las que destaca ese pecado de mujer que fue Dorothy Malone y que se apoya en espléndidos trabajos de un atormentado Robert Stack y un atribulado Rock Hudson, ambos actores de cierta limitación que, en manos de Sirk, se convierten en firmes pilares interpretativos, capaces de llenar la escena con un guión excepcional de George Zuckerman, que ya había trabajado con Sirk en otra de sus cumbres, "Escrito sobre el viento", y con una serie de expresiones que van mucho más allá de lo que intentan decir con un texto que, por momentos, es puro ejemplo de brillantez.
Aunque está rodada en blanco y negro, en sus imágenes se deja traslucir una mirada cristalina sobre los atardeceres recortados por las siluetas de los aviones y, por unos instantes, es una historia de tal fuerza que hace que nos preguntemos si hay brillo en nuestras almas, si en algún momento podemos soñar con ser ángeles, si en el camino de la felicidad hay tantas paradas en ningún sitio que nos señalan que es el final. El poder de una película, a veces, nos transporta a una serie de signos de interrogación que rozamos al dar la vuelta para poder dar contestación a todo aquello que nos hace correr temerariamente, desear sin esperanza, amar sin saber lo que es volar de verdad alrededor del corazón de alguien que no te deja entrar. Son unas imágenes que te hunden en el melodrama del blanco y te dan un asidero en la desesperación del negro.
Quizá a nadie le guste asistir a una historia sobre seres devastados por una vida que se empeña en estrellarles. No importa que sea a través de un avión o del vértigo que, en muchas ocasiones, acompaña a una máquina de escribir. Pero hay películas que nos enseñan, que nos dejan el sabor de haber probado un trocito de cielo, de haber acompañado a unos hombres que quisieron hacer una buena película y que, a pesar de la difícil historia, consiguieron elevar nuestras sombras hasta auparnos en las alas de los ángeles. Con toda su neurosis, con toda la decepción que desprende, con toda la desilusión que emana…hay algo que hace que pensemos que todo eso está muy bien hecho, muy bien contado y que puede que, entre el público de unas imposibles exhibiciones aéreas estemos nosotros mismos, con la mano cegando el atardecer.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta fijarme en los carteles que pones de algunas películas. Me gusta leer la letra pequeña porque me transporta a quella época en que se estrenó la película. En el de ayer de A Quemarropa, me gustó la frase primera: " Dos clases de personas viven en su estrecho mundo..". En el de hoy me han llamado la atención dos frases:" The book they said could never be filmed", que más o menos viene a decir "El libro del que dijeron que nunca debería ser filmado", y esta otra:" The exciting stars of writting of the wind". Las excitantes estrellas de escrito sobre el viento. Creo que dice eso porque la verdad es que no lo distingo muy bien. Perdona que me haya extendido con este rollo , pero es que me gusta. Mismo guionista, mismos actores, mismo director.. Falta Lauren Bacall. Y falta también el maravilloso color característico de Sirk. La película la he visto seguro, pero la verdad es que no la recordaba muy bien. No importa porque tu, como siempre, me la has contado de esa manera tan tuya que me hace meterme dentro de ella. Me hace pensar en los ángeles sin brillo y en las hélices mudas. Sólo hay una cosa en la que no estoy de acuerdo contigo. Yo no creo que Hudson o Stak sean actores algo limitados. Me gustan los dos.
Gema

César Bardés dijo...

Intento por todos los medios que sean los carteles originales de la época de su estreno aunque, a veces, es imposible. Para mí esos carteles tienen un encanto imposible de igualar. Es cierto que esta película es una rareza porque está rodada en un maravilloso blanco y negro (yo supongo que por elección del propio Sirk, más que nada por dar un mayor realismo a una historia que transcurre en los años veinte). Gracias por lo que dices de mi forma de escribir pero hay películas que te lo ponen muy fácil. En cuanto a la categoría como actores de Rock Hudson y de Robert Stack, bueno, yo creo que Hudson estaba siempre brillante en las películas de Sirk, en "Gigante", de George Stevens; también en "Sangre sobre la tierra", de mi admirado Richard Brooks; en las comedias de "teléfonos blancos" con Doris Day está simpático; en "Plan diabólico", de John Frankenheimer está absolutamente brillante; y me gusta ese capitán de submarino que interpreta en "Estación Polar Cebra", de John Sturges. A partir de ahí, prácticamente nada, aunque ya al final de su carrera, en su última película, estuvo realmente bien en un título totalmente olvidable que se llamaba "Embajador en Oriente Medio", de Jack Lee Thompson. Estaba veterano, sabio, tranquilo, nada forzado (algo que sí le he visto en alguna ocasión)y se comía con cuscús a Robert Mitchum que le acompañaba por una vez (y mira que Mitchum me gusta).
En cuanto a Stack, muchos peldaños más abajo que Hudson. Muy bien en los dos títulos con Sirk, "Escrito sobre el viento" y "Ángeles sin brillo"; mero acompañante en "Ser o no ser", maravillosa película de Ernst Lubitsch; bastante adecuado en "La casa de bambú", de Samuel Fuller (quizá escriba algo sobre ella). El resto, muy por debajo de lo aceptable. ¡Si hasta una vez hizo de torero! Desastroso. Bueno, en cualquier caso, comprendo que dos películas como "Escrito sobre el viento" y "Ángeles sin brillo" sean tan buenas que no oscurezcan la opinión sobre un actor. Muy bien comentado, en todo caso.

Anónimo dijo...

Bueno, los argumentos en los que me baso para decir que me gustan estos actores no tienen tanto peso como los tuyos por muchas razones. Tu memoria es mucho mejor que la mía. Tu conocimiento sobre cine es mucho más extenso que el mío, etc, etc.. Mi argumento es más sencillo, me gusta o no me gusta. Me llegan o no me llegan. Y ambos me gustan y me llegan. He visto muchas más pelis de Hudson que de Stark, pero en las pocas que he visto de este último, su interpretación me ha gustado.
Gema

César Bardés dijo...

Que conste que comprendo que hay películas que te gustan tanto que lo haces extensible al trabajo de cualquier actor o director, así que respeto profundamente que te parezca así y es más, sin duda aporta una visión más fresca sobre cómo ver cine. No es ningún reproche y mucho menos un debate. A mi me pasa lo mismo con determinadas películas que no dejan de contener a actores que, en otras, aborrezco soberanamente, así que muy bien. En el fondo, estoy de acuerdo contigo.