jueves, 29 de septiembre de 2011

NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS (2011), de Enrique Urbizu

El inspector Santos Trinidad parece que lleva demasiadas noches sin dormir. En su rostro se dibujan las arrugas de muchas decepciones y de unas cuantas desolaciones. En sus espaldas y en su piel lleva adherido el aliento pútrido del tabaco rancio de demasiados cigarrillos, de demasiadas esperas, de demasiado humo revoloteando a su alrededor. El cansancio, poco a poco, está acabando con él pero está dispuesto a morir matando, con el dedo en el gatillo, con un último trazo de una honestidad que ya le es muy esquiva.
En sus ojos, hay dureza de puro granito, de viejo policía al que ya le importa todo muy poco. Un día creyó en algo pero hubo más balas de la cuenta en su vida y el calendario sólo le sirve para contar los días que le quedan. Al principio, es un hombre brutal, sin conciencia, que utiliza su 38 con la ligereza propia de quien no se deja impresionar por el olor de la sangre. Y, sin embargo, puede llegar un momento, siempre peligroso y cuestionable, en el que se comparta su ética, en el que deseemos protegerle porque, aunque disparó unas cuantas balas caprichosas, producto de muchos cubatas apenas manchados, sabemos que tiene razón, que es un hombre que hace tiempo que sobrepasó todos los límites y que quiere sentarse y esperar la muerte con el revólver colgando de su mano, como una sombra que no deja rastro, como un hombre que debió de morir mucho, mucho antes.
Arrastrados por modas y deseos de individualismo, hace bastante tiempo que en España se renunció a hacer cine de género sin tener apenas conciencia de que, cuando aquí se hace ese tipo de cine, se hace muy bien. Enrique Urbizu, admirable en su dirección, hace ya unos cuantos títulos que apostó por fórmulas conocidas entre las que destacó la maravillosa La caja 507 y aquí se apoya en la inmensa labor de un José Coronado que nunca ha estado tan soberbio, oscuro, temible, sincero y profundamente acertado a la hora de componer su personaje. El conjunto es una película que atrapa, que llega a apasionar por momentos, que te pone las esposas para llevarte al mismo centro de las motivaciones de este inspector que es centro y razón de toda la historia. Al salir, parece que aún huele a pólvora, que el aroma del desinfectante que Santos Trinidad se coloca en sus heridas invade todas las sensaciones y que, de vez en cuando, aún tenemos algún cartucho en la recámara para ofrecer un título que sea verdad, que sea negro, que sea universal y que sea nuestro, aunque Urbizu sea quien ponga el talento.
El picor en los ojos parece impregnar la mirada del policía que no tiene futuro porque agotó el poco que le quedaba en una noche en la que tuvo que soltar su rabia. Él está por encima de jueces y de ordenados cumplidores de la ley a los que aún les queda por recorrer todo ese camino que él ya tiene hollado y desgastado. En sus gestos de barba demasiado descuidada están contenidas todas las madrugadas y, desde luego, infinitas soledades. La crueldad es algo que parece estar formando parte de él como su propia placa. Ponle un cubata, niña, que el tipo está pidiendo un par de balas que acaben con su sufrimiento. Y no le des cacahuetes, a ver si se marcha pronto. Quédate con el cambio, maja, y olvida su cara. Más que nada porque en ella están escritas todas las razones del perdedor, del fracasado, del segundón, del don nadie. Y cuando un fulano llega a esas razones, le importa muy poco lo que le pase a él y a los demás.
Y sin inquietudes, podremos pasear con nuestros hijos por algún sitio concurrido, ignorantes de que, tal vez, la desgracia ande muy cerca, esperando el instante de explotar. Por eso, porque nunca se sabe por dónde puede salir un Santos Trinidad cualquiera, habría que ir a ver esta película. Porque al otro lado de la ira ajada, se halla la valentía, el arrojo, la mirada penetrante y la pistola colgando de un dedo.

7 comentarios:

Unknown dijo...

Buenas tardes:

No soy defensor del cine español porque el 98% de las que he visto no me han gustado, como el olvidado desastre del 98. En ese 2% que me ha gustado se guarda "La caja 507", y con tu referencia a la misma en esta crítica a "No habrá paz para los malvados" huelo que le sigue de cerca.
Por la descripción que haces del protagonista Santos Trinidad me recuerda a Frank Castle, alias el Castigador o al personaje de Bruce Willis en Sin City. Me da la impresión que S. Trinidad no tiene más paz que la que calza la huella de su perdición. Me alegra que aún se hagan películas que hagan vibrar a sensibilidades curtidas, César.
Saludos cordiales.

César Bardés dijo...

Hola, Mercurio:
Sí es una película que sigue de cerca a "La caja 507" aunque no tiene mucho que ver desde el punto de vista argumental. El inspector Santos Trinidad es el centro y razón de la historia y puede que el aire de decepción que le envuelva sea más realista y algo menos romántico que el que rodea a Bruce Willis en "Sin City" pero comparten juntos ese nihilismo de "no importa lo que haga porque esto va a acabar mal". Por supuesto, estéticamente la película no tiene nada que ver, no tiene nada de cómic y no quiere tener que ver además pero, desde luego, ha sido una auténtica sorpresa verla, disfrutarla y, lo que es aún mejor, con la sala llena, comprobar que el público se queda secuestrado, sin toses, sin ruidos y sin abandonos ante lo que está ocurriendo ahí delante, tan real como terrible.
Un saludo lleno de afecto, Mercurio.

duermevela dijo...

Hay que apoyar al cine español. No estoy de acuerdo con Mercurio. Sobro. Desaparezco para siempre.

dexter dijo...

Hay que apoyar el cine BUENO. Y lo demás, cáscaras.

Y esta tiene buena pinta. Aún no la he visto, pero este finde me voy de cubatas con el Santos este.

César Bardés dijo...

No es misión del crítico (precisamente, ahora, en tiempos de globalización), destacar una cinematografía en aras de un patriotismo que, sin duda, se necesita para otras cosas pero no para la opinión. De todas formas, Duermevela, si no te has ido del todo y lees estas líneas me atrevo a asegurar que no estás de acuerdo con Mercurio porque cree, como yo, que la mayoría del cine español es puro desperdicio. Si es así...¿hay que apoyar a todo el cine español menos al que hace Almodóvar? Es que no lo entiendo muy bien.
En todo caso, Duermevela, nadie ha dicho aquí que sobres, ni mucho menos y tan libre eres de marcharte como de quedarte, esto es un espacio de libertad donde se ha dicho de todo y aún me vanaglorio de no haber tenido que censurar nada. Eso sí, si entras debes saber que es espacio de libertad para todos, incluso para los que tienen una opinión contraria de la tuya.
Amigo Dex, en todo caso, ya me contarás qué te parece. La verdad es que salí encantado y a ver si coincides o no. Estoy seguro de que, al menos, apreciarás el esfuerzo que ha hecho Urbizu, un tipo que, me temo, no tiene demasiados agarraderos dentro del cine español que todos "deberíamos" apoyar.

Miriam dijo...

Una buena película de género, de las que crean escuela. Para mí "La caja 507" es superior a ésta, pero esta película le sigue muy de cerca. Eso que algún usuario ha apuntado más arriba sobre el cine español no es verdad. Es cierto que los títulos más famosos suelen ser, habitualmente, los mediocres, con alguna excepción. Pero aquí también se hace muy buen cine, casualmente el poco publicitado. Ejemplos: "La vida mancha", del propio Urbizu, "La noche de los girasoles", "Solas", "Silencio roto", "Celda 211", "Blancanieves", "La flaqueza del bolchevique", "Lisboa", "La distancia", "La vida de nadie" sólo por mencionar algunos títulos recientes, porque también podríamos ir a épocas pasadas con títulos de Berlanga, Fernán-Gómez, Neville, Vajda, Nieves Conde, Camus, Saura o Bardem.
Respecto al thriller en nuestro país, últimamente se están haciendo películas bastante interesantes y buenas. Hace sólo unos días he visto un thriller que pasó por las salas de cine totalmente desapercibido y es, con muchísima diferencia, lo mejor de su director, Emilio Martínez-Lázaro. Se titula "La voz de su amo". Es todo un homenaje al cine negro norteamericano y para una servidora una película de urgente revisión y reivindicación que recomiendo encarecidamente a cualquier cinéfilo.

Saludos!!

César Bardés dijo...

Pues ahí ahí diría yo que andan "No habrá paz para los malvados" como "La caja 507". En cuanto a lo del cine español, vamos a matizar. Teniendo un tremendo potencial para hacer cine (no digo ninguna tontería si aseguro que en España hay un nivel profesional tremendo, muy superior al de otras cinematografías conocidas), no llegamos al nivel de calidad que debería exigírsenos en muchas ocasiones. Por supuesto, esto no es generalizable a todo el cine español Hay películas muy buenas que merecerían una mayor difusión tanto aquí como en el extranjero. "No habrá paz para los malvados" es una de ellas. Bien es cierto que algunos de los títulos que citas merecerían esa consideración. Otros, sin embargo, no. No estoy de acuerdo con que "Celda 211" o "Blancanieves" sean grandes, grandes películas. No lo son y su escaso éxito en otras tierras lo corrobora. Quizá, fíjate, me voy a arriesgar. El cine español es mucho de mirarse para dentro y es posible que sea entendible para el mercado interior pero muy poco para el mercado exterior.
Y eso te lo dice alguien que está a punto de publicar un libro exaltando el cine español clásico en el que, casualmente, están muy analizados todos los autores que has nombrado.
En cuanto a "La voz de su amo", estoy de acuerdo. Contiene una de las mejores interpretaciones que he visto en cine de Eduard Fernández y Silvia Abascal está enorme y muy atractiva en su papel de "femme fatale". Sí, también estoy de acuerdo en que es lo mejor que ha hecho Emilio Martínez-Lázaro.
Saludos.