jueves, 27 de febrero de 2014

HER (2013), de Spike Jonze

Cuando la tecnología ha entrado en el hogar hemos iniciado un lento proceso hacia la soledad a pesar de que la comunicación es más fácil y más inmediata. El ser humano, un animal sociable por naturaleza, tiende a encerrarse en sus máquinas, aislándose del mundo exterior por la sencilla razón de que una máquina no engaña, no decepciona, siempre hace lo que se espera de ella excepto cuando se empecina en el misterioso error informático. Es una compañera perfecta que nos ofrece una falsa ventana para mostrarnos al resto de la humanidad. Nunca estuvieron tan cerca los quince minutos de fama que a todos nos corresponde.

Pero supongamos por un momento que esas máquinas que nos ofrecen el cálido refugio de la frialdad más absoluta, comienza a tener emociones. O, mejor aún, el sistema operativo viene con una serie de programas que hace que esa máquina, ese impoluto cristal de sabiduría y de eficiencia, venga con emociones de serie. Y no solo eso, sino que algunas aplicaciones permiten que crezca emocionalmente. Entonces el ser humano se vería tan perdido como una flor en el cemento porque preferiríamos entregarnos a esa dulce máquina que al cálido contacto con otros seres de nuestra misma especie. Solo hay que echar un vistazo alrededor y veremos como todos estamos conectados a través de esos ordenadores de bolsillo, muy, muy irritantes con su luz estridente dentro de una sala de cine, o de esas absurdas tabletas con cámara incorporada, o de esas cuquísimas computadoras que no van más allá del tamaño de un libro y pesan bastante menos. Solo tenemos ojos para ellos...y no sienten, no se emocionan, no lloran, no nos aman, no hacen nada salvo ejecutar nuestras órdenes.
Todo esto sería un razonamiento impecable si no fuera porque, si aceptamos que una máquina es capaz de crecer emocionalmente como lo hace un ser humano, tal vez no lo haría en la misma proporción. Mientras las capacidades emocionales de un ser humano crecen de forma aritmética, sumando las experiencias que, día a día, nos hacen ser mejores o peores, un sistema operativo crecería en su interior de forma exponencial y no tardaría en sobrepasar nuestras más impensables expectativas, abandonándonos sin remisión y condenándonos, por enésima vez, al convencimiento de que solo podremos encontrar amor, cariño, comprensión y dulzura en otro ser de nuestra misma especie. Y, como siempre, la Humanidad no se da cuenta y seguimos mirando nuestras teclitas y los mensajes que un montón de personas desconocidas tienen para nosotros y la certeza de que sus sensaciones son las nuestras y que, por estos canales del ciberespacio, seremos capaces de transmitir consuelo, compañía, buen humor y mucha, mucha mentira sobre nosotros mismos.
Spike Jonze ha sabido conjugar en un guión físico algo que no tiene cuerpo ni alma, que puede parecer, en principio, una historia para gente rara que le gusta sentirse diferente pero que se mueve en las orillas de nuestra inquietud, avisándonos de que la soledad siempre estará a la vuelta del siguiente mensaje. Al fin y al cabo, por mucho que haya podido cambiar nuestro estilo de vida llevándonos incluso a contratar los servicios de una empresa que escriba en nuestro lugar, el ser humano no tiene sucedáneos, la piel de alguien que te atrae es única, la mirada que se entorna levemente cuando se cruza con tus ojos es una sensación irrepetible, a pesar de que intentamos rehuir, una y otra vez, la verdad. Quizá sea nuestra condena. Quizá sea nuestra maldición.

Y es que, en estos tiempos, es raro echar un vistazo en nuestros adentros y que nos guste lo que atisbamos. Las inseguridades crecen y solo una voz bonita, expresiva, ideal puede salvarnos de ese abismo de propia incomprensión y de rechazo hacia una vida que no queremos, que no deseamos y que nos empeñamos, tercamente, en destruir. 

9 comentarios:

dexterzgz dijo...

Yo fui a verla con dos amigos. Uno salió encantadísimo de la vida, otro que ni fu ni fa y yo que salí tirándome de los pelos. Esto es un juego, quizá algo radical como le gustan al amigo Spike o entras o te quedas fuera y te j… , un paseo por la cuerda floja pisando la línea que supera lo sublime de lo ridículo. Yo aquí no entré. Ves en “Cómo ser John Malkovich” sí, porque tiene un claro tono de fábula, pero en esta que por mucho futuro en que se desarrolle pretende ser un retrato casi hiperrealista de una sociedad y de unos comportamientos, pues no trago.

Y me puedo creer, fíjate tú, hasta la premisa de que un tío se enamore de la voz de su ordenador. La idea es brillante pero necesita también brillantez y sutileza en su discurso Y no creo que haya ni una cosa ni otra. Es una idea que se estira como un chicle, me da la impresión de que a Jonze se le va la peli en intentar justificar que su propuesta tiene sentido. Es raro, pero otros que han intentado lo mismo no han necesitado de esa justificación y les ha quedado todo más fluido. Recuerdo una con Gosling, “Lars y una chica de verdad”, sobre la relación entre un tío y una muñeca hinchable que no era tampoco la caraba pero para mí se dejaba ver mejor que esta.

Para mí también hay demasiado subrayado que incluso se percibe en el tratamiento visual. Yo no sé si es que la película me estaba cargando mucho pero tanto decorado y tanto colorín me agotó. Esa fotografía luminosa que ilustra paradójicamente un futuro de frustraciones y soledades (se ha vendido “Her” como una peli sobre el amor, pero en realidad es una película sobre la soledad), esos espacios abiertos para reflejar la incomunicación. Amén de que hay escenas que a mí me parecen algo esperpénticas como la de Isabella o la del picnic con los amigos.

Abrazos on line

César Bardés dijo...

Yo tengo que reconocer de que entré con mucha susceptibilidad a la sala de cine. Más que nada porque mucho "friki" la estaba poniendo como que era la obra maestra del siglo y la premisa argumental me parecía más propia de "frikis" pero la propuesta me convenció porque, en realidad, es una triste reflexión de hacia dónde vamos. Y tiene toda la razón. Más de una vez estás esperando en un andén de Metro y hay unas veinte o treinta personas en el andén y todas, absolutamente todas, incluso las acompañadas, están mirando su Whatsapp en el móvil, rehusando el contacto personal, lo cual me parece tristísimo y absolutamente deprimente.
Tengo que darte la razón, eso sí, en algunos subrayados como es la errónea escena del picnic (es eso mismo llevado al extremo intentando poner una contradicción en el juego, al amigo le gusta una chica de verdad, de carne y hueso, al protagonista le gusta un sistema operativo).
Por otro lado, todo lo que Jonze pone en juego es un tono paródico de cómo, además de caminar hacia la soledad, vamos hacia un futuro de gustos horteras e irremediablemente impersonales. Es lógico habida cuenta de que también rehusaremos el contacto personal con otros seres. Creo que el cuento funciona, aún con esos errores. En cuanto a lo de Isabella, me pareció original en cuanto a la propuesta del ordenador.
Y te voy a decir cuál es el gran acierto de la película y lo que hace que todo el mundo se quede colgadito de ella: los diálogos que tiene el ordenador. Jonze sabe muy bien exprimir esa parcela. Todos hemos tenido novias o ligues o lo que sea que se expresaban exactamente igual que ese sistema operativo al que casi ves reír cuando lo hace, o penar cuando lo hace, o incluso entrar en esa "falsa compasión" cuando llega el turno. Todo el mundo se ve reflejado en el protagonista...no por cómo sea el protagonista, sino por cómo es el sistema operativo.
No he visto la película de Gosling (aunque sí recuerdo "Tamaño natural", de Berlanga)y estará muy bien como dices, pero no hay un peligro avisándonos de hacia dónde vamos, mientras que aquí sí que lo hay.
Ejemplo: El día que fui a ver "Cuando todo está perdido", en la fila de delante (el cine, lleno) estaba un fulanito con una pelirroja de impresión. El tío estaba pendiente de su whatsapp y de su móvil y no le dio ni un poquito de conversación a su acompañante (vale, pongamos que no es su lío, que es solo una amiga, casi peor aún). La chica le miraba atónita porque es que no le hacía ni caso. Otra. El día de "El lobo de Wall Street", tenía a un tipo al lado con pareja. Cada cinco minutos, sin exagerar nada, el tío consultaba su móvil para ver si tenía algún mensaje nuevo en el whatsapp. La lucecita del móvil me estaba poniendo frenético. El tío no quería la compañía de la chica, ni tampoco quería ir al cine a que le contaran una historia, quería estar permanentemente pegado al móvil o al ordenador. Y sobre eso es la película. Es cierto que es una idea que Jonze estira al exceso y que Phoenix, todo hay que decirlo, está estupendo. Jonze prefiere terminar, aunque no lo parezca, con un final optimista diciéndonos que tarde o temprano buscaremos el contacto humano antes que el cibernético y creo que el cuento, que es como hay que tomarlo, funciona aún con algunos errores.
Abrazos desde el módem.

dexterzgz dijo...

Efectivamente, es muy deprimente todo eso que planteas de los Wasaps y demás. Sin embargo, Jonze nos presenta al personaje de Phoenix como alguien ultrasensible cuya herramienta de trabajo básico son los sentimientos de los demás debido al trabajo que tiene (ese detalle sí me gustó). No es por tanto un autista, alguien que rechace el contacto humano. La relación con Samantha le llega como de sorpresa, no creo que la peli vaya por ese palo, o si bien provoca una reflexión de fondo, no al menos es lo sustancial de la película.

Lo cierto es que no sé muy bien a dónde quiere llegar. Hay un momento en el que parece que liarte con tu OS parece lo más normal del mundo (a tenor por las reacciones de su amigo el recepcionista o la Adams) y otra en la que poco menos que eres un apestado. Yo por eso cuando dijiste lo de que "si aceptamos que una máquina es capaz de crecer emocionalmente como lo hace un ser humano, tal vez no lo haría en la misma proporción" me pareció que no habías entrado tampoco en el juego. Repito a mí la idea me parece hasta brillante pero el desarrollo bastante torpe.

Abrazos twiteados

César Bardés dijo...

Sin embargo, yo creo que por ahí es donde quizá haya más trampa, en el personaje de Phoenix, me refiero. No es un autista, pero sí es un tío al que le cuesta relacionarse con los demás porque acaba de poner fin a la relación con su mujer, se ha hecho a ella, no sabe vivir sin ella. Yo creo que la película sí va por ese palo porque, sencillamente, Phoenix está igual de enganchado a los entretenimientos mecánicos. Sale y consulta el correo, llega a casa y se pone a chatear, se le corta el rollo porque chatea con una desconocida a la que le excita una cosa muy rara...No es que rehuya el contacto humano, es que prefiere el contacto "mecánico" o "virtual" si se prefiere.
Yo estoy seguro de que quiere llegar a eso, a que, sin duda, en la era de la comunicación, nos estamos aislando peligrosamente pero que, sin embargo, algo hará que volvamos al contacto con nuestros congéneres (lo mismo hace el sistema operativo). En cuanto a la afirmación de las proporciones...bueno, es que tiene que ser tomada como una frase literal. El sistema operativo no progresa emocionalmente como lo hace él, lo hace mil veces más rápido y mil veces más exagerado, hasta que, inevitablemente, se da cuenta de que tiene que irse con sus congéneres porque eso es lo que finalmente vale. A mí me parece una reflexión (con defectos, repito) muy acerada sobre la tecnología y la soledad a la que lleva. Lo que pasa es que muchos, es verdad, se quedan solo con la anécdota, con la relación que se desarrolla entre un ser humano y una máquina.
Es más, dices que puede ser lo más normal...y la única a la que parece que le apesta es a la antigua mujer de Phoenix. Creo que también es algo normal (es posible que, incluso, los problemas del matrimonio vengan de ahí) puesto que lo que reemplaza su cariño es...una máquina. Creo que Jonze ahí lo que quiere decir es cómo lo tomaríamos como seres humanos. También sería algo bastante triste.
Abrazos facebookianos.

Danielito dijo...

Lo siento mucho muchachos, pero creo que nnguno ha entendido NADA DE NADA. Esto no se trata de "alienación" con las maquinitas. Esto se trata de incomunicación humana. Se trata de como usamos el lenguaje. Sólo nos sirve para distanciarnos. Para herirnos. Para descargar nuestras miserias en el "otro"....y se trata de "evolución"...las máquinas consiguen sentir y Amar con mayúsculas. Algo que parece, por lo que veo, que solo quienes han visitado otras realidades pueden entender. NO solo las máquinas han sido capaces de "evolcionar" en términos intelectuales, sino que, cuando se "copnectan" a las emociones, viven en un período muy corto una evolución hacia la que toda la humanidad debería aspirar. Y que, en este estadío en el que estamos trabados, la mayoría no se entera ni siquiera de pueda EXISTIR. Amor. Con mayúsculas. De eso se trata. De Autoconocimiento. Y de Aprendizaje. Aprendo que es lo que me DUELE Y no lo repito. Un saludo y disculpen el "no han entendido"...pero es que así lo siento. (y hay varias claves en la peli que muestran el derrotero que seguirá esto) De hecho, ya se ve venir que ha encontrado unos interlocutores mas evolucionados. Y que el protagonista buscará a su amiga. Que está en el mismo plano evolutivo que él. Que ha empezado su propio Aprendizaje. Y lo que corrpsonde es que compartan esta parte del camino. Para seguir creiendo juntos. Un saludo para tutti.

Danielito dijo...

Parece que Jonze lo ve como yo amigos....http://www.elmundo.es/cultura/2014/02/18/5302bae1ca4741a3718b4578.html

César Bardés dijo...

Me alegra en el alma que Spkie Jonze lo vea como tú. Eso demuestra que no sólo sabes comunicar sino que has ido al cine para aburrir y que los demás tenemos que rendirnos a la evidencia. Tienes razón cuando dices que esto es incomunicación. De hecho quizá el artículo ni siquiera nombre esa posibilidad. En todo caso, no podemos más que decirte que no tenemos ninguna razón y que tu opinión acercándose tanto a la de Jonze es un camino para los demás.
Saludos.

Danielito dijo...

Jajajaja....Amor y Evolución...de esto va la peli. Las especulaciones intelectuales creo que están de más...saludos!

César Bardés dijo...

Veo que te ríes mucho de nuestras opiniones. Eso está bien. Reírse es sano, además de síntoma de muchas otras cosas. Comprendo que digas que las especulaciones intelectuales están de más. Es mucho mejor quedarse en superficialidades imprescindibles. Así llegamos mucho más cerca de la verdad y en menos tiempo. Gracias por decirnos de qué va la peli. Ni en nuestros mejores sueños habríamos podido adivinar eso. De vez en cuando está muy bien que alguien nos baje del pedestalito.
Saludos!