viernes, 7 de febrero de 2014

AL ENCUENTRO DE MR. BANKS (2013), de John Lee Hancock

Todos los que escriben algo bueno ponen una parte importante de sí mismos en lo escrito. La tentación de hablar sobre la vida propia siempre es muy fuerte pero cuando la forma en la que se ha hablado sobre ella está disfrazada de cuento, de fábula moral y, a la vez, de salvación entonces se tiene la sensación de que, realmente, entre esas páginas escritas con cariño y con algo de desesperación, está lo mejor de uno mismo. Y eso, pese a quien le pese, es intocable.

Y entonces esa historia que se hizo desde la intimidad, buceando en las sensaciones recordadas y en las imágenes grabadas en la memoria sin traición, resulta que tiene visos de convertirse en inmortal porque el cine ha puesto sus ojos en ella. Esos ladrones de ideas, esos asaltadores de historias que pervierten la idea original, haciendo cosas impensables, poniendo música donde no hay melodía, contratando a un actor mediocre para que el protagonista sea más estrafalario, intentando incluir una secuencia de dibujos animados en esa narración que es ternura y es recuerdo y es vida y también es traer de vuelta a los que se fueron. La soledad es muy mala. Tanto es así que llega a un punto en que uno se olvida de saber cómo se trata a las personas. Y es malo refugiarse en un bosque de letras que solo ofrece cobijo mientras dura la página.
Por otro lado, un hombre fabrica ilusión porque cree que la sonrisa de un niño es lo más importante, es la señal inequívoca de que aún existe la felicidad en la Tierra y, por eso, ha dedicado su vida a dar forma a los sueños, a dibujarlos, a extenderlos y, aún más, a hacer películas de argumento imposible y de acontecimientos inexplicables para que todo tenga una lógica rellena de maravilla en la mente de un niño. La ilusión es el mejor estreno y si las letras toman vida a través de todos los recursos posibles, eso es magia y la magia es el oficio que supo practicar como pocos Walt Disney.
Lo cierto es que, a través de esta película, no asistimos ni al rodaje, ni a los avatares de la producción sino a la génesis del guión y al trabajo ímprobo al que tuvieron que someterse varios artistas para convencer a la autora del cuento para que vendiera los derechos y diera su aprobación a todo lo que estaban imaginando en esa fábrica de sueños adulterada que es Hollywood. Pero aún va más allá. Es también un viaje de exploración en el interior de una mujer que toma forma bajo los rasgos de una enorme Emma Thompson, comedida, estirada, remilgada, maniática, excéntrica y negativa que se convierte en la auténtica función, en el centro y borde una trama que gira alrededor de ella porque, al fin y al cabo, Mary Poppins salió de la mente de su personaje y lo considera algo propio, un trozo de sí misma que la vorágine del éxito quiere amputar para que forme parte del mundo. Y el mundo no tiene derecho a apropiarse de su recuerdo y de su cariño y de su intimidad y de su verdad. Una verdad que hizo que cambiara al viento del Este y a la niebla gris, anunciando que viene lo que ha de venir. No imagino lo que va a pasar mas lo que ahora pase ya pasó otra vez.

Es fácil apropiarse de los sueños ajenos y convertirlos en propios pero lo difícil es cambiarlos para acercarlos al público y respetar el espíritu porque ahí es donde está la verdadera intención y la auténtica personalidad de quien se atrevió a escribir con genialidad. Y tampoco se puede imponer por la fuerza, creando distancias y colocando obstáculos. La conjunción de talento tiene que ser lo  suficientemente buena como para que se den cuenta, por sí mismos, de hasta dónde tiene que llegar el cambio y hasta dónde se tiene que guardar la rigidez de la idea original. Todo lo demás es un giro en torno a las vanidades, a las soberbias y a las locuras que suelen acompañar el éxito. De ahí suele partir el desconocimiento y el descontento crónico. El secreto, tal vez, es tomar un poco de azúcar y sentirse mejor.

7 comentarios:

dexterzgz dijo...

Pues he de decir que estoy bastante de acuerdo con tus apreciaciones y especialmente con ese primer párrafo en el que expones el quid de la cuestión. Quizá se podría matizar algo en eso de si escribir sobre uno mismo es realmente una tentación o surge del mismo subcosnciente, supongo que es una mezcla de las dos cosas.

También he de decir que me ha encantado esta película con todos sus defectos, que los tiene. Es cine comercial e incluso familiar de primera, hecho con buen gusto, inteligencia y respeto. Quizá me dejé llevar por el entusiasmo de ver a mis sobrinos entregadísimos con el tema, y al mayor hacerme un par de observaciones al final de la proyección que me dejaron KO.

¿Azúcar? Sí, claro, pero pienso que a veces la cucharada se desborda como un guiño autoconsciente al creador Disney y a la factoría (oño si está producida por los estudios del ratón). En todo caso una dosis mucho menor que la que había en "The blind side" la anterior pelicula que hizo el Hancock este a mayor gloria de Sandra Bullock.

Quizá sea una narración algo lastrada por los continuos flasbacks que cuentan más que sugieren. Quizá es porque lo que realmente estás deseando es que se dejen de ostias (sin h )y vuelva a aparecer en escena Enma Thompson. Increíble, no está de nominación, el Oscar era suyo directamente. Hacía tiempo que no se me humedecían los ojos en el cine pero la escena final de ella en el cine valga la redundancia me puso un nudo en la garganta. Ah, y ojo también a Paul Giamatti, de profesión robaescenas, y a Jason Swartzman, muy alejado de las frikadas a las que nos tiene acostumbrados en las pelis de Wes Anderson y cia.

Abrazos supercalifragilísticos

César Bardés dijo...

Yo también estoy bastante de acuerdo con las tuyas. Es una película que gusta porque, precisamente, es inteligente a pesar de su vocación sensiblera y algo ñoña. Quizá, uno de sus defectos, es que hay un gran desequilibrio entre Thompson y Hanks. Creo que ella está tan enorme que lo que hace Hanks se queda muy, muy pequeño y además no está demasiado atinado, creo.
Por otro lado, no hay nada malo en ese azúcar siempre que esté administrado a tiempo y de forma inteligente como bien dices. No molesta y además estás en lo cierto cuando recalcas la emoción del final de la película. Llegas a emocionarte con esa mujer y, desde luego, es difícil aguantar la lágrima. Algo que no me pasaba desde hacía tiempo.
También estoy de acuerdo y creo que es el principal lastre de la película, con los "flashbacks". Te interesa muchísimo más la historia de la Thompson que la de Farrell. Estás deseando que ella vuelva porque, además, compone su personaje de tal manera que, a pesar de su antipatía (una antipatía que no es más que un mecanismo de defensa ante su extrema vulnerabilidad) y de su detallismo exacerbante, es tremendamente atractiva.
Grandísimo Giamatti en el que es el único personaje inventado de la película. Qué ternura y qué buen hacer. Es uno de esos papeles que dan textura a la película y él, de verdad, sí que es un "supporting actor" porque soporta y es uno de los pilares fundamentales que hacen que la película sea el edificio (sí, de ensueños y de mágico mundo de colores) que es.
También estoy de acuerdo en Jason Schwartzman y además creo que el "casting" de secundarios de la película es muy, muy acertado. Con sus defectos, que, efectivamente, los tiene, es una buena película.
Abrazos pingüinos.

CARPET_WALLY dijo...

Ufff, pues si os ponéis así lo mismo merece la pena verla y eso que en principio no me parecía muy apetecible.

Pero a lo que decís este año van a brillar más por las ausencias que por las presencias: Los Cohen, Oscar isaac, Emma...y ya nadie se acuerda de Forest Whitaker y su más que buen papel en "El mayordomo", lo mejor e una película justamente olvidada, para mi gusto.

En fin, veremos a Payne y su "Nebraska" de la que como dice Fotogramas lo peor es que la interpretación de Dern eclipse la de Will Forte.

Abrazos ausentes

dexterzgz dijo...

A mí me da pena de que a la peli le estén dando más palos que a una estera por esa presunta sensiblería de la que hablas. Repito que creo que la película es muy autoconsciente de su tono. Probablemente las cosas no sucedieran tal y como se nos cuenta y Walt Disney fuera un tipo más cabrón y menos mega chupi guay de lo que se nos presenta (Hanks me gusta mucho más en "Capitan Philips" y desde luego no está a la altura de ella). Quizá las lecturas del guión tampoco fuesen así, pero las escenas con Thompson y Swartzman al piano funcionan de maravilla.

Por otra parte no creo que ella termine cayendo rendida a la "magia Disney" (bueno un poco sí) sino que más bien siente que ha traicionado su memoria y ha prostituido su autoría. Y ahí hay un poso más trágico de lo que la gente dice.

Abrazos expialidosos

César Bardés dijo...

Sí creo que merece la pena verla. Como bien dice, Dex, es una película muy autoconsciente de lo que dice y de cómo lo dice. Y es cierto, se le dan palos porque cualquier película que tire por el lado de la sensiblería y no sea europea, ya tiene que ser mala. A los americanos no se les permite ser sensibles, buenos son. Me da igual si las cosas no son tal y como se nos cuenta. Disney está claro que hace una promesa y la rompe porque el negocio es el negocio y sabe que eso va a atraer a más espectadores. Estoy de acuerdo en creer que las cosas no sucedieron exactamente así, pero, la verdad, me da igual. Aquí dentro hay una historia, una buena historia y Emma Thompson la convierte en una historia muy de verdad.
Lo de que Walt Disney fuera un tipo más cabrón...sí, yo también lo creo. También creo que era un lince para los negocios, un visionario y un tipo que sabía lo que gustaba y cómo gustaba. A mí no me parece que Hanks dé el tipo como Disney y me encanta, me parece un detalle estupendo, que la canción que le guste a Thompson no sea, precisamente, de las más conocidas de la película.
Por supuesto que la película tiene un poso trágico. No todo vale a la hora de adaptar a un autor. Y ella cree que el espíritu que intentó poner en el papel se puede perder en el cine. Yo creo, si la historia fue más o menos así, que Disney conserva el espíritu que ella quería mantener sobre "Mary Poppins".
Abrazos deshollinadores.

dexterzgz dijo...

Bueno, la evolución del personaje de Thompson en esta película va totalmente en paralelo con la del personaje del padre en la "Mary Poppins" original. De ahí la canción que digamos les redime a los dos sea la misma, yo pienso.

También me parece mágico el momento en el que Swartzman pone voz a la canción que en la película canta la abuela de las palomas (Jane Darwell, la Mama Joad de "Las uvas de la ira") Y eso que doblada la escena pierde mucho gas.

Abrazos a dos peniques

César Bardés dijo...

Sí, sí, tienes razón en el por qué, pero me parece muy bien que se rescate una de las piezas de la partitura (maravillosa) que escribieron los hermanos Sherman para la película.
Por supuesto que el "Buy it", llamada en español "Compre" es un momento mágico. La melodía es excepcional y para mí, la mejor de la película junto con el "Chim-Chim-Cheree". Hay que reconocer que sí, que podrían haber dejado el sonido original con unos subtítulos apañaditos.
Abrazos con cucurucho.