miércoles, 12 de febrero de 2014

CHICAGO, AÑO TREINTA (1958), de Nicholas Ray

Una fiesta cualquiera, una más de tantas. Unos cuantos mafiosos que solo quieren a las chicas como elemento decorativo, como mero acompañamiento mientras ellos hablan de sus intereses y de sus problemas con los fiscales de turno. Nada nuevo bajo la luz de las lámparas cálidas nubladas por el humo de sus enormes cigarros. Una chica algo diferente. Un hombre que no habla como los demás. Y ahí está lo único, lo irrepetible. Ella es bailarina. Él es cojo. Parece que el destino los ha unido para formar el perfecto complemento. Eso sí, son muy poca cosa para acabar con el imperio de los negocios sucios.
Pero ese mismo imperio se esfuerza por alargar sus brazos y no soltarlos. Ella, al fin y al cabo… ¿quién es? Una ramera de club. Muy guapa. Con piernas de vértigo y baile arrollador. Él…bueno, él es algo influyente porque sabe cosas que nadie más sabe. Ser abogado de la Mafia tiene sus ventajas. Le puede dar a la chica algún número para que se luzca pero…es un pobre diablo con una pierna arrastrada. Él no puede irse. Y tampoco quiere porque sabe que cuando los tipos vienen, vienen a por lo que más quieres. Y el la quiere.
La desfiguración moral llega a ser maquiavélica. Viejos trucos de abogado resabiado para sacar de la cárcel a quien se sabe criminal. Eso no es vida. Por muy cojo que sea. La vida le ha tratado bien pero todo tiene un precio. La moral es algo que, en ocasiones, tiene un precio muy alto. Y él lo va a poner difícil. Pero dejando que ella se salve…Es tan guapa, tan bonita, tan inteligente…y tiene dos piernas.
Nicholas Ray supo unir en una sola película la realización elegante con su obsesión por las escenas íntimas entre personajes imposibles. Robert Taylor, en uno de sus mejores trabajos, es el hombre del bastón, que quiere cambiar las cosas porque todo lo que desea es llevar una vida normal, llevando algún caso que otro, con modestia y, sobre todo, amando. Cyd Charisse es esa chica que, a veces, se nos aparece en sueños y que es capaz de extender toda su piel sobre la imagen, levantando oleadas de deseo y deseos de sintonizar. Tiene carisma y clase. Mucho para una chica de fiestas y coros.

Y es que Chicago está viviendo en plenos años treinta, con sus alcoholes prohibidos y sus fiestas que terminan siempre en un declive algo triste, con sus disparos callejeros envueltos en fogonazos blancos desde coches oscuros, con sus espectáculos frenéticos para hacer que la noche sea apenas una borrachera. No fue una época tan encantadora a no ser que, en algún rincón de esa misma oscuridad, hubiese un beso de verdad esperando, con la sinceridad puesta en cada movimiento de la boca. Así es cómo cualquier época es realmente inolvidable. Y un cojo y una bailarina saben acomodar sus pasos para hacer que sus caminos estén al margen de aquellos años y de aquella ciudad de sangre y de moral asesinada. 

6 comentarios:

dexterzgz dijo...

No sé si estás aún bajo el shock de la sorpresa matinal pero a mí siempre me sonó "Chicago, años treinta". Viendo el cartel ahora hasta dudo y todo. Perdón por la impertinencia.

Qué grande Nicholas Ray. Estoy repasando títulos y tengo varios en mi dvdteca, "Los amantes de la noche", "Johny Guitar", "En un lugar solitario" - qué bonita- "Rebelde sin causa". Hace bien poquito cayó en mis manos "Los dientes del diablo", curiosa de verdad. Y hace más años asistí a varias suyas en un ciclo que programó por aquí la Filmoteca con auténticas rarezas como "El amigo americano" de Wenders en la que ni sabía que aparecía en un papelito.

Con respecto a lo del protegido del gangster que se acaba enamorando de la chica del jefe no sé si es más propio hablar de transversal o de tópico del género: "Cotton Club", "Muerte entre las flores", "La chica del gangster", "Pulp fiction"....

Abrazos con el sombrero ladeado

César Bardés dijo...

Todavía estoy alelado, sí. Un gran detalle por tu parte.
Pues mira, yo también lo he mirado por ahí, y parece ser que la película se estrenó como "Chicago, año 30" y, de hecho, la copia en DVD que tengo por aquí lo confirma. Otra cosa es que con los sucesivos pases televisivos hayan "rebautizado" la película como "Chicago, años 30" pero es erróneo, entre otras cosas porque en la película se encargan de recalcar de que están en 1930. En todo caso, da igual, gracias por la puntualización. El título, sea como sea, es más atractivo que el original "Party girl".
Nicholas Ray es un hombre de suerte adversa que tiene películas realmente valiosas. Por aquí, por casa, andan además de "Chicago, año 30", "En un lugar solitario" (sinceramente, me parece su mejor película), "Johnny Guitar" y "55 días en Pekín", una película que me gusta mucho por razones personales relacionadas con mi padre y, para mí, la mejor que hizo Bronston en España a pesar de sus fallos, que los tiene, y de que despidieran al pobre Nick en pleno rodaje.
Como curiosidad también te diré que aparece en "Hair" como el general que pasa revista a las tropas.
Quizá la novedad de "Chicago, año 30" con respecto a las que nombras es que el hombre de confianza, esta vez, es un abogado, que no interviene en la violencia, que vive muy bien pero que no está muy de acuerdo con lo que hace hasta que se convence de que está rematadamente mal. Creo que Taylor, un actor que, por lo general, no me encanta, sabe darle empaque a ese protagonista, con matices psicológicos interesantes y que encuentra una salida a su honestidad a través del amor. En cuanto a si es más propio hablar de transversal o de tópico, no lo sé. Creo que es más tópico pero cedo la palabra al Departamento de Transversales para que emita su dictamen.
Abrazos con bastón (yo sé lo que es andar así).

dexterzgz dijo...

Bueno, el Richard Gere de "Cotton Club" - daría para un gran conversacines ¿no?- es también un poco así.

Ah, me olvidé de "Llamad a cualquier puerta". Creo que fue allí donde Bogart dijo por vez primera aquello de "vive deprisa, muere joven, y tendrás un bonito cadáver" que después acuñarían las estrellas del rock.

¿El Departamento de Transversales sigue sin pronunciarse?

Abrazos esperando (¿estás cojo o algo?)

César Bardés dijo...

Es cierto, mientras lo escribía también pensaba en el Gere de "Cotton Club" pero muy culto...no era...más bien digamos que era algo sensible.
Buena "Llamad a cualquier puerta" con un John Derek imberbe. Yo te recomendaría, por si aún no la has visto, "Muerte en los pantanos" una película extrañísima con Christopher Plummer y Burl Ives pero que tiene su aquel. A mí me gustó bastante y es de las más desconocidas de Ray.
El Departamento de Transversales debe tener multitud de trabajo, sin embargo, confío en que podrá aportar algo en breve.
No, no estoy cojo pero lo estuve. Durante alrededor de un año tuve que usar bastón por culpa de ese problema de espalda que me obliga a ir a nadar dos veces por semana. Digamos que me curé de un modo poco tradicional pero ésa, como diría Kipling, ya es otra historia.
Abrazos con medias de seda.

CARPET_WALLY dijo...

Pues si, acertasteis de pleno y el Departamento de transversales estaba (está) de papeles hasta el cuello. Aun así y ya que os hice esperar, aprovecho este ratillo para aportar mi punto de vista.
Sobre Ray, yo rtambién defiendo "55 días en Pekín" porque me parece una película que tiene un brio y un sentido de la tensión magnífico. Y mencionar esa extraña pero magnética película de Wim wenders" "El relampago sobre el agua" que cuenta precisamente los últimos días de Nicholas y que el mismo Ray co-dirigió.

Sobre tópico o transversal, yo me quedo con que es más bien tópico, pero que efectivamente da para transversal, porque se puede ampliar a más género que el típico gansteril: "Nacida ayer" por ejemplo.

No puedo learme más, me espera un día de locos.

Abrazos con urgencia.

César Bardés dijo...

Se agradece al Departamento de Transversales que haya dedicado unos minutos a aportar su granito de arena a la conversación abierto, siempre recordándole que, si se puede, bien, y si no se puede, pues también que lo primero es lo primero.
Por supuesto que me acuerdo de "Relámpago sobre el agua" (aún sigo impresionado) y de la terrible agonía del mismo Ray. Habría que mencionar en su filmografía esa "rara avis" del cine negro que es "La casa en sombras" en la que también se puso enfermo (era un hombre muy enfermizo) y tuvo que ser sustituido por la propia Ida Lupino.
En cuanto al transversal...bueno, podríamos mencionar también cintas de boxeo sobre tal tesitura como "Más dura será la caída" (el hombre de confianza, Bogart, acaba por destapar los negocios sucios de su jefe, Rod Steiger), o incluso "La ley del silencio" no solo por la figura de Terry Malloy (qué bien está Marlon Brando, es increíble) sino por la de su hermano Charlie "el señorito", otra vez un impagable Steiger.
Abrazos locos.