jueves, 13 de febrero de 2014

NEBRASKA (2013), de Alexander Payne

Un millón de dólares no caen del cielo todos los días así que lo mejor es ponerse a hacer camino. No importa nada que tu mujer o tus hijos te digan que no, que eso es un timo, que más vale que te quedes en casa como un vegetal y que te dejes de tontadas. Es curioso cómo se mima en todos los caprichos a un niño y a un viejo se le niegan sistemáticamente porque se supone que es un adulto. Al fin y al cabo, un lento peregrinar por unos cuantos estados puede que sea una última oportunidad para realizar una última ilusión.

Luego vendrá la familia y algún antiguo socio diciendo que si debes dinero o que si los viejos tiempos fueron mejores. Mejor hacerse el sordo. Total, ya lo estás. Lo que pasa es que oyes más de lo que ellos creen ¿verdad? Uno puede ser viejo pero eso no es sinónimo de idiota. Eso es lo que ellos creen, sí. Que lo crean. Vete a cobrar el millón de dólares y así tendrás algo que dejar a tus hijos. Tal vez una furgoneta nueva o un compresor de aire. ¿Y para qué quieres un compresor de aire si ya casi no puedes ni andar? Bueno, es cierto que hacer planes no hace ningún mal y si tienes en la mente la idea de pintar la casa, pues es mejor que hagas lo necesario para llevar a cabo esa idea. ¡Qué diablos! ¿Qué tienes que perder?
Lo que pasa es que tu mirada cambiará un poco. Ya no será esa mirada solitaria, sin hogar, que se pierde entre las calles del pueblo donde vives. Tal vez, esa mirada tendrá un poco de ternura y también algo de agradecimiento porque dicen que los hijos se olvidan de ti cuando eres viejo pero tú tienes uno que vale ese millón de dólares. Y además de verdad. Es un chico bueno, dócil, que no ha tenido demasiada suerte en la vida, como tú. Y que quiere conocerte porque fuiste misterio y rutina y unas cuantas botellas apiñadas en el garaje. Sí, bebiste de más cuando él te necesitaba de pequeño y eso es una herida que te va a ser muy difícil cerrar pero es que él tiene magia. Él va a hacer que lo imposible sea posible, que se llegue a un acuerdo con el destino para que tú puedas realizar esa última ilusión. ¿Y en qué consiste? Solo en un momento más de orgullo. Sí, hombre, es eso que tanto se pierde según vas cumpliendo años porque la vejez hace que todo se olvide. La dignidad, la pasión, el disfrute...y el orgullo. Todo eso se queda por el camino y tú vas a ir a recogerlo como si fuera un millón de dólares. Y tu mirada será sabia. Y el tiempo, corto.

Alexander Payne vuelve a los esquemas que ya nos enseñó en A propósito de Schmidt solo que recubriendo esa infinita soledad que le ocurría a su protagonista de un tamiz en blanco y negro y de un acompañamiento de profundo cariño escondido. Para ello, recurre a un actor que habla con su mirada de cuarta edad como Bruce Dern y lo sitúa a las puertas de la locura sin llegar a cruzar el umbral. Todo es un viaje, un sendero para conocer los últimos latidos de un corazón que, en el fondo, lo hace todo por amor aunque no sea capaz de expresarlo, aunque no lo haya expresado nunca. Detrás de este inmenso actor está un paciente Will Forte, que aporta comprensión y psicología y una impagable June Squibb que desahoga sus terribles años de ancianidad en una catarata de procacidades verbales que arrancan la sonrisa y ahondan en la ternura. Y es que es lo único que queda cuando ya los años pesan tanto y la mente está deseando fugarse. No es que se reclame un millón de dólares, es que se pide un poco de amor de vuelta. Y somos tan ciegos, tan egoístas, que no sabemos verlo porque permanecemos esclavos de nuestras comodidades y de una obligaciones que nos vienen muy bien para esquivar responsabilidades. Y quizá cuando un padre anciano comienza a tirar millas para llegar a un timo y a una respuesta lo único que tengamos en los labios sea un no que nos justifique y nos abrigue del engorro. Y un día ese viejo seremos nosotros.

8 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

"A propósito de Smith" es precisamente la peli que menos me gusta de Payne, está bien, pero no me termina de llegar.

Aquí, como en aquella en Jack Nicholson, parece que el peso del film se deja en un gran actor capaz de dar sentido y profundidad a toda la historia.

Es curioso que Payne redunde tanto en las aparentes road movies, no tanto que casi todos sus films tengan Nebraska como su paisaje fundamental (él es de allí), a lo Woody Allen con Nueva York, él utiliza su paisaje personal para contar sus historias, lo que ocurre es que el romanticismo y magnistismo de la ciudad de los rascacielos contratstan mucho con los paisajes aridos y desolados del Medio Oeste.


No sé si le das alguna posibilidad en las quinielas oscariles.

Abrazos premiados

César Bardés dijo...

El hecho de que se inspire en "A propósito de Schmitt" no quiere decir que sea igual que aquella. Esta es mucho más tierna,hay más sentimiento y destaca ese retrato que hace Bruce Dern de uno de esos ancianos que están a las mismas puertas de la senilidad,que ya se entera de muy poco y que incluso se sorprende cuando alguien le dirige la palabra porque ya no cuenta para nada ni para nadie. No se puede decir en ningún momento que ese anciano ha perdido la cabeza pero está en la misma línea de salida.
En cuanto a sus posibilidades de Oscar ojo en cuanto al trabajo de Bruce Dern y al de June Squibb. Están un poco de tapadillo pero son veteranos que no tienen muchas más posibilidades de volver a ser nominados y son además trabajos muy buenos.
Abrazos seniles

dexterzgz dijo...

Yo tenía muchas ganas de ver esta película, sobre todo después de lo que me gustó la anterior, porque es la primera en la que dirige un guión que no ha escrito. Y siempre he pensado que hasta al menos "Los descendientes", Payne era mejor guionista que director. O sea que a ver cómo se las apañaba aquí el muchacho.

Y bien, tiene detalles muy buenos, además de que sigue siendo muy bueno dirigiendo a los actores. Tiene a Bruce Dern que es un seguro de vida, más casi por presencia que por trabajo que aún así es imponente. Para mí la gran sorpresa es Will Forte.

Me gusta cómo el guionista ha captado los tics de la escritura y la esencia del universo del director, tanto que parece ciertamente que el guión lo haya escrito él. Me gusta la riqueza de los personajes secundarios, se me escapan algunos momentos de humor e ironía, tal vez por ser demasiado localistas o autóctonos. También la fotografía en blanco y negro que atenúa el tono crepuscular de la historia - a los que ya estamos habituados al color nos sigue imponiendo ver b/n en pantalla grande. Me gusta el plano final de la peli que me recordó en su funcionalidad al de "Los descendientes". Con todo, creo que la peli de Clooney sigue siendo la mejor de la filmografía de Alexander.

Abrazos rurales

CARPET_WALLY dijo...

Bueno yo aun no he visto esta, pero coincido en que "Los descendientes" es, para mi, la mejor peli de Payne, además que es una película que gana a cada revisión (la redifusión de los miles de canales de Imagenio te da para engancharla varias veces).

Otra cosa es, como dices, la utilización del blanco y negro en algunas películas actuales, yo creo sin haber visto esta que no siempre suma, antes en muchos casos al contrario.

Por ejemplo, en "La lista de Schindler" el b/n marcaba el caracter casi documental que se quería dar al horror y funcionaba perfecto; ese estilo documental también funciona en "Toro salvaje"; en "The artist" toda la película estaba concebida para dar el tono de una época del cine que no hubiera funcionado, ni como historia, en otro formato que no hubiese sido ese b/n y muda; "Manhattan" tambien gana con la ausnecia de color marcando la película como si fuese toda ella una de esas fotografías en blanco y negro que aparecen por casa y nos llenan de romanticismo y de nostalgia.

Hay otros casos que no tengo tan claros, en "El hombre elefante" David Lynch aprovecha el b/n para que marquemos distancia, para que nos sintamos de otra época y para evitar de forma intencionada una recreación de la deformidad que en color hubiera parecido demasiado impostada; pero no sé si la película hubiera funcionado mucho peor incluso sin el artificio. En "El hombre que nunca estuvo allí", los Coen lo utilizan para marcar el gris de la existencia gris de un tipo gris, pero, en mi caso, eso juega en su contra, tanto remarcar consigue que me canse de su peripecia y que me resulte insulso, aburrido y que me importe un bledo también lo que le ocurra al personaje. Para mi gusto, tampoco "Ed Wood" precisaría del b/n especificamente aunque dado el subrayado gótico del que suele abusar Tim Burton casi es de agradecer ese recurso como puntualizando el escaso presupuesto de las patéticas cintas de Ed.

Y luego hay otras cosas, como "Clerks" que se rodó en blanco y negro por imperativo presupuestario, que no había para más, o el abuso de Jarmusch por la utilización de este sistema sin que tenga que ver demasiado con la necesidad, a mi me parece una pose algo absurda.

Abrazos a color.

César Bardés dijo...

Curioso, no me había pasado por aquí porque no había recibido el comentario de Dex. Al recibir el de Carpet, me encuentro con que había un comentario anterior. Reconozcámoslo, Internet es una chapuza.
Estoy de acuerdo contigo, Dex, en que "Los descendientes" es la mejor película de Payne, superior a ésta a pesar de que ya están los "frikis" diciendo que ésta es la repanocha con Sitron.
Disiento ligeramente en la afirmación sobre Dern. Creo que el trabajo del actor es soberbio. Más que nada porque clava esos momentos de ensimismamiento de los ancianos (lo siento, me recordó muchísimo a mi padre) y me parece que ahí detrás hay mucho trabajo y un gran cariño por el personaje. No es que los viejos estén pensando en algo que les distrae, no. Es que no piensan en nada.
Yo creo que el humor es tenue pero efectivo (los dos primos de Forte son para enmarcar en la galería de personajes más increíblemente imbéciles de la historia reciente del cine). Y creo que la fotografía en blanco y negro, en este caso y enlazando con lo que dice Carpet, es, simplemente, una forma de acercanos, con precisión, la mirada de los ancianos hacia la vida. Ya nada tiene color, todo es un blanco y negro incluso algo difuminado. Incluso la poca belleza que puede tener un viaje así para él está tapada porque en su mirada ya no hay eso, color. Fantástica la escena del compresor del aire en la granja de los Westendorf con una June Squibb increíble y con el propio Dern reconociendo que no se entera de nada.
En cuanto al transversal en technicolor y blanco y negro del Departamento al efecto, tengo que decir que disiento en algunas cosas. Creo que "El hombre elefante" es adecuado su uso para acercarnos un Londres sombrío y poco amable, más cercano a Jack "El Destripador" que a esa época de progreso que pretende el médico interpretado por Anthony Hopkins. "El hombre que no estuvo allí" me parece también adecuado para acentuar, como bien dices, la naturaleza grisácea del personaje (yo siempre he dicho que es una película en blanco y gris porque Deakins, el director de fotografía, la rodó en color y luego se lo quitó dando esos tonos que no son nada contrastados). De hecho, al final el protagonista se funde con la misma fotografía. En el caso de "Ed Wood" creo que está muy bien en varias direcciones. La naturaleza gótica de Burton y, por supuesto, el uso del mismo blanco y negro (bastante plano en sus contrastes) al igual que lo hacía el mismo Ed Wood. Por cierto, como curiosidad, diré que yo sí he visto cuatro películas de este director: "Glen o Glenda", "Plan 9 del espacio exterior", "La novia del monstruo" y "La noche de los ghouls"...y tengo que decir que era de traca. Cortesía de un estudiante de Imagen y Sonido de hace ya algunos años.

César Bardés dijo...

Yo creo que sí que es pose en el caso de Jarmusch o, por ejemplo, de Aki Kaurismaki en "La vida de bohemia" (no tiene ningún sentido narrativo y, es más, pierde capacidad en la mirada con esa elección). Jarmusch, por ejemplo, no tiene por qué utilizarlo en "Dead man" y creo que también lo pierde. Lo de Kevin Smith con "Clerks" se disculpa por el tema presupuestario pero sigo diciendo que Smith ha sido un "bluff" en todas sus películas. Me parece justificadísimo en el caso de Mel Brooks con "El jovencito Frankenstein", sobran explicaciones. Lo de "Blancanieves" para parecerse a "The artist" bueno...pues vale. Lo que pasa es que, como bien dices, y en una época muy concreta, ha habido muchos cineastas que consideraban que rodar en blanco y negro les acercaba al "underground" que les hacía diferentes y, como es un terreno menos competitivo, conseguían llamar más la atención. Luego, esos mismos cineastas han hecho bandera de la independencia y ya se han acomodado más a las posturas más comerciales. En el fondo, todos despreciamos el cine americano en España pero nadie dice que no a un Oscar. Pues en el cine "underground" pasa igual. Nadie quiere ser comercial pero si la taquilla se mueve lo mismo hacemos algo que sea más para todos los públicos.
Abrazos interesados.

dexterzgz dijo...

Bien, yo me refería a la impresión puramente estética que produce ver blanco y negro en pantalla a alguien que está habituado al color. Independientemente de que la película sea clásica o moderna. Yo creo que por más películas en b/n que vea, nunca me liberaré del todo de esa impresión. Hace años en la Filmoteca de aquí proyectaron un clclo que se llamaba "El color del blanco y negro" que el título lo dice todo, y fue toda una experiencia.

No disientas, Bardés, que ya te he dicho que lo de Dern es ciertamente imponente también. Y si te has medio críado en un pueblo, por muy América profunda, que sea esto, se aprecia de un modo especial. También están muy bien los secundarios. Lo de los primos es cierto es pa nota, unos frikis al estilo Payne muy distintos a los frikis por ejemplo al estilo Coen (acuerdate del amigo de la hija de Clooney en "Los descendientes). Y bueno imaginate a estos dos gordos al estilo O Russell, nos hubieran vuelto sordos.

Abrazos con compresor.

César Bardés dijo...

Tengamos en cuenta que yo matizaría un poco esa impresión. Con el avance de la técnica hay muchos tipos de fotografía en blanco y negro y no siempre son iguales hoy en día. Ya digo que, en el cine clásico, por supuesto que había distintos tipos de blanco y negro pero eso estaba más en el terreno de la iluminación (muy evidente en el caso del cine negro). Quizá yo me impresione algo menos porque he ido muchísimo a la Filmoteca Nacional y he visto blanco y negro en pantalla grande para aburrir. Coño, soy tan mayor que incluso vi "Manhattan" cuando se estrenó en el desaparecido y precioso cine Pompeya de Madrid.
Tengo que decir, no sin cierta vergüenza, que no, que no me he medio criado en un pueblo. No he tenido "pueblo" habida cuenta de que mi madre es de Madrid (es de Carabanchel cuando Carabanchel era un pueblo) y mi padre un catalán de pueblo al que solo me llevó una vez y ya bien mayorcito.
Estoy de acuerdo con esos "frikis" propios de Payne...muy alelados, por lo general y casi muñequitos de feria que arrancan la risa enseguida. Los "frikis" de Coen son, quizá, más grotescos. Los de Russell, bueno, yo creo que el "friki" es él.
Abrazos con furgoneta.