viernes, 7 de noviembre de 2014

LA VENTANA INDISCRETA (1954), de Alfred Hitchcock

No hay nada como mirar en la vida de los demás. Es algo que entra dentro de la naturaleza del hombre. Queremos saber lo que se cuece en otros hogares mientras el nuestro necesita un arreglo. La imaginación vuela y, con apenas unas cuantas miradas, nos ponemos a elucubrar sobre cómo pueden ser las vidas de nuestros vecinos. Eso sí, siempre desde nuestro pedestal construido sobre la convicción de que nuestra existencia es mucho más afortunada. La chica que no deja de bailar. La anciana que se dedica a modelar alguna tontería en arcilla. La mujer madura que no ha tenido suerte en el amor y siente a cada momento el peso de la soledad. Los vecinos que se pasan el día en pijama y que duermen al raso para que el calor sea también una diversión. El compositor que intenta triunfar y que no deja de tocar el piano para probar suerte. La pareja de recién casados que se esconde detrás de una oportuna persiana para iniciar su vida matrimonial entre sábanas y cansancios. Es como si se estuvieran viendo veinte películas a la vez. Sí, ya lo sé, me he saltado al tipo gris que está harto de su mujer, que vive con la maleta de sus muestras a cuestas y que es incapaz de decir algo en un tono medianamente amistoso. Pero es que ésa es la película más interesante. Y el ojo de un fotógrafo rara vez se equivoca.
Y así resulta que nosotros, que somos curiosos por defecto, nos asomamos también a la ventana que nos abre un maestro del cine para observar cómo un curioso profesional mira por una ventana para observar la vida de sus vecinos. Nosotros, los espectadores, también somos indiscretos, también usamos esos prismáticos para el espionaje de vidas ajenas. Más o menos porque esas vidas a las que asistimos desde la butaca de nuestras casas son tan de ficción como las vidas observadas por el protagonista de esta película. Es como un juego de espejos infinitos que lo único que hace es volver la mirada hacia lo realmente importante. Y lo realmente importante es lo que ocurre a este lado de la ventana.
Al fin y al cabo, todos tenemos dispositivos móviles, una especie de ventanita de bolsillo, que nos permite, en la mayor parte de los casos, comprobar qué es lo que piensa la gente. Y no solo eso, sino lo que la gente piensa de nosotros. Como si eso tuviera alguna importancia. Como si eso sirviera de ayuda a alguien cuando en realidad solo ayuda a las mentes inseguras, temerosas de no ser nada, olvidadas por un mundo que se empeña en pasar por la calle y no detenerse. Algo así como todas esas vidas que son observadas minuciosamente por un fotógrafo que, simplemente, sospecha de un crimen cuando el verdadero crimen, quizás, sea asomarse sin permiso a la vida de los demás.

Hitchcock era grande, muy grande. Tanto que el mayor observador era él. Sabía qué es lo que el público quería ver y para eso hizo una película que no es más que un formato de reality show elevado a la categoría de arte. Nadie lo ha hecho igual. Nadie ha huido tanto del sensacionalismo para ofrecer una historia tan apasionante, tan bien hecha, tan bien interpretada, tan bien vivida.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin ser la peli que más me gusta de Hitchcock, reconozco que ofrece un punto de vista novedoso del profesional de la cámara. Cámara dentro de la cámara, un cine dentro de otro cine (que no es lo mismo que cine sobre el cine). Esta doble visión le sirve de tapadera para enmascarar sus vicios de voyeur enfermizo y contextualizar los recursos estilísticos en la historia del cine. Para el amante joven del cine, si no ha visto todo el repertorio Hitchcock, he aquí un clásico ejemplo de estilo del mago del celuloide.

Y Grace Kelly. Dicen que Hedy Lamarr, Ava Gardner, Ingrid Bergman, Scarlett Johansson... en mi pu.. vida he visto una mujer más perfecta que ella. Tan bella que duele a la vista. Tan perfecta que resulta inverosímil que esté enamorada del típico ciudadano medio norteamericano como James Stewart, alto y ojos azules eso sí, pelín mayorcete y todo (yo habría cambiado a Stewart por Rock Hudson o Tony Curtis). Pero nos da igual, al tío Alfred se le perdona esto y más. Porque sabemos lo que nos quiere contar, y nos encanta cómo lo cuenta.

Abrazos en camisón

Santi

César Bardés dijo...

Yo creo que es magistral en el movimiento de la cámara y en cómo se desenvuelve en un espacio que puede llegar a ser tan claustrofóbico. Ninguno, y digo bien ninguno, de los directores actuales sería capaz de hacer una película así y que le saliera así. Con ese guión, ese suspense, ese medido estudio de los tiempos, esa puñetera maestría. Es imposible.
En cuanto a lo que hablas de Grace, pues sí, no en vano es el ideal femenino del tío Alfred. En lo que no estoy tan de acuerdo es en sustituir a Stewart por Hudson o Curtis. Creo que eso desvirtuaría el personaje. Pensémoslo un poco. El personaje de Grace Kelly por qué se enamora de él. ¿Porque es guapo? No. Se enamora de él porque es un tío que le gusta la aventura, que no tiene miedo a nada y que, además, representa todo lo que ella no es o no ha probado. Sí, sé lo que me vas a decir, ella es la primera que quiere "domesticarlo" pero eso entra dentro de los ardides femeninos. Yo creo que ella se enamora de este tío, le atrae muchísimo su estilo de la aventura (es más...¿de qué diablos pueden hablar salvo de las aventuras de él...de los modelitos de ella?) y cree que ella, con sus encantos, acabará por hacer que su culo inquieto se quede tranquilito. Creo que además eso es algo bastante común en las relaciones amorosas que propone Hitchcock en sus películas. Además, seamos sinceros...yo no veo a Rock Hudson ni a Tony Curtis ahí...si me dices Cary Grant...vaya que vaya.
Abrazos escayolados.

Anónimo dijo...

¿Y de verdad a estas alturas crees que una tipa superficial y vacía como el personaje de Grace Kelly se va a enamorar de un tipo que no esté rematado por un envoltorio espectacular como Curtis o Hudson? Espero que no haya sonado muy misógino, vaya. Hudson se cansó de hacer películas de pillo mojabragas la década siguiente, y Curtis borda a un embaucador nato en "Chantaje en Broadway", por ejemplo. Yo les veo sin problemas en "La ventana indiscreta". Pero ya te digo que es perdonable, no lastra el buenhacer del tío Alfred.

Es más, a Hitchcock le atraía la idea de que hombres menos acordes con el cánon de belleza masculina pudieran tener relación amorosa con rubias despampanantes como todas las de sus pinículas. Reafirmación de su complejo de gordito, que tiene suficiente sex-appeal para seducir a pivones. ¿Stewart? Alto, ojos azules,... pero no deja en evidencia mi heterosexualidad. Curtis y Hudson son guapos a rabiar, creo que es incuestionable.

Cary Grant, pues sí, le podría haber visto ahí, como le vimos después en "Atrapa a un ladrón", pese a su incipiente canosidad. El Clooney de su época. Me pega.

Comentario off-topic: Para mí, mi "Pretty woman" particular (película que si la empiezas a ver te engancha y no te suelta) es "Con la muerte en los talones". La obra más maestra del genio Hitchcock. No puedo cambiar de canal, olvido lo que tengo que hacer las siguientes 2 horas. 10/10. ¿Es cierto que usted quiere matar a mi hijo?

Abrazos en suspense.

Santi

César Bardés dijo...

Ah, amigo, pero es que Stewart tiene una cualidad que no tienen los otros dos y es que da una imagen de estar mucho más "bragao", con experiencia. Y por muy superficial y por muy vacía que sea el personaje de Grace Kelly, eso es atrayente para el 80 % de las mujeres. Yo no niego que Hudson y Curtis fueran guapos. Lo eran y te diría un buen puñado de películas en las que me parecen maravillosos actores ambos a pesar de que ambos tienen una fama un tanto peculiar de actores "cortitos" pero no para el papel del fotógrafo aventurero que se las sabe todas de "La ventana indiscreta".
La imagen de Stewart en las películas de Hitchcock ha sido mil veces analizada y se puede trazar un paralelismo con el triunvirato Holden-Matthau-Lemmon en el cine de Wilder. Allí, Holden era como a Wilder le gustaría ser, Matthau era como la gente le veía y Lemmon el que realmente era. Hitchcock hizo lo mismo con el binomio Stewart-Grant. Grant respondía más al tipo de hombre que a Hitchcock le hubiese gustado ser. Stewart era más como realmente era (más débil, más vulnerable, más...normal).
No estoy tan de acuerdo con lo del canon de belleza que describes de Hitchcock. Grant no me parece un hombre feo, como tampoco me lo parecen Connery, Newman, Clift, Olivier, Peck o Fonda. Tal vez, pillándolo un poco por los pelos, sí que puedo admitir que los personajes de Hitchcock son hombres que ansían la normalidad o, más bien, la rutina propia de sus vidas y se ve muy alterada por la aparición de la tía despampanante de turno. Bien es verdad que lo de la "tía despampanante" también tiene sus excepciones en el cine del tío Alfred.
Lo siento, no soy "fan" de "Pretty woman".
En cuanto a "Con la muerte en los talones", pues sí, estoy de acuerdo. Pero con la obra de algunos maestros admito muchas respuestas válidas. También admito "Encadenados", y "La ventana indiscreta", y "Los pájaros", y "Psicosis" y...
Abrazos variados.

Anónimo dijo...

Y... ¿"Rebeca"? ¿"Vértigo"? Que sí, que no lo niego, que Alfred tiene obras jugosísimas y además entretenidísimas, fue el Spielberg antes de Spielberg. Me refiero a esa peli que verías una vez al mes, que no cansa, que te engaña y la disfrutas como el primer día.

Quizá me expliqué mal. Cuando hablo de mi "Pretty woman" particular es porque normalmente se dice que esa película es la que más público agrupa alrededor de la tele porque si empiezas a verla tienes que tragártela entera (con perdón de la expresión). A mí tampoco me interesa lo más mínimo, salvo la banda sonora, pero es la fama que tiene.

Y de Grant no he dicho que no me pareciese guapo, siendo además de mis actores favoritos, pero es qu Grace Kelly tendría apenas ¿22 años? con esta peli, y la diferencia de edad era notable, al igual que con Stewart.

Había escuchado lo del trío de Holden-Matthau-Lemmon, es verdad, pero no creo que Hitchcock pensara de sí mismo que era parecido a Stewart, sino más bien una versión colesterolada de Peter Lorre. Sus complejos están presentes en toda su filmografía.

Abrazos con atorvastatina

Santi

César Bardés dijo...

También...y "Recuerda" y "Marnie" y "Cortina rasgada"...¿sabes lo que pasa? Es que yo me vería el ciclo entero de películas de Hitchcock y luego volvería a empezar.
Cuando sale "Pretty woman" en la televisión (afortunadamente, a mi mujer tampoco le gusta) cojo un estupendo libro que me está llamando cual canto de sirena a Ulises, no te digo más.
Grace Kelly tenía veinticinco años al hacer esta película. Stewart tenía 46. Chico, vale son veintiun años pero no me parece tan escandaloso. Cary Grant con 59 años se lía con AUdrey Hepburn con 34 en "Charada", una diferencia aún mayor y nadie dice nada. Ejemplos como ése hay miles.
En cuanto a los complejos de Hitchcok...no creo, sinceramente, que el propio Alfred tuviera a Peter Lorre como modelo para mostrar lo que realmente era dentro de sus historias. Sencillamente, no. Por muchos complejos que tuviese (que no eran tantos, no hagas caso de las habladurías).
Abrazos con lipograsil.

Anónimo dijo...

Pues siempre que he leído y oído sobre Hitch ponen en primer lugar sus complejos y sus fetichismos como los aspectos definitorios de su personalidad. A ver, que me da igual, que no valoramos eso, su cine me gusta igualmente.

Por cierto, ¿qué hay de cierto en el puteo continuo al que sometió a la Hedren en "Los pájaros"? ¿Leyenda o verdad?

Otra cosa, es curioso que sigan vivas Vera Miles, Doris Day, Eva Marie Saint, Kim Novak, Julie Andrews, Tippi Hedren y su propia hija Patricia Hitchcock, que trabajaron con el tío Alfred en muchas de sus películas. Celebrémoslo.

Abrazos rubios

Santi

César Bardés dijo...

Los aspectos definitorios de la personalidad de Hitchcock no son tanto sus complejos como sus obsesiones, que no es lo mismo. ¿Complejo? Sí, de gordo y feo. ¿Obsesiones? Ahí es donde entran las madres, la inutilidad policial, las rubias, el voyeurismo y el sadismo moral y todo lo que se te ocurra añadir. Hitchcock, por cómo hablaba y por cómo se comportaba, muy acomplejado no estaba. Todo lo contrario.
A ver, lo de la Hedren fue así. Grace Kelly se le va a Mónaco y se queda sin protagonista así que, por mediación de Alma Reville, descubre a Tippi Hedren en un anuncio televisivo. Le hace una prueba y la contrata. Hitchcock sabe que es gordo y feo así que empieza a tirarle los tejos de una forma bastante descarada. La Hedren le da calabazas y el puteo entonces no es tan continuo. Hitchcock se reserva para la escena en que la Hedren es atacada en el desván de la casa donde se encierra con Taylor, Tandy y Cartwright. Allí la tiene una semana de rodaje echándole pájaros a la cara durante ocho horas cada día. Al terminar la escena, la Hedren queda poco menos que trastornada. Solo hizo eso (que ya es bastante). Tanto es así que la Hedren no tiene ningún inconveniente en repetir con él en "Marnie" al año siguiente y Hitchcock ya no ensaya sus maldades sobre ella.
Pues sí, es muy curioso que sean tan longevas todas ellas. Quizá trabajar para él les hizo ver que la vida era mucho más hermosa de lo que parecía dentro de un plató con él.
Abrazos obsesivos.