jueves, 2 de julio de 2009

TETRO (2009), de Francis Ford Coppola

En 1966, Stanley Kubrick impartió un ciclo de clases magistrales en una universidad norteamericana. Sus clases empezaban así: “Ante todo, debéis defender, por encima de cualquier otra consideración, vuestra libertad de artistas y creadores. Si no veláis por ella, vuestros potenciales talentos quedarán diluidos por los intereses comerciales que imperan en el mundo del cine”.
Entre los alumnos de aquella clase que escuchaban atentamente se encontraba Francis Ford Coppola. Años después, en el 78, a Kubrick le preguntaron cuál era su cineasta favorito. Lacónico, como siempre, el viejo Stanley no lo dudó: “Francis Ford Coppola”. El periodista, deseoso de arrancar más palabras al maestro, insistió: “¿Algún otro?”. Kubrick, impasible, respondió con otra pregunta: “¡Ah! ¿Pero es que hay otro?”.
En el precio de esa independencia de la que habló Kubrick también está incluido el error y Tetro es una película extrañamente fallida. Coppola quiere abrirse paso para mirar dentro del abismo de un hombre que ha renunciado a la vida, a un potencial éxito, a incluirse en la genialidad porque teme convertirse en una fiera que convierta en hiel todo lo que toca. Y trata de evitar por todos los medios que su hermano siga sus huellas intentando cortar la soga que ata misteriosamente sus dos almas. Tan atractivo es echar una mirada a las motivaciones del protagonista que Coppola nos hace revisitar sus viejas obsesiones sobre la familia, sobre las responsabilidades que no quiere asumir el más inocente, sobre la alargada sombra de un padre que aplasta a sus hijos como una losa imposible de levantar. Por supuesto, ese profundo caminar que nos dispone el veterano cineasta está salpicado de una fascinación visual que consigue extraviar nuestra mirada hasta el mismo centro de la admiración pero la película peca de un argumento que empieza a enredarse en la aviesa conducta de algunos especimenes humanos, en la inútil aparición de determinados personajes (como el de Carmen Maura, totalmente absurdo), en la ilógica de unos comportamientos que, poco a poco se van difuminando perdiéndose en los rincones de la cordura, y en los gritos que se oyen desde el corazón de la historia pidiendo a gritos un final que tenía que haberse anticipado y, quizá, haber sido algo más valiente.
Desde luego, por una vez, la realidad es de un blanco y negro deliberadamente defectuoso, como si una polilla se posara sobre la cegadora luz de una lámpara sólo para quemarse, como si la verdad fuera tan inválida como el silencio. El recuerdo es de un color que llega a inundar la infelicidad y el sueño es sólo la expresión del dolor. Tetro es una historia de pena y de secretos, de impotencia y de debilidad, de huida hacia adelante dejando esquirlas de sí mismo en el transcurrir. Y el espectador, pobre iluso, espera algo especial que nunca ocurre tan sólo porque hay un nombre de leyenda detrás de tanta decepción callada, de tanta vida en desperdicio, de tanta simetría descifrada a través de un espejo que sólo la sinceridad puede traspasar.
La oscuridad en la que se mantiene a quien busca respuestas no es más que el deseo abrumador de no romper ese cordón invisible que se establece entre dos personas que tienen el amor muy presente pero que no son capaces de conservar por tanta falacia amontonada en el olvido. Dirigir no es sinónimo de arte a pesar de que Francis Ford Coppola sea capaz de deslumbrarnos con unos cuantos retazos que rozan la genialidad. Y yo no quiero soltar la soga que me sigue atando a su alma aunque haya hecho una película que me deje tanta amargura rociada de desolación y tanta creación anclada en el medio del camino. Al fin y al cabo, siempre ha sido un hombre capaz de mostrarnos la belleza que habita en el caos.

26 comentarios:

dexter dijo...

Estoy completamente emocionado. Me acabas de dar la definición más precisa de arte que he oído jamás o al menos de lo que yo siempre he entendido por arte. Porque para mí un artista es alguien capaz de "plasmar la belleza que habita el caos". Acabo de leer una novela del zaragozano Martínez de Pisón que se inicia con una cita de Italo Calvino que dice "El mundo es hermoso porque hay de todo". A mí lo que siempre me fascina del arte, y del cine como el arte que más me gusta, es su capacidad para atrapar la diversidad, las distintas maneras que cada uno tiene entender el mundo, este caos absoluto que llamamos mundo. No me extraña que Kubrick, el artista cinematográfico por excelencia dijera eso de Coppola. Y Coppola siempre me ha parecido un ARTISTA, así con mayúsculas por su capacidad de contarnos el mundo de otros, aunque todo buen artista también tiene concesiones al mercantilismo- esa cosa absurda llamada Jack. Pues si Tetro es arte, yo de Tetro lo espero todo, no me importa que sea fallida, tengo mono de arte. Seguramente mañana la veo y te cuento.

PD. Se dijo que el personaje de Maura estaba escrito en un principio para un hombre y que iba a ser interpretado por Bardem. Te pregunto sin haber visto la peli ¿de haber sido así, el personaje hubiese resultado menos absurdo?

Anónimo dijo...

Qué bonito escribes. Seguramente vaya esta tarde a ver la película. Has dicho cosas sobre ella que no sé si el mismo Coppola hubiera sido capaz de decirlas. Me gusta la gente que busca respuestas, que aunque sabe que va a perder sigue en su empeño. No sé si la película va sobre eso pero algo así he querido entender de tu artículo tan especial. Sobre todo de la manera tan tuya de contarlo.
Dex, también me ha gustado mucho tu comentario.

Gema

César Bardés dijo...

Probablemente hubiera tenido algo más de sentido pero, sin embargo, me seguiría pareciendo un personaje un tanto absurdo, que sólo sirve para que Coppola reafirme esa independencia como artista de la que hablaba Kubrick. Me parece absolutamente fuera de lugar, y no por lo que transmite, sino por la forma de hacerlo. Además de un simbolismo en el nombre que da algo de vergüenza ajena. De un hombre como él, se tiene que esperar algo más de profundidad y menos evidencia.
Estoy de acuerdo en que Coppola es todo un artista del cine, ésa ha sido siempre su intención. Otra cosa es que haya tenido que aceptar encargos para sobrevivir como "Jack" o "Legítima defensa" aunque hizo una película de encargo que a mí me parece especialmente hermosa: "Jardines de piedra". En cualquier caso, espero que, al menos, disfrutes buscando retos, motivaciones y mensajes en una película que no deja de tenerlos y que, desde luego, tiene la capacidad de hechizarme con algunas imágenes.

César Bardés dijo...

Uy, Gema, ojalá Coppola leyera mi crítica. Probablemente se me bajarían los humos inmediatamente. Para mí sería un honor el que un director como él me dejara en evidencia. Gracias por los piropos que me habéis dejado los dos, son muy bonitos y los guardo con cariño.

Anónimo dijo...

Era de temer, tanto tiempo anhelando a Coppola y era difícil que respondiera a nuestras más altas esperanzas.

Probablemente sea el más artista de todos los directores activos, como bien dices. Eastwood, Scorsese y otros son geniales, nos ofrecen algunas obras maestras pero no es lo mismo. Coppola utiliza las historias, la trama, las imágenes, las luces,...para crear belleza. "Plasmar la belleza que habita en el caos" que gran frase, coincido con Dex.
Otros pretendidos artistas desean tanto crear imágenes bellas que se desinteresan de la historia, léase Lynch, y para mi se equivocan.

El cine es el medio de expresión de estos artistas y se tienen que asumir determinadas normas. Si no se hace así, estaremos ante otro tipo de obras en formato audiovisual pero no ante algo que podamos considerar cine. Así al menos lo veo yo.

Es curioso pero creo que a Kubrick y Coppola les une otro paralelismo. Sus obras, algunas mundialmente reconocidas y otras profundamente denostadas tienen una trayectoria similar. "La chaqueta metálica" coincide en el tiempo con "Jardines de piedra" y ambas son muestras de alta calidad de la proliferación de las películas bélicas que vino tras la honda expansiva de "Apocalipse Now". Les diferencia que Kubrick nunca tuvo que dirigir encargos, pero tampoco se lo jugó todo a su megalomanía.

Con "Eyes wide shut", Kubrick se hizo esperar casi 12 años, ahora Coppola con "Tetro" ha tardado un tiempo similar en reaparecer. Ambas fueron acogidas con ciertos reparos, en el caso de la Kubrick creo que con razón. Sólo deseo que las coincidencias acaben ahí y que Francis Ford nos regale algunas más "bellezas caóticas" lo que no pudo hacer Stanley.

Un placer leeros, Carpet.

dexter dijo...

Es una sensación mía o me da que a Coppola últimamente le hacen todos el vacío. Su última película tarda dos años en estrenarse y lo hace casi de tapadillo en la cartelera del verano entre transformers, terminators y demás engendros. Por si fuera poco se estrena sin que todavía sepamos nada de Juventud sin juventud, la penúltima, que al menos que yo sepa, y me he pegado los últimos tres años y medio reseñando estrenos semanales, no ha llegado a las pantallas. Algo pasa con Francis Ford.
A mí de Coppola me resulta especialmente entrañable la época de principios de los 80, la que gira en torno al descalabro económico de Zoetrope y de la que sale su serie de películas más artísticas. Una maravilla como Corazonada no está al alcance de cualquiera. Y no me canso de reivindicar Cotton Club- El padrino de Bob Fosse que leí no se dónde- como una pequeña obra maestra.

Anónimo dijo...

Yo también reivindico "Cotton Club" por un montón de cosas, incluso Richard Gere es soportable en ella. Por no decir de la belleza de Diane Lane o del mágico claqué de Gregory Hines o de la pareja Hoskins-Gwynne o de los excesos del joven Cage...Yo la situo por encima de otras más reconocidas como "Rebeldes" o "La ley de la calle", pero es una cuestión personal, vamos.

Y de "Jack" se habla muy mal pero a mi me parece mala en comparación con el resto de la filmografiade Coppola, pero para ser una peli familiar semiinfantil me parece muy aceptable...Y vuelve a salir Diane Lane mucho más guapa que de joven, esta actriz se ha venido arriba con la edad despues de estar semidesaparecida tanto tiempo. Vuelvo a nombrar "Bajo el sol de la Toscana" película que la adorna tantoi como un atardecer en los campos florentinos.

Saludos carpet.

César Bardés dijo...

Creo que Coppola hizo un trabajo fundamental como guionista antes de ser director (ahí está su Oscar por "Patton") y eso hizo que lo visual fuera tan impactante como lo argumental. Yo también estoy de acuerdo en reivindicar "Cotton Club" y el problema de Coppola no es otro que ser un cineasta enormemente caro, un megalomaníaco que hace que los productores huyan enloquecidos ante los costes que llegan a tener sus películas. Coppola suele adelantarse a su tiempo, lo mismo que Kubrick (aunque sospecho que no era ése el producto final que anhelaba Kubrick no estoy de acuerdo con tu valoración de "Eyes wide shut", a mí me parece simplemente fascinante y más después de leer la novela original de Schnitzler "Relato soñado"). El problema de Coppola es que, ya desde "El padrino" ha querido hacer películas grandes porque es un hombre que cree "firmemente que una película es capaz de cambiar el mundo". Coppola es único, y para mí es el sucesor natural de Stanley Kubrick aunque las constantes en el cine de ambos sean bastante dispares.
Buenos comentarios, vive Dios.

M.I. dijo...

Mírame a los ojos y contéstame sinceramente a una pregunta:
¿De verdad te interesa mi opinión sobre este artículo?

Por cierto, las publicaciones de hoy son espectaculares. Será para congratularse por la metedura de pata de ayer.

César Bardés dijo...

Eres libre de opinar o no, como todos, M.I.
En cuanto a Coppola quisiera hacer una pequeña aclaración. Los costes de distribución de sus películas son inusualmente altos, por eso hay algunas películas suyas que tardan bastante en estrenarse en España. Ocurrió en su época con "Cotton Club" que tardó, creo, tres años en verse (yo la vi en su estreno en el cine Lope de Vega) y me temo que eso mismo pasa con "Juventud sin juventud" y es lo que ha pasado con "Tetro". Al ser sus rodajes de un coste tan alto, la distribución de sus películas personales también es de un coste inasumible en muchos casos. Es uno de los últimos creadores y de éste yo sí que espero todavía alguna obra maestra (recordemos que tiene en mente hacer la que él mismo dice que sería su obra definitiva: "Megalópolis", de la cual dice tener ya casi el dinero suficiente para hacerla. Echémonos a temblar).

M.I. dijo...

¿Pero cómo va a tener distribuidora Juventud sin Juventud?. Se trata, en palabras del propio director, de cine experimental, con un argumento hermético que requiere de la atención y participación del espectador, que se complementa con él. En los tiempos que corren el nombre delante del título no es ninguna garantía, la financiación es inexistente y no hay distribuidora.
No se trata de que sean rodajes muy caros que derivan en distribuiciones muy caras. Hay rodajes muchísimo más caros, detrás de los cuales hay varias productoras que pagan, y distribuidoras que saben que tienen el producto vendido. Me imagino que te estás refiriendo a eso, César, a los efectos colaterales de la independencia del director.

Y por supuesto que soy libre de opinar o no, pero ésa no era la pregunta.

César Bardés dijo...

Pues sí, me estaba refiriendo a eso. Pero yo no dudo que "Juventud sin juventud" llegue a estrenarse en España, se hará, quiza de tapadillo en algún cinestudio, pero se hará.
Y mi contestación solamente era para decirte que, digas lo que digas, no se te va a censurar, como mucho, se te va a contestar en el legítimo ejercicio del derecho de defensa, o a lo mejor en la vanidosa maniobra consecuente con la escasez del elogio. No sé cuál es tu opinión. Tu verás si quieres darla o no.

M.I. dijo...

Si todo eso ya lo sé, César.
Lo que pasa es que llamaste mi atención sobre este artículo -concretamente sobre éste, no sobre ningún otro reciente- y me autoplanteaba lo que mi opinión te puede aportar, que posiblemente sea nada.
De ahí mi pregunta.

César Bardés dijo...

Todas las opiniones aportan algo, siempre que estén planteadas con esa intención. No importa que la opinión simplemente diga "es buena porque...", con eso es más que suficiente (o lo contrario: "es mala porque...") y el que diga que las opiniones le importan un pimiento miente como un bellaco. Es verdad que a mí algunas opiniones me importan tres caminos empedrados, sobre todo, si se dicen con el fin de sacar algo a cambio pero si uno expresa su opinión simplemente porque le apetece comentar algo de lo leído, eso para mí no tiene precio. Ya sabes que aquellas opiniones de lectores del periódico que, porque sí, pusieron su opinión sobre mis artículos fueron valiosísimas para mí, porque lo hicieron porque sí, porque les apetecía, porque les salieron del corazón, porque no esperaban nada a cambio y dedicaron cinco minutos a decir que el crítico de cine que había en el periódico les gustaba. Así que, anda, dí tu opinión, si es que te apetece.

M.I. dijo...

¿Querer algo a cambio?
¿Ahora resulta que mis opiniones tienen ese condicionante? Jajajajajaja, vale.

César Bardés dijo...

Yo no he dicho que tus opiniones tengan ese condicionante. Yo no veo por ningún lado que lo haya dicho. Pero mira, este juego no me gusta. Si quieres, dices lo que piensas, y si no, pues a otra cosa. Lo que no voy a estar es detrás de ti esperando que digas lo que tienes que decir. Yo no soy así.

dexter dijo...

Bueno, pues ya me he podido quitar el mono este fin de semana y por fin he podido ver Tetro. Desde luego la película tiene sus simas y sus excesos pero la primera palabra que se me viene a la cabeza para describirla es fascinante. Y entiendo por fascinante aquello que es capaz de atraparte y conducirte de la mano hacia mundos que tú creías ya explorados y que sin embargo no lo están, hacia un montón de dudas y de preguntas sin respuestas. Tetro es una de esas películas que se instala en tu cabeza y cuyo poso tarda días en abandonarte. En lo que llevamos de 2.009 ha habido 2 películas con las que me ha pasado lo mismo, ésta y Los abrazos rotos de Almodóvar.
(Y hablando de Almodóvar, quién le iba a decir a Pedrito cuando hacía aquello de Erecciones generales que un buen día le llegaría a copiar el mismísimo Coppola.)
La segunda palabra que se me viene a la cabeza para describir Tetro es libertad. Coppola ha hecho lo que le ha salido del escroto - me recuerda mucho al Bertolucci de los 90 con películas que se pueden considerar menores pero que se ven libres e independientes- y ha demostrado que a los 70 años se puede seguir joven y creativo. Ya quisieran muchos jovencitos de los que ahora empiezan, de esos que despiertan suspiros de admiración en algunos (más por resignación que otra cosa) hacer cosas así.

M.I. dijo...

Yo tampoco soy así y esto no es ningún juego. Te lo he dicho desde el principio: me planteo qué puedo aportar o añadir, y la respuesta es que nada. Nada a un artículo que me parece perfecto y nada a una película que no he visto.

A priori, me parece un proyecto muy, muy atractivo, que posiblemente resulte extrañamente fallido; pero yo eso todavía no lo sé.

Y en cuestión de crítica, yo me habría ido a datos técnicos y a curiosidades (que tiene un montón); pero ya sabes que eso es cuestión de estilos.

César Bardés dijo...

Evidentemente Coppola es un cineasta que te atrapa por esa misma palabra que tu empleas: fascinación. Es un hombre que visualmente es capaz de fascinarte con su yuxtaposición de imágenes, con su composición de planos (yo, en este caso, me quedé absolutamente boquiabierto con el sueño del ballet, el escenario, el mar y el hielo), con su capacidad para que pasemos de una historia que parece convencional a algo absolutamente diferente. Ya dije, sin embargo, que me parece una película fallida porque hay ciertas cosas que me parecen errores simplemente de colegial, de chico que ha querido hacer lo que le ha venido en gana, lo que no es sinónimo de genialidad. Aún así, qué duda cabe, "Tetro" es cine, Coppola es el hombre que hace cine y nosotros somos los que vemos cine.
M.I., yo creo que sí que hablo de algunos de los aspectos técnicos de la película, entre otras cosas de la construcción del argumento y de la fotografía. Eso sí, no he querido desvelar nada más porque uno de los activos más importantes de la película es precisamente el aspecto técnico, que tiene una capacidad de sorpresa muy destacable y que no quiero desvelar puesto que es una crítica de estreno. En cuanto a las curiosidades, bueno, tal vez en eso tengas razón, eso sí, sin olvidar nunca que una crítica es una columna de opinión y no un artículo de información.

M.I. dijo...

No hay nada de malo en combinar ambos. Tú mismo lo haces en esta introducción-y muy bien, por cierto- haciendo mención a aquella celebérrima clase de Stanley Kubrick. Y continúas con el comentario de Kubrick sobre Coppola.
Un artículo de opinión cinematográfica (llámese crítica) que incorpora información veraz, es doblemente enriquecedor.
A eso me refiero, a que yo habría seguido dando información sobre la película, sin renunciar, por supuesto, a dar mi visión sobre ella.
Pero ya te digo que es cuestión de estilos. Tú tienes tendencia a llevar la historia al terreno de las sensaciones, de las emociones, de los sentimientos, de la filosofía, de la metafísica...algo que es absolutamente imposible para mí (por eso te admiro, por hacer lo que yo no sé, y hacerlo bien). Y yo tengo tendencia a ponerla con los pies en el suelo, intentando un análisis objetivo y honesto.

dexter dijo...

No me refería tanto a la fascinación de quedarte extasiado ante ciertos detalles de la planificación o de la puesta en escena- que también- sino a la fascinación que produce intentar desvelar los porqués, encontrar hatajos o dejarte perder por los vericuetos que te tiende la película. A eso me refiero cuando hablo de que todavía la película sigue bullendo en mi cabeza días después de haberla visto. Lo que temo es que el carácter fallido del que hablas arrincone la película al olvido eterno.

PD: Entre las pelis de encargo de Coppola reinvindico también Tucker y todavía mucho más Peggy Sue.

M.I. dijo...

¡Ojo! -y que esto se entienda bien- que no estoy diciendo que tus análisis no pretendan ser objetivos y honestos.
Te digo -y lo sabes muy bien-
que tú tienes una tendencia a analizar (la que te he explicado y sabes); y que yo me habría ido por otros derroteros, y eso lo sabes también.

E insisto en que un artículo de opinión con información es mucho más enriquecedor. Y éste es el motivo fundamental de que a mí no me guste hacer críticas de cine clásico, porque no dejan de ser siempre reseñas, conjuntos de información, sobre las que es muy difícil opinar. Muy difícil por estar todo dicho sobre ellas. Por eso también, por esa libertad de opinión, lo mío es la crítica de películas en cartelera, en las que no tiene por qué faltar la información.
¿Mesentiende?

M.I. dijo...

Peggy Sue se casó es una de esas películas que forman parte de la filmografía de mi vida. Me gustó en su día, cuando la vi siendo una cría, por el cambio de ambientes, por retroceder al pasado, por las situaciones que se creaban....
Pero, con el paso de los años, no hay día en el que no recuerde su argumento. ¿Cambiaría mi presente si pudiera volver al pasado?. La respuesta no es diferente a la de la propia película.

César Bardés dijo...

Se te entiende perfectamente, M.I. y comparto todas tus definiciones.
En cuanto a la película en sí, Dex, también comprendo que sea un tema que da vueltas alrededor de tu cabeza y que se niegue a abandonarte porque a mí me pasó lo mismo. Lo que pasa es que de tanto dar vueltas comienzas a ver cosas que no están bien conseguidas, desde el personaje de Carmen Maura al desbarre al que lleva la historia cuando el hermano decide irse a vivir con Alejandro (un personaje que hasta ese momento había sido meramente anecdótico) hasta que la historia pide a gritos un final y Coppola se niega a acabar la película en el momento más adecuado (para mí, en el momento en que el hermano se entera de todo y huye...yo creo que ése es el momento en que tendría que haber terminado la película y no con el caramelito de "somos una familia". No lo son. Nunca lo han sido. Nunca lo serán.) Bien es cierto que, por otro lado, el argumento es enormemente atractivo y me tiene atrapado hasta determinado momento de la película. También es muy latente cómo dirige Coppola a Maribel Verdú, de tal manera que no me costaba nada imaginar esta película interpretada en los setenta por su hermana Talia Shire (tiene gestos absolutamente clavados) aunque esto no tiene por qué ser necesariamente un defecto. Lo que está claro es que lo que es un valle para Coppola son cúpulas inalcanzables para los más inspirados y por eso, para mí, la película sí que guarda un cierto valor.
Por cierto, estoy totalmente de acuerdo en reivindicar "Tucker", en el fondo es un espejo del propio Coppola. No tanto con "Peggy Sue se casó"...no llegó hasta mí esa película, lo siento, debo ser un prosaico de "I love yous"

dexter dijo...

A mí tampoco me convence el final, Mr Wins, y también hubiese cortado con la huída- qué plano más bonito por cierto. Resulta que cuando los protagonistas se pasan toda la película diciendo que están escribiendo una historia que no tiene final, va Coppola tira por la calle de enmedio y la acaba.
A mí también me gustó mucho la Verdú. Supongo que tú en los Madriles verías la versión original, pero aquí un servidor tuvo que morir al palo y ver la versión doblada. Y lo que no me convenció es que así como la Maura se dobla ella misma, a la Verdú la dobla otra. Y me parece totalmente absurdo, encima teniendo en cuenta que la mitad de su diálogo es en castellano. Quien me gustó bastante menos fue Vincent Gallo - con ese apellido solo se puede ser torero o algo así- y el que sí me gustó algo más fue el hermano, muy guapetón él. Me recordó al Dicaprio joven.

César Bardés dijo...

Totalmente de acuerdo, Dex. Sí, la vi en versión original pero fue una pura casualidad. Me alegro también de que tu visión de la película coincida bastante con la mía. Ya somos dos.