martes, 18 de noviembre de 2014

ÉL (1953), de Luis Buñuel

Si hay ganas aún de dirimir un último duelo con la luz del crepúsculo, podéis escuchar el debate que sostuvimos la semana pasada en "La gran evasión" alrededor de "Duelo en la Alta Sierra", de Sam Peckinpah aquí.

Yendo y viniendo. Yendo y viniendo. Como un pensamiento que no se va de la cabeza. Ella es infiel. Ella es infiel. Es lógico que se piense eso. Yendo y viniendo. Al fin y al cabo, un hombre que jamás ha sido amado no sabe muy bien en qué consiste eso del amor y los celos obsesivos son una muestra de amor bajo su punto de vista. Yendo y viniendo. Tanto es así que la quiere solo para él. No quiere compartirla con nadie. Cualquier hombre que la mira, aunque sea por una simple cuestión de educación, ya es un conquistador nato que quiere llevarla a la cama. Yendo y viniendo. De la cama a la mesa. De la mesa a la cama. Yendo y viniendo. Y nadie se ríe de Francisco Galván. Faltaría más. Él procede de una familia de rancio abolengo y nadie puede quitarle lo que legítimamente es suyo. Yendo y viniendo. Como si fuese tan fácil. No saben con quién se las están viendo. Y esa zorra…voy a tener que coser la puerta de entrada para que nadie llame al deseo. Yendo y viniendo.
Yendo y viniendo de la iglesia al dormitorio. Y es que es así. El éxtasis religioso por los pies hasta el embelesamiento sexual por los pies. Yendo y viniendo. De arriba abajo. Desde los cielos hasta los zapatos. Es tan fácil enamorarse de unos pies que caminan y que están enfundados en unos atractivos zapatos negros que van y vienen… Yendo y viniendo. Como un aviso de que a la mujer hay que servirla, mimarla, quererla y cuidarla pero yendo y viniendo como van es casi imposible. El ingeniero que la mete en su coche. El licenciado abogado que baila con ella como si la conociera de toda la cama. El impresentable individuo que les sigue allá por donde van en plena luna de miel. Se va a enterar ese fulano. Le voy a pegar un puñetazo que no va a saber si va o viene. Yendo o viniendo. Como un puño surcando el aire. Como una propiedad que se quiere arrebatar. La mujer es mía y nadie puede remediar eso. La voy a coser y así esa boca insaciable se va a callar definitivamente y ya no va a llamar a más machos cabríos. Yendo y viniendo de su habitación a la mía. Hipócritas. No saben lo que es el amor. Y Francisco Galván sí que lo sabe.

La bipolaridad paranoide acaba por pedir un recogimiento. Pero no se deja de ir y de venir. La oración es una plegaria que va y el aliento de Dios es una ilusión que no viene. Yendo y viniendo, qué tontería. Dios nunca viene, siempre va. Igual que ella con sus zapatos negros de tacón alto y su altanería sofisticada. Yendo y viniendo por las calles como si no tuviera a nadie en este mundo. Y tiene a Luis Buñuel que da forma a sus atractivos igual que moldea las obsesiones de él. De él. De él. Que solo va y viene. Yendo y viniendo. Con aguja en el bolsillo, algodoncillo para secar la sangre y la mirada trastornada. Yo creo que ya viene y que ha dejado de ir. Yendo y viniendo la obsesión se queda. Buñuel se queda. El sexo se evapora en los celos. Los celos mueren con el amor. El de verdad. El resto es solo un ir y venir que nunca acaba por un camino estrecho asfaltado de gravilla que merece ser pisada. Yendo y viniendo, naturalmente.

14 comentarios:

dexterzgz dijo...

Quizá sea mi Buñuel favorito. Por encima de "El ángel exterminador" "Viridiana" o "Los olvidados". Desde luego, el Buñuel mexicano es mi Buñuel favorito, como el de casi todo el mundo, de eso no hay duda. Mucho menos vanguardista que sus inicios españoles y por supuesto menos coñazo que su etapa francesa (me gusta mucho "El discreto encanto" pero el resto me parece en general bastante insufrible). Y del Buñuel mexicano no solo me quedo con las grandes obras antes citadas (meto también "Nazarín) sino también con las pequeñas que me he propuesto ver de forma regular últimamente: "El bruto", "El río y la muerte", "La ilusión viaja el tranvía", "Ensayo de un crimen", tienen una gracia y un valor tremendos.

En cuanto a "El" es impresionante. La de líos y lo que se come el tarro el pobre hombre ese. No me extraña que a Hitchcock le gustara tanto y le "plagiara" en "Vértigo".

Abrazos desde el lavatorio

César Bardés dijo...

Mi Buñuel favorito es "Viridiana", ahora bien, sí que tienes razón en que su etapa mexicana es la más fructífera y la más interesante. Sobre todo en cuanto a resultados. Me gusta mucho, ojo, el Buñuel francés que hace "Diario de una camarera". A mí, sin embargo, el Buñuel puramente surrealista de "El discreto encanto de la burguesía"...me va más bien poco. No por lo que dice, que me parece bien, sino porque siempre he considerado a Buñuel como el mejor realista de los surrealistas y ahí intenta lo contrario: ser el mejor surrealista de los realistas. Y me va poco, al igual que me va poco la de "El fantasma del paraíso". Me gusta "Viridiana", me gusta mucho "Él", me gusta muchísimo "Ensayo de un crimen", me parece una obra llena de ironía y de gracia además de muy osada. Me gusta "Los olvidados", me gusta horrores "El ángel exterminador". Me gusta "Diario de una camarera" así como "Ese oscuro objeto del deseo" (aunque ahí está más afilado el gusto), me gusta mucho "La vía láctea", me gusta "Robinson Crusoe"..."Un perro andaluz" me gusta pero no tantísimo como algunos me quieren hacer ver. "Tristana" me gusta (el brindis de Hitchcock en la famosa comida en casa de Cukor: "Por la pierna de Tristana"), me gusta "Nazarín", me parece curiosa "Simón del desierto" (la carencia de medios en algún momento llega a ser alarmante). No cabe duda de que Buñuel tiene muchas obras interesantes y muy buenas y que ha sido un referente para todo el que quisiera dedicarse al cine en este bendito país.
"Él", desde luego, es toda una sorpresa porque es una película que tiene todas las hechuras de un melodrama mexicano coñazo en grado diez y él lo revuelve todo para que sea una historia de obsesiones tan apasionante como, muy bien dices, "Vértigo". Y no nos confundamos. Hitchcock coge como referencia a Buñuel y no al revés como he oído por ahí.
Abrazos con los pies.

Raúl Gallego dijo...

Grande César, Yendo y viniendo, y Arturo de Córdova en su papel más conseguido, al menos para los Buñueleros de pro, . Recuerdo haber visto una escena de Fernando Rey tomando champán de un zapato de tacón y no consigo recordar la peli, era de Buñuel o Berlanga? o quizá sólo es producto de mi imaginación fetichista, un abrazo sin aguja de coser

César Bardés dijo...

Arturo de Córdova yo creo que hace el papel de su vida, está tremendo y muy ajustado, sin llegar en ningún momento a pasarse de rosca. La escena a la que te refieres es Fernando Rey bebiendo del zapato de Silvia Pinal en "Viridiana", momentos antes de espicharla él mismo. No es imaginación, es que todos nos pasamos la vida yendo y viniendo.

Anónimo dijo...

Me sorprende mucho que no hayáis mencionado " Belle de jour" que es mi Buńuel preferido junto con " El ángeles exterminador". " El" también me gusta mucho pero prefiero las anteriores, aunque José sí no mencionar a la Denueve y paco Rabal es porque no os gusta o porque se os ha pasado.
en fin, sigo siendo el verso suelto.

abrazos de día y de noche

Carpet

César Bardés dijo...

Pues es más por pasársenos por alto que por otra cosa aunque Dex deja bien claro que el resto de su filmografía francesa es bastante insufrible. A mí "Belle de jour" me parece que está bien...y ya está. Tal vez porque lo que me atrae ahí es Catherine Deneuve que está mucho más de cualquier comprensión de la belleza humana. De acuerdo con "El ángel exterminador", tal vez lo mejor que ha hecho en su etapa mejicana. Aunque, eso sí, yo inmediatamente después colocaría "Él", casi por encima de "Los olvidados".
Abrazos sensuales.

Anónimo dijo...

Perdón por mi lapso de tiempo en el limbo cibernético.

No es Buñuel mi director español favorito, porque no soporto la crítica maníquea y gratuita a una institución como la iglesia católica, que tendrá sus luces y sombras, pero cuyo fondo no es más que el dictamen de una serie de valores morales de respeto al prójimo que son esencia de la buena convivencia. Y manda ... que lo diga un agnóstico como yo.

Tampoco soporto la misoginia intrínseca al cine de Buñuel, y sobre todo, el seguidismo de un sector fiel de la progresía española a la figura del cineasta como bastión de la lucha contra la iglesia y cabeza visible del comunismo buenista, buenorollista, pseudoecologista y flower power de muchos indocumentados de este país. Por supuesto no me refiero a vosotros, cuyas ideas políticas desconozco, pero que demostráis valorar el cine sin prejuicios políticos y desde el respeto y el aprecio por el arte sincero.

Dicho esto, reconozco el valor artístico de "Él", al igual que, sobre todo, "Los olvidados", que es la verdadera obra maestra de Buñuel. Tengo pendientes por ver varias obras clave, como "El ángel exterminador", pero de la etapa francesa no me gusta casi nada, ni siquiera "Tristana", viniendo del relato de quien viene. Quizá me hace gracia "El discreto...", pero reconozco que cuesta entrar. Y a menudo en el cine de Buñuel se atraviesa la delgada línea roja que separa la excentricidad de la estupidez, y es ahí cuando me pongo de los nervios y dimito. Tanto es así que incluso obra buñuelianas de otros autores como "Tamaño natural" de Berlanga o "Peppermint frappé" de Saura tampoco me han convencido. Reconozco que Michel Piccoli es un actor que me cae como una patada en el campanario.

Sí, me gusta "Él", el retrato de la obsesión, y la desesperación de los celos. Hablando de celos, he visto recientemente "Condenados" de Manuel Mur Oti. No hago spoilers, pero si os ha gustado "Él", "Condenados" es un MUST.

Off Topic: César, ya he visto "This land is mine" de Renoir, y "3:10 to Yuma" de Daves. Efectivamente son buenas películas como apuntaste. Para que veas que hago los deberes.

Abrazos celosos

Santi

César Bardés dijo...

No te preocupes, Santi. Aquí se escribe solamente si quieres, puedes y te apetece y si no, ninguna obligación de hacerlo.
Con respecto a la visión de la Iglesia de Buñuel habría que hacer varias salvedades.
Lo dije en "La gran evasión" la noche en la que se habló de esta película. Buñuel, desde luego, era ateo pero su frase "soy ateo por la gracia de Dios" es algo que estaba muy, muy pensado. Era ateo, pero, dentro de él, siempre estaba la cuestión o la duda de que "si Dios existiera, esto sería el copón". Sé que me responderás con "Viridiana" y con su visión grotesca de la religión y yo te diré que también hay muchas otras películas en las que Buñuel pone de manifiesto la otra postura (por ejemplo, "La vía láctea" con Jesucristo caminando al lado de un buen montón de peregrinos para hacer el camino de Santiago).
Ahora viene lo que yo creo. Su censura principal y que siempre está en todas sus visiones sobre la religión y la Iglesia, está en el fanatismo, en la alienación. Estoy totalmente de acuerdo contigo en la visión que tienes de la Iglesia. Vengo de un colegio de curas (muy rojos, eso sí) y me enseñaron muchísimas cosas sobre cómo hay que tomar la gracia divina. De hecho, me dieron clases de por qué tenía que existir Dios y por qué no tenía que existir. Al grano. Buñuel censura a la ciudadanía que se entrega a la religión sin reservas, sin tener en cuenta otros factores muy importantes del humanismo. De hecho, en "Él", la figura del cura está vista con simpatía, el que no está visto con simpatía es el protagonista, que es profundamente religioso y no duda en preparar una aguja e hilo para coserle la vagina a su mujer para así tener la seguridad de que no va a engañarle con otro. Ello también redunda en que su mirada hacia la mujer, en esta ocasión, no es tan dura como en otras ocasiones (sí lo es tanto en "Viridiana" como en "Tristana", sin duda).
Sinceramente, mi visión de la Iglesia (que tiene muchos errores y el que no le vea, es que no quiere ver y le ciega esa fe que tiene por encima de cualquier otra visión humana, algo que de lo que no se debería prescindir nunca) da de cal y de arena pero hay que reconocer que a mí no me han enseñado nada malo, me han enseñado a mirar las cosas con objetividad y a la certeza de que hay curas mejores y curas peores (creo que como en todos los ámbitos de la vida). Lo cierto (y esto tonto es el que no lo vea) es que en situaciones extremas como la que estamos viviendo, la Iglesia está haciendo una labor muy importante supliendo carencias de un Estado que no llega a cubrir las necesidades básicas de muchos españoles que no tienen ni para comer y eso, para mí, tiene un valor, no como otros ultraizquierdistas que, cegados por su propia fe, quieren acabar con la Iglesia porque es lo peor que le puede pasar a una sociedad.
Por otro lado, totalmente cierto lo que dices sobre la cultura "oficialista" que se ha creado sobre Buñuel (y sobre tantos otros como Lorca o Alberti) y que también hacen que huye, pero precisamente ahí das con la clave. Intentamos modestamente dar nuestra opinión alejándonos lo más posible de corrientes buenrollistas y cómplices que no hacen sino minusvalorar la figura de estudio en cuestión. Buñuel, en mi muy modesta, humilde y, sin duda, despreciable opinión, era un buen director. Otra cosa es que no sea precisamente el más sutil del mundo.

César Bardés dijo...

La excentricidad de la estupidez tiene en los códigos surrealistas un valor que llega a ser muy parecido. Quizá a mí sea eso lo que me pasa en sus últimas películas como "El discreto encanto de la burguesía" y "El fantasma de la libertad". Son imágenes, más o menos sugerentes, que no tienen ningún sentido narrativo, no me aportan nada más que una visión ridícula del mundo, algo manida además. Sin embargo, creo que Buñuel tiene películas valiosas, muy importantes. Como "El" o "Ensayo de un crimen" o "Viridiana" o "Los olvidados" o "El ángel exterminador" o "Diario de una camarera" o, incluso "Tristana" que, por cierto, no es francesa, sino española (aunque es posible que sea una co-producción).
Yo creo que "Él", sin duda, sí, es un retrato de la obsesión y de la desesperación a la que llevan los celos. Muy, muy emparentada con "Vértigo" y que resulta sorprendente porque deriva del melodrama más convencional a un suspense que llega a ser...obsesivo.
Me apunto la de Mur Oti.
Me alegro de que, al fin, te haya gustado algo de Renoir y que también haya entrado en el paquete la versión de Daves de "El tren de las 3,19" muchísimo más redonda que la versión de Mangold, una película que todo el mundo alaba y que, en mi opinión, palidece muchísimo al lado de la de Daves.
Abrazos agradecidos.

Anónimo dijo...

A mí me parece estupendo que todo el mundo tenga sus propias ideas políticas, sociales y vitales, y que trate de "hacer campaña" por las mismas con sus métodos de expresión artística. Pero esa libertad artística tiene su límite cuando ataca a la esencia del pensamiento de los que no comulgan con la misma forma de pensar.

Hace pocos días, en un museo de "arte moderno" (por llamarlo de alguna manera) random, se exhibía como "obra de arte" una caja de cerillas con una inscripción que decía algo así como "la única iglesia que ilumina es la que arde". Jiji jaja. ¡Qué originales somos los progreateos! Todo se resume en la búsqueda de un eslogan, un titular de prensa, algo que impacte de primeras pero nunca trata de sumergirse en la realidad del asunto. Generalizar por generalizar. Érase un cura pederasta, ergo todos los curas son pederastas, ergo la iglesia es caca. Vuelvo a insistir en lo mismo: soy agnóstico, no tendría por qué meterme en estos fregaos que una parte de la opinión pública alienta con discursos y opiniones maniqueos, y sin embargo lo hago para que se sepa que también existe gente que valora la labor de Cáritas, de las misiones, de muchas cofradías y hermandades en España , y también hay que decirlo, de la difusión cultural como el cine Club Vida del padre Alcalá. Pregúntale a José Miguel de La Gran Evasión. ¿También critican los progreateos la labor del padre Alcalá? ¿Lo hacen antes o después de enaltecer en una entrevista-felación al líder redentor del neoadanismo político, que todo lo puede por la gracia de Marx y de Gramsci?

En lugar del eslogan de Buñuel de "soy ateo...", me quedo con otros dos: el de Einstein de "Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana", y la de Kennedy de "No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país". Al menos me sirven para eliminar de mi escala de valores a la soberbia y la envidia, tan habituales en España.

Perdón por haberme ido algo por los cerros de Úbeda, pero creo que venía a colación.

Cuando hablé antes de la delgada línea roja... no sé si me expliqué bien. Quería decir que muchas veces, por mor del afinamiento del estilo sarcástico y humorístico de una obra cinematográfica, el simple acto de surrealismo en la escena se transforma en una ridiculez de facto, sin gracia y sin contenido crítico. A mí, que Buñuel recurra a dos actrices para el mismo papel como en "Ese oscuro...", me parece una sobrada innecesaria, vacía y estúpida, por mucho que haya gente que le alabe el gusto. Pero es Buñuel, adalid de los progreateos, no se le puede criticar porque meaba colonia, "eau d'ateo".

Respecto a lo de Renoir, es que los códigos para la elaboración de personajes en "This land is mine" son completamente diferentes que en el resto de pelis que había visto de ese director. La ñoñería de la niña de "El río" y la estupidez no buscada de medio plantel de personajes en "Una partida en el campo". Aquí veo más una película-denuncia del colaboracionismo. Como hizo Lang con Furia, por ejemplo. ¿Ambos tuvieron que emigrar a EEUU para hacerlas? ¿Fueron de encargo? Porque según tengo entendido, existía hasta hace relativamente poco tiempo un silencio tácito en Francia para no hablar del colaboracionismo durante la 2ª guerra mundial que sólo fue roto por Louis Malle en "Lacombe Lucien", con guión el último Nobel de Literatura, Patrick Modiano.

Me acabo de dar cuenta del tremendo tostón de comentario que estoy soltando. Paro ya.

Abrazos interminables

Santi

César Bardés dijo...

Estoy totalmente de acuerdo en el aborregamiento al que condena la cultura "oficialista" que no admite críticas hacia sus santurrones. Algo que, por otra parte, también los emparenta con los sectores más radicales de la Iglesia. Eso no quiere decir, por otra parte, que no reconozca la valía de algunos de los que están encumbrados en los altares de la pseudoprogresía. Buñuel, en realidad, creo que abominaría bastante de ellos pero no es eso lo que me induce a simpatizar con él sino en una forma de ver el mundo que, aunque ni siquiera se parece a mi estilo, sí reconozco que tiene algo más que simple cine y eso lo valoro. También me gusta Lorca, lo confieso, no tanto Alberti al que considero el más mediocre de los escritores del 27 aunque se hayan esforzado por activa y por pasiva en decir que es la leche en verso y nunca mejor dicho.
También estoy muy de acuerdo en la manía del slogan por parte de la pseudoprogresía o "progreateos" como tú dices. Buscan el titular de consumo rápido y de impacto seguro. Fíjate que Buñuel, creo, pasaba de esas cosas. Hay un famoso crítico de cine que se quedó pasmado en una de sus reacciones y no creo que sea conocida por todo ese sector que, con razón, criticas.
Un buen día, este crítico de cine decidió llevar a Buñuel al Teatro María Guerrero de Madrid para ver una función de la OJE (ahí es nada). Buñuel dijo que no, que de ninguna manera, que cómo iba a aparecer él en ese acto que estaba amparado con el régimen y tal. Aún así, fue. No dijo ni una palabra durante la representación. De hecho, en consonancia con la cultura propugnada por el régimen, uno de los números de los jovencitos de la OJE era una jota. Cuando terminó, el crítico de cine se volvió a Buñuel y le vio llorando a mares. El crítico le preguntó: "¿Por qué llora usted, don Luis?" y Buñuel contestó: "Porque esto es lo más grande del mundo".
Por mucho que se refiriera a la jota (que le retrotraería a su tierra y demás), Buñuel fue capaz de separar la carga ideológica del espectáculo y eso, para mí, es un ejercicio de objetividad. Buñuel, como bien dijo José Miguel en el coloquio, salvó de morir fusilado a José Luis Sáenz de Heredia que había sido detenido en una checa por sindicalistas. Cuando se enteró se presentó allí con los empleados de los estudios cinematográficos y defendió a Sáenz de Heredia diciendo que era un jefe querido y admirado por sus subordinados porque él era un empresario que pagaba puntualmente un salario justo. La checa no tuvo más remedio que liberarlo. Este hecho (que yo ya conocía) está bien documentado mención aparte del propio José Miguel.
En cuanto al líder del neoadanismo político...estoy de acuerdo al 100 %.
Yo es que me quedo con los tres sloganes que citas. Yo no soy ateo por la gracia de Dios pero acepto que alguien me diga eso y que me lo razone con buen criterio. Al igual que las frases que citas de Einstein y de Kennedy. Mi último libro, "El sueño americano" lleva por subtítulo "El cine en la era Kennedy" así que fíjate si lo acepto.
A mí no me parece mal el recurso de Angela Molina y Carole Bouquet en "Ese oscuro objeto del deseo" porque sí me dice algo, y me lo dice de forma coherente. La obsesión que el personaje de Fernando Rey tiene con la chica protagonista se presenta de una manera o de otra según el momento y yo creo que hasta a mí me ha pasado en algún momento.

César Bardés dijo...

Totalmente de acuerdo estaré en que me digas que el recurso no te gusta, que hay otros medios, que podría (por ejemplo) vestirla de rojo en los momentos en que sale Molina y de blanco en los momentos en los que sale Bouquet para dar una impresión física a ese estado de ánimo. En mí, no hay una connotación política, solo gusto cinematográfico (aún más discutible que la connotación política) entre otras cosas porque yo también creo que Buñuel hizo cosas regulares o directamente malas. Ahí está "Gran casino", o "La fiebre sube a El Pao" o la tontada histórica que hizo con "La ilusión viaja en tranvía". Ya dije a Carpet, "Belle de jour" está bien, pero no me arrebata. Coño, si hasta Bergman hizo cosas que no me gustan por mucha "eau d´ateo" que meara. O incluso Woody Allen. Eso no quita para que también reconozca que han hecho cosas bien.
"Esta tierra es mía" es, probablemente, la única película que no fue de encargo que dirigió Renoir en Estados Unidos. Ya te dije que no comparto tu opinión sobre "El río" o "Una partida en campo". Para mí es la clase perfecta de Educación para la Ciudadanía y todo un homenaje al profesor. No hace falta poner nada más en ese curso. Solo la película. Y ya está.
Renoir, evidentemente, no fue colaboracionista, como tampoco lo fue Marcel Carné que, incluso, rodó películas en Francia con destacados miembros que sí estaban en la Resistencia como Alexandre Trauner durante la ocupación nazi. El que sí fue colaboracionista fue Henri Georges Clouzot (Tarantino en "Malditos bastardos" se encarga de subrayar en el cartel del cine que regenta la chica que ahí se proyecta "El cuervo" porque los nazis permiten a su "amigo" proyectar sus películas). Cinematográficamente hablando pues evidentemente los jóvenes de la "nouvelle vague" fueron los primeros en romper ese silencio. Truffaut también lo hace en "El último metro" (posterior a "Lacombe Lucien") y Melville no duda en deslizarlo también en "El silencio del mar" (anterior a la de Malle). Lo que pasa es que eso es como todo. Cada país se esfuerza en tapar sus propias vergüenzas. François Mitterrand fue colaboracionista (y era socialista, algo increíble) y llegó a Presidente de la República y nadie dijo nada de nada sobre su reprochable pasado. Así son los franceses. Se venden mejor que nosotros y tienen más cosas que reprocharse, seguramente, que nosotros. Ahí está, por ejemplo, la prohibición en el 57 de la exhibición de "Senderos de gloria" en Francia, no fuera a despertar sentimientos antimilitaristas.
En cuanto a Lang, ya se había ido en 32 después de una entrevista con Goebbels, según él, "el hombre más encantador del mundo". "Furia" no llega hasta el 36 y entre medias Lang rueda en Francia "Liliom". El proyecto lo encuentra allí. Ahora bien...¿qué es de encargo y qué no? Tanto Lang como Renoir llegan con las manos vacías y se encuentran con esas historias que insisten en dirigir. Por supuesto, el precio es que después tendrán que dirigir otras películas de encargo muy indignas de su valía. Lang dirige "Guerrilleros en Filipinas", por ejemplo, malísima. Renoir tiene que dirigir "La mujer en la playa", hace lo suyo y se la mutilan en la sala de montaje. Así funcionaban.
Creo que deberías ver "French Can-Can" si es que quieres viajar a la "belle epoque" parisiense con su "joie de vivre" (a mil años luz, para mí, de la aquí varias veces discutida "Moulin Rouge" de Luhrmann) y, por supuesto, si no la has visto, "La gran ilusión" esa película que tiene esa frase antológica:
- Una cancha de tenis, es para jugar al tenis. Un campo de golf es para jugar al golf. Un campo de concentración es para evadirse.
Abrazos pictóricos.

Anónimo dijo...

César, tío, ¿qué coño he estado haciendo en todo este tiempo que existía tu blog y yo no lo conocía? Aprendo y disfruto con cada comentario tuyo (y vuestro, Carpet y Dexter) como un niño con zapatos nuevos.

Tengo la impresión que mi ojo crítico evolucionará a lo largo de los años y de las horas de cine vistas. Te aviso cuando mi opinión sobre el Renoir francés cambie. Eso sí, me apunto "French Can-Can" y "La gran ilusión". Si he de opinar, que sea desde el conocimiento.

Abrazos ilusionantes

Santi

César Bardés dijo...

Bueno, hay que agradecer esas palabras, Santi. Hay que reconocer que entre los tres (y, sobre todo, mérito tanto de Dex como de Carpet) aquí hay un espacio en el que cada uno puede decir lo que quiera, sin miedo a ser juzgado (aunque ha pasado en algún espontáneo que no duda en llamarnos lindezas como "gafapastas" o cosas parecidas) y me enorgullezco (cosa que no todos pueden decir) que hasta ahora no he borrado ni un comentario en todo el blog de los cinco mil y pico que hay. Aquí quedan. Para recordarme que lo hice bien, que lo hice mal, que con esta visión no acerté, con aquella sí, que Dex tiene una visión diferente pero plausible y enriquecedora, que Carpet me razona desde el principio del ovillo y eso siempre engrandece al que lo lee o que cualquier otro puede venir aquí y expresarse con libertad y con respeto. Espero que dure.
Seguiré defendiendo a Renoir, no te preocupes. Welles ya lo dijo en un artículo antológico: "Hay gente que presume de tener un Monet en casa, o un Cézanne, o un Gauguin. Yo presumo de tener varios Renoir...Jean Renoir".
Abrazos, de nuevo, agradecidos.