Probablemente
El cine según Hitchcock es el mejor
libro que se ha escrito jamás sobre cine. A través de él no solo descubrimos la
personalidad del creador sino también el universo que poblaba su mente
compleja, llena de obsesiones, de desafíos técnicos a los que hacía frente con
una imaginación privilegiada, de narrativas rompedoras que, definitivamente,
cambiaron la historia del Séptimo Arte. Pero también marcó el encuentro de dos
cineastas que representaron el punto de inflexión más importante entre el viejo
y el nuevo cine. François Truffaut estaba en la curva ascendente de su carrera
y su entusiasmo por Hitchcock era más que evidente. Alfred Hitchcock comenzaba
su declive después del mayor éxito de su filmografía y estaba llegando al
límite de su creación.
Así, mediante las
declaraciones de otros cineastas, llegamos a darnos cuenta de que una de las
mejores obras de François Truffaut como director fue, precisamente, escribir
este libro, obra indispensable en cualquier biblioteca cinéfila que se precie y
más aún si se trata de la librería de cualquier aspirante a realizador porque
contiene todas las claves que Hitchcock manejaba para llegar al público, algo
que él anteponía a cualquier manifestación económica o estética. La pretensión
era turbar, provocar una reacción inmediata, asumir la posición del que todo lo
sabe para introducirle en esa trama que, si hubiese seguido los senderos de la
lógica, hubiera resultado irremediablemente aburrida. Pero todo ello daba
exactamente igual. El poderío visual y el sentido del ritmo de Alfred Hitchcock
eran tan abrumadores que alienaban cualquier consideración de verosimilitud
centrándose en el cine en sí mismo, en su manifestación más pura, en su
desnudez como arte.
La corriente de
simpatía que se estableció entre los dos fue tan notable que mantuvieron la
amistad a lo largo de los años. Ambos eran creadores en su estado más depurado,
querían conectar con el público para que el espectador también se sintiera parte
del mismo cine. Por un lado, el director que sabía manejar el suspense como
nadie (“el suspense no quiere decir
miedo”) y por otro el hombre que amaba todas las películas porque amaba el
cine tanto como la vida. El encaje fue sorprendente y el libro, la obra maestra
definitiva sobre la creación y el arte de hacer películas.
Y no deja de haber
obsesiones con significado, autoría en grado sumo para un director que, hasta
que Truffaut decidió hacer el libro, era considerado un simple artesano sin más
objetivos que el mero entretenimiento. Hitchcock era tan grande, física y
artísticamente, que supo compaginar el atractivo de lo que nos estaba narrando
con las obsesiones que acosaban sus moralidades y actitudes descubriendo,
también, al hombre que estaba detrás de todas esas maravillosas películas que a
tantos nos han dejado boquiabiertos.
No puede haber la más
mínima sombra de duda de que Hitchcock era un hombre que sabía demasiado y nos
dejaba encadenados a un cine excepcional que se aparecía como una ventana indiscreta,
lienzo de psicosis y de cabezas llenas de pájaros de millones de espectadores
que entonaban un yo confieso al final de los treinta y nueve escalones de su
sospecha. Y nadie dio más que él.
8 comentarios:
Certero y maravilloso post sobre un libro imprescindibles y dos autores excepcionales...pero ¿Y la película?. ¿Que aporta?...La verdad es que estuve tentado de ir a verla y al final no me decidí, pero no sabía realmente que me iba a encontrar. No sé si es diractamente la grabación de aquellas entrevistas, cortes de esas filmaciones que constituyen el libro, alguna aparición de algún cineasta comentando alguna cosa (sé que aparece Scorsese, por ejemplo). En definitiva, fijo que es un docuemntal muy apetecible para los estudiosos o para los cinéfilos concienzudos, pero no sé si aporta mucho más que lo que el libro nos dio.
No sé si se entiende mi duda.
Abrazos desconcertados
Aporta, entre otras cosas, el buceo en la personalidad de Hitchcock, siempre fascinante, pero también aporta cómo nace y cómo se le ocurre el libro a Truffaut, todo ello salpicado por las opiniones de los cineastas de todo el mundo, de muy diferente corte. También hay una parte maravillosa en la que, efectivamente, escuchamos parte de la grabación de Hitchcock entrevistado por Truffaut (con la traductora y secretaria personal de Truffaut Helen Scott de por medio) ilustrando todo lo que dice con las imágenes sobre lo que dice. No es muy largo (lo cual se agradece) y al ver las secuencias en cine de pantalla grande te das cuenta del impacto visual de Hitchcock en los espectadores de su generación. A mí sí me ha parecido un documental valioso, aparte de glorificar el mejor libro de cine que se haya escrito y que, posteriormente, fue mil veces imitado. No, no es directamente la grabación de aquellas entrevistas (aunque sí que se escuchan fragmentos) y, además, descubres cosas como la sesión de fotos que se hicieron y que fue "dirigida" por el propio Hitchcock y oyes a Hitchcock decir cómo quiere la foto. Muy interesante.
Abrazos aclaratorios.
Perfecto, entonces si aporta mucho, porque lo que había leído es que eran las grabaciones de aquellas entrevistas y no veía mucho sentido salvo el puramente mitómano.
Pero por lo que cuentas va más allá, es casi un "como se hizo..." y eso, en este caso, es mucho más que interesante.
Abrazos aclarados
Sí, prácticamente es un "making of" y digamos que la visión del genio es la que aportan los distintos directores invitados. Tanto en lo referido a la relación de cada uno con el libro en cuestión como en lo que atañe a la figura de un director que ha influenciado a tantísimo después, con detalles que ellos ven y que interpretan de la figura de Hitchcock. Por supuesto, tampoco queda olvidada la figura del Truffaut-director a la que también se dedican pero, sin duda, en un segundo plano.
Si vas a verla, espero que te guste.
Abrazos acotados.
Con las ganas que tenía yo de ver esta película, que ya se me pasó en el último San Sebastián, y resulta que no la echan en la Heroica e Inmortal. Y la del Batman y el Superman en 6 salas. En fin, supongo que entra dentro de lo normal.
El otro día en Días de Cine hablaban de que el documental había surgido casi por casualidad cuando el director encontró en un archivo alguna de las imágenes que luego salen en la peli.
Sin duda es un libro imprescindible para los cinéfilos y la película aunque sea un complemento se me antoja también de obligada visión. Por supuesto, que Truffaut cede protagonismo a Hitch, que por algo era su invitado, y además era un caballero y tenía educación exquisita. Nada que ver con el "Conversaciones con Billy Wilder" de Cameron Crowe que en realidad debería haberse llamado "Conversaciones conmigo mismo". Cada vez que el autor de "Vanilla Sky" - ¡¡DE "VANILLA SKY" ¡¡¡ acotaba o corregía cualquier nimiedad a tío Billy a mí es que se me llevaban los demonios.
Y claro, que la figura de Truffaut tiene que estar reivindicada en este marco. Una película tan defenestrada habitualmente como "Farenheit 451" es Hitch puro:la ambientación, los colores, los cromas, las chicas, Bernard Hermann.
Abrazos nuevaoleros
Bueno, aquí solo lo echan en dos cines. Hasta todavía me pregunto cómo me la han pasado en Cádiz que seguro que allí tampoco ha llegado ninguna copia.
Lo que se dice en la película es que Serge Toubiana, uno de los biógrafos de Truffaut del cual yo tengo su biografía y la recomiendo encarecidamente, encontró en un archivo las grabaciones y que durante unos cuantos años se dedicó a ver si había algún documentalista que se atreviera a hacer algún tipo de documental con ellas. La búsqueda terminó con Kent Jones que convenció a Toubiana porque tenía muy claro qué es lo que quería hacer con ese material y cómo ilustrarlo.
Lo de Cameron Crowe sigo sin entenderlo, ni como director ni como pretendido estudioso del cine. En esa misma línea es mucho mejor el libro de Helmut Karasek y, desde luego, a años luz se encuentra la biografía de Ed Sikov "Billy Wilder: Vida y obra de un cineasta" que es una de las mejores que he leído. Crowe, creo, es un auténtico tuercebotas dirigiendo y, como bien dices, no busca más que protagonismo con ese libro deslavazado, desestructurado y decepcionante que hace con Wilder.
Por supuesto que "Fahnrenheit 451" es puro Hitch (lo cual, ya de por sí, la coloca como una película más que apreciable) y además es una de sus bazas que nadie sabe ver demasiado. Sigo diciendo que a mí es una película que me gusta bastante (a pesar de los cromas) y que, como bien dicen en la película, sigue la estela de "pesadilla" que tenían todas las películas del viejo maestro.
Abrazos con suspense.
Al final, pude ver ayer la película en pantalla grande porque mis suplicas en este libro se han oído y han tenido a bien estrenarla en mi ciudad (fui ayer temiendo que hoy ya no estuviera, pero al menos va a estar una semana más en cartel). No es menor el dato de disfrutarla en pantalla grande porque una de las cosas más emocionantes del documental es poder ver trocitos de "Vértigo" o "Los cuatrocientos golpes" en el formato para el que fueron concebidos. O será que yo soy muy impresionable, pero vamos ya estoy haciendo el hueco en la videoteca para cuando salga el DVD.
Lo primero que llama la atención es que como dos personas a priori tan distintas conectaron tan bien desde el principio. Un humanista treintañero amante de los libros, que mimaba los diálogos y los personajes, y un artista sesentón, para quien la imagen lo era todo, por encima incluso de la historia y de los actores, a quienes trataba de forma despiadada. Pero claro, a estos dos les iban mucho las tías, y eso, al parecer une mucho.
En fin, que el documental es una pequeña joya. Y que encima sale el Cejas hablando de cine, y eso ya es una delicia. Yo salí con unas ganas locas de volver a leerme el libro, cosa que haré a no tardar mucho.
Abrazos con vértigo
Estoy totalmente de acuerdo en que, viendo las imágenes que salen de las películas de Hitchcock, verlas en pantalla grande cambia totalmente la impresión que se recibe de ellas. Yo "Vértigo" tuve el placer de verla en pantalla grande, al igual que "Con la muerte en los talones", "La soga", "La ventana indiscreta" (de la que salí verdaderamente impactado), "Pero ¿quién mató a Harry?", "El hombre que sabía demasiado" y "Atrapa a un ladrón". Podemos decir que en cine he visto la época "colorista" de Hitchcock. También vi "Topaz" pero ahí ya me impactó menos.
En cualquier caso, yo creo que una de las cosas fundamentales es saber entrar a la gente. Yo he tenido mucha suerte con mis prologuistas, con Lorenzo, con Miguel, con Anna y con Miriam, entre otras cosas porque me dijeron que sí sin tener que rogarles mucho. Y sinceramente creo que François supo entrar al tío Alfred con esa consideración de dirigirse a un gran creador que no había tenido hasta entonces. Yo creo que eso le emocionó y le hizo ver que ese joven iba a ser la punta de lanza de una nueva forma de entender el cine.
Sí es una joya...si te dijera que yo ya he cogido el libro varias veces para leerme capítulos sueltos...
Abrazos con talones.
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